LOVECRAFT, HOWARD PHILLIPS

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Lucífago Rofacale
view post Posted on 16/2/2009, 11:15




EL NECRONOMICON UN COMENTARIO


Me sentí interesado por primera vez en el Necronomicon hace algo más de cinco años después de que el tema llamase mi atención a través de un encuentro casual con las dos obras extrañamente inspiradoras de Howard Phillips Lovecraft. Todo empezó cuando un amigo me hizo llegar un ejemplar de The Hounter of the Dark(1). Con la primera lectura rápida quedé fascinado por la idea de que Lovecraft quizá había basado su enigmático libro de magia en algún texto mágico auténtico. Durante las siguientes semanas leí la colección completa de los escritos de Lovecraft, acumulando un archivo de detalladas notas relacionadas con el llamado Mito Cthulhu. Poco a poco me fui dando cuenta de que existía un hilo de continuidad que discurría a lo largo de toda la estructura, que unía los principales conceptos mitológicos y mágicos para formar un conjunto completo. Los libros de magia de la antigüedad, la tradición de brujería de Nueva Inglaterra, la magia de Oriente y de la Europa medieval, resultaron ser las características imperantes del arcano de Lovecraft, hábilmente integradas y ensambladas bajo un título único: "El Necronomicon".

Lovecraft atribuye el origen del libro a Abdul Alhazred, un loco poeta árabe del Yemen que se dedicó a escribir la obra en el año 950 de nuestra era, en Damasco. Se dice que el texto árabe original del,0ecronomicon ha pasado por varias traducciones, pretendiéndose que la última de ellas es una española del siglo XVII y atribuyéndose una versión inglesa al celebrado filósofo y mago isabelino, Dr. John Dee (1527-1608).

Desde la muerte de Lovecraft en 1937, han visto la luz varios manuscritos que pretenden ser el Necronomicon, siendo el más prometedor de ellos el descubierto por L. Sprague de Camp en el norte del Iraq(2). El códice de Camp fue desenterrado en las tumbas de Duria y estaba escrito totalmente en los caracteres crípticos del antiguo duriano (una forma poco corriente del sirio), considerado durante algunos años por muchos ocultistas como el verdadero Necronomicon. A pesar de que la reciente labor de investigación realizada por Carl Tausk en Viena ha demostrado otra cosa, se ha comprobado que el texto (AL AZIF) contiene fórmulas mágicas y saber antiguo que lo relacionan con una tradición similar si no idéntica.

Durante algún tiempo busqué en vano un patrón mítico básico que reflejara con un alto grado de precisión los conceptos incorporados a los Mitos Cthulhu. Sentía instintivamente que las leyendas de cualquier cultura deben contener la clave de lo que esperaba fuese la verdadera interpretación de estos asombrosos misterios. Ninguna parecía llenar el marco por entero, ya que a todas ellas o bien les faltan detalles y antigüedad, o bien están completamente oscurecidas por un impenetrable velo de racial simbolismo indígena. Necesitaba algo que estuviese más cercano a la fuente, un mito de creación realmente antiguo, algo primordial y libre de elaboraciones perturbadoras.

Como de costumbre, la respuesta que había estado buscando apareció indirectamente y de una forma por completo inesperada. Mientras leía el ensayo crítico de Colín Wilson sobre H.P. Lovecraft en The Strength to Dream(3) me encontré con una referencia a The Calles of Cthulhu y el siguiente comentario: "...el relato parece pertenecer más bien a la Doctrina Secreta de Madame Blavatsky con sus mitos de la Atlántida y Lemuria". ¡Era esto! Mi proceso mental funcionó, más o menos, de forma: Blavatsky = la Doctrina Secreta = The Book of Dzyan, el libro más antiguo del mundo. La vasta obra de Madame Blavatsky, The Secret Doctrine (4) es, de hecho, y en general, un comentario ampliado del libro de Dzyan que, a su vez, se cree que es un extracto fragmentario del Maní Loumbourm, el gran depositario de escrituras sagradas y secretos mágicos atribuidos a los dzugarianos, una raza hace mucho tiempo desaparecida que una vez habitó en las regiones montañosas del norte del Tíbet. Un examen del texto reveló lo que yo había estado buscando. Se trataba de una serie de versos o "estrofas" narradas en términos bastante abstractos y, sin embargo, puros, acerca de cómo una vez la Tierra estuvo poseída por extraños seres caóticos e increíbles monstruos que, se afirmaba, habían traspasado la brecha desde otros universos en tiempos incalculablemente antiguos. Las estrofas continúan relatando la forma en que estos "otros" entes fueron finalmente expulsados del universo manifiesto por I8 intervención de Fuerzas aliadas a la causa del Orden.

En varios de sus cuentos, Lovecraft hace referencia al Libro de Dzyan y a fragmentos tales como: "...las llamas vinieron... Rodearon a las Formas que tenían dos y cuatro caras. Combatieron contra los Hombres-Cabra y los Hombres con Cabeza de Perro, y los de cuerpo de pez... (Ellos)... poseyeron a los gigantes animales hembra. Y les engendraron razas mudas... Engendraron monstruos. Una raza de monstruos cubiertos de pelo rojo ensortijado andando a cuatro patas... Construyeron ciudades gigantescas de tierras raras y metales... Tallaron sus propias imágenes. a Su imagen y semejanza, y las veneraron... vinieron las primeras grandes mareas. Se tragaron los sietes grandes islas, las serpientes que volvieron a descender, que hicieron las paces con el Quinto, que lo enseñaron e instruyeron..." (extracto de las estrofas 2, 8, 11 y 12). En estos fragmentos llaman la atención por los grandes paralelismos con los mitos que rodearon la llegada de los Grandes Antiguos a la Tierra, sus actos de creación, batallas con otras formas primarias y la alianza final con el Engendro Cthulhu. Las estrofas 11 y 12 tratan de la expulsión final de los Grandes Antiguos por parte de los Dioses Mayores: "Todo lo sagrado fue salvado (las criaturas naturales de la Tierra j, y lo no sagrado fue destruido (sus formas fueron dispersadas al vacío). Los color de Luna» se marcharon para siempre"(5).

Por tanto, en el Book of Dzyan sentí que había descubierto un telón de fondo mitológico algo fragmentario pero adecuado a los Mitos Cthulhu. Se dice que en el Necronomicon figura un patrón fundamental estrechamente relacionado con el cuerpo del Saber Mayor.

Mi siguiente tarea consistió en considerar el posible contenido del infamante texto de Al-hazred. Aunque en principio el libro árabe debe considerarse como básicamente nigromántico y relacionado con la evocación de entes malignos, caos, oscuridad y desorden, algunos elementos redentores hacen sentir su presencia a través de la coexistencia de fórmulas dedicadas a subyugar a los poderes demoníacos. Esto último podría indicar un alineamiento con los trabajos tradicionales de magia que constituyen el Ciclo Salomónico, y fue a estos a los que dirigí mi atención.

El texto original del Necronomicon, conocido como Al Azif, se cree. que fue escrito en el siglo X árabe, Por tanto, limité mi línea de investigación inicial a los libros de magia que se sabe han existido en este período histórico. En la supuesta era de Alhazred hay tres tratados mágicos principales con sus correspondientes derivados que. caracterizan el estilo del ocultismo de aquella época: en primer lugar, el célebre Kitab-al-Ihud(6), un misterioso manuscrito árabe del que se dice fue presentado al rey Salomón por el Demonio Asmodeo; después, las primeras versiones árabes del notable Key of Solomon, que más tarde tuvo una importante influencia en el renacimiento europeo de la magia; y en tercer lugar, la más curiosa compilación de escritores hebreos y arameos (con notas marginales en árabe), The Sword of Moses(7). Este último texto debe considerarse el más adecuado como adición al 0ecronomicon. La fecha de Sword of Moses no se ha establecido de forma positiva, aunque tenemos pruebas de su existencia a principios del siglo XI, según se menciona en la correspondencia entre ciertos supuestos magos que vivían en la ciudad tunecina de Kairouan y el jefe Haya Gaon de la gran escuela de Babilonia. Este último murió en 1037(8). En el mismo contexto que The Sword of Moses, Gaon se refiere a otros dos libros de hechicería: The Great and SmalI Heavenly Halls y The Lord of the Law, "llenos de nombres y sellos tan terroríficos, que han tenido espantosos efectos sobre los que no tienen nombre y del uso de los cuales se han sobrecogido los anteriores a ellos...".

Los conocidos "libros negros" titulados Sixth and Seventh Books of Moses(9) son mencionados por Lovecraft en sus relatos. Si se considera la relación entre estas obras (basadas en versiones latinas alteradas de Key of Solomon o ciertos textos hebreos poco conocidos,', The Leyden Papyrus(10) (un antiguo libro de magia egipcio que se considera que forma parte de un todo con el Eigth Book of Moses y The Sword of Moses (que se cree contiene el Ninth and Tenth Books (11) de la serie) surge con fuerza un sistema mágico estrechamente relacionado con el Necronomicon.

El contenido de la serie mosaica de libros de magia trata casi exclusivamente de la magia maligna. El siguiente ejemplo extraído de The Sword of Moses es típico por las diversas maldiciones de muerte que se incluyen en los textos: "Yo te llamo, espíritu maligno, espíritu cruel espíritu despiadado. Yo te llamo, espíritu malo, que te sientas en el cementerio y te llevas la curación del hombre. Ve y coloca un nudo en la cabeza de 0N, en sus ojos, en su boca, en su lengua, en su garganta, en su tráquea; pon agua ponzoñosa en su vientre..."(12). Otras fórmulas místicas revelan la forma de hacer saltar montañas en fragmentos, pasar a través del fuego sin quemarse, producir ceguera y hablar con la muerte. Abundan los sellos mágicos y personajes místicos junto a innumerables encantamientos compuestos casi por entero de palabras desconocidas apenas pronunciables y nombres como "Kso’ppghiel N’mosnikttiel y Skd Huzi"(13) ; nombres muertos pertenecientes a otras épocas remotas y completamente extintas que se reflejan en el título Necronomicon: The Book of Dead Names.

Además de la influencia de los antiguos textos mágicos, es evidente que la concepción de Lovecraft del Necronomicon y de los Mitos emparentados con él deben mucho a las tradiciones ocultas de tiempos más recientes. Hasta ahora no he podido trazar, con un mínimo de certeza, la exacta naturaleza de la evidente conexión de Lovecraft con el moderno Esoterismo Occidental, pero parece bastante verosímil que se haya establecido a través de la comunicación con los escritores Algernon Blackwood y Arthur Machen. Tanto Blackwood (1869-1915) como Machen (1863-1947) eran Iniciados en la Orden Hermética del Amanecer Dorado (una fraternidad mágica que floreció en Inglaterra con el cambio del siglo) y ambos eran adeptos a la corriente del saber oculto tan poderosamente ilustrado por Lovecraft. Muchas de las bárbaras evocaciones y nombres de particular estructura gramatical que tanto abundan en los Mitos Cthulhu pueden ser seguidos hasta un origen parecido al de aquellas extrañas entonaciones llenas de trabalenguas, conocidas por los ocultistas con el nombre de enoquiano, la columna vertebral del sistema de magia del Amanecer Dorado. Las Invocaciones Enoquianas (o Claves) tuvieron su origen en los experimentos ocultistas del Dr. John Dee y su principal vidente Sir Edward Kelly, las cuales están anotadas en la vasta obra de Dee: Liber Mysteriorum (14). Los cuarenta y ocho(15) encantamientos mágicos, recibidos a través de médium en el año 1584, están escritos en un idioma extraterrestre de una compleja estructura gramatical y se cree que con su empleo, el hombre puede pasar más allá de la esfera de las limitaciones físicas, convocar espíritus para que cumplan sus órdenes y aprender todos los misterios del tiempo y el espacio. La referencia de Lovecraft a la traducción inglesa que el Dr. Dee hizo del Necronomicon en The Dunwich Horror, asumió de pronto una nueva y apasionante importancia en mis investigaciones al descubrir en la Colección Harleian de Manuscritos del Museo Británico una carta escrita a Dee por un erudito desconocido (fechada en 1573) que se refería a "la ciudad de Donwiche" {la antigua forma de escribir Dunwich) (16) parcialmente sumergida en el mar(17}. Desde luego, esto último podría parecer casual, pero si se considera el hecho de que la traducción del Necronomicon de John Dee sólo aparece en The Dunwich Horror y que la ciudad de Dunwich en Inglaterra está casi a la misma distancia de Londres que su doble ficticio del norte de Massachusetts lo está de New London, Connecticut, aproximadamente 120 km. en cada caso, va perfilándose un patrón definido. ¿Es el Dunwich del cuento de Lovecraft una reconstrucción, una réplica geográfica de aquella ciudad de Inglaterra que mereció el interés del misterioso Dr. Dee? ¿Fueron las veladas referencias de Dee a ciertos elementos extraños hallados entre las ruinas de la antigua Dunwich lo que excitó la curiosidad de Lovecraft? En la antigüedad, Dunwich fue llamada Sito Magnus por los romanos, el Lugar del Amo, una región rica en tesoros arqueológicos. Los documentos posteriores de Dee dan cuenta de un misterioso sepulcro descubierto en Dunwich después de la demolición de la ruinosa iglesia de San Juan. La tumba contenía una gran piedra curiosamente conformada a semejanza del cuerpo humano. Dentro del hueco interior de la piedra yacía un cadáver vestido extrañamente que, al ser tocado, se deshizo inmediatamente' en un fino polvo(18).

Es extraño observar que, incluso hasta hoy en día, al muerto de la antigua Dunwich continúa negándosele la paz en su tumba, ya que los persistentes estragos del mar profanan los pocos cementerios de la ciudad que han quedado. De la pared del acantilado a menudo caen a las olas esqueletos humanos acompañados algunas veces de una lluvia de huesos(19).

Tanto Dee como Lovecraft sostuvieron que en algunas regiones de la Tierra confluían perturbaciones elementales y campos de energía misteriosa. Dunwich parece que exista simultáneamente en los planos de la realidad y de la imaginación, y cada aspecto evoca una "atmósfera" común de "cosa diferente" al enlazar las mentes de dos hombres separados en el tiempo por un lapso de más de tres siglos.

Cuanta más evidencia obtengo, más convencido estoy de que Lovecraft estudió, efectivamente, transcripciones de diversos escritos de Dee junto con textos de un significado mágico general, los cuales pudieron haberle sido transmitidos por Blackwood o Machen durante los primeros años de este siglo, y que el Necronomicon se refiere a diversos textos relacionados entre sí y no a una obra única.

Textos paralelos a muchos de los más importantes libros mágicos pueden hallarse tanto en la Biblioteca del Congreso como en la famosa colección de la Universidad Brown, en donde Lovecraft pudo haber estudiado mientras daba forma a sus Mitos Cthulhu. Pero además de su conocimiento de los textos mágicos existentes, Lovecraft demuestra algo más: hay indicios de un claro acceso a secretos "Interiores", secretos que durante su vida permanecieron sin revelar a nadie excepto a un selecto grupo de Altos Iniciados. En su novela The Case of Charles Dexter Ward, Lovecraft emplea con gran efecto el simbolismo de Caput y Cauda Draconis, la Cabeza y la Cola del Dragón Luna, combinado con una fórmula de transformación mágica de naturaleza notablemente similar a un rito alquimista realizado por los magos del Amanecer Dorado. A pesar de que Lovecraft no era un Iniciado en el estricto sentido de la palabra, es evidente que se había ganado la confianza de los que lo eran, según se demuestra en el ejemplo anterior y en tantos otros dispersados por toda su obra.

Kenneth Grant, jefe del OTO (Ordo Templi Orientis) y autor de varios libros sobre tradición mágica, también sugiere que Lovecraft tenía un contacto específico con las escuelas de misterio occidentales y argumenta que: "Lovecraft empleaba la ficción para resaltar conceptos de realidad que, en su época, se consideraban demasiado fantásticas para ser presentadas en cualquier otro medio"(20). Además, Grant da a entender que Lovecraft nunca fue del todo consciente de las fuerzas exteriores que influenciaban sus escritos, y empleó la última parte de su vida intentando vanamente negar su existencia. En conjunto, yo me sentía inclinado a estar de acuerdo con el concepto de los Mitos Cthulhu de Kenneth Grant, ya que muchas de sus ideas reflejaban casi exactamente las mías. La principal diferencia entre los puntos de vista de Grant y los míos reside en nuestras respectivas aproximaciones al Necronomicon, porque a pesar de que Grant cree que los Mitos son válidos en su aspecto oculto, considera que el Necronomicon es ficticio, una invención de la fértil imaginación de Lovecraft.

El propio Lovecraft admite y revela que muchas de las destacadas características de los Mitos Cthulhu le fueron transmitidos por medio de sueños, sueños recurrentes de sorprendente claridad y continuidad. Muchos ocultistas creen que los sueños de esta naturaleza son el medio que tiene la mente subconsciente para registrar contactos astrales. El fluido etéreo de la Luz Astral es considerado una sustancia semimaterial dotada de una gran plasticidad; un archiva natural que envuelve la Tierra y retiene en su estructura la marca de cada suceso, pensamiento, palabra y acto que se ha producido desde la formación del planeta. La tradición oculta sostiene que este depósito de información, conocido en Oriente como Registros Akashicos, puede ser accesible a voluntad por aquellos que poseen la necesaria habilidad síquica y que, asimismo, pueden manejarse para que proporcione imágenes efectivas mediante la aplicación de la necesaria química mental. Las imágenes de los entes así formados se consideran "Elementos Artificiales", criaturas formadas por la mente, dotadas de identidad propia y capaces de una existencia indefinida dentro del continuo espacio-tiempo. Además, una vez se ha creado una tal forma, se cree que proporciona un punto de intersección entre planos, a través de los cuales, cualquier fuerza parecida puede tener acceso a nuestra particular parcela del Cosmos. Por tanto, ¿es qué Lovecraft pobló el Plano Astral con los entes de los Mitos Cthulhu por medio de la referencia subconsciente a los registros Akashicos y, al hacerlo, proporcionó una "puerta de acceso" a través de la cual las mentes de los Seres Exteriores pudieran volver a manifestar su influencia? Los ocultistas sostendrían como cierto que si los Grandes Antiguos estuvieron efectivamente en la Tierra, la Luz Astral debe de haber retenido un registro de su historia y que cualquiera que se arriesgara a hurgar en estos principios podría animar, tanto consciente como inconscientemente, formas astrales estáticas mediante el proceso de constante meditación. Una vez establecidos, los entes astrales de esta naturaleza aumentan en poder y vitalidad en proporción directa a la cantidad de energía mental enfocada sobre ellos, hasta que, finalmente, alcanzan una etapa de desarrollo que les permite obtener un cierto grado de acción automotivada. Al igual que la histeria en masa de las multitudes, lo que empieza como un pequeño chorro crece rápidamente hasta convertirse en un furioso torrente.

En los tiempos modernos, la principal fuente de información en lo que se refiere al fenómeno de la Luz Astral debe encontrarse en los escritos del famoso ocultista francés Alphonse Louis Constant (1810-1875), más conocido por el seudónimo de Elifás Levi Zahed.

Levi se refiere a la Luz Astral de varias maneras: "el OD de los hebreos, el éter electromagnético, el cristal universal de visiones, que sigue la ley de las corrientes magnéticas y está sujeto a la fijación por una proyección suprema del poder de la voluntad, es la primera envoltura del alma y el espejo de la imaginación"(21). Levi revela además que la Luz Astral es el hábitat natural de "aquellas larvas fluídicas conocidas en la antigua teúrgia con el nombre de "Espíritus Elementales"(22). La Ciencia Oculta sostiene que si entes no reprimidos formados en el pensamiento son atraídos por la fuerza de la vida de su creador como una aguja por un imán, tiene lugar, con infernal deleite, una absorción de sus energías espirituales hasta producir el completo agotamiento del fluido de su vida. ¿Estuvo Lovecraft poseído por envolturas misteriosamente animadas que buscaban su entrada desde el vacío? El ataque síquico de esta naturaleza se manifiesta, en primer lugar, por un estado general de hipersensibilidad mental, seguido de un sentimiento de conciencia extrañamente orientado que aumenta a medida que la víctima ajusta inconscientemente su proceso mental al de su compañero de alma no invitado. Se vislumbran mundos extraños, revelados por primera vez durante el sueño, que empiezan a manifestarse por encima del horizonte de la mente en vigilia; se producen formas agudas y peculiarmente distorsionadas de audición, así como una ampliación de la visión que conducen a la posibilidad de captar sonidos que están más allá del espectro normal y a un sentido no lineal, de la geometría del espacio. Todos estos elementos son primordiales en las estructuras de Lovecraft y se revelan en sus escritos en términos que no admiten duda. En la introducción de este libro, Colín Wilson hace referencia al estado de letargo físico casi permanente en que estuvo sumergido Lovecraft al final de su vida. Sus tensiones mentales, así como una poderosísima sensación de opresión, estaban asociadas a extraños raptos de espíritu, visiones, sueños de paisajes imposibles e increíbles ciudades. En resumen, Lovecraft presentaba todos los síntomas tradicionales de un alma apresada en una trampa de las fuerzas del mal.

Es sabido que Lovecraft experimentaba una gran dificultad para retener el calor corporal, particularmente en la última parte de su vida, cuando su odio hacia las temperaturas a todas luces moderadas se convirtió en obsesión. ¿Otro síntoma de posesión demoníaca? Cito las palabras de Elifás Levi: "Dichas larvas absorben el calor vital de las personas de buena salud y agotan rápidamente a los débiles. De ahí viene la leyenda de los vampiros, entes de terrible realidad que, como es bien sabido, se han manifestado de vez en cuando. Esto explica también porque en las proximidades de los médiums, que son personas obsesionadas por las larvas, se produce un descenso de temperatura de la atmósfera(23). Lovecraft estaba familiarizado con las obras de Levi, pero ¿le llegó demasiado tarde la comprensión clara de las palabras del Amo? En The Case of Charles Dexter Ward(24} leemos: "Aquí, esto está escrito exactamente igual a como lo anotó la Sra. Ward de memoria, ni tampoco hasta entonces le había sido mostrada la autoridad en las páginas prohibidas de Elifás Levi; pero su Identidad era inconfundible, y palabras tales como Sabaot, Metraton, Almonsin y Zariatnamik transmitían un estremecimiento de espanto al investigador que había visto y sentido tanta abominación cósmica sólo a la vuelta de la esquina". Cabria preguntar: ¿por qué las obras de un cabalista cristiano como el venerable Elifás Levi son calificadas de "prohibidas"? ¿Había tropezado Lovecraft con la raíz de sus pesadillas y descubierto que "aquello que estaba a la vuelta de la esquina" era demasiado para ser soportado o tan sólo admitido por él mismo?

Es evidente que en los últimos escritos de Lovecraft prevalece un elemento de temor y que, rápidamente y en alarmante "crescendo", se va perfilando el resurgimiento final de un enraizado horror, un horror de los que él mismo evocó tan convincentemente, a la vez que su incapacidad para controlar las fuerzas desencadenadas. Los términos "repugnante", "escalofriante", "prohibido" y "espantoso" se emplean con una frecuencia cada vez mayor a medida que el modelo de los Mitos se acerca a su conclusión. En su relato final, escrito en 1937, el año de su muerte, Lovecraft narra un cuento aleccionador sobre la difícil situación a la que siempre envuelven los impenitentes diletantes de las artes nigrománticas. La quema de libros prohibidos, la transfiguración del heredero del hechicero, la posesión de un alma por otra, todos son signos de advertencia que ponen de manifiesto el extremado peligro de los que, intencionadamente o no, pisan el camino de las tinieblas (25).

Cuando el panteón de entes que hay en el Necronomicon se contempla desde el punto de vista de lo oculto, debe presentar problemas de interpretación debidos a su misma singularidad. Los estudiosos del Sistema enoquiano no tendrán ninguna duda al encontrarse con dificultades similares e intentar establecer una correlación entre el extraño conjunto de espíritus de Dee y los que se citan en otros libros mágicos existentes. Los entes que están clasificados en el 0ecro-nomicon, al igual que los del sistema de Dee, pueden considerarse exteriores al tiempo reconocido para las tradiciones mágicas y cabalísticas, aunque en cierta manera, conectados con él.

Al tratar con las problemáticas fuerzas etéreas de esta naturaleza, siento que la mejor aproximación hacia la construcción de una jerarquía inteligible es a través de un cuidadoso examen de las correspondencias elementales atribuidas a cada potencia mundial. Una vez establecida una tabla de relaciones elementales, el sistema puede elaborarse después con la adición de las referencias astrológicas y geográficas asociadas.

En un intento de clasificar la naturaleza de las diversas fuerzas nombradas en el presente libro de magia, presento la siguiente compilación para que sirva de ayuda a los estudiantes de los oculto:

LOS GRANDES ANTIGUOS

El Panteón en orden de presidencia


AZATHOT: La morada del Caos Primigenio en el centro del infinito, sin forma e incognoscible. El Primer Motor en la Oscuridad; la Confusión, el Demoledor del pensamiento y de la forma. La antítesis de la creación; el aspecto básicamente negativo del Fuego Elemental referible, astrológicamente, al arcaico Leo y, en la esfera terrestre, al Oculto Sur. YOG-SOTHOT: El Todo-Uno, Co-regente de Azathot; el vehículo del Caos. La manifestación Exterior de la Elocución Primaria, la Puerta al Vacío, a través de la cual deben entrar "Los de Fuera". La Exterior inteligencia activa de El, el que nunca quedará encerrado en la impenetrable oscuridad. La positiva manifestación del Fuego, marcado en el firmamento por el Signo dei León, pero más particularmente por la estrella conocida por los antiguos Arabes como Al Kalb al Asad, y por los romanos como Cor Leonis, el Corazón del León, que está dentro del pecho del celestial animal. En el mundo, su situación cardinal es la del Sur inmediato.

0YARLATHOTEP: El Caos reptante, el Eter que media entre los diversos aspectos de los Grandes Antiguos. El receptáculo de su Voluntad combinada. Su mensajero y siervo, capaz de existir en cualquier figura y forma, en cualquier región del tiempo y del espacio. Astrológicamente relaciono a Nyarlathotep con la Vía Láctea, esa mística franja de nebulosa luminosidad que se extiende a través de los cielos con una inclinación de 63º con respecto al ecuador celeste y que indica el círculo de nuestra galaxia. Los antiguos acadios atribuían a este torrente de pálida luz a su Mito de la Gran Serpiente, y los polinesios la llamaban el largo y azul tiburón comedor de estrellas. En la India se la conocía como Nagavithi, el Camino de la Serpiente. HASTUR: La Voz de los Antiguos. El Vengador y Destructor, el Caminante sobre el Viento (el Wendigo de la tradición de los indios pieles rojas). El que no debe ser nombrado. En la esfera de los Elementos Hastur está asignado al Aire, el Elemento de con tienda, y entre las constelaciones, indicado por el Signo de Acuario, un asterismo dedicado a regir el Trígono Etéreo. En el aspecto terrestre, Hastur está asignado al Este.

CTHULHU, Señor de los Profundos, Inicia dar de Sueños. Cthulhu está representado entre los Elementos por el Agua y, astrológicamente, por la forma del Escorpión, conocido por los acadios como Girtab, El Agarrador o Aguijoneador, ante el cual hay que inclinarse. Geográficamente, Cthulhu está referido al Oeste, el lugar de la muerte en la religión de los antiguos Egipcios.

SHU8-01GGURA T: El Gran Macho Cabrío Negro de los Bosques con un Millar de Jóvenes. La manifestación Terrenal del Poder de los Antiguos. El Dios del Aquelarre de las Brujas. La naturaleza Elemental de Shub-Niggurat es la de la Tierra, simbolizada por el signo de Tauro en los cielos y, en el mundo, por la Puerta del Viento del Norte.

LOS DIOSES MAYORES

Aunque en el texto del Necronomicon se presuponen varios seres benignos, sólo se cita de forma explícita el nombre de Nodens, el Señor del Gran Abismo. El hábitat natural de los Dioses Mayores se considera que está en una región próxima a la estrella Betelgeuze, en la constelación de Orión. En el gran almanaque de los astrónomos árabes, conocido por Tablas Alfonsinas, posteriormente traducido por entendidos europeos como Los Libros del Saber de Astronomía (26), Betelgeuze se presenta de varias maneras: Al Mankib, el Hombre; Al Dhira, el Brazo; y Al Yad al Yama, la Mano Derecha (del Gigante). Es interesante observar que Machen se refiere al Señor Nodens en su Great God Pan como un dios con una mano de plata, haciéndose eco de la última de estas designaciones árabes.

Los Dioses Mayores se revelan en la tradición antigua como los protectores de la raza humana, y su gran relación con la humanidad se corrobora después por su signo, que es una forma de Pentagrama Resplandeciente, el Signo Mayor. El Pentagrama es reverenciado por los ocultistas como la Estrella de los Tres Reyes Magos, el símbolo del Hombre, el Microcosmos, divinidad que se manifiesta en forma humana. Mágicamente, se considera que el hombre es una criatura formada por los cuatro elementos Fuego, Aire, Agua y Tierra mediante el poder del Espíritu, el quinto de los elementos, o Elemento Oculto, simbolizados por los cinco puntos del Pentagrama. Por tanto, puede deducirse que el poder del Signo Mayor sobre los Antiguos reside en la relación con una raza de seres henchidos de los cinco Poderes Universales, como oposición a la constitución unielemental de sus agresivos rivales (los Antiguos).

En su libro The Syrius Mystery(27), Robert Temple sugiere que la raza humana pudo haber sido introducida en los beneficios de la ciencia y la civilización por seres venidos de un planeta del sistema planetario de la estrella Sirio. Sirio está en la constelación del Can Mayor y está muy cerca (aparentemente) del "Talón de Orión", cuya estrella principal es Betelgeuze, en la región de los legendarios Dioses Mayores. ¿Puede representar esta teoría y los paralelismos similares que se reflejan en tantos mitos antiguos la aparición de borrosos recuerdos raciales conectados con la génesis del hombre? ¿Y si fueron efectivamente los Dioses mayores los misteriosos progenitores del hombre?

Esto representa mi concepto inicial del Necronomicon, un libro de escritos y viejas tradiciones que existen principalmente a un nivel subjetivo, aunque en paralelo con varios importantes textos místicos. Un libro de magia compuesto por diversos elementos que yace secretamente enterrado en los oscuros recovecos de la mente humana. Un patrón arquetípico que subraya y mitifica un conjunto da datos mágicos y mitológicos aparentemente inconexos.

Así las cosas, dejé descansar el tema totalmente desprevenido contra el giro sin precedentes que iban a tomar pronto los sucesos, los cuales alterarían radicalmente mis conclusiones previas sobre los que, seguramente, deben ser 1os textos mágicos más controvertidos y enigmáticos.

Mientras estaba recopilando material para un libro sobre los documentos inéditos de John Dee, encontré un manuscrito críptico del siglo XVI conocido como Liber Logaeth o The Book of Enoch (28). El manuscrito consistía en 101 cuadrados mágicos sumamente complicados, 96 de los cuales constaban de 49 x 49 celdillas y 5 de 36 x 72 celdillas. Todo el conjunto estaba adornado por una serie muy confusa de letras (en alfabeto latino) y números en un orden absolutamente aleatorio. Quedé totalmente desorientado sin saber qué hacer con este manuscrito de Dee tan particular, el cual llevaba el título de Liber Mysteriorum Sextus et Sanctus, el Sexto Libro de los Santos Misterios(2S). Las diversas referencias al Liber Logaeth en las obras publicadas establecían que Dee empleó el libro a modo de sistema de índice cruzado que le permitía formar otra serie de cuadrados mágicos conocidos como las Tablillas Enoquianas. Si esto era así, ¿por qué esta complejidad? La suma total de las letras de las Tablillas Enoquianas es sólo de 644, por lo que parecía absurdo que fuese necesario un sistema cruzado con más de 240.000 letras solamente para su formación. No, debía de haber otra explicación. El mismo Dee dejó muy poca información en su Sexto Libro Sagrado, aparte de decir que contenía "El Misterio de nuestra Creación, la Edad de muchos años y el fin del Mundo"í30) y que la primera página del libro representaba el caos.

Se me ocurrió que el conjunto podría haber sido en algún tipo de código o sistema cifrado isabelino. Si era así, presentía que no había ninguna probabilidad de que yo fuese capaz de desenmarañar algo de una complejidad tan extraordinaria sin la ayuda de un experto en criptografía. Entonces recordé el éxito del Dr. Donald Laycock, un filólogo australiano que había empleado un ordenador en un esfuerzo para probar la validez del lenguaje enoquiano de Dee. Laycock después de una reunión para beber unas copas en el Club de las Artes Teatrales de Londres, me había explicado, hace algunos años, la elevada concordancia que había observado con su ordenador. Sin embargo, el problema presente era bastante distinto al que fue resuelto por Laycock, porque ahora se trataba de un intento de descifrar un código desconocido sin emplear ni un fragmento de información concreta como guía.

Comuniqué mi apuro en una carta que escribí a Colín Wilson, el cual me respondió poniéndome en contacto con David Langford, un joven experto en ordenadores, el cual me ofreció entusiásticamente su ayuda en el asunto. Pronto se puso en evidencia que David Langford era la persona completamente idónea para la compleja labor que había que desarrollar, no sólo porque tenía acceso a uno de los más sofisticados ordenadores que había disponibles, sino también por sus considerables conocimientos sobre las técnicas isabelinas de cifrado, ya que era investigador de la criptografía baconiana (de Bacon). En su momento le transmití una copia fotográfica del Liber Logaeth de Dee y esperé impacientemente los posibles resultados.

Como David Langford ya trata adecuadamente en este libro el laberinto del programa del descifrado, pasaré rápidamente al sorprendente y totalmente inesperado resultado de este trabajo.

Durante los meses en que las páginas del misterioso manuscrito de Dee estuvieron sometidas a un examen metódico y cuidadoso, entre David Langford y yo se cruzó un voluminoso acopio de correspondencia, y los trozos de cada nueva información se analizaron uno por uno como parte del inequívoco e increíble patrón que iba surgiendo lentamente. Desde luego, el manuscrito se había escrito expresamente en clave, con una clave de gran complejidad, y quienquiera que codificara originalmente el manuscrito, dio unos increíbles rodeos para guardar el secreto de su contenido. Las razones para unas precauciones tan elaboradas eran muy fáciles de adivinar, ya que el texto montado, aunque algo inconexo y sin título, podía ser nada menos que un resumen de aquel Necronomicon tan difícil de conseguir. Los nombres de los entes, los lugares y los conceptos mitológicos resultaban casi idénticos a los dados por Lovecraft.

La pregunta era: ¿cómo podía compararse tan estrechamente la descripción de Lovecraft del Necronomicon con nuestro texto recién descubierto? Era inconcebible que antes se hubiese hecho un descifrado del criptograma de Dee sin la ayuda de la moderna cibernética, a menos que alguien, por una casualidad extremadamente remota, hubiese dado con las claves ocultas para su interpretación. Por otra parte, el texto codificado de Dee podía haberse extraído de un manuscrito anterior, un ejemplar del cual podía haber llegado a poder de Lovecraft. Quedan muchos problemas por resolver; si hubiésemos descubierto ciertos fragmentos del verdadero Necronomicon, también hubiera sido perfectamente posible que existiesen traducciones árabes, griegas, latinas y españolas del texto mencionado por Lovecraft. Si así fue, ¿cuál habría sido su suerte? Creemos que nunca sabremos todas las respuestas y, por ahora, no podemos hacer otra cosa que presentar al mundo los frutos de nuestras investigaciones con la esperanza de que algún día otros puedan aportar las piezas finales del rompecabezas metafísico y se complete la historia del enigmático Necronomicon.

En los mitos de cada raza y clima encontramos la huella de los personajes extracósmicos que pululan por las páginas del Necronomicon. En el Himalaya, la leyenda del Hombre de las Nieves sigue viva y continúa siendo resucitada incluso por los más prosaicos miembros de las expediciones montañeras. ¿Es qué desde la prehistoria de la Tierra aún vagan monstruos alienígenas por las silenciosas cimas, se esconden bajo los océanos, o deambulan en la noche por lugares desolados?

En un antiguo tratado hindú conocido por Rigveda, leemos acerca de Dasyu y Dasa, la Gente Oscura, los enemigos sobrehumanos de la especie humana que viven bajo tierra; sobre extraños prototipos de la prehistoria descritos como gigantes "altos como montañas", demonios "como árboles que andan"; y también sobre Rakshasas, el de la cabeza de tigre y el feo Vaitikas, con un ala y un ojo. El mito peruano habla de los Guachines, los Oscuros o los sin rayo: los habitantes de la Tierra primitiva. La leyenda de los pieles rojas conserva religiosamente a Camazotz, Señor de los Murciélagos, una espantosa criatura híbrida con alas parecidas al cuervo y serpientes saliendo de su cara. En 1686, Robert Plott registra la aparición de luces globulares en el cielo, lluvias de piedras marcadas con trazos lineales, extraños sonidos llevados por el viento que desafían todos los intentos de explicación racional, y el nacimiento de niños "de ningún sexo" con varias cabezas(31). Más recientemente, Charles Fort, un maestro del siglo XX sobre fenómenos inexplicados nos informa a través de sus escritos de que: "los demonios han visitado la Tierra" y continúan haciéndolo. Durante toda su vida, Fort recopiló más de 40.000 notes sobre temas que van desde guijarros negros no meteóricos que cayeron sobre Wolverhampton, Inglaterra, en el año 1858(32), hasta relatos sobre extrañas ciudades y criaturas con alas de tres metros de largo "andando de forma patosa sobre pies palmeados"(33).

¿Es el hombre, en realidad, el más antiguo o el último de los amos de la Tierra? Quizá sabremos pronto las respuestas, ya que durante las últimas décadas, la Tierra parece que está siendo visitada repetidamente y cada vez con mayor frecuencia por misteriosos intrusos. Desde lugares de Virginia Occidental continúa informándose sobre el Hombre Mariposa, un humanoide oscuro y con alas; monstruos y serpientes de mar llenan los océanos y los lagos; los encuentros OVNI se han convertido en un acontecimiento casi diario, ¿Qué significa todo esto? ¿Es qué la humanidad ha sido de pronto víctima de la ilusión, la histeria y el autoengaño a una escala hasta ahora sin precedentes, o estamos quizá asistiendo a un retorno gradual a aquellas fuerzas que una vez inspiraron a un loco árabe a cantar, bajo una Luna en cuarto creciente, un extraño y raro pareado?

Eso que no está muerto, que puede permanecer eternamente, y con desconocidos eones(34) incluso la muerte puede fenecer.

NOTAS:

(1) The Haunter of the Dark and other tales of horror, H.P. Lovecraft, Gollanez, 1966.

(2) Publicado en facsímil con el título Al Azif, con una introducción de L. Sprague de Camp, Owlswick Press, Filadelfia, 1973.

(3) The Strength to Dream, Colín Wilson, Gollanez, 1963.

(4) The Secret Doctrine, H.P.Blavatsky, 3 vals., The Theosophical Publishing House, Londres 1928.

(5) The Secret Doctrine, H.P. Blavatsky, vols, 1 y 2. Ver también: Man, the Measure of AlI Things, Sri Krishna Prem y Sri Madhava Ashish, Rider, 1969; Man Son of Man, Sri Madhava Ashish, Rider, 19l0.

(6) Ver Oriental Magic, Idries Shah, Rider, 1956.

(7) The Sword of Moses, M. Gaster, Samuel Weiser, Nueva York, 1970.

(8) Ibíd, p. 15.

(9) Sixth and Seventh Books of Moses, anónimo, editado en EE.UU.

(10) The Leyden Papyrus {conocido por el Papiro Mágico Demótico de Londres y Leiden}.

(11) The Mystery of the long lost 8th, 9th& 10th Books of Acoses, H. Gamache, Sheldon, EE.UU.

(12) The Sword of Moses, M. Gaster, p. 51.

(13) Ibíd, p. 17.

(14) Ver Manuscritos Sloane 3188 y Apéndice Cotton XLYI (Partes 1 y 2), Biblioteca del Museo Británico, Londres.

(15) Algunas veces se añade una invocación sin numerar que hace un total de 49.

(16) La antigua capital de East Anglia, situada entre Southwold y Sizwell en el condado de Suffolk.

(17) Ver Manuscritos Harleian 532, Museo Británico, Londres.

(18) Ibíd.

{19} Ver A guide to Dunwich, Jean J. Carter.

(20) Cults of the Shadow, Kenneth Grant, Muller.

(21) The Story of Magic; Elifás Levi (Trad. por A.E. Waite), Rider, 1963.

(22) Ibíd, p. 104.

(23) Ibíd, p. 106.

(24) The Case of Charles Dexter Ward, H;P. Lovecraft, Panther, 1963.

(25) Ver The Evil Clergyman, H.P. Lovecraft, 1937.

(26) 0. de T. En castellano en el original.

(27) The Sirius Mystery, Robert Temple, Sidgwick and Jackson.

(28) Manuscritos Sloane 3189, Biblioteca del Museo Británico, Londres.

(29) También llamado Liber Mysteriorum l& Sancti) Parallellus 1Yovalisque: El, Sexto Libro de los Misterios y los Paralelos de la primera tierra Sagrada sin cultivar.

(30) Ver A True and Faithful Relation of what passed far many years between Dr. John Dee and Some Spirits (Ed. Meric Casaubon, 1659), Londres.

(31) The Natural History of Staffordshire, Robert Plott, 1686.

(32) The Book of the Damned, C. Fort.

(33) 0ew Lands. C. Fort.

(34) 0. de T. Entre los gnósticos, cada uno de los Genios Creadores emanados de la Divinidad Suprema.
 
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astaroth1
view post Posted on 16/3/2009, 01:02




El Libro Negro De Alsophocus


Mis recuerdos son muy confusos, Apenas si sé cuando empezó todo; es como si, en determinados momentos, contemplase visiones de los años transcurridos a mi alrededor, mientras que, otras veces, parece que el presente se difumina en un punto aislado dentro de una palidez informe e infinita. Ni tan siquiera sé a ciencia cierta cómo expresar lo sucedido. Mientras hablo, tengo la vaga sensación de que necesitaré sostener lo que voy a decir con ciertas pruebas extrañas y, posiblemente, terribles. Mi propia identidad parece escabullirse. Es como si hubiese sufrido un fuerte golpe; producido, quizá, por el advenimiento de algún proceso monstruoso que tuvo lugar en los hechos que me acontecieron.
Estos ciclos de experiencia tienen sus inicios en aquel libro carcomido. Recuerdo el lugar donde lo encontré; apenas si estaba iluminado, escondido al lado del río cubierto de brumas por donde fluyen unas aguas negras y aceitosas. El edificio era muy viejo, las enormes estanterías atesoraban cientos de libros decrépitos que se acumulaban sin fin en habitaciones y corredores sin ventanas. Había, además, masas informes de volúmenes amontonados descuidadamente por el suelo; y fue en uno de estos montones donde encontré el tomo. Al principio no sabía cómo se titulaba ya que le faltaban las primeras páginas; pero lo abrí por el final y ví algo que enseguida llamó mi atención.
Se trataba de una especie de fórmula -una pequeña lista de cosas que hacer y decir - que sonaban como algo oscuro y prohibido; pero seguí leyendo y descubrí ciertos párrafos en los que se mezclaban la fascinación y la repulsión, ocultos en las amarillentas páginas, antiguas y extrañas, poseedoras de los secretos del universo que yo ansiaba conocer. Era una ¡ave -una guía - a ciertas puertas y entradas que los magos y,¡ habían soñado y musitado cuando el hombre era joven, y que conducían a lugares más allá de las tres dimensiones conocidas, a regiones de extrañas vidas y materias. Durante años los hombres no habían sabido reconocer su esencia vital, ni sabían dónde encontrarla, pero el libro era realmente antiguo, No estaba impreso; había sido escrito por la mano de algún monje loco que había comunicado a aquellas palabras latinas ciertos conocimientos prohibidos de horripilante antigüedad.
Recuerdo que el viejo vendedor temblaba asustado, e hizo un curioso gesto con sus manos cuando me lo llevé. Se negó a aceptar dinero por el libro, pero hasta mucho después no descubrí el porqué. Mientras me escurría por los estrechos callejones portuarios, laberintos cubiertos de bruma, tenía la vaga sensación de ser seguido por unos pies invisibles que se arrastraban tras de mí. Las casas decrépitas y antiguas que se erguían a mi alrededor parecían animadas de una vida malsana, como si una ráfaga de maligno entendimiento las hubiese animado. Sentía como si aquellas abombadas paredes y buhardillas, hechas de ladrillo y cubiertas de musgo -con redondas ventanas que parecían espiarme-, tratasen de cerrarme el paso y aplastarme... aunque sólo había leído una pequeña porción de los oscuros secretos que contenía el libro, antes de cerrarlo y salir con él bajo el brazo.
Recuerdo con qué ansiedad leí el libro, pálido, encerrado en la habitación del ático que me servía de refugio en mis extraños descubrimientos. La enorme casona permanecía caldeada, pues había salido pasada la medianoche. Creo que vivía con algún familiar -aunque los detalles son inciertos- y sé que tenía muchos sirvientes. No sé exactamente qué año era; desde entonces he conocido muchas edades y dimensiones, y mi noción del tiempo ha terminado por desvanecerse. Estuve leyendo a la luz de las velas - recuerdo el incesante gotear de la cera derretida-, y mientras me llegaba el sonido de lejanas campanas que tañían de cuando en cuando. Prestaba una atención especial al sonido de aquellas campanas, como si temiera escuchar algo muy lejano, un son extraño y especial.
Y entonces se produjo una especie de golpear y arañar en la ventana abuhardillada que se abría sobre un laberinto de tejadillos. Sucedió nada más acabar de pronunciar en voz alta el noveno verso de un conjuro primordial, y supe, aterrorizado, cuál era su significado. Pues aquel que atraviesa el umbral siempre lleva una sombra consigo, y ya nunca vuelve a estar solo. Yo la había evocado; el libro era realmente todo lo que había sospechado. Aquella noche atravesé la puerta que conduce a un abismo de tiempo y dimensiones cruzadas, y cuando el amanecer me sorprendió en el ático descubrí en las paredes v anaqueles de la habitación aquello que nunca antes había visto.
Desde entonces el mundo no era para mí lo mismo que antes. Mezclado con el presente, siempre había un poco del pasado y un poco del futuro, y todos los objetos que alguna vez me parecieron familiares me resultaban ahora extraños bajo la nueva perspectiva que tenían mis enfebrecidos ojos. Desde aquel momento me ví envuelto en un fantástico sueño poblado de formas desconocidas y medio recordadas, y cada vez que cruzaba un nuevo umbral me costaba más reconocer los objetos de la estrecha esfera a la que tanto tiempo había pertenecido. Lo que descubrí sobre mi propio yo, nadie puede saberlo; cada vez hablaba menos y permanecía más tiempo solo, y la locura rondaba mi alrededor. Los perros me re huían, pues captaban la sombra que me acompañaba. Pero seguí leyendo, adentrándome en libros ocultos y prohibidos, en manuscritos y fórmulas que ahora ansiaba conocer, y atravesaba puertas espaciales y existencias y regiones que s(abren más allá del universo conocido.
Recuerdo bien la noche que tracé los cinco círculos concéntricos de fuego en el suelo, y canté, erguido en el círculo central, aquella monstruosa letanía que invocaba al mensajero de Tartaria. Las paredes se difuminaron mientras era arrastrado por un tenebroso viento a través de abismos fantasmagóricos y grises, en los que relucían, a infinidad de metros por debajo de mí, los picos crueles de desconocidas montañas Después hubo un momento de total oscuridad y luego la luz de millones de estrellas que dibujaban extrañas constelaciones. Por fin descubrí una verdosa llanura en la lejanía, debajo de mí, y vislumbré las empinadas torres de una ciudad cuya mampostería es totalmente ajena a la tierra. Según me iba acercando a la ciudad, distinguí un enorme edificio hecho a base de piedras en mitad de un paraje desolado, y sentí que el miedo se apoderaba de mí, atenazándome. Grité, debatiéndome aterrorizado y, después de un lapsus de oscuridad, me encontré de nuevo en mi buhardilla, tirado en el suelo sobre los cinco círculos concéntricos de fuego. El vagabundeo de aquella noche no había sido más fantástico que los de muchas, otras; pero había sentido más terror debido a la certeza de saber que me había acercado más a aquellos abismos y mundos exteriores. Desde entonces fui más cauteloso con mis conjuros, pues no quería perderme, separarme de mi cuerpo, del mundo, y vagar por abismos desconocidos de los que jamás podría volver.
De cualquier forma, y en la situación en la que me encontraba, mi capacidad para reconocer los objetos y escenas normales iba desapareciendo poco a poco según adquiría nuevos conocimientos, haciendo que mi visión de la realidad se tomase inesacta, geométrico y distorsionada. Mi sentido del oído también se vio afectado. El tañido de las distantes campanas me parecía más ominoso, terroríficamente etéreo, como si el son me Regase a través de extraños golfos y lejanas regiones, donde las almas atormentadas gritan eternamente su pena y dolor. Según pasaban los días me iba alejando más y más de lo que me rodeaba, los eones se separaban de los cánones terrestres, ocultándose entre lo innominable. El tiempo se convirtió en algo incierto, y mis recuerdos de acontecimientos y gentes que había conocido antes de adquirir el libro se desvanecieron en una neblina de irrealidad que evitaba todos mis desesperados intentos de recuperar.
Recuerdo la primera vez que escuché las voces; voces inhumanas, sibilinas, que parecían provenir de las regiones más exteriores del tenebroso espacio, donde seres amorfos se inclinan y bailan ante un ídolo fétido y monstruoso creado por el devenir infinito de los siglos. Con el advenimiento de estas voces comencé a tener unos sueños de espantosa intensidad, pesadillas mortales en las que soles negros y verdes brillaban sobre grotescos monolitos y ciudades malignas que se elevan, torre sobre torre, como queriendo escapar de sus condicionantes terrestres. Pero todos estos sueños y pesadillas no eran nada comparados con el terrorífico coloso que más tarde emergió de mi consciencia; incluso ahora me es imposible recordar aquel horror en toda su magnitud, pero cuando pienso en ello siento una sensación de vastedad, de una enormidad desconocida, y veo tentáculos que ondulan y se contraen, como si estuviesen dotados de inteligencia propia y de una maligna vileza. Y alrededor del coloso danzaban monstruosidades deformes, cuyas voces entonaban un canto salvaje y cacofónico:
«Mwlfgab pywfg)btagn Gh’tyaf nglyf lgbya. »
Estos horrores me acompañaban siempre, al igual que la sombra del más allá.
Y aun así continuaba estudiando los libros y manuscritos, y seguía atravesando las oscuras puertas que conducen a des conocidas dimensiones, donde unos seres tenebrosos me instruían en artes tan infernales que incluso la más prosaicas de las mentes sería incapaz de soportar.
Recuerdo la forma en que descubrí el título del libro; la no che estaba muy avanzada y yo hojeaba las polvorientas páginas cuando descubrí un párrafo que arrojó cierta luz sobre el origen del misterioso volumen:
"Nyarlathotep reina en Sharnoth, más allá del espacio y del tiempo; sumido en las sombras de su palacio de ébano espera su segundo advenimiento y, en compañía de sus siervos Y acólitos, celebra impíos festines en lo más profundo de la noche.
Que nadie se interponga con conjuros y encantamiento,,, que le conciernen, pues quedaría atrapado sin remedio. Que cuide el ignorante, lo dice el Libro Negro, pues terrible es en verdad la ira de Nyarlathotep."
Yo ya había encontrado referencias al Libro Negro en secretos manuscritos: este legendario tomo fue escrito hace siglos por el gran hechicero Alsophocus, que vivía en las tierras de Erongil antes de que los antiguos hombres dieran sus primeros pasos inseguros sobre la tierra.
El misterio había quedado aclarado; realmente me hallaba ante el blasfemo Libro Negro. Con este conocimiento comence a devorar verazmente todas las enseñanzas que contenía e1 volumen; aprendí fórmulas para ocultar, invocar y crear seres, y me sentía poderoso por el dominio de tales fuerzas. Descubrí nuevas entradas y puertas, los demonios de las más oscuras regiones estaban bajo mi poder; pero aún había barreras que no podía atravesar, los negros abismos del espacio que se extienden más allá de Fomalhaut, donde el horror último acecha, rodeado de sibilantes blasfemias más viejas que las estrellas. Buceé en el De Vermis Mysteriis, de Ludvig Prinn, y en Cultes des Goules, de Comte d’Erlette, en busca de más antiguos secretos, pero todos aquellos misterios primigenios eran nada comparados con las enseñanzas que contenía esotérico Libro Negro. Este volumen mostraba ciertos encantamientos de tan terrible poder que incluso el mismísimo Alhazred habría temblado ante su sola contemplación: la llamada de Boromir, los oscuros secretos del Trapezoedro resplandeciente - aquella ventana abierta al espacio y al tiempo- y la invocación de Cthulhu desde su palacio oceánico la acuática ciudad de R’Iyeh; todos aquellos secretos estaban allí guardados, esperando al valiente, o loco, que fuera lo suficientemente temerario para utilizarlos.
Me hallaba en la cima de mi poder; el tiempo se expandía o se contraía a mi voluntad, y el universo no encerraba ningún secreto que yo no conociese. Mis ataduras con los acontecimientos mundanos se quebraron a causa de mis estudios secretos, y mi poder se hizo tan grande que llegué a intentar imposible, el paso de la última y terrorífica puerta, el umbral que se abre a los oscuros secretos del más allá, donde los Primigenios aguardan prisioneros, planeando su próximo retorno a la tierra, de la cual fueron expulsados por los Dioses Antiguos. Lleno de vanidad supuse que yo -una diminuta mota de polvo en mitad de un vasto cosmos de tiempo- podría atravesar los negros abismos del espacio que se extienden más allá de las estrellas, donde reina la anarquía y el caos, volver con la mente intacta y libre de los horrores de cientos de eones de antigüedad que allí moran.
De nuevo tracé los cinco círculos concéntricos de fue sobre el suelo y me situé en el centro, invocando a los pode inimaginables con un hechizo tan inconcebiblemente terrible que mis manos temblaban mientras hacía los misteriosos si nos y símbolos. Las paredes se disolvieron y un poderoso viento oscuro me arrastró a través de abismos sin fondo y grises regiones de materia informe. Viajaba más rápido que el pensamiento, pasando sobre planetas sin luz y desconocidas regiones que bullían a inconmensurable distancia; las estrellas discurrían con tanta rapidez que parecían regueros de luz entremezclándose en el espacio, haces luminosos resaltando contra la oscuridad etérea más negra que las fabulosas profundidades de Shung.
Trascurrió un minuto -o un siglo- y aún seguía volando vertiginosamente. Las estrellas escaseaban cada vez más; agrupadas en montoncitos, parecían buscar compañía en toda aquella desolación; todo lo demás permanecía igual. Me sentía terriblemente solo en aquel viaje; colgando suspendido en el espacio y el tiempo, como si no avanzase, aunque la velocidad debía ser increíble, y mi espíritu se revelaba ante la soledad horrible, la quietud y el silencio de la nada; era como un hombre sepultado en vida en un sepulcro inmenso y oscuro. Pasaron los eones y vi cómo se desvanecía el último grupo de estrellas, las últimas luces en un espacio milenario; más allá no había nada excepto una oscuridad impenetrable, el fin del universo. De nuevo volví a gritar horrorizado, mas en vano; mi búsqueda interminable siguió a través de corredores silenciosos y muertos.
Continué viajando durante una eternidad interminable, y nada cambiaba excepto el ritmo de los latidos de mi corazón. Y entonces empezó a hacerse visible una tenue luz verdosa; había pasado a través de una ausencia de tiempo y materia; había atravesado el Limbo. Ahora me encontraba más allá del universo, a inconcebible distancia del cosmos conocido; había cruzado el último umbral, la última puerta que se abría al olvido. Delante brillaban los dos soles de mis visiones, entre los que fui conducido a lo que ahora parecía una velocidad lentísima; alrededor de estos prodigios de colores negros y verdes, rotaba un solo planeta; adiviné su nombre: Shamoth.
Floté suavemente alrededor de esta negra esfera y, mientras me aproximaba, pude contemplar la verdosa llanura que se extendía debajo de mí, sobre la que descansaba la gigantesca y laberíntico ciudad de mis primeras pesadillas, y que
parecía deforme y desproporcionado bajo la luz antinatural. Fui guiado sobre los tejados de la muerta ciudad, contemplando los desvencijados muros y erosionados pilares que resaltaban como cuchillos contra la oscura línea del cielo. No se movía nada, pero tenía la sensación de que allí habitaba algo vivo, un ser corrompido y lleno de maldad que conocía mi presencia.
Mientras descendía a la ciudad recobré mis sentidos físicos; sentí frío, un frío helador, y mis dedos estaban entumecidos. Descendí al borde de un espacio abierto, en cuyo centro se erguía un gigantesco edificio con una puerta enorme y abovedada que bostezaba tenebrosa como las fauces de algún terrible animal primigenio. De este edificio emanaba un aura de palpable malevolencia; me quedé petrificado por la sensación de terror y desesperación que me invadió, y, mientras permanecía inmóvil ante el monstruoso edificio, recordé aquel pequeño párrafo del Libro Negro:
«En un espacio abierto en el centro de la ciudad se yergue el palacio de Nyarlathotep. Aquí se pueden aprender todos los secretos, aunque el precio de tales conocimientos es verdaderamente horrible.»
Supe sin ningún género de dudas que aquél era el cubil del taimado Nyarlathotep. Aunque el pensamiento de entrar en aquella estructura me asqueaba, caminé descuidadamente atravesando la puerta, como si una mente que no era la mía guiara mis piernas. Atravesé aquel enorme portalón metiéndome en una oscuridad tan profunda como la que había soportado en mi largo viaje espacial. Poco a poco la impenetrable oscuridad fue dando paso a la verdosa luz que iluminaba la superficie del planeta; y en aquella tétrica luminosidad con. templé lo que nadie debería ver nunca.
Me hallaba en una larga sala abovedada sostenida por pilares de ébano; a ambos lados se delineaban unas criaturas con formas de pesadilla. Allí estaba Khnum, y Anubis, con cabeza de zorro, y Taveret, la Madre, horriblemente obesa. Grotescos seres encorvados, espiando, y tenebrosas existencias que me observaban con malignidad; entre todas estas criaturas amorfas e infernales, mi cuerpo luchaban contra mi alma. Unas garras me asieron por brazos y piernas, y mi estómago se revolvió de asco ante el contacto de la carne putrefacto. El aire estaba Heno de gritos y aullidos mientras las figuras danzaban con obscenidad a mi alrededor, deleitándose en un ritual blasfemo y depravado; y al final de la enorme sala, perdido en la distancia, se ocultaba el horror último, el terrible coloso negro de mis visiones, el amo del palacio, Nyarlathotep.
El Primigenio me observó atentamente, su mirada quemaba mis entrañas, llenándome de un horror tan espantoso que cerré los ojos para evitar aquella visión de infinita maldad. Bajo aquella mirada mi ser se contrajo, desvaneciéndose, como si estuviese siendo absorbida por una fuerza irresistible. Perdí la poca identidad que me quedaba; mis poderes necrománticos que, ahora lo sabía, no eran nada comparados con los del habitante de este oscuro mundo, desaparecieron, perdiéndose en el ignoto universo para no ser jamás recuperados.
Bajo aquella mirada, mi mente y mi alma se llenaban de ' un espanto aterrador; no podía hacer nada mientras él absorbía mi existencia, quitándome la vida poco a poco. La desesperación hizo presa en mí, pero estaba indefenso, y era incapaz de hacer frente a la irresistible fuerza que me apresaba. Apenas sin sentirlo, algo se iba esfumando de mi ser, algo insustancial, pero totalmente necesario para mi futura existencia; no podía hacer nada, había ido demasiado lejos y ahora estaba pagando el error. Mi visión se nubló con miles de rayos; imágenes de mi casa y mi familia flotaban ante mis ojos y luego se desvanecían como si nunca hubiesen existido. Y entonces, lentamente, sentí cómo cambiaba, disolviéndome en la no
existencia.
Me elevé, sin cuerpo, escurriéndome sobre las cabezas de aquella hueste de pesadilla, a través de la fría mampostería de piedra de aquel palacio que ya no era un obstáculo para mi avance, hasta que salí a la diabólica luz verdosa de la superficie del planeta. No estaba vivo ni muerto, aunque la muerte hubiese sido mucho mejor. La ciudad se desparramaba debajo de mí, mostrándome todo su esplendor y malignidad, y sobre aquel tétrico edificio que era el palacio de Nyarlathotep vi una masa amorfa que salía, extendiéndose por toda la ciudad. Se fue agrandando poco a poco hasta que ocultó la ciudad de mi vista, y cuando había cubierto toda la región que podía contemplar, se contrajo de nuevo, transformándose en el negro coloso de mis visiones. Comencé a temblar aterrorizado, pero según me iba alejando de la ciudad, ganando altura, la escena se fue reduciendo de tamaño y contemplé la escena con un poco menos de miedo.
Poco a poco, la masa de tierra que se extendía debajo de mí fue tomando el aspecto de una esfera mientras me alejaba, introduciéndome en las negras profundidades del espacio. Colgando sin sentido, mientras nada se movía a mi alrededor, o en las regiones del Primigenio, me aterrorizaba pensar en el último acto del drama que yo había desatado. De la superficie del planeta surgió un rayo de luz o energía, que cruzó el espacio, perdiéndose en su infinidad, dirigiéndose, estaba seguro, al planeta que me había visto crecer. A partir de entonces todo estuvo en calma, y quedé totalmente solo en aquel universo más allá de las estrellas.
Mis recuerdos se desvanecían; pronto no me quedaría ninguna memoria de mi pasado, pronto todos los vestigios de mi humanidad se esfumarían. Y mientras permanecía suspendido en el espacio y el tiempo por toda la eternidad, sentí algo difícil de explicar. Una sensación de paz, de una paz que ni la muerte podría dar; aunque esa paz era perturbado por un recuerdo, un recuerdo que yo esperaba que pronto se borrase de mi mente. No recuerdo cómo sabía esto, pero estaba más seguro de ello que de mi propia existencia. Nyarlathotep ya no volvería a pisar la superficie de Sharnoth, jamás se reuniría con su corte en aquel enorme palacio negro, pues aquel rayo de luz que viajaba en el espacio tenebroso llevaba consigo algo más.
En una pequeña buhardilla, débilmente iluminada, un cuerpo se estiraba, poniéndose en pie. Sus ojos eran dos trozos de carbón al rojo, y una diabólica sonrisa cruzaba su rostro; y mientras observaba los tejadillos de la ciudad a través de la pequeña ventana, sus brazos se elevaron en un gesto de triunfo.
Había atravesado las barreras creadas por los Dioses Antiguos; estaba libre, libre para caminar por la tierra una vez más, libre para manejar la mente de los hombres y esclavizar sus almas. Era aquel al que yo había dado la oportunidad de escapar, yo que, a causa de mis ansias de poder, le había procurado los medios para volver a la tierra.
Nyarlathotep caminaba por la tierra con la forma de un hombre, pues cuando me robó mis recuerdos y mi ser, también retuvo mi aspecto físico. En mi cuerpo moraba ahora la esencia inmortal de Nyarlathotep el Terrible.

H.P. Lovecraft -- Martín S. Warnes
 
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nubarus
view post Posted on 5/4/2009, 17:56




La ideologia de la epoca
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Montague Summers. Muerto en 1948, creía firmemente en los malignos rasgos sobrenaturales que caracterizan al vampiro.El clérigo británico Montague Summers, autor de textos sobre ocultismo, erró por el otro extremo, el del escepticismo, al asegurar que «en Rumania encontramos reunidas, alrededor del vampiro, casi todas las creencias y supersticiones que prevalecen en toda la Europa oriental».Pero a finales del siglo XX se encuentran todavía personas que creen en los vampiros como seres reales y sobrenaturales. El reverendo Neil Smith, conocido exorcista de Hampstead, en Londres, cree que incluso en la populosa capital existen vampiros. Según él, son mitad animal y mitad ser humano, y absolutamente malignos. Descarta la idea de que los ataques de los vampiros sean todos «fruto de la mente» de la supuesta víctima, y cita lo que para él constituye una prueba indiscutible de su existencia, pues asegura haber intervenido personalmente en varios casos de vampirismo. Una víctima le enseñó «las marcas en sus muñecas, que aparecían la noche en que le era extraída sangre, marcas casi iguales que las realizadas por los arañazos de un animal». Niega con vehemencia que estas marcas pudieran haber sido infligidas por la misma víctima, y cita otro ejemplo de un hombre en Sudamérica, que presentaba un fenómeno similar, «como si un animal le hubiera atacado y chupado la sangre».Y desde luego, no sólo los vampiros atacan a los seres humanos. A juzgar por un número creciente de pruebas, también lo hacen los poltergeists, los humanoides y otros fenómenos semejantes. Tal vez los vampiros sean «reales» en el sentido de que proceden de otro tiempo o lugar, de otra dimensión; tal vez sean en parte carne y en parte materialización. Sabemos tan poco acerca de lo paranormal, que literalmente cualquier cosa puede resultar posible. No obstante, unos cuantos rasgos característicos, relacionados con la sed de sangre que anima al vampiro, pueden aclarar algunos puntos.Desde tiempos inmemoriales, el consumo ritual de sangre ha sido, en todo sacrificio, el elemento vital para conseguir energías y propiciar a los dioses. Para que un ser viva debe tener sangre, y la mente primitiva establecía una ecuación según la cual a más sangre correspondía más vitalidad. Los aztecas vertían sangre humana en las bocas de sus ídolos para apaciguarlos, en tanto que los rajás indios bebían sangre de las cabezas recién decapitadas a fin de hacerse con fuerzas superiores. Los antiguos chinos se comían los cerebros de los muertos más reverenciados para obtener sabiduría, y en la misma época vigilaban el cadáver antes de darle sepultura, para evitar que un perro o un gato se aproximara a él y lo mordiera, cosa que, según ellos creían, convertía al difunto en vampiro.Los romanos, pese a sus excesos en otros aspectos, se horrorizaban al oír las historias según las cuales los cristianos, como parte de su culto, comían carne y bebían sangre. De hecho, parece probable que una ínfima minoría de los primitivos cristianos, al confundir la naturaleza simbólica de la comunión con el pan y el vino, hubiesen recurrido al canibalismo. Pero beber sangre, por más que pueda antojársenos un acto repulsivo, es algo muy diferente del vampirismo sobrenatural, y todo ello parece hallarse a años luz de nuestro «ilustrado» mundo moderno. Con todo, en fecha tan reciente como 1973, y en un escenario absolutamente insólito para tales manifestaciones, el temor atávico al vampiro provocó la muerte de un hombre.El hecho sucedió en Stoke-on-Trent (Staffordshire, Inglaterra) en el corazón del «distrito de las cerámicas», una localidad en otro tiempo pródiga en actividades comerciales y escándalos de nuevos ricos, pero que actualmente se distingue tan sólo por una grandeza decadente y una sensación de inútil despilfarro. Por consiguiente, la hilera de lóbregas casas de estilo gótico, conocidas como «The Villas», no parece fuera de lugar en este paisaje melancólico. Pero lo que sucedió en la casa número 3 no puede considerarse en absoluto como un hecho natural.Demetrious Myicura murió allí en circunstancias tan extrañas como espeluznantes. Poco se sabía acerca del difunto, excepto que era un inmigrante polaco que había llegado a aquella región 25 años antes, y que desde entonces había trabajado allí.Un buen día no compareció en su puesto de trabajo, y nadie le vio durante varios días; preocupados, los vecinos avisaron a la policía. John Pye, un policía joven e inteligente, realizó una investigación. Al parecer, Myicura sentía una extraña aversión a la electricidad, ya que en su habitación habían sido eliminadas todas las bombillas. Utilizando su linterna de bolsillo, John Pye examinó el lugar. En el suelo había periódicos esparcidos por doquier, así como una vieja sartén debajo de la cama en la que yacía el muerto, semicubierto por un montón de ropas viejas y mantas deshilachadas. Completamente vestido, con una mano debajo de la cabeza y la otra reposando sobre su cintura, daba toda la impresión de estar durmiendo, excepto por el hecho de que su boca estaba completamente abierta, lo que confería a su rostro una expresión de horror.

Circunstancias Sospechosas

Demetrious Myicura, muerto en 1973, al parecer obsesionado por ahuyentar a los «vampiros».
El informe del forense indicó que el hombre se había asfixiado al atragantarse con una cebolla en vinagreta. Por otra parte, no tiene nada de raro que la policía y los vecinos encuentren muertas a personas solitarias, algo excéntricas, que viven en un ambiente misérrimo. El incidente hubiera podido pasar prácticamente desapercibido de no haber intrigado a John Pye un par de detalles en aquella habitación caótica, detalles que ni siquiera valía la pena mencionar en los primeros momentos, porque no parecían guardar relación alguna con el fallecimiento del desdichado.En primer lugar, la habitación había sido generosamente espolvoreada de sal. Entre las piernas de Myicura había una bolsa llena de este producto, y otra detrás de su nuca. Había también sal mezclada con orina en varios recipientes distribuidos por toda la habitación y un cuenco colocado boca abajo sobre la repisa de la ventana ocultaba una mezcla de excrementos... y ajo.Estos curiosos y desagradables detalles recordaron a Pye algo que había oído o leído en alguna parte, y de pronto se le ocurrió lo que podían significar. Fue a la biblioteca y consultó La historia natural del vampiro de Anthony Master (1972). Sus sospechas se vieron confirmadas: la sal, la orina y el ajo constituían los elementos de un ritual antiquísimo para protegerse contra los vampiros.Persuadió al juez de instrucción para que se examinara de nuevo la «cebolla en vinagreta», y resultó que, como John Pye había sospechado, se trataba en realidad de un diente de ajo. Myicura debía de haber sufrido terribles agonías de horror en su habitación, tan aterrorizado por los vampiros que llegaba incluso a dormir con un diente de ajo en la boca, y fue este «dispositivo protector» lo que finalmente le causó la muerte por asfixia.Las obsesiones, especialmente entre las personas solitarias, adoptan formas diversas, y es evidente que ese hombre padecía la obsesión de los vampiros. Procedía de la Europa oriental, donde el miedo a los «no muertos» todavía es corriente; vivía solo, y bien cabe la posibilidad de que su mente estuviera desequilibrada.Pero, aunque nadie sabrá nunca si estas abominables criaturas fueron alucinaciones o proyecciones de su mente, o bien la fantasía de un enfermo, el terror que inspiraban era real. Por tanto, no es erróneo decir que finalmente fueron los vampiros quienes acabaron con él.
 
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nubarus
view post Posted on 13/8/2009, 15:41




El Realismo Mágicko de H.P. Lovecraft

Consumido por el cáncer en 1937 a la edad de 46 años, último vástago de una familia aristocrática venida a menos de New England, el escritor de horror Howard Phillips Lovecraft dejó uno de los más curiosos legados literarios de América. La mayoría de sus cuentos cortos aparecieron en Cuentos Insólitos, una revista de historietas dedicada a lo sobrenatural. Pero dentro de estos límites poco pretenciosos, Lovecraft llevó el género de la oscura fantasía de terror a una nueva dimensión.

Esto se hace más que evidente en la serie de historias conocida como los Mitos de Cthulhu (de ahora en adelante solo los "Mitos"). Nombre que es tomado de un tentaculado monstruo alienígeno que aguarda soñando debajo del mar en la ciudad sumergida de R'lyeh. En "Nightside of Eden", Grant coloca el panteón de Lovecraft encima de un árbol de la Vida de las sombras, comparando a los deformes "globos iridiscentes" que ocasionalmente surgen en los cuentos de Lovecraft con los restos sefiróticos conocidos como el Qlipoth. los mitos comprenden la galería cósmica de una variedad de entidades extraterrestres horripilantes que incluyen Yog-Sothoth, Nyarlathotep, y el dios idiota y ciego Azazoth, quien se tumba desgarbadamente en el centro del Caos Quintaesencial, "rodeado por su fallida horda de bailarines atolondrados y amorfos, y adormecido por el sonido monótono de una flauta demoníaca sujetada por innominadas garras.

Acechando a las márgenes de nuestro de espacio-tiempo continuo, esta feliz tripulación de Dioses extraterrestres y los Grandes Antiguos intentan invadir nuestro mundo a través de la ciencia y los sueños y los ritos horrorosos.

Como escritor marginalmente popular trabajando en tan sórdido material literario, Lovecraft no recibió seria atención durante su vida. Pero mientras la mayor parte del género literario pulp-fiction (éste es un término que se refiere a un género literario de regular calidad publicado mayormente en magazines, no hay una traducción específica que yo conozca que se pueda utilizar en castellano) de 1930s es casi ilegible hoy, Lovecraft continúa atrayendo las atención de miles de fanáticos.

Entretanto ambos malos y virtuosos discípulos continúan elaborando historias que a partir de los Mitos de Cthulhu. Existe hasta un congreso anual sobre Lovecraft llamada - el Necronomicon, en honor al más famoso de sus grimorios prohibidos. Como el escritor gnóstico de ciencia ficción Philip K. Dick, H.P. Lovecraft es la personificación de un autor de culto.

La palabra fanático proviene de fanaticus, un término antiguo para un devoto del templo, y los fanáticos de Lovecraft muestran la devoción incansable, el fetichismo y el debate sectario que ha caracterizado a los cultos religiosos populares a lo largo de las épocas. Pero este "culto" a Lovecraft goza de una magnitud curiosamente literal. Muchos magos y ocultistas han tomado sus mitos como un recurso material para sus prácticas. Extraído de las regiones más oscuras de la contracultura esotérica - Thelema, satanismo y Magia del Caos -estos magos Lovecraftianos buscan activamente y a voluntad generar los aterradores y atávicos encuentros con los que los protagonistas de Lovecraft dan por casualidad o en contra de su voluntad.

Las fuentes ocultas subalternas que la magia Lovecraftiana usa incluyen tres diferentes ediciones "falsas" del Necronomicon, algunos ritos incluidos en Los Rituales Satánicos de Anton LaVey, y un buen número de obras del chiflado británico Kenneth Grant. Además de la O.T.O. Typhoniana de Grant y la Orden de los Trapeziodes del Templo de Set, las otras sectas mágicas que se vinculan con la corriente Cthulhu son la "Orden Esotérica de Dagon", el "Bate Cabal", "Lovecraftian Coven" de Michael Bertiaux, y un grupo "Starry Wisdom" en Florida, denominado así en honor a la secta de siglo diecinueve descrita en "el Hechizador de la Oscuridad" de Lovecraft. Los solitarios Magos del Caos completan esta lista, vinculando arcanos Lovecraftianos en Internet o probando los mitos libremente en su , trabajos ctónicos carentes de limitaciones.

Como espero demostrar en este ensayo, la magia Lovecraftiana no es una alucinación popular sino un set de "lectura" imaginativa y coherente que se mantiene activa gracias a la dinámica de los propios textos de Lovecraft, un set de estrategias temáticas, estilísticas, e intertextuales que constituyen qué lo que yo llamo el Realismo Mágicko de Lovecraft.

Este fenómeno es aun más intrigante por el hecho de que Lovecraft mismo fue un "mecanicista materialista" filosóficamente opuesto a cualquier clase de espiritualidad y magia. Considerar esta discrepancia es sólo uno de los tantos problemas planteados por el evidente poder de la magia Lovecraftiana. ¿Por qué y cómo "funcionan" estas visiones de "pulp fiction"?

El realismo mágico desde ya denota una tensión entre la ficción latinoamericana - ejemplificada por Borges, Gabriel Garcia Marquez, e Isabel Allende - en la cual una lógica fantástica/onírica se entremezcla encantadoramente y en una sola pieza con los ritmos de la vida cotidiana. El realismo Magicko de Lovecraft es mucho más oscuro y convulsivo, como las fuerzas antiguas y amorales que violentamente van perforando la superficie realista de sus cuentos. Lovecraft construye y entonces colapsa un número de polaridades intensas - entre el realismo y la fantasía, libro y sueño, razón y su Otro caótico. Haciendo gran despliegue de estas tensiones en su escritura, Lovecraft también refleja las transformaciones que el oscuro ocultismo ha experimentado a medida que se enfrenta a la modernidad en formas tales como la psicología, la física cuántica, y la insubstancialidad existencial del ser. Y a medida que implanta todo esto en unos mitos intertextuales de gran profundidad, él arrastra al lector hacia el caos que yace "entre los mundos" de la magia y la realidad.

Un Poe de Pulp Fiction


Escrito en su mayor parte en los años 1920s y los ' 30s, el trabajo de Lovecraft construye un puente algo desvencijado entre la florida decadencia fantastica del fin de siglo y la más" racional " ciencia ficción de la nueva centuria. Sus primeros escritos son un pastiche gótico y estrafalario, pero en sus maduros cuentos de Chtulhu, Lovecraft adopta un estilo pseudo documental en el que utiliza el lenguaje del periodismo, la erudición, y la ciencia para construir una prosa realista y rítmica que luego estalla en horror febril.. Algunos encuentran la vehemencia de Lovecraft atroz - no a todo el mundo le puede gustar un escritor capaz de comparar una luz extraña a "un enjambre saturado de luciérnagas deraboradoras de cadáveres bailando sarabandas infernales sobre un pantano maldito".

Pero en lo que respecta al horror, Lovecraft da en el clavo. Su protagonista es usualmente un tipo erudito y solitario, un estudioso o artista el cual es o son conocidos por el narrador en primera persona. Encontrando de casualidad coincidencias extrañas o asediado por sueños extraños, su curiosidad intelectual lo lleva a comenzar a investigar libros prohibidos o el folklore local, pero su inclinación empírica lo ciega al panorama de pesadilla que el lector puede ver levantándose lenta y claramente alrededor de él. Cuando los "Mitos" finalmente afloran, a menudo queda destrozado anímicamente, si bien la embestida es generalmente más cognitiva que física.

Por el uso interminable de una colección compartida de imágenes y tópicos, los géneros fantásticos también generan una resonancia colectiva que puede parecer arquetípica y estereotipada. Aunque Lovecraft se separó de la fantasía clásica, él le dio a sus "Mitos" la densidad y profundidad que poseen al construir un mundo compartido en el cual alojar sus cuentos dispares. Las historias de los "Mitos" comparten todas un mapa liminal que entrelaza lugares ficticios como Arkham, Dunwich, y la Universidad de Miskatonic con el paisaje de New England; También aluden a un grupo común de entidades y libros prohibidos. Una característica relativamente común en la ficción fantástica. Dichas técnicas meta ficticias crean la sensación de que los mitos de Lovecraft yacen más allá de cada uno de los cuentos, existiendo en una dimensión a mitad de camino entre la fantasía y la realidad.

Lovecraft no narró simplemente cuentos - construyó todo un mundo. No es casualidad que uno de los juegos de Rol más de exitosos en la linea de Dungeons & Dragons tiene lugar en "La tierra de Lovecraft". La mayoría de las aventuras de los juegos de Rol construye sus mundos dentro de los altamente codificados espacios "míticos" de la imaginación colectiva (la fantasía heroica, lo ciberpunk, vampiros, la Gran Bretaña del Rey Arturo, etc). EL juego de Rol " La Llamada de Cthulhu" tiene lugar en la América de 1920 de Lovecraft, donde los jugadores se tornan "los investigadores" que siguen la pista a los rumores que surgen de la oscuridad o los horribles crímenes ocultos que gradualmente marcan nuevos rumbos hacia la realidad de los monstruos. La llamada de Cthulhu es un juego extraordinariamente oscuro; Lo mejor que los investigadores pueden hacer es mantener su cordura e impedir el probable triunfo apocalíptico de los monstruos. En muchas maneras la Llamada de Cthulhu "es efectiva" debido a la considerable densidad de los mitos originales de Lovecraft, una densidad a la que el juego mismo también contribuye.

Lovecraft mismo "colectivizó" y profundizó sus mitos alentando así a sus amigos a escribir historias que tengan lugar dentro de su mundo. Escritores tales como Clark Ashton Smith, Robert Howard, y el joven Robert Bloch accedieron a esto. Después de la muerte de Lovecraft, August Derleth continuó esta tradición con gran devoción, y hoy en día, docenas continúan escribiendo cuentos Lovecraftianos.

Con algunas excepciones notorias, la mayor parte de estos escritores mutilan los "Mitos", a menudo detallando horrores que el maestro sabiamente dejó encubiertos en ambigua lobreguez. Las delineaciones exactas del elenco cósmico de Lovecraft y la línea cronológica permanecen en tinieblas incluso luego de una lectura detallada y referencias cruzadas. Pero en las manos de Catholic Derleth, los Grandes Antiguos extraterrestre se convierten en demonios elementales derrotados por los "buenos" Dioses Mayores. Forzando al panteón cósmico y fundamentalmente amoral de Lovecraft dentro de un esquema religioso tradicional, Derleth cometió un error tanto imaginativo como interpretativo. Para a pesar del aura diabólica de sus criaturas, Lovecraft genera mucho de su poder dando un paso más allá del bien y del mal.

El Horror de la Razón


En la mayoría de los casos Lovecraft abandonó las típicas bases sobrenaturales y religiosas del cuento sobrenatural clásico, y en lugar de eso volvió la vista hacia la ciencia como una proveedora de estructuras para el horror. Llamando a Lovecraft el "Copérnico del cuento de horror," el escritor de fantasía Fritz Leiber Jr. escribió que Lovecraft fue el primer escritor fantástico que afianzadamente atribuyó la emoción del espanto espectral a conceptos tales como "espacio exterior", las fronteras del cosmos, seres alienígenos, dimensiones insospechadas, y universos concebibles que yacen fuera de nuestro espacio-tiempo continuo. Como Lovecraft mismo escribió en una carta, "ha llegado la hora de que la rebelión normal contra el tiempo, espacio, y la materia asumen una forma no claramente incompatible con la cuál es conocida la realidad - a la vez de que debe estar gratificada por imágenes que creen compatibilidades en lugar de contradicciones del universo visible y mensurable".

Para Lovecraft, no es el sueño de la razón que engendra a monstruos, sino que la razón misma con sus ojos anhelantes. Fusionando ciencia de avanzada con material arcaico, Lovecraft crea un retorcido materialismo en el cual "el progreso" científico nos lleva de retorno al abismo atávico, y la investigación pragmática revive el principio básico objetivo de los mitos olvidados y desechados. Por ello la obsesión de Lovecraft con la arqueología; Las excavaciones que desentierran artefactos alienígenos y ciudades estrambóticamente anguladas son simultáneamente históricas e imaginativas. En la historia de 1930 "El que Susurraba en las Tinieblas," Lovecraft identifica el planeta Yuggoth (desde el cuál el fungoide Mi-Go emprende sus invasiones clandestinas a la Tierra) con el recién hallado planeta Plutón (hoy en día un planeta enano). Para el lector de 1930 - probablemente el tipo de persona que se emocionaría a raíz del descubrimiento del "noveno planeta" por C.W. Thompson ese mismo año - estas claras y precisas referencias hacen que la ficción de Lovecraft se abra camino a un mundo real que al mismo tiempo abre camino hacia el cosmos ilimitado.

Un Lovecraft más cohibido, si bien algo forzado, fusiona el folklore oculto y la ciencia especulativa en la historia de 1932 "Los sueños en la casa de la bruja". Los personajes demoníacos que el folklorista Walter Gilman vislumbra en sus pesadillas son un linaje de ghoules. La maldita bruja arpía Keziah Mason, su demonio familiar Brown Jenkin, y un hombre negro que es quizá la figura más indudablemente Satánica de Lovecraft. Estas figuras con el tiempo invaden el espacio real del cuarto curiosamente angulado de Gilman. Pero Gilman es también un estudiante de Física Cuántica, Superficies de Riemann y Matemática Euclidiana, y sus sueños son casi manifestaciones psicodélicas de su conocimiento abstracto. Dentro de estos "abismos cuyas propiedades materiales y gravitacionales... él aun no podría comenzar a explicar," un área "indescriptiblemente angulada" de "prismas de titán, laberintos, cubos y agrupaciones de planos y cuasi construcciones," Gilman encuentra un poliedro pequeño y una masa de "burbujas esferoidales". Es hacia el final de la narración que él se da cuenta de que este hallazgo es en realidad Keziah y su demonio familiar, los clichés demoníacos clásicos se tradujeron en la dimensión más ajena de la ciencia especulativa: El hiper-espacio.

En estos días, uno encuentra el tema del hiper-espacio en la ciencia ficción, la cosmología pop, el diseño de interfaces de computadora, canalización de profecías extraterrestres, y en el chamanismo postmoderno psiconáutico- todo se relaciona a lo que alimenta a la Magia del Caos del contemporánea. El término mismo fue probablemente acuñado por el escritor de ciencia ficción John W. Campbell Jr. en 1931, aunque sus orígenes como concepto recaen sobre las exploraciones matemáticas de la cuarta dimensión del siglo diecinueve .

De muchas formas, sin embargo, Lovecraft fue el primer en usar este concepto dentro de mitos. Desde la perspectiva del hiper-espacio, nuestros espacios normales, tridimensionales son construcciones desgastadas e insuficientes. Pero nuestra incapacidad de imaginar lúcidamente esta dimensión nueva en términos humanistas crea una crisis de representación, una crisis que Lovecraft llama nuestros miedos más antiguos a lo desconocido. "Todos los objetos ... estaban totalmente más allá de cualquier descripción o hasta comprensión," Lovecraft describe así la pesadilla de Gilman antes de paradójicamente proceder a describir estos objetos horribles. En sus descripciones, Lovecraft enfatiza la inconmensurabilidad de este espacio a través de yuxtaposiciones casi absurdas como "ángulos obscenos" o geometría "equivocada", una técnica retórica que el mago del Caos llama "angularidad semiótica".

Lovecraft tiene el hábito de describir sus horrores como "indescriptibles, anónimos," nunca vistos, inmencionables, desconocidos "y" deformes ". Aunque superficialmente débil, esta técnica también puede ser vista como un tipo de macabra vía negativa. Como a las oposiciones apofáticas de teólogos negativos como Pseudo-Dioniso o San Juan de la Cruz, Lovecraft marca los límites de lenguaje, límites que paradójicamente señalan el más allá. Para los místicos, este fin último es Yo inefable, la Penumbra Superluminosa" de Pseudo Dioniso o el Ain Soph de los Cabalistas. Pero no hay unidad en el Más Allá de Lovecraft . Es el Exterior omnívoro, la multiplicidad estridente de hiperespacio cósmico establecida por la razón.

Para Lovecraft, el materialismo científico es el pacto Faustiano esencial, no porque nos ofrezca tecnología Prometéica (un hombre del siglo dieciocho como Lovecraft no tenía ningún interés en máquinas), sino porque nos lleva más allá de lo que nuestras mentes pueden resistir. "Creo que la cosa más piadosa en el mundo es la incapacidad de la mente para asociar todo su contenido," dice la famosa línea de apertura de "La llamada de Cthulhu". Correlacionando esos contextos, el empirismo abre las puertas a "aterrorizantes vistas de la realidad" - qué Lovecraft en otro sitio llama "el cosmos ciego que destruye sin motivo alguno de la nada hacia algo y de algo de regreso a la nada otra vez, ni escuchando ni sabiendo los deseos o la existencia de las mentes que se mueven tremulantemente y de vez en cuando en la oscuridad".

Lovecraft le dio a este temor existencialista una voz imaginativa, qué él llamó a "alienación cósmica". Para Fritz Leiber, el "monstruoso caos nuclear " de Azazoth, la entidad suprema de Lovecraft, simboliza "el inútil, irreflexivo, pero omnipotente universo de creencia materialista". Pero este simbolismo no es la historia completa, porque, como los usuarios de enteógenos saben, el hiper-espacio está hechizado. Las entidades que brotan violentamente de las áreas inhumanas de Lovecraft parecen sugerir que en un ciego cosmos mecanicista, la cosa más extraña es en si misma perceptible por los sentidos. Mirando con atención hacia el exterior a través de las grietas de la conciencia "humana" domesticada, un materialista fanático como Lovecraft sólo podría reaccionar con espanto, pues la razón debe acobardarse por encima de los más feroces y atávicos dragones del sueño de la psique.

Los humanos modernos usualmente suprimen, ignoran o inhiben estas fuerzas escondidas en nuestros cerebros del lagarto. Místicamente, estas fuerzas se plasman en demonios aprisionados por los yugos angélicos del altruismo, moralidad, e intelecto. Pero si uno no cree en algún propósito universal quintaesencial, entonces estas fuerzas primitivas son lo más cercano a una armonización con el cosmos precisamente porque son amorales e inhumanas. ¿En "El Horror de Dunwich ", Henry Wheeler alcanza a oír un gemido monstruoso de un rito diabólico y se pregunta si aquellos graznidos como truenos surgían "de los abismos insondados de la conciencia extracósmica o de la obscura herencia por mucho tiempo latente"? El Exterior está dentro.

La Cultura del Caos

La ficción de Lovecraft expresa un "primitivismo futuro" que encuentra su más intensa expresión esotérica en la magia del Caos, un ecléctico estilo contemporáneo de ocultismo oscuro que deriva de Thelema, el satanismo, Austin Osman Spare, y la metafísica oriental construyendo así una magia completamente postmoderna.

Para los magos del Caos de hoy en día, no hay "tradición". Los símbolos y mitos de incontables sectas, órdenes, y creencias, son modelos estructurados, ficciones útiles, "juegos". De que la magia funcione no tiene nada que ver con los reclamos de la verdad y mucho que ver con la voluntad y las vivencias del mago. Reconociendo la posibilidad bien definida de que podemos estar a la deriva en un cosmos carente de propósito y mecánico en el cual la imaginación y la voluntad humana son eventos fortuitos (la "indiferencia cósmica" que Lovecraft mismo profesó), el mago acepta su insubstancialidad, abrazando el auto-creativo vacío caótico que él mismo es.

Así como en los cultos y grimorios ficticios de Lovecraft, los Magos del Caos rehúsan las simbólicas y monoteístas discriminaciones jerárquicas del esoterismo tradicional. Como la mayoría de los magos del Caos, el ocultista británico Peter Carroll gravita hacia lo negro, no porque desee una simple inversión Satánica de lo Cristiano sino que va en búsqueda del núcleo amoral y chamánico de la experiencia mágica - un núcleo que Lovecraft evoca con sus orgías de tambores, cánticos guturales, y sonidos espantosos. Al mismo tiempo, Magos del Caos como Carroll también se encuentran interesados en sondear la excéntrica teoría de la Física Cuántica, Teorías de la complejidad y el Prometeanismo tecnológico. Algunos magos de lo oscuro se encuentran atrapados por las fuerzas atávicas que desatan o se vuelven adictos al disfraz oscuro del antihéroe Satánico. Pero los más sofisticado adoptan un modo equilibrado de existencialismo gnóstico que pone en duda todos los modelos estructurados al mismo tiempo de rehusar los tristes consuelos de la razón escéptica o el nihilismo suicida, un chamanismo pragmático y empírico que evoca tanto al materialismo duro de Lovecraft como a sus horrores.

El primer ocultista que realmente se involucró con estas nociones fué Aleister Crowley, quien rompió con los modelos admitidos por la mayoría de las tradiciones ocultistas mientras que creativamente renovó el oscuro sueño de la magia del siglo veinte. Con su imagen extraña, sus textos engañosos, y sus famosas Leyes de Thelema ("haz lo qué quieras será toda de la ley"), Crowley cuestionó las certezas esotéricas de legados y de "auténticas" revelaciones, y fue el primer mago en brindar ocultas antinomias de un carácter decididamente Nietzscheano.

Sin restricciones, las ansias de poder ocultas fácilmente pueden degenerarse en elitismo despiadado, y las dimensiones fascistas y racistas de tanto el ocultismo del siglo veinte y Lovecraft mismo no debería ser olvidados. Pero esta voluntad auto-engendrada es más exuberantemente expresada como una voluntad artística. En diferentes sentidos, el ocultismo de fin de siglo que explotó durante el tiempo de Crowley fue un esoterismo esencialmente estético. Un buen número de magos del siglo diecinueve que nos inspiran hoy en día son los grandes poetas, pintores, y escritores del Simbolismo y del decadente Romanticismo, muchos de ellos amateures o adeptos en satanismo, Rosacrucismo, y sociedades herméticas. La Orden Hermética de la Aurora Dorada estaba repleta de pretensiones artísticas, y uno de sus miembros y escritor de fantasía Arthur Machen fue una de las influencias más poderosas de Lovecraft.

Pero fue Austin Osman Spare quién más decisivamente desdibujó el límite entre la vida artística y la mágica. Sin embargo, trabajando independientemente de los Surrealistas, Spare también basó su arte en las erupciones oscuras y autónomas del material "subconsciente", aunque en un más abiertamente contexto téurgico.Los magos del Caos contemporáneos están muy influenciados por Spare, y sus ritos Lovecraftianos expresan esta disolución simultáneamente creativa y nihilista. Y tal como engendros postmodernos de juegos de Rol, computadoras, y cultura pop, ellos celebran el hecho de que los secretos de Lovecraft son sacados de los encasillamientos de ser simples elementos de la literatura de pulp fiction.


La evidencia en el Budín


En un mensaje publicado en Internet, Parker Ryan enumeró una extensa variedad de técnicas mágicas descritas por Lovecraft, incluyendo enteógenos, lenguaje incomprensible, y tamborileo chamánico. Insistiendo en que su mensaje no era un artículo satírico, Ryan entonces pasó a describir ritos Lovecraftianos específicos en que él mismo había practicado, incluyendo este "Rito de Cthulhu":

A) Cantando. El uso del Canto a Cthulhu para crear una estado meditativo de conciencia que crea la base de un posterior trabajo mágico.

B) Trabajo con sueños. Técnicas específicas de control del sueño usado para establecer contacto con Cthulhu.

C) Decondicionamiento. Técnicas singulares para liberarse de realidades túneles culturalmente condicionadas.

Ryan procede a decir que él ha experimentado con la mayor parte de sus rituales con bastante buen éxito.

Al aceptar la magia de Lovecraft como "verdadera", uno rápidamente se topa una ironía fundamental: El frío escepticismo de Lovecraft mismo. En sus cartas, Lovecraft calificó a sus cuentos como solo diversión, afirmando que él los escribió por dinero y colocando sus amigos en el nombre de los monstruos.. Mientras que tales actitudes de ningún modo aminoran el poder imaginativo de los cuentos de Lovecraft - lo que, por general, yace fuera del control y la intención de su autor - ellos plantean un problema para el ocultista practicante que trata de atribuir autoridad mágica a Lovecraft.

Lo más sensato, y quizás la respuesta menos interesante, sería encontrar auténtica magia en la biografía de Lovecraft. El padre de Lovecraft fue un agente viajero que murió en un manicomio cuando Lovecraft tenía ocho años, y vagos rumores de que era un iniciado en alguna orden masónica fueron expuestos en el Necronomicon un compendio ensamblado por George Hay, Colin Wilson, y Robert Turner. Otros han intentado rastrear el conocimiento oculto de Lovecraft, especialmente sus relaciones con Aleister Crowley y la Aurora Dorada. En un documento de Internet relatando la historia del Necronomicon "verdadero", Colin Low sostiene que Crowley hizo amistad con Sonia Greene en Nueva York algunos años antes de que la mujer se casase con Lovecraft. Como prueba de influencia indirecta de Crowley en Lovecraft, Low sita este intrigante pasaje de "la Llamada de Cthulhu":

" Ese culto no moriría hasta que las estrellas volvieran a ser favorables. Los sacerdotes sacarían entonces al gran Cthulhu de su tumba para que reviviese a sus vasallos y volviera a asumir su reinado en la Tierra. Ese tiempo sería fácil de conocer, pues entonces la humanidad se parecería a los Grandes Antiguos: salvaje y libre, más allá del bien y del mal, sin moral y sin ley. Y todos los hombres gritarían y matarían, y gozarían alegremente. Los Antiguos, liberados, enseñarían nuevos modos de gritar y matar y gozar, y el mundo entero ardería en un holocausto de libertad y éxtasis."

Low afirma que este pasaje es una idea camuflada de las enseñanzas de Crowley del Nuevo Eón y de El Libro de la Ley. En un artículo de "Societé", Robert North también manifiesta que Lovecraft se refirió a "A.C". En una carta, y que Crowley fue mencionado en "La Cámara Oscura" de Leonard Cline, una novela que Lovecraft discutió en su artículo "Horror Sobrenatural" en la publicación "Literature".

Pero...¿y con esto qué? Lovecraft fue un lector fanático e imaginativo, y muchas personas con tales características son atraídas por la semiótica exótica de la tradición esotérica mas allá de sus propias creencias o experiencias con lo paranormal. En base a las descripciones incluidas en "EL Caso de Charles Dexter Ward" y en algún otro cuento, está claro que Lovecraft conocía los perfiles básicos del pensamiento y práctica ocultista.. Excepto estas influencias palidecen si se las compara con los casos de Vathek, Poe, o Lord Dunsany.

Desesperados por incluir a Lovecraft en una "tradición", algunos ocultistas entra en dudosas explicaciones de influencia místico provocada por seres desencarnados. North da a este concepto de los Maestros Invisibles un toque chamánico, al afirmar que las prehistóricas tribus Atlantes que sobrevivieron a la gran inundación ejercieron influencia telepática en personas tales como John Dee, Blavatsky, y Lovecraft.Pero ninguno de estos Hierofantes de Lovecraft puede igualarse al delirante esplendor de Kenneth Grant. En "El Resurgimiento Mágico", Grant señala más similitudes curiosas entre Lovecraft y Crowley: Ambos nombran a "los Grandes Antiguos y los Residuos fríos"(de Kadath y Hadith, respectivamente) La entidad "Yog-Sothoth" rima con "set-Thoth," y Al Azif: El Libro del árabe se parece a Al Vel Legis de Crowley: El Libro de la Ley ;Grant concluye que Lovecraft tuvo "experiencia directa y consciente de los planos interiores," las mismas zonas Crowley rondó, y que Lovecraft camufló sus experiencias ocultas como ficción.

Como muchos Lovecraftianos de días más recientes, Grant comete el error de literalizar un mito decididamente vago. Una versión más sutil y más satisfactoria es la idea de que Lovecraft tuvo experiencias inconscientes directas de los planos interiores, experiencias que su mente cotidiana negó pero que no obstante encontró lugar en sus escrituras.

Pues Lovecraft poseyó en abundancia una vida vívida de sueño y de pesadilla, y extrajo la esencia de un buen número de sus cuentos de más allá de la barrera del sueño. En este sentido el poder mágico de Lovecraft no es nada más ni nada menos que del poder del sueño. ¿Pero qué clase de cuentos de sueño son estos? Un freudiano podría divertirse a lo grande con fecundos, fangosos monstruos del mar de Lovecraft, y un analista Jungiano reconocería los linimentos de la sombra proverbial en ellos. Pero la Sombra de Lovecraft es tan oscura que se traga los arquetipos estándares del inconsciente colectivo como un agujero negro. Si en lugar de ver al mundo arquetípico como un depósito estático de eternas Formas Divinas lo vemos como un constantemente cambiante carnaval de figuras , entonces los monstruos extraterrestres que Lovecraft vislumbró en el caos del hiper-espacio no son figuras arcaicas heredadas sino que los avatares de un nuevo eón psicológico y mítico.

En un intrigante documento de Internet dedicado al Necronomicon, Tyagi Nagasiva sitúa la los poderosos cuentos oníricos de Lovecraft dentro de la tradición Terma encontrada en la rama Nyingma del Budismo tibetano. Termas era escrituras antiguas escondidas por sabios budistas por siglos hasta que el tiempo fuese propicio, y cuando esto pasara videntes religiosos adivinarían sus escondites físicos a través de augurios o sueños. Pero algunos termas serían enteramente revelados a través de sueños.

Por supuesto, para los magos del Caos, la realidad se puede coherentemente presentarse a sí misma a través de cualesquier número de paradigmas simbólicos autosostenidos pero mutuamente contradictorios (o "Realidades túneles," según el memorable Robert Anton Wilson). Nada es verdad y todo está permitido. Enfatizando la naturaleza de realización propia de todas las afirmaciones de realidad, esta perspectiva postmoderna erosiona creativamente la distinción entre legitima transmisión esotérica y total ficción.

Esta parcialidad hacia lo experimental es encontrado en los Rituales Satánicos de Anton LaVey, el cual incluye los primeros rituales abiertamente Lovecraftianos en forma impresa. En la presentación de Die Elektrischen Vorspiele, la Ceremonia del Ángulos, y El Llamado a Cthulhu (ambos escritos por Michael Aquino), LaVey afirma que Lovecraft claramente ... había sido influenciado por fuentes muy reales.Pero al aseverar que la magia Satánica te permite "objetivamente entrar en un estado subjetivo " LaVey más enfáticamente asevera el poder ritual de la fantasía - una subjetividad radical que explica su irreverencia hacia la procedencia del material oculto, ya sea Lovecraft o la Masonería. Al darle a su orden el nombre "Order of the Trapezoid" en honor al "trapezoide brillante" hallado en "el Hechizador de la Oscuridad" de Lovecraft - un cristal negro extraterrestre, extrañamente angulado y usado para comunicarse con los Antiguos - LaVey enfatiza que las ficciones puedan canalizar fuerzas mágicas a pesar de su validez histórica.

En sus dos rituales, Michael Aquino expresa el poder subjetivo del lenguaje "sin sentido" creando una lengua "Yuggótica" parecida a aquella oída en "El Horror de Dunwich " y "El que Susurraba en las Tinieblas" de Lovecraft. Tales expresiones guturales ayudan a reprimir la mente racional (prueba cantar a "P'garn'h v'glyzz" por un par de horas), un concepto elaborado por Kenneth Grant en su Culto de Nombres Bárbaros. Después de dejar a la Iglesia de Satan para formar el más serio Templo de Set en 1975, Aquino con el tiempo reformó la Orden del Trapezoid en la de rama mágica práctica de la filosofía Setiana. Para Stephen R. Flowers, el actual Gran Maestro de la orden, la base de la magia Lovecraftiana es precisamente una abrumadora subjetividad que le hace frente a la doctrina objetiva. "Los Antiguos son las manifestaciones objetivas ... del universo subjetivo las cuáles está tratando de abrirse paso a través de ' lo meramente racional arraigado en la mente de la humanidad moderna".Para Flowers, tales invocaciones son postrimeramente apocalípticas, acelerando una transición hacia un eón caótico en el cual los Antiguos se revelan como reflejos futuros del Mago Negro ("no hay más Pesadillas para nosotros," él escribió).
Este deseo de rebelarse en contra de la tiranía de la razón y su ordenado universo objetivo es una de las metas subyacentes de la magia del Caos. Muchos aplaudirían el sentimiento expresado por Albert Wilmarth en "El que Susurraba en las Tinieblas" de Lovecraft : ¡"para quitarse de encima las limitaciones enloquecedoras y afanosas del tiempo y el espacio y el ley natural -para así uno poder conectarse con el vasto espacio exterior - para acercarse a los nocturnos y abismales secretos de lo infinito y primordial- es seguro que valdría la pena tomar el riesgo de perder la vida, el alma, y la cordura"!Mostrando fuertes influencias Taoistas y budistas, Haramullah llama más bien a un "Midul Path" (Senda del Medio en un inglés de anárquica ortografía) que mágicamente oscila entre la estructura y desintegración, la voluntad y el vacío.

En su texto de circulación electrónica " Kathulu Majik: the Roles of Modern Uccultizm," (el autor incurre voluntariamente en errores ortográficos), " Tyagi Nagasiva escribe que la mayor parte de la magia occidental está osificada y es dualística, excesivamente ponderada hacia las fuerzas del orden, la jerarquía, la moralización, y el lenguaje estructurado. "Sin la fuerza desestabilizadora de Kaos, nos estancaríamos intelectualmente, psicológicamente y de alguna otra manera... Kathulu provee la inestabilidad necesaria para combatir contra los métodos impasibles y fijos del ' Ordurs ' estructurado...Uno puede lograr el equilibrio a través de exponerse ante Kathulu "(la ortografía descuidada de "Tyagi " demuestra la influencia del Temple of Psychick Youth de Genesis P. Orridge). Haramullah critica a los magos negros que simplemente invierten "Ordur" en "Kaos," en lugar de equilibrar esta polaridad subyacente (un error dualístico que él también encuentra en Lovecraft). "La idea que uno puede progresar linealmente a lo largo del MP (Midul Path) es errónea. Uno no progresa sino que se transforma. Uno no evoluciona, pero armoniza . Uno no produce, pero permite".

En el Journal de Cincinatti de Magia Ceremonial, el autor anónimo de "Retorno de los Viejos Dioses" presenta una razón evolucionista para la magia de los "Mitos" de Lovecraft.. El autor acoge el argumento de una crisis mundial que se acerca causada por la invasión de los Viejos Dioses, las entidades Qlipóticas transdimensionales que gobernó a la protohumanidad hasta que fueron desterrados por "el agente de la Inteligencia", una figura Prometeica que colocó a la humanidad en su curso actual de evolución. Permanecemos conectados a estos Viejos Dioses a través de los Olvidados", las fuerzas atávicas del hambre, el sexo, y la violencia que desde tiempos inmemorables habitan en los niveles subterráneos de nuestro ser. Sólo a través de reabsorber mágicamente a los Olvidados y usar la subsiguiente energía para la autogeneración de la conciencia superior podemos mantener los portales sellados y as oponernos al regreso de los Viejos Dioses. Aunque el nombre de Lovecraft nunca es mencionado en el artículo, él está siempre presente, un escéptico materialista soñando con el despertar de los dragones.

Escribiendo el Sueño...

En los cuentos de los Mitos, uno encuentra dos dimensiones - el mundo humano normal y el Exterior infestado - y es la tensión ontológica entre ellas lo que le da poder al realismo mágicko de Lovecraft. Aunque Cthulhu y sus amigos tienen aspecto material, su realidad es aún más horrorosa porque nos muestra como en realidad es el universo. Como dicen las notas del estudioso de Lovecraft Joshi, los personajes de Lovecraft no pierden la razón "por directa violencia física de parte de las entidades sobrenaturales sino a través de la propia comprensión de la existencia de esa raza de dioses y seres". Confrontados con "áreas cuya mera existencia aturde el cerebro", experimentan desarmonía cognitiva aguda - precisamente el tipo de ruptura desorientadora buscada por los magos del Caos.
El de juego de rol- La Llamada de Cthulhu asombrosamente expresa la violencia de este cambio de paradigma Lovecraftiano. En juegos de aventura como Dungeons y Dragons, una de las medidas más significativas de tu personaje son sus hit points - un número que determina la cantidad de castigo físico que tu personaje puede soportar antes de lo considere herido o muera. La llamada de Cthulhu reemplaza esta característica física con la categoría psíquica de la Cordura. Los encuentros frontales con Yog-Sothoth o los insectos de Shaggai le quitan puntos tu Cordura, pero de esta manera obtienes más información acerca de los mitos - más te enteras de los libros o de los mapas celestes, más probabilidad existe en que termines en el Asilo Arkham . La magia también tiene un precio irónico, uno al cual los magos Lovecraftianos le deberían prestar atención. Si usas cualquiera de los hechizos de ataduras del Vermis Mysteriis o los Manuscriptos Pnakoticos, obligatoriamente aprendes más acerca de los mitos y por consiguiente pierdes más cordura.
Los héroes de Lovecraft también investigan los Mitos tanto a través de la lectura directa y el pensamiento como a través de moverse en el espacio físico donde suceden los hechos, y esta exploración psicológica arrastra la mente del lector directamente al círculo. Comúnmente, los lectores sospechan la oscura verdad de los Mitos mientras el narrador todavía se aferra a una actitud cotidiana - una técnica que sutilmente obliga al lector a identificarse con lo extraño más bien que con la cosmovisión convencional del protagonista.
Mágicamente, la ceguera de los héroes de Lovecraft concuerda con un elemento clave en la teoría desarrollada por Austin Osman Spare: Que la magia tiene lugar por encima y en oposición a la mente consciente, ese pensamiento común debe ser silenciado, distraído, o completamente alienado para que la voluntad ctónica se exprese.

Para invadir nuestro plano, las entidades de Lovecraft necesitan un portal, una interfaz entre los mundos, y Lovecraft enfatiza dos: Los libros y los sueños. En "los Sueños de la Casa de la Bruja", "La Sombra fuera del Tiempo" y "la Sombra sobre Innsmouth", los sueños infectan a sus anfitriones con una virulencia semejantes a las más palpables posesiones psíquicas de "El Hechizador en la Oscuridad" y "El Caso de Charles Dexter Ward". Como los monstruos mismos, los sueños de Lovecraft son fuerzas autónomas abriéndose paso desde lo Exterior y engendrando su propia realidad.

Pero estos sueños también evocan un "exterior" más literal: La extraña vida de sueños del mismísimo Lovecraft, una vida que (como sus bien informados admiradores conocen) inspiró directamente algunos de sus cuentos. Sembrando sus textos con sus pesadillas, Lovecraft crea una homología autobiográfica entre él mismo y sus protagonistas. Las historias mismas comienzan a soñar, lo que quiere decir que el lector también yace directamente en la senda de la infección.

Lovecraft se reproduce a sí mismo en sus cuentos de muchas maneras diferentes- los protagonistas en primera persona reflejan aspectos de su estilo de vida solitario y estudioso; El estilo epistolar de "El que Suspiraba en las Tinieblas" hace eco de su propio empeño de comunicarse regularmente a través del correo; Los nombres de los personaje son tomados de sus propios amigos; Y el paisaje de New England es el suyo propio. Esta introspección psíquica explica parcialmente por qué los admiradores Lovecraft usualmente quedan fascinados con el hombre mismo, un delgado y solitario recluso que se relacionó tan solo por correo, nostálgico por el siglo dieciocho, y que adoptó los manerismos y malhumorados puntos de vista de un hombre viejo. La vida de Lovecraft, y ciertamente su voluminosa correspondencia personal, forman parte de su mito.

Lovecraft así solidifica su realidad virtual añadiéndole elementos autobiográficos a su mundo de criaturas, libros y mapas. Él también construye una trama documental engrosando sus cuentos con escritos, recortes de periódico, citas académicas, elementos de agenda, cartas, y bibliografías que enlistan libros falsos junto a clásicos reales. Todo esto produce la sensación de que "fuera de" cada cuento individual yace un mundo metaficticio que gravita sobre las fronteras del nuestro, un mundo que, como los monstruos mismos, constantemente intenta abrirse paso y hacerse real. Y que logra esto gracias a los escritores de mitos, juegos de Rol, y los magos de las sombras..

... y Soñando el Libro

En "La Sombra Fuera del Tiempo," Lovecraft hace explícita una de las ecuaciones fantásticas que impulsa a su Realismo Mágicko: La equivalencia de sueños y libros. Por cinco años, el protagonista, un profesor de economía llamado Nathaniel Wingate Peaslee, es poseído una misteriosa "personalidad secundaria". Después de recobrar su identidad original, Peaslee es asediado por poderosos sueños en los cuales él se encuentra en una ciudad extraña, habitando un tentáculo enorme que bota de un cuerpo humano cónico, y escribiendo la historia de mundo occidental moderno en un libro. En el apogeo del cuento, Peaslee viaja al desierto australiano para hacer el reconocimiento de unas ruinas antiguas enterradas bajo las arenas. Allí él descubre un libro escrito en inglés, escrito a mano: El mismísimo volumen que él había producido dentro del monstruoso cuerpo humano de su sueño.

Aunque aprendemos muy poco de sus contenidos, los grimorios diabólicos de Lovecraft son tan infecciosos que es peligroso el solo ver sus sigilos ominosos. Además de los estudios literarios, el Necronomicon ha generado numerosos análisis seudo académico, incluyendo significativos apéndices en la Encyclopedia Cthulhiana y la propia "historia" de Lovecraft "de el Necronomicon". Sus títulos de por sí son hechizos mágicos, los conjuros alucinantes de un anticuario excéntrico: Los Pnakotic Manuscripts , el Ilarnet Papyri, el Texto de R'lyeh, los Siete Libros Crípticos de Hsan.

Los amigos de Lovecraft colaboraron con De Vermis Mysteriis y Unaussprechlichen Kulten de von Junzt, y Lovecraft nombró al autor de su Cultes Des Goules, el Comte D'Erlette, en honor a su joven admirador August Derleth. Por sobre todos estos libros sombríos se encuentra el "temido" y "prohibido" Necronomicon, un libro de invocaciones blasfemas para acelerar el regreso de los Antiguos.

Fetiche intertextual supremo de Lovecraft, el Necronomicon es uno de los pocos libros míticos de la literatura que ha llamado tanto la atención y despertado tanta imaginación a punto tal que ha logrado que se su publicación se haga realidad. Además de los estudios literarios, el Necronomicon ha generado numerosos análisis seudo académicos, incluyendo apéndices significativos en la Encyclopedia Cthulhiana y la propia versión de Lovecraft "de el Necronomicon".

La entidad no muerta a la que se refirió en el famoso de Necronomicon - "...no está muerto lo que yace eternamente, y con el paso de los extraños hasta la muerte puede morir" - puede ser nada más ni nada menos que el texto mismo...Un gran número de FAQs (preguntas frecuentes) puede ser encontrado en Internet, donde un constante debate sobre la autenticidad del libro se lleva a cabo entre magos, amantes del horror, y expertos en mitología.

"La breve historia" del Necronomicon ecrita por Lovecraft fué aparentemente inspirada por el primer engaño del Necronomicon: Una revisión de una edición del temido tomo envió a Branford Review de Massachusetts en 1934. Décadas más tarde, fichas de catalos del libro de pronto comenzaron a aparecer en catálogos de bibliotecas universitarias.

Es quizá el principio de expresión del Realismo Mágicko de Lovecraft que todas estas referencias fantasmales finalmente se manifestarían en el libro mismo. En 1973, apareció una pequeña edición impresa de Al Azif (el nombre árabe del Necronomicon), consistente en ocho páginas de escritura siria simulada repetida 24 veces. Cuatro años más tarde, los Satanistas del Magickal Childe de Nueva York publicaron un Necronomicon escrito por un tal Simon, una mezcolanza que contiene mucho más mito sumerio que Lovecraft (sin embargo porciones fueron dejadas sin editar para seguridad del lector). El Necronomicon de George Hay: El Libro de los Nombres Muertos, también una creación de lo ' 70s, el cual es uno de los más complicados, intrigante, y Lovecraftian del grupo. Con el espíritu maestro de una pseudo-erudicción, Hay entreteje las fabuladas invocaciones de Yog-Sothoth y Cthulhu con un set de ensayos analíticos, literarios e históricos.

Aunque los magos con poderosa imaginación han afirmado que hasta el libro de Simon obra maravillas, las pseudo-historias de los diversos Necronomicones son mucho más más convincentes que los textos mismos. Lovecraft mismo proveyó las bases: El texto fue escrito en 730 después de Cristo, por un poeta, el loco árabe Abdul Alhazred, el libro lleva el título de Kitah Al-Azif (en árabe: "el rumor de los insectos por la noche", rumor que en el folclore arábigo se atribuye a demonios como losdjins y gules). Fue subsiguientemente traducido al griego por Theodorus Philetas, al latín por Olaus Wormius, y al inglés por John Dee. Lovecraft enumera diversas bibliotecas y colecciones privadas donde los fragmentos de la obra se encuentran, y cuenta que el escritor de fantasía R.W. Chambers había incluído al libro monstruoso en forma fragmentada y mutilada en su novela El Rey vestido de Amarillo (Lovecraft mismo afirmaba haber obtenido su inspiración en Chambers).

Todas las subsiguientes pseudo historias de Necronomicon relaciona al libro con la verdadera historia del ocultismo, con John Dee jugando un papel prominente. Según Colin Wilson, la versión del texto publicado en el Necronomicon de Hay fue encriptada en el Liber Logoaeth, el texto Enoquiano de Dee. En sus archivos del Necronomicon, Colin Low afirma que Dee descubrió el libro en la corte del tribunal del Rey Rudolph II en Praga, y que Dee y su adivino Edward Kelly conseguieron sus más poderosos encuentros astrales bajo la influencia del temido libro.. Jamás publicado, la traducción de Dee pasó a formar parte de la famosa colección de Elias Ashmole en la Biblioteca Británica. Fué allí donde Crowley lo leyó, y libremente uso para crear El Libro de la Ley .. El papel de Crowley en la anécdota de Low es apropiado, pues Crowley ciertamente conocía del poder mágico de la fábula y la historia.

Pues la historia de lo oculto es una confabulación, sus mentiras casadas con sus genealogías, sus verdades "eternas" fabricadas por revisionistas, locos, y genios, sus tradiciones esotéricas una constantemente cambiante conspiración de influencias. El Necronomicon no es la primera obra de ficción en generar actividad verdaderamente mágica dentro de esta poderosa zona de penumbra entre la filología y la fantasía.

Como ejemplo de tiempos pasados, fué afirmado de que los anónimos manifestos Rosacruces aparecidos en los años cercanos al 1600 provinieron de una hermandad secreta de Cristianos Herméticos que se creía provenían de más allá de los límites terrestres. Muchos lectores de inmediato quisieron unirse a sus filas, aunque era bastante improbable que tal grupo haya existido en algún momento. Pero este engaño concentró el deseo esotérico y motivó una explosión de "verdaderos" grupos Rosacruces.. Aunque uno de los dos sospechosos autores de los manifestos, Johann Valentin Andrea, nunca confesó todo, hizo referencias veladas al Rosacrucismo como un "juego ingenioso donde una persona enmascarada podría sacar ventaja de la escena literaria, especialmente en una edad fascinada con todo aquello que sea inusual".Como los manifestos Rosacruces o el Libro de Dzyan de Blavatsky, el Necronomicon de Lovecraft es el equivalente ocultista la transmisión de radio "La Guerra de los Mundos" de Orson Welles. Como Lovecraft mismo escribió, "ninguna historia excéntrica puede producir verdadero terror a menos que la misma sea ideada con toda la cautela y la verosimilitud de un engaño real".

En el Péndulo de Foucault, Umberto Eco sugiere que la verdad esotérica no es quizá nada más que una teoría de conspiración semiótica nacida de una literatura interminablemente reprocesada y de auto referencia - la estructura intertextual que Lovecraft tan bién conocía. Para aquellos que necesitan basar sus profundos estados de conciencia en objetivas equivalencias, ésta es una irrefutable acusación de "tradición". Pero como los magos del Caos nos recuerdan, la magia no es otra cosa que la experiencia subjetiva interactuando con una matriz internamente coherente de signos y sentimientos. A falta de una ortodoxia, todo lo que nos queda es el tantra dinámico de texto y percepción, de la lectura y el sueño. Hoy la Gran Obra puede que sea nada más ni nada menos que ese "juego ingenioso," creandose a sí mismo sin fin y sin pausa, entretejiendose fuera del vacío resplandeciente donde Azazoth se retuerce en su trono Mandelbrot.

Erik Davis
 
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nubarus
view post Posted on 18/12/2009, 06:01




* "El hombre que conoce la verdad está más allá del bien y del mal. El hombre que conoce la verdad ha comprendido que la ilusión es la realidad única y que la sustancia es la gran impostora."


* "A mi parecer, no hay nada más misericordioso en el mundo que la incapacidad del cerebro humano de correlacionar todos sus contenidos. Vivimos en una plácida isla de ignorancia en medio de mares negros e infinitos, pero no fue concebido que debiéramos llegar muy lejos. Hasta el momento las ciencias, cada una orientada en su propia dirección, nos han causado poco daño; pero algún día, la reconstrucción de conocimientos dispersos nos dará a conocer tan terribles panorámicas de la realidad, y lo terrorífico del lugar que ocupamos en ella, que sólo podremos enloquecer como consecuencia de tal revelación, o huir de la mortífera luz hacia la paz y seguridad de una nueva era de tinieblas."

* Frase extraída de "La llamada de Cthulhu"


* "No hay mucha gente que sepa cuántas maravillas se les abren en las historias de la juventud, ya que cuando somos niños oímos y soñamos, albergamos ideas a medio cuajar, y cuando al hacernos hombres intentamos recordar, nos vemos estorbados y convertidos en seres prosaicos por el veneno de la vida. Pero algunos de nosotros nos despertamos en mitad de la noche entre extraños fantasmas de colinas y jardines encantados, de fuentes cantarinas al sol, de acantilados dorados a la vera de mares rumosos, de llanuras abiertas en torno a somnolientas cuidades de bronce y piedra, de la severa compañía de héroes cabalgando blancos caballos engualdrapados junto a espesas selvas; y entonces sabremos que hemos vuelto los ojos a las puertas de marfil del mundo de prodigios que fuera nuestro antes de convertirnos en sabios e infelices."

* Frase extraída de Celephaïs"


* "El lugar lógico para encontrar una voz de otros tiempos es un cementerio de otros tiempos."

* Frase extraída de "En las montañas de la locura", capítulo 10.


* "Ni la muerte, ni la fatalidad, ni la ansiedad, pueden producir la insoportable desesperación que resulta de perder la propia identidad."

* Frase extraída de "Through the Gates of the Silver Key"


* "Que no está muerto lo que duerme eternamente; y en el paso de los eones, aún la misma Muerte puede morir."


* "¿Quién conoce el fin? Lo que ha emergido puede hundirse y lo que se ha hundido puede emerger. Lo satánico aguarda soñando en el fondo del mar, y sobre las ondulantes ciudades humanadas navega el apocalipsis."
 
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nubarus
view post Posted on 26/12/2011, 11:07




Ocho mentiras sobre Lovecraft


Mucho se ha escrito y hablado en estos setenta años, sobre la vida y obra del escritor más famoso de Providence, pero no todo es verdad. Rumores, bulos, verdades a medias, sospechas y hasta chismes han rodeado la historia de un hombre cuya existencia fue anodina. Tal vez todos esos mitos han aparecido simplemente porque parece mentira que una literatura tan llena de misterios, oscuridad y leyendas perteneciera a un personaje lánguido y aburrido, cuyas hazañas no cautivan tanto como sus letras.

MITO 1
Lovecraft fue un ermitaño que nunca dejó Nueva Inglaterra


Muchos se han referido a Lovecraft a menudo como un hombre enclaustrado, quizás porque se cree que tuvo más amigos por correspondiencia que en persona. Sin embargo, está claro por sus cartas que pasó una gran cantidad de tiempo visitando a sus conocidos en su ciudad y a través de todo el este de los Estados Unidos. De hecho, se podría argumentar que pudo reunirse con sus amigos más de lo que suele hacerlo la mayoría de la gente, debido a su constante falta de empleo.

Lovecraft viajó a menudo y escribió extensamente sobre esos recorridos. Sus diarios de viajes incluyen “Vermont: Una Primera Impresión” (1927), “Observaciones Respecto a Varias Partes de América” (1928), “Recorridos en las Provincias de América” (1929), “Balance De Una Visita A Charleston” (1930), y "Una Descripción De La Ciudad De Quebeck, en Nueva Francia, añadida recientemente a los dominios de Su Majestad Brtánica". Con 75.000 palabras, este último fue el trabajo más largo de Lovecraft (por lo menos un 50% más extenso que el Caso de Charles Dexter Ward), y él lo describió como “136 páginas de mala escritura.”

Sus viajes lo llevaron bastante lejos al sur, hasta De Land (Florida) y Nueva Orleans (Luisiana); hasta el lejano oeste en Cleveland (Ohio); hasta el norte en Quebec (Canadá) y hasta la isla de Nantucket por una semana. Tenía muy poco de ‘ermitaño’.


MITO 2
Lovecraft era homosexual


El hecho de que Lovecraft tuvo poco éxito con las mujeres y en cambio tuvo muchos amigos varones, ha llevado a ciertas personas a creer que fue homosexual. Sin embargo, hay que recordar que Lovecraft estuvo casado (brevemente) y su esposa lo describió como “un amante adecuadamente excelente” (Sonia H. Davis, en “Memories of Lovecraft: I,” The Arkham Collector, No. 4, Invierno 1969). Algunos de los amigos y conocidos de Lovecraft (especialmente Roberto H. Barlow, Samuel Loveman, y Hart Crane) eran homosexuales, pero él no parece haberse dado cuenta de esto. Lovecraft deja claras sus actitudes frente a la homosexualidad en una carta a J. Vernon Shea fechada el 14 de agosto de 1933:

“De hecho –aunque por supuesto siempre he sabido que la pederastia es una costumbre repugnante de la homosexualidad en muchas culturas antiguas– nunca he oído nada referido a la homosexualidad como un instinto después de los treinta… lo cual sobrepasa tu marca. Es posible, creo, que esta perversión ocurra con más frecuencia en algunas edades que en otras, debido a ciertas causas biológicas y psicológicas poco claras. Los años de decadencia –cuando la psicología no resuelve nada– parecen favorecerla. Desde luego, el hecho de que en épocas antiguas estuviera extendida la práctica de la pederastia (una costumbre que muchos aceptaban ciegamente, sin ninguna inclinación especial), no puede ser tomado actualmente como una medida del grado de perversión psicologica.”

Adicionalmente, en una carta August Derleth con fecha del 16 de febrero de 1933, Lovecraft también escribe:

“en lo que se refiere a la homosexualidad, la principal y primordial objeción contra ello es que es de naturaleza (física e involuntariamente, no simplemente moral o estéticamente) repugnante a una mayoría abrumadora de la humanidad…”

Algunos pueden discutir que esta postura de Lovecraft es simplemente defensiva, pero no existe ninguna evidencia para indicar que existió algun tipo de inclinación homosexual. Desde luego, esto no quiere decir tampoco que sus inclinaciones heterosexuales fueran especialmente fuertes. Lovecraft, como muchos intelectuales, se centró sus atenciones y esfuerzos en búsquedas más mentales que físicas, y sencillamente no tenía ningún tipo de intereses sexuales intensos.


MITO 3
“Colaboraciones Póstumas” de Augusth Derleth


Después de la muerte de Lovecraft, Augusth Derleth tomó fragmentos de los escritos de Lovecraft (del “Libro de Lugares Comunes”, por ejemplo), y las incorporó en historias, escritas enteramente por él mismo.

De acuerdo con la “Bibliografía” de S.T. Joshi, el relato “El Que Acecha en el Umbral” de Derleth, con más de 50.000 palabras, incorpora sólo 1.200 palabras escritas por Lovecraft. Ninguna de estas ‘colaboraciones póstumas’ deben ser consideradas como escritas por Lovecraft. A pesar de esto, muchas de esas historias se han publicado con Lovecraft y Derleth como autores, o solamente bajo el nombre de Lovecraft. Ciertos libros incluyen relatos como éste con el nombre de Lovecraft en la portada, aunque fueron casi enteramente un trabajo de Derleth.


Mito 4
Hastur el Innombrable fue una invención de Lovecraft


Hastur es mencionado solamente por Lovecraft en una historia, “El Que Susurra en la Oscuridad” En este caso, Hastur se menciona en la misma escena que otras criaturas, lugares, y cosas:

“Me encontré miserablemente enfrentado a términos que había escuchado en alguna otra parte en la más horrible de las conexiones - Yuggoth, el Gran Cthulhu, Tsathoggua, Yog-Sothoth, R’lyeh, Nyarlathotep, Azathoth, Hastur, Yian, Leng, the Lake of Hali, Bethmoora, el Signo Amarillo, L’mur-Kathulos, Bran, y el Magnum Innominandum - y fui arrastrado a través de eones sin nombre y dimensiones inconcebibles a los mundos de los Primigenios, las entidades que el autor enloquecido del Necronomicón había concebido solamente de una forma vaga.”

Hastur fue pedido prestado por Lovecraft a Robert W. Chambers, quien a su vez lo había tomado prestado de Ambrose Bierce. En “Un Habitante de Carcosa”, Bierce describe a Hastur como un dios de pastores. Chambers lo utiliza más adelante como el nombre como el de una ciudad. Lovecraft nunca deja claro lo que desea que sea Hastur: su sola mención se realiza para evcar una atmósfera.

En el párrafo citado del relato “El Que Susurra en la Oscuridad” se puede observar que el último nombre de la lista es el Magnum Innominandum, la expresión latina para “lo que no debe ser nombrado”. Como de costumbre, Lovecraft no deja claro a qué se refiere pero, al parecer, Derleth combinó esta referencia con la de Hastur para crear a “Hastur el Innombrable”.


MITO 5
Cita de Lovecraft sobre magia negra


En su introducción a “El Horror de Dunwich”, Augusth Derleth cita el siguiente comentario de Lovecraft:

“El esquema de los Mitos es básico en la historia del género humano, pues representa la lucha original entre el bien y el mal. En esto, se asemejan extraordinariamente al mito cristiano, sobre todo por lo que se refiere a la expusión de Satanás del Edén y a la encarnación eterna del mal en la figura de Satanás. “Todas mis narraciones, aun cuando no guarden relación entre sí”, escribió Lovecraft, “ se basan en la tradición o leyenda según la cual este mundo estuvo habitado en épocas anteriores por otra raza que, como consecuencia de las prácticas de magia negra, perdió su dominio y fue expulsada, pero vive en algún lugar del exterior dispuesta en todo momento a volver a adueñarse de la Tierra”.

De hecho, esta cita no es de Lovecraft, sino de Harold Farnese, un corresponsal suyo. Después de la muerte de Lovecraft, Derleth escribió a Farnese, preguntándole si podría pedirle información sobre las cartas de Lovecraft. Farnese accedió alegremente, y le envió cartas con dicha información. En las cartas que Farnese escribió a Derleth, constantemente aparece ‘citando’ a Lovecraft, aunque estas citas parecen ser, en el mejor de los casos, sólo interpretaciones. En una de ellas, Farnese escribió:

“Sobre felicitar a HPL sobre su trabajo, él me contestó: “Todas mis narraciones, aun cuando no guarden relación entre sí, se basan en la tradición o leyenda según la cual este mundo estuvo habitado en épocas anteriores por otra raza que, como consecuencia de las prácticas de magia negra, perdió su dominio y fue expulsada, pero vive en algún lugar del exterior dispuesta en todo momento a volver a adueñarse de la Tierra.”

Derleth tomó esta cita como un hecho y la utilizó en varias ocasiones, pero en las investigaciones sobre la correspondencia de Lovecraft no aparece el texto. Las comparaciones de las referencias revelan que Farnece no estaba realizando citas textuales, sino escribiendo lo que recordaba .


MITO 6
La descripción de Lovecraft del Símbolo Arcano (Elder Sign)


En ninguno de sus cuentos, Lovecraft da una descripción física de este símbolo. Lo menciona apenas cuatro veces, y parece ser que se trata de un gesto de la mano. En una carta a Clark Ashton Smith, fechada el 7 de noviembre de 1930, Lovecraft finaliza con el siguiente comentario:

“De nuevo te agradezco en nombre de Tsathoggua por tus recientes envíos, y espero ver pronto más artículos de tu pluma. Añado el Símbolo Arcano y el Sello de N’gah, otorgados en el Oscuro Ciclo de Y’hu.”

Seguidamente, Lovecraft firmó con su nombre (“Ec’h-Pi-El”), y dibujó dos peculiares figuras. La última, el Sello de N’gah, parece ser un escarabajo macho con seis patas y tres cuernos. La anterior, el Símbolo Arcano, se asemeja a la rama de un pino o un abeto, y está dibujada a la derecha. La idea de que el Símbolo Arcano es un pentagrama con un ojo llamenante en el centro es debida a la descripción de Augusth Derleth en “El Que Acecha en el Umbral”.

MITO 7
El Necronomicon es verdadero


Esta es, con facilidad, la idea falsa más extendida con respecto a Lovecraft. Han aparecido libros enteros con el nombre del Necronomicón, llenos de conjuros y descripciones inventadas. Y en multitud de bibliotecas (incluyendo la del Congreso de los Estados Unidos) hay fichas bibliográficas del Necronomicón. Comentar este tema requeriría probablemente un libro entero para documentar todos los bulos que lo rodean.

MITO 8
La inspiración de Lovecraft proviene de la mitología sumeria


Esta idea errónea, muy común, proviene la edición falsa del Necronomicon de un tal “Simon”, muy divulgada por internet. El origen de este libro ficticio se basa supuestamente en la mitología sumeria y babilónica, y revela que Lovecraft exploró fuentes similares cuando creó su pseudo-mitología. Hace comparaciones entre las criaturas de Lovecraft y las figuras de la mitología sumeria:

Lovecraft Sumerios
Cthulhu Ctha-lu, Kutulu
Azathoth Azag-thoth
Shub-Niggurath Shub Ishniggarab

Estas comparaciones son realmente poco convincentes, puesto que ninguno de estos nombres existe en las mitologías sumeria o babilónica. Cualquier buen texto que hable sobre cualquiera de las dos mitologías demuestra este dato. Además, sugerir que Lovecraft tuviera que plagiar estos nombres de una mitología existente, va en contra de su hábito de crear los nombres enteramente no humanos para sus criaturas y demerita la calidad de su imaginación
 
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