ONIROMANCIA

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astaroth1
view post Posted on 18/1/2016, 04:36 by: astaroth1




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Interpretación de los sueños en psicoanálisis

Para el psicoanálisis, la interpretación de los sueños es una herramienta poderosa en la exploración del inconsciente. En palabras de Freud: «La via regia hacia el inconsciente». Puesto que el psicoanálisis es sobre todo una teoría sobre el inconsciente y una terapia basada en el análisis e interpretación de sus formaciones (sueños, lapsus, actos fallidos, síntomas) a través de la asociación libre y en una determinada situación analítica (la relación transferencial entre analista y analizando), la interpretación de los sueños forma parte esencial de la técnica de tratamiento psicoanalítico.

Los sueños comparten junto a los lapsus, los olvidos inexplicables, los chistes, los actos fallidos, su procedencia desde el mismo lugar tópico. Sin embargo, Freud es enfático al señalar que en la cura psicoanalítica en ningún caso se trata de encontrar un inconsciente oculto en profundidades insondables. Por mucho tiempo se habría cometido el error de confundir a los sueños con sus contenidos manifiestos, por lo que Freud advertía del peligro, igualmente erróneo, de confundirlos ahora con sus contenidos latentes. En una nota agregada en 1914 a La interpretación de los sueños puntualiza:

Después de haber equiparado durante tanto tiempo al sueño con su contenido manifiesto, hay que guardarse ahora de confundirlo con los pensamientos oníricos latentes.

En psicoanálisis lo esencial del sueño es, en cambio, lo que Freud llamó «el trabajo del sueño», es decir, aquél conjunto de mecanismos y operaciones que el aparato psíquico realiza para traducir los pensamientos oníricos latentes en simbolización onírica manifiesta. Este trabajo, no tendría nada de creativo sino que sería más bien una suerte de traducción y enmascaramiento que ocurre principalmente a través de cuatro mecanismos que Freud describió como:

Condensación
Desplazamiento
Consideración de la representabilidad
Elaboración secundaria.

La interpretación de un sueño, más que deshacer lo que el trabajo del sueño ha realizado, consistirá en descubrir y analizar ese trabajo y sus operaciones. En la obra freudiana más leída (Die Traumdeutung, La interpretación de los sueños) se utiliza la palabra «Deutung» (cuya traducción como «interpretación» no resulta ser muy exacta) para aquella técnica psicoanalítica que consiste en asignar una significación a los contenidos latentes del sueño. Esto es posible tras un análisis de su contenido manifiesto (los contenidos que recuerda el soñante y relata al analista) que conduzca a descubrir los contenidos latentes (inconscientes) de un sueño. La interpretación, por lo tanto, no opera sobre los símbolos del sueño, sino sobre las asociaciones que el paciente hace a partir de lo que recuerda de su sueño.

El ejercicio interpretativo consiste en develar o desenmascarar las mociones de deseo que se encontraban ocultas tras los contenidos manifiestos, pero es una tarea que para el psicoanálisis sólo cobra sentido en conjunto con las asociaciones del soñante y en el contexto de la transferencia. Debido a que la principal función del sueño sería la satisfacción (sustituta) de deseos inconscientes y toda formación onírica estaría encaminada hacia ese fin, la tarea de descifrar e interpretar un sueño persigue la meta de hacer que aparezca el deseo inconsciente.

Hay otro aspecto que diferencia de manera clara la interpretación psicoanalítica de otras formas de dar significado a los símbolos de un sueño. Aquí la interpretación es parte de la técnica psicoanalítica y ocurre como proceso integrado a ella, es decir, en situación transferencial y bajo las condiciones de la técnica de asociación libre. En los textos de Freud de 1911 sobre la técnica se destaca este aspecto de una manera enfática:

Abogo, pues, por que en el tratamiento analítico la interpretación de los sueños no se cultive como un arte autónomo, sino que su manejo se someta a las reglas técnicas que en general gobiernan la ejecución de la cura.

Así como la interpretación de los sueños representa una herramienta técnica esencial que posibilita el acceso a los contenidos inconscientes, el olvido de los sueños sería una forma de resistencia del analizando contra la develación de su inconsciente frente al analista, en particular, la exposición de su vida pulsional y las mociones de deseo. El olvido sería entonces interpretable como resistencia.

Según Freud, los «sueños diurnos», «fantasías» o «fantasías diurnas» (en La interpretación de los sueños utiliza indistintamente estos tres términos como sinónimos) poseen una estructura idéntica a la de los sueños que ocurren a una persona dormida, cumplen las mismas funciones psíquicas y comparten el mecanismo de formación. Sin embargo, la elaboración secundaria juega un papel más importante en los sueños diurnos y esta diferencia es un elemento a considerar en su interpretación.

No obstante lo anterior, y siempre subrayando la necesidad de analizar cada sueño en el contexto individual del soñante, Freud dedicó gran parte de su obra magna sobre este tema a analizar y dar una interpretación posible a los sueños típicos y a la gran cantidad de símbolos oníricos cuya indudable repetición y regularidad observó tanto entre sus pacientes, como en el abundante material bibliográfico que revisó para escribir La interpretación de los sueños.

Sueños típicos

Aunque en principio el universo de contenidos manifiestos del sueño es relativamente ilimitado, existen ciertos sueños que se repiten con tal frecuencia, que la mayoría de las personas (con matices individuales) los han soñado una o varias veces. Freud denominó a esta regularidad «sueños típicos». Es importante considerar que el sueño, aparte de cumplir su función fundamental, cual es la realización de un deseo, con frecuencia es también un espacio psíquico en el que elabora un conflicto inconsciente y reproduce, por tanto, las manifestaciones de angustia, el miedo infantil al castigo u otros afectos que aparecen en este intento de resolución de la problemática inconsciente.

Los sueños típicos enumerados y analizados por Freud son los siguientes:

Sueños de la muerte de personas queridas o cercanas.

Se trata de los sueños en que mueren miembros queridos de la familia, padres, hermanos, hijos, etc. Según si el soñante experimenta o no dolor ante estas muertes, Freud los agrupó en dos clases y determinó que aquellos en que no hay dolor, no deben considerarse típicos en estricto rigor y que la ausencia de aflicción por la pérdida puede encubrir un deseo cualquiera. Si se experimenta dolor y aflicción, en cambio, su sentido es el que aparece manifiesto en su contenido, es decir, el deseo de que desaparezca (muera) esa persona (la que a su vez puede aparecer disfrazada o desplazada en el contenido manifiesto del sueño. Sin embargo, se trata de deseos que frecuentemente no son actuales, sino deseos de la infancia temprana, reprimidos, no accesibles conscientemente. Por ejemplo, los celos y rivalidad con los hermanos son afectos que pueden estar inscritos en el inconsciente como el deseo de que desaparezcan, que se echen a un lado en la competencia por el amor de los padres, lo que se cumple en el sueño con su muerte.


Sueños en que el soñante se ve a sí mismo desnudo y se avergüenza por ello.

En presencia de uno o varios extraños la persona se da cuenta de pronto que está desnuda o mal vestida, lo que la perturba y avergüenza. Aunque desea escapar de la situación, alguna inhibición impide que pueda moverse del sitio, quedando entonces expuesta a la situación penosa sin poder ocultar su desnudez. En este sueño las personas extrañas no muestran ninguna sorpresa por la desnudez o por la vestimenta inadecuada (camisón de dormir, por ejemplo) sino que se muestran indiferentes, ni se burlan, ni se enojan, ni lo reprenden. Freud analizó que justamente este «rasgo chocante» se elimina por el cumplimiento del deseo y el otro (la desnudez y la propia turbación ante ella) permanece, de modo que el conjunto parece no armonizar. Este sueño, de carácter exhibicionista reproduciría una situación infantil desprovista de vergüenza. Freud alude a la representación de aquella infancia temprana que en retrospectiva aparece como un paraíso, el que no sería otra cosa que «la fantasía colectiva de la infancia del individuo». Por esta razón, en el paraíso imaginado, los seres humanos están desnudos y no se avergüenzan unos de otros por esta condición. Estos sueños, Freud los denominó «de exhibición» y asignó a los matices en la forma de presentación cierto valor clínico. Observó al respecto que en las neurosis (tanto en la histeria, como en la neurosis obsesiva) el sueño omite sistemáticamente a las personas reales que despertaron interés sexual en la infancia del paciente, de modo que «muchas personas, extrañas e indiferentes» aparecen para representar el opuesto del verdadero deseo secreto e inconsciente (una única persona familiar a la que se ofrece el desnudo) y que solamente en la paranoia aparece en el sueño este espectador real.


Sueños de examen o prueba relevante que se tiene que rendir en los estudios.

Este sueño en su forma típica se produce no antes, sino después de haber dado un examen, o una prueba importante. Se sueña con gran angustia que hay que volver a rendir la prueba o que se ha fracasado en el examen y hay que repetir un curso. Freud analizó que en estos sueños se reviven los castigos de la infancia por nuestras faltas lo que se enlaza con el temor a poner a prueba las capacidades adquiridas en los estudios. Por lo general este sueño se produce cuando ha de decidirse algo importante al día siguiente en lo que se teme fracasar, de modo que resulta tranquilizador y de alivia la angustia que ya se mostró como injustificada (puesto que en realidad el examen ya ocurrió y la experiencia fue coronada por el éxito). Es como si el sueño dijera al sujeto: "No tengas miedo de lo que tienes que rendir mañana. Recuerda la angustia injustificada que sentiste antes de aquél examen y luego todo salió bien".


Sueños en el que hay un viaje importante, pero se pierde el tren, el avión o algún otro medio de transporte.

En el análisis de Freud, estos sueños tendrían la función de mitigar la angustia que produce la propia muerte. Mientras la partida del tren simboliza el morir, el perderlo, no partir, no subirse al tren, significa salvarse de la muerte. El sueño cumple así una función tranquilizadora (cual si dijera al soñante «No temas, tranquilo, no te pasará nada»). Es decir, tal como ocurre con los sueños de examen, la expresión del consuelo aparece anudada a la angustia.

Hasta aquí se han enumerado los sueños típicos de igual sentido, pero Freud distinguió además otro grupo, también típicos, pero en los que solo el contenido manifiesto es igual o muy similar, pero su significado o sentido puede ser muy diverso. Entre ellos se cuentan:

Sueños de movimiento en el agua (nadar, flotar, bucear) y en el aire (volar, elevarse)

Proceden de la misma fuente, pero tienen un significado completamente individual. Según Freud, la fuente es siempre un recuerdo infantil donde ese movimiento estuvo involucrado de manera relevante y casi siempre se trataría de un movimiento asociado a excitación sexual.
Sin embargo, aparte de esa fuente común, en el plano simbólico pueden representar cosas muy diversas. Volar o elevarse podría simbolizar el deseo de sobresalir o de ponerse por encima de los demás, pero también puede estar asociado a la idea de libertad (libre como un ave) o de santidad (estar en el cielo, volar como los ángeles). Citando al médico y psicoanalista vienés Paul Federn, Freud relaciona este sueño también con la erección. Por otra parte, nadar o mojarse puede tener también — aparte de la connotación sexual o el revivir en sueños el placer de mojarse en la cama, al que se vieron obligados a renunciar hace ya mucho tiempo — un significado de sumergirse, o de ir a lo más profundo, etc.


Sueños de desplazamiento dificultoso por espacios estrechos (generalmente angustiosos).

El soñante avanza a duras penas a través de túneles u otros espacios cerrados o estrechos, los que a veces pueden estar sumergidos en el agua. La fuente de estas composiciones oníricas casi siempre es la representación de la vida en el útero materno o las fantasías del nacimiento. Estos sueños se pueden relacionar con temores (por ejemplo con el miedo a ser enterrado vivo, que muchos pacientes experimentan y frecuentemente relatan en las sesiones terapéuticas). A veces se instala sobre esta fantasía la creencia en una vida futura tras la muerte, supervivencia que Freud analiza como la defensa ante la angustia que causa la muerte, por la vía de una proyección a futuro de la vida prenatal.

Sueños de caída.

Casi siempre se trata de sueños de angustia y con frecuencia el "caer" tiene el significado sexual de "entregarse" o "caer o sucumbir a la tentación sexual", particularmente cuando el soñante es una mujer. Pero también puede simbolizar el deseo de consuelo del sujeto, de ser asistido, acariciado y mimado como lo era la infancia por los padres cuando se caía.

Sueños de asaltantes nocturnos, de persecución por animales, de amenaza con dagas o cuchillos.

Estos sueños también son frecuentes en personas que sufren angustia. En particular, el ladrón nocturno aparece también como la figura hacia quien se orientan las diversas medidas precautorias que toman las personas neuróticas antes de poder dormirse.

Símbolos oníricos

El contenido latente de los sueños, las ideas y deseos inconscientes se expresan en un lenguaje figurado, simbólico. Freud notó que con toda regularidad la elaboración onírica recurría con sus símbolos a la expresión de relaciones existentes en la infancia muy temprana del soñante, aún antes de que desarrollara el lenguaje. En sentido estricto, es esta característica de la elaboración onírica la que Freud calificó de "regresiva".

Otra característica general que observó Freud en los sueños consiste en que la persona siempre participa de la trama onírica. Si no interviene directamente (a veces el soñante relata que ha experimentado el sueño como observador de una película), el análisis siempre hace posible revelar a la persona ajena que lo representa.

La interpretación de los sueños permite afirmar con cierto grado de certeza que cada elemento manifiesto está siempre en representación de otro elemento latente. Así, un sueño puede ser «leído» como un jeroglífico, donde cada elemento del contenido manifiesto está en una relación simbólica con una idea latente que es inconsciente. La representación disfrazada de ideas latentes es posible gracias a este simbolismo. Evidentemente el significado de los sueños es siempre individual, debido a que esta relación simbólica lo es: tiene que ver en primer término con la vida personal del sujeto, su biografía, vínculos y relaciones reales. Soñar que se está volando, por ejemplo, obviamente no significa lo mismo para un piloto de avión que para un minero; tampoco puede tener el mismo significado que aparezca un elefante, con independencia de que el soñante viva en África o en Europa Central.
 
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11 replies since 1/6/2008, 01:32   3302 views
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