FAUSTO, Wolfgang Johan Goethe

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astaroth1
view post Posted on 29/9/2008, 00:50




(Entran FAUSTO y MEFISTÓFELES.)

MEFISTÓFELES
Antes de nada, quiero ponerte en compañía de gentes alegres para que veas lo fácil que es la vida. Para el pueblo aquí reunido, todos los días son fiesta. Con poco talento y mucho placer, todos giran danzando en estrechos círculos, como gatitos persiguiendo su cola. Mientras que no se quejen de dolor de cabeza, el tabernero les sigue fiando y están satisfechos y despreocupados.
BRANDER
Parece que están de viaje, tienen un aspecto extraño; seguro que no llevas aquí ni una hora.
FROSCH
Verdaderamente tienes razón. Adoro mi Leipzig. Es como un pequeño París que deja su impronta en la gente.
SIEBEL
¿De dónde crees que son esos forasteros?
FROSCH
¡Voy a ver! Con un solo vaso y con la facilidad con la que se arranca un diente voy a sonsacar a estos tipos. Parecen de familia distinguida, tienen aires altivos y descontentos.
BRANDER
Apuesto a que son charlatanes de fiesta.
ALTMAYER
Quizá.
FROSCH
Ved cómo me río de ellos.
MEFISTÓFELES (A FAUSTO.)
La gentuza del pueblo no siente la presencia del diablo aunque les esté cogiendo por el cuello.
FAUSTO
¡Sean saludados, señores!
SIEBEL
Muchas gracias, igualmente. (A media voz, mirando a MEFISTÓFELES de reojo.) ¿Por qué cojeará ese?
MEFISTÓFELES
¿Nos permiten sentarnos con ustedes? En lugar de un buen trago, que aquí falta, disfrutaremos de la compañía.
ALTMAYER
Parece usted un hombre muy bien tratado por la vida.
FROSCH
¿Han salido esta noche de Rippach con retraso? ¿Han cenado en casa del señor Hans?
MEFISTÓFELES
Hoy hemos pasado de largo ante su casa; la última vez ya charlamos con él. Nos habló mucho de sus primos. Nos dio recuerdos para todos. (Se inclina haciéndole una reverencia a FROSCH.)
ALTMAYER (En voz baja.)
¡Chúpate esa! Este sí que entiende.
SIEBEL
Es todo un sinvergüenza.
FROSCH
Descuida, que ya le cazaré.
MEFISTÓFELES
Si no me equivoco, al llegar escuchábamos un coro de voces bien entonadas. Sin duda alguna, el canto debe resonar muy bien bajo estas bóvedas.
FROSCH
Seguro que usted es un virtuoso.
MEFISTÓFELES
No; mi capacidad es endeble, pero el placer es grande.
ALTMAYER
¡Cántenos algo!
MEFISTÓFELES
Si lo desean; puedo entonar muchas canciones.
SIEBEL
Una pieza nueva.
MEFISTÓFELES
Acabamos de volver de España, el bello país del vino y sus canciones. (Canta.)
Había una vez un rey
que tenía una gran pulga.
No era poco lo que la amaba.
La quería como a su hija.
Entonces llamó a su sastre
y su sastre allí acudió.
Al noble le tomó medidas
y le hizo calzas y jubones.
BRANDER
No olvidéis encarecerle al sastre que mida con la máxima exactitud y que, si tiene estima por su cabeza, no le salgan arrugas en las calzas.
MEFISTÓFELES
De terciopelo y de seda
iba aquella pulga vestida,
de su jubón colgaban bandas
y estaba prendida una cruz.
Llegó enseguida a ministro
con magna condecoración.
Fue entonces cuando sus parientes
renombre en la corte tuvieron.
Las damas y los cortesanos
sufrieron enorme fastidio.
A la reina y sus doncellas
ellas picaron e incordiaron.
Mas aplastarlas no podían,
aunque todo les escociera.
Las aplastamos y matamos
tan pronto como una nos pica.
CORO (Jubiloso.)
Las aplastamos y matamos
tan pronto como una nos pica.
FROSCH
¡Bravo!, ¡bravo!, eso estuvo muy bien.
SIEBEL
Ese es el merecido de todas las pulgas.
BRANDER
Hay que afilar las uñas y machacarlas.
ALTMAYER
¡Viva la libertad!, ¡viva la vida!
MEFISTÓFELES
Alzaría mi copa para honrar la libertad, si vuestro vino fuera más bueno.
SIEBEL
No queremos volver a oír eso.
MEFISTÓFELES
Me temo que el tabernero se ofendería, pero, de no ser así, daría de mis bodegas algo mejor a estos dignos huéspedes.
SIEBEL
Venga, venga, esta corre por mi cuenta.
FROSCH
Procuradnos un buen trago y os alabaremos. Pero no nos deis catas muy pequeñas, que yo para juzgar necesito tener la boca llena.
ALTMAYER (En voz baja.)
Me parece que son del Rin.
MEFISTÓFELES
Conseguidme una barrena.
BRANDER
¿Para qué? ¿Pero es que no tenéis los barriles ante la puerta?
ALTMAYER
Ahí, detrás del tabernero, hay una espuerta con herramientas.
MEFISTÓFELES (Toma la barrena. A FROSCH.)
Ahora dígame, ¿qué quiere usted probar?
FROSCH
Pero, ¿qué significa esto?, ¿tenéis varios vinos?
MEFISTÓFELES
¡Ofrezco a cada cual su preferido!
ALTMAYER
Ah, ¡ya empiezas a relamerte!
FROSCH
¡Bien! Si tengo que elegir, prefiero tomar vino del Rin. La patria nos ofrece las mejores dádivas.
MEFISTÓFELES (Mientras va haciendo un agujero en el canto de la mesa, a la altura del sitio donde se sienta FROSCH.)
Consígame un poco de cera para hacer espitas.
ALTMAYER
Ah, son juegos de ilusionismo.
MEFISTÓFELES
¿Qué queréis?
BRANDER
Quiero vino de la Champaña, y debe tener mucha espuma.
 
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belzebuth666
view post Posted on 29/9/2008, 00:58




(MEFISTÓFELES sigue barrenando mientras otro va haciendo y colocando los tapones de cera.)

No se puede estar evitando lo extranjero constantemente. A menudo, lo bueno se encuentra lejos de nosotros. Un auténtico alemán no soporta a un francés, pero bebe con gusto sus vinos.
SIEBEL (Mientras MEFISTÓFELES se va acercando a su sitio.)
Lo confieso: no me gusta el seco. Dadme un vaso de genuino vino dulce.
MEFISTÓFELES (Barrenando.)
Enseguida saldrá Tokay de aquí.
ALTMAYER
¡Nada, señores, mírenme a la cara! Sé que este hombre nos está tomando el pelo.
MEFISTÓFELES
¿Qué me dice usted? Con estos distinguidos huéspedes sería demasiado atrevimiento. Rápido, diga con franqueza qué vino he de servirle.
ALTMAYER
Cualquiera. Y no pregunte tanto.

(Una vez que los agujeros han sido barrenados y taponados.)

MEFISTÓFELES (Con gestos raros.)
La cepa tiene racimos,
el macho cabrío cuernos;
el vino es jugoso, la cepa leñosa,
la mesa de madera da también vino.
Mirad la naturaleza.
Creed, esto es un milagro.
Quitad los tapones y disfrutad.
TODOS (Mientras quitan los tapones y reciben en el vaso el vino deseado.)
¡Qué buena fuente esta que nos sacia!
MEFISTÓFELES
Tened cuidado de derramar nada (Ellos continúan cantando.)
TODOS (Cantando.)
Nos va hacer el caníbal
como a quinientos puercos.
MEFISTÓFELES
El pueblo es libre. Ved lo bien que le va.
FAUSTO
Me gustaría marcharme ahora mismo.
MEFISTÓFELES
Primero asiste a ver cómo se manifestará la bestialidad de modo esplendoroso.
SIEBEL (Bebe descuidadamente. El vino cae al suelo y se convierte en llamas.) ¡Socorro!, ¡fuego!, ¡socorro!, ¡arde el infierno!
MEFISTÓFELES (Hablando a la llama.)
Tranquilízate, amigo elemento. (A los compadres.) Esta vez sólo fue una pavesa del purgatorio.
SIEBEL
¿Qué es eso? Espera. La va a pagar. Me parece que no sabéis quiénes somos.
FROSCH
¡Que no se atreva a hacerlo por segunda vez!
ALTMAYER
Creo que lo mejor es decirle que se vaya de aquí.
SIEBEL
¿Qué pasa, señor? ¿Os divierten vuestros juegos de magia?
MEFISTÓFELES
Cállate ya, viejo tonel de vino.
SIEBEL
Palo de escoba, ¿aún quieres insultarnos?
BRANDER
Espera, que te va a caer una lluvia de palos.
ALTMAYER (Quita un tapón de la mesa y le viene fuego encima.)
Me quemo, me quemo.
SIEBEL
Brujería. Vamos a por él, se ha abierto la veda.
 
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astaroth1
view post Posted on 29/9/2008, 00:59




(Sacan las navajas y se acercan a MEFISTÓFELES.)

MEFISTÓFELES (Con ademanes serios.)
¡Falsos dichos e imágenes
que trastornáis los sentidos!
¡Estad aquí y allá!
(Se quedan aturdidos mirándose unos a otros.)
ALTMAYER
¿Dónde estoy? ¡Qué bello país!
FROSCH
¿Es cierto que estoy viendo viñas?
SIEBEL
Y los racimos están a mano.
BRANDER
Aquí, en esta verde vegetación, ¡mirad qué racimos!, ¡mirad qué uvas! (Agarra a SIEBEL por la nariz; los otros lo hacen mutuamente y levantan las navajas.)
MEFISTÓFELES (Como antes.)
Error, quítales la venda de los ojos. Ahora comprobad cómo se divierte el demonio. (Desaparece con FAUSTO mientras los compadres se separan unos de otros.)
SIEBEL
¿Qué es esto?
ALTMAYER
¿Cómo?
FROSCH
¿Era esta tu nariz?
BRANDER (A SIEBEL.)
Y la tuya la tengo en la mano.
ALTMAYER
Este golpe me ha hecho estremecer los miembros. Traedme una silla, que me caigo.
FROSCH
No; dime ¿qué ha pasado?
SIEBEL
¿Dónde está ese tipo? Si lo encuentro, no se me ha de escapar vivo.
ALTMAYER
Yo lo he visto salir por la puerta cabalgando sobre un tonel. Mis pies pesan como el plomo. (Volviendo a la mesa.) Y no sigue manando ese vino.
SIEBEL
Fue todo un engaño. Mentira y apariencia.
FROSCH
Pues a mí me parece como si hubiera bebido vino.
BRANDER
Y ¿qué era aquello de las uvas?
ALTMAYER
Y ahora, que alguien me diga que no hay que creer en milagros.
 
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belzebuth666
view post Posted on 29/9/2008, 01:01




COCINA DE BRUJA

(En un hogar bajo hay una gran marmita sobre el fuego. En los vapores que salen hacia arriba se vislumbran diversas formas. Una mona está sentada ante la marmita espumándola y cuidando de que no rebose su contenido. Él, con sus crías, está sentado a su lado calentándose. Las paredes y el techo están adornados con el más raro instrumental de brujería.)

(FAUSTO junto a MEFISTÓFELES.)

FAUSTO
¡Me repugna esta estúpida brujería! ¿Y tú me prometes que voy a curarme en este caos de locura? ¡Pedir consejos a una vieja! ¿Y estas cochambrosas artes culinarias me quitarán treinta años de encima? ¡Pobre de mí si es que no sabes algo mejor! ¿No habrá encontrado la naturaleza, o tal vez un espíritu noble, el bálsamo adecuado?
MEFISTÓFELES
Amigo, vuelves a hablar con perspicacia. Para hacerte más joven hay un medio natural, pero viene en otro libro y es un capítulo muy raro.
FAUSTO
¡Quiero saberlo!
MEFISTÓFELES
Un medio que no requiere ni dinero, ni médico, ni hechizos: sal inmediatamente al campo y ponte a escarbar y a cavar; manténte a ti y a tu pensamiento dentro de un círculo muy limitado; aliméntate de comidas no muy sazonadas; vive junto al rebaño y como parte del rebaño, y no creas excesivo abonar el terreno en el que hiciste la recolecta. ¡Créeme, ese es el modo de llegar joven a los ochenta!
FAUSTO
No estoy acostumbrado, no podría habituarme a tomar la azada en mi mano. No me va vivir con estrecheces.
MEFISTÓFELES
De ahí que tenga que entrar en danza la bruja.
FAUSTO
¿Y por qué ha de hacerlo precisamente la vieja?, ¿no puedes tú mismo preparar la pócima?
MEFISTÓFELES
¡Menuda pérdida de tiempo! Prefiero, entretanto, construir mil puentes. No sólo hacen falta arte y ciencia, también se precisa paciencia para realizar la obra. Un espíritu tranquilo está activo muchos años; sólo el tiempo provee de poderes a un sutil fermento. Y todos los ingredientes son sorprendentes. Aunque el demonio le ha enseñado, el demonio no lo puede hacer. (Reparando en LOS ANIMALES.) ¡Mira qué diminuta y agradable especie! Aquí está la sirvienta; allí el criado. (Mirando a LOS ANIMALES.) Al parecer, la señora no está en casa.
LOS ANIMALES
Está comiendo fuera de casa; salió ponla chimenea.
MEFISTÓFELES
Decidme, ¿cuánto tiempo emplea, de ordinario, en sus diversiones?
LOS ANIMALES
El mismo que empleamos nosotros en calentarnos las patas.
MEFISTÓFELES
¿Qué te parecen estos tiernos animales?
FAUSTO
¡Del peor gusto que he visto nunca!
MEFISTÓFELES
No; una charla como esta es precisamente la que más me gusta tener. (A LOS ANIMALES.) Entonces decidme, muñecos malditos, qué es ese puré que se cocina en la olla que rondáis. .
LOS ANIMALES
Estamos cocinando una gran sopa para pobres.
MEFISTÓFELES
Entonces tendréis mucho público.
EL MONO (Acercándose y adulando a MEFISTÓFELES.)
¡Juguemos a los dados!
Quiero hacerme rico.
¡Haz que gane mi apuesta!
El asunto va mal.
Si tuviera dinero,
tendría inteligencia.
MEFISTÓFELES
¡Qué feliz se sentiría este mono si pudiera jugar a la lotería.
 
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satanas1
view post Posted on 29/9/2008, 01:04




(Entretanto, las pequeñas crías de mono se han puesto a jugar con una gran bola dorada y la hacen rodar.)

EL MONO
El mundo es así,
va subiendo y bajando
y no deja de rodar.
Resuena cual cristal
que quebradizo es.
Por dentro está vacío.
Mucho brilla aquí,
y allí aún más.
Estoy lleno de vida.
Hijo de mi amor,
ten cuidado con él.
Al final morirás.
El mundo es de barro,
se pulverizará.
MEFISTÓFELES
¿Para qué sirve la criba?
EL MONO (Descolgándola.)
Si fueras un ladrón te reconocería. (Corre hacia donde está LA MONA y la hace mirar a través de la criba.)
¡Mira bien por la criba!
¿Conoces al ladrón
y no puedes nombrarlo?
MEFISTÓFELES (Acercándose al fuego.)
¿Y este puchero?
EL MONO Y LA MONA
Es estúpido y simple.
No conoce el puchero.
No conoce la marmita.
MEFISTÓFELES
¡Qué animal tan mal educado!
EL MONO
Toma este soplillo
y en el sillón siéntate.

(Insta a MEFISTÓFELES a sentarse.)

FAUSTO (Que entretanto ha estado frente al espejo, tan pronto acercándose como alejándose
de él.)
¿Qué veo? ¿Qué visión celestial se refleja en este espejo mágico? ¡Oh amor, préstame tus alas más ligeras y llévame a su país! Ah, si me quedara aquí, si me atreviera a acercarme. ¡Esta es la más bella imagen de mujer! ¿Es posible que una mujer sea tan hermosa? ¿Es posible que, en el cuerpo tendido de esta mujer, esté reunida toda la belleza de los cielos? ¿Existirá algo así sobre la tierra?
MEFISTÓFELES
Claro, si un Dios se afana durante seis días y al último se vitorea a sí mismo, tiene que haber dado lugar a algo muy logrado. Por esta vez, mira hasta saciarte. Sabré hacerte hallar este pequeño tesoro, y feliz el que tenga la buena suerte de llevársela a casa como esposa. (FAUSTO se sigue mirando al espejo. MEFISTÓFELES, arrellanándose en el sillón y jugando con el soplillo, continúa hablando.) Aquí estoy, sentado como el rey en el trono. Aquí empuño el cetro, sólo me falta la corona.
LOS ANIMALES (Que hasta entonces han hecho todo tipo de movimientos, le traen a
MEFISTÓFELES una corona haciendo gran griterío.)
Oh, haznos el favor,
con sudor y con sangre
péganos la corona.

(Caminando torpemente con la corona, MEFISTÓFELES la rompe en dos pedazos, con los que dan vueltas y saltan.)

Ya ha ocurrido.
Hablamos y vemos,
rimamos y oímos.
FAUSTO (Frente al espejo.)
Ay de mí! Casi me estoy volviendo loco.
MEFISTÓFELES (Señalando a los animales.)
También a mí me empieza a flaquear la cabeza.
LOS ANIMALES
Si tenemos suerte
y todo concuerda,
tendremos ideas.
FAUSTO (Como antes.)
Mi pecho empieza a arder. Alejémonos cuanto antes.
MEFISTÓFELES (Con la postura anterior.)
Bueno, al menos hay que reconocer que son unos poetas muy sinceros.


 
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belzebuth666
view post Posted on 29/9/2008, 01:06




(La marmita que LA MONA ha dejado hasta ahora descuidada empieza a rebosar; sale una gran llama que sube por la chimenea. LA BRUJA baja a través de la llama dando unos gritos espantosos.)

LA BRUJA
Ay, ay, ay. Maldito animal, condenada puerca. Has descuidado la caldera, has chamuscado a tu señora. Maldito animal. (Mirando a FAUSTO y a MEFISTÓFELES.)
¿Qué ha pasado aquí?
¿Quiénes sois vosotros dos?
¿Qué es lo que queréis?
¿Quién os hizo entrar?
¡Que el fuego del infierno arda en vuestros huesos!
(Mete la espumadera en la marmita y empieza a salpicar con llamas a FAUSTO, MEFISTÓFELES y a LOS ANIMALES. LOS ANIMALES aúllan.)
MEFISTÓFELES (Que le da la vuelta al soplillo que tiene en la mano y golpea las vasijas de cristal y
las ollas.)
Por el suelo, por el suelo,
ahí está tu brebaje,
ahí están tus vasijas.
Esto es sólo una broma,
puta vieja, es el ritmo
propio de tu melodía.
(Mientras LA BRUJA retrocede llena de horror y espanto.) ¿Me reconoces, esqueleto?, ¿eh, espantajo? ¿Reconoces a tu señor y maestro? No sé qué me impide golpearos y destrozaros a ti y a tus espíritus animales. ¿Le has perdido el respeto al jubón rojo? ¿Ya no puedes reconocer la pluma de gallo? ¿He ocultado mi rostro? ¿Tengo que anunciarme por mi nombre?
LA BRUJA
Oh, señor, perdona este grosero saludo, pero no he visto ningún pie de caballo. ¿Dónde están vuestros dos cuernos?
MEFISTÓFELES
Por esta vez saldrás del apuro, pues es cierto que hace mucho tiempo que no nos vemos. También la cultura, que a todo el mundo barniza, se ha extendido al demonio. Ya no es posible ver al fantasma nórdico. ¿Dónde están los cuernos, la cola y las garras? Y en cuanto al pie, del que no puedo prescindir, sé que me causaría cierto perjuicio entre la gente. Por ello, como algunos hombres jóvenes, me sirvo desde hace muchos años de falsas pantorrillas.
LA BRUJA (Bailando.)
Casi pierdo el sentido y el entendimiento. He aquí de nuevo al noble señor Satán.
MEFISTÓFELES
Mujer, no vuelvas a repetir ese nombre.
LA BRUJA
¿Por qué?, ¿qué daño os hace?
MEFISTÓFELES
Hace ya tiempo que fue escrito en el libro de las fábulas, sin que por eso los hombres hayan mejorado. Están libres del Maligno, pero los males se han quedado. Llámame señor Barón; así queda mejor. Soy un caballero igual que otros. Tú no dudarás de mi sangre azul. Mira, estas son mis armas. (Hace un gesto obsceno.)
LA BRUJA (Ríe con desmesura.)
¡Ja!, ¡ja! Ese es vuestro estilo. Seguís siendo un pícaro, como lo habéis sido siempre.
MEFISTÓFELES (A FAUSTO.)
Amigo, echa cuenta de esto; este es el modo de tratar con las brujas.
LA BRUJA
Ahora, decidme, señores, qué deseáis.
MEFISTÓFELES
Un buen vaso del conocido jugo. Pero quiero que sea del más añejo. Con los años redobla su efecto.
LA BRUJA
¡Con mucho gusto! Aquí tengo una botella de la que me gusta de vez en cuando beber y que no apesta en absoluto. Os daré un vasito con gran placer. (En voz baja.) Pero si este hombre bebe sin estar preparado, sabéis que no vivirá ni una hora.
MEFISTÓFELES
Es un buen amigo y le sentará muy bien. Quiero que disfrute de lo más escogido de tus artes culinarias. Traza tu círculo, pronuncia tus ensalmos y dale una taza llena.
 
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astaroth1
view post Posted on 29/9/2008, 01:08




(LA BRUJA, con extraños gestos, traza un círculo y va depositando dentro de su contorno cosas extrañas. Entretanto, los vasos empiezan a tintinear, las marmitas a resonar y a hacer música. Finalmente trae un libro, coloca a los monos dentro del círculo. Estos le sirven de pupitre y le sostienen la antorcha. Hace un gesto a FAUSTO para que se acerque a ella.)

FAUSTO (A MEFISTÓFELES.)
No; dime ¿a qué va a dar lugar esto? Esos trucos absurdos, esos gestos locos, este engaño de mal gusto ya son bastante conocidos y odiados por mí.
MEFISTÓFELES
¡Ea, qué tontería! Esto es sólo una broma. No seas tan estricto. Como médico, ella debe hacer un ensalmo para que el jugo le salga bien. (Apremia a FAUSTO a entrar en el círculo.)
LA BRUJA (Empieza a declamar con énfasis un párrafo del libro.)
Debes entender.
Haz de uno diez
y réstale dos
e iguálalo a tres.
Serás rico así.
Quítale el cuatro.
Con cinco y seis,
te avisa la bruja,
siete y ocho harás.
Llegó ya el final:
nueve es igual a uno
y diez no es ninguno.
Esta es la tabla de multiplicar de la bruja.
FAUSTO
Me parece que esta vieja delira.
MEFISTÓFELES
Pues todavía falta mucho para que esto acabe. Sé muy bien que así suena el libro entero; he perdido mucho tiempo con él. Una contradicción perfecta es tan misteriosa para los listos como para los tontos. Amigo mío, el arte es viejo y nuevo. Con él se difundió para la posteridad el error en lugar de la verdad: con el tres y el uno y con el uno el tres. Así se charla y se enseña sin trabas. ¿Quién se ocupa de los locos? Cuando el hombre oye palabras, cree habitualmente que estas ofrecen materia para pensar.
LA BRUJA (Continúa.)
La enorme fuerza
que tiene la ciencia
queda oculta al mundo.
Pero el que no piensa
que le es brindada
la obtiene de balde.
FAUSTO
¿Qué tonterías nos está diciendo? Pronto me estallará la cabeza. Me parece estar escuchando un coro de cien mil dementes.
MEFISTÓFELES
Ya basta, ya basta, perfecta sibila. Trae la bebida y llena la copa hasta los bordes. Este jugo no le hará daño a mi amigo: es un hombre con muchos grados que otros tragos ha tenido ya que beber.

(LA BRUJA, muy ceremoniosamente, escancia la bebida en una copa; al llevársela FAUSTO a la boca, surge una tenue llama.)

¡Venga, adentro!, ¡de un trago! ¿Estás hablando de tú a tú con el diablo y te asusta el ver una llama?

(LA BRUJA rompe el círculo. FAUSTO sale.) ¡Venga afuera!, ¡no debes quedarte quieto!

LA BRUJA
Que os aproveche el trago.
MEFISTÓFELES
Si puedo hacerte algún favor, pídemelo por Walpurgis.
LA BRUJA
¡Esta es una canción! Si la cantáis de vez en cuando, notaréis ciertos efectos.
MEFISTÓFELES
Vamos, deprisa, deja que te guíe. Tienes que sudar para que te invada su fuerza por dentro y por fuera. A partir de ahora te enseñaré a apreciar el ocio noble y pronto notarás con íntimo placer cómo Cupido despierta y vuelve a saltar.
FAUSTO
Deja que me mire en el espejo. ¡Esa imagen de mujer era tan bella!
MEFISTÓFELES
¡No, no! Pronto verás en persona el modelo de toda mujer. (En voz baja.) Con esta bebida en el cuerpo verás pronto a Helena encarnada en cada una de las mujeres.
 
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belzebuth666
view post Posted on 29/9/2008, 01:15




CALLE

(FAUSTO. MARGARITA se cruza con él.)


FAUSTO
Mi bella señorita, ¿podría atreverme a ofrecerle mi brazo y mi compañía?
MARGARITA
No soy señorita ni bella, y puedo volver a casa sin compañía de nadie. (Se zafa de él y sigue andando.)
FAUSTO
¡Por el cielo, qué niña más hermosa! Nunca he visto nada igual. Llena de bondad y de virtud, al tiempo que muestra cierto desdén. Tiene rojos los labios y luminosas las mejillas. ¡No los podré olvidar en este mundo! Se ha grabado en mi pecho la forma en que bajó la mirada y el momento en que me replicó brevemente; qué entusiasmo sentí. (Entra MEFISTÓFELES.) Tienes que conseguirme a esa muchacha.
MEFISTÓFELES
¿A cuál?
FAUSTO
A esa que acaba de pasar.
MEFISTÓFELES
¿Aquella? Vuelve de hablar con su confesor, que le perdonó todos sus pecados. Me oculté en el confesonario y pude ver que es una inocente que confiesa faltas insignificantes. No tengo ningún poder sobre ella.
FAUSTO
Pero tiene al menos catorce años.
MEFISTÓFELES
Hablas como un auténtico calavera que deseara poseer todas las flores y se enorgulleciera de que para él no hay honor ni bien que no se puedan lograr. Pero esto no siempre ocurre.
FAUSTO
No, elogioso maese; no me vengas a hablar de la ley. Te lo digo claro y alto: si esta noche no siento el palpitar de su joven sangre al tenerla entre mis brazos, a medianoche nos separaremos.
MEFISTÓFELES
¡Piensa en todo lo que hay que hacer y deshacer! Al menos necesito dos semanas para encontrar la ocasión.
FAUSTO
Si tuvieras siete horas disponibles, no necesitaría del demonio para la seducción de esa criaturita. MEFISTÓFELES
Ya habláis casi como un francés, pero no os enojéis. ¿De qué sirve obtener el placer de inmediato? Nunca es tan grande el gozo, ni con mucho, como cuando poco a poco, con todo tipo de embustes, vas encadenando y poniendo en suerte a tu muñequita, tal como ocurre en algunos cuentos extranjeros.
FAUSTO
Aun sin eso, me apetece.
MEFISTÓFELES
Ya sin bromas ni chanzas. Te digo que con esa bella niña no se puede ir tan rápido. Con el empuje no podrás conseguir nada. Tendremos que servirnos de la astucia.
FAUSTO
¡Tráeme algo de su tesoro angélico! ¡Llévame a su lugar de descanso! ¡Haz de su pecho mi pañuelo, hazle una liga con mi deseo amoroso!
MEFISTÓFELES
Para que veas que ante tu pena quiero ser diligente y servicial, no perderemos ni un instante y hoy te llevaré a su cuarto.
FAUSTO
¿Y podré verla?; ¿y será mía?
MEFISTÓFELES
No. Ella estará en casa de una vecina. Mientras tanto podrás hacerte con esperanzas de futuras alegrías en el aire donde ella respira.
FAUSTO
¿Podemos ir ya?
MEFISTÓFELES
Todavía es muy pronto.
FAUSTO
Consígueme un regalo para llevarle. (Se va.)
MEFISTÓFELES
¡Regalos ya! ¡Muy bien! ¡Lo acabará consiguiendo! Conozco lugares adecuados donde están enterrados algunos viejos tesoros. Tengo que volver a echarles un vistazo. (Se va.)
 
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astaroth1
view post Posted on 29/9/2008, 01:17




AL ATARDECER

(Un cuarto pequeño y pulcro.)


MARGARITA (Haciéndose sus coletas.)
Daría cualquier cosa por saber quién era el caballero de antes. Con aquel aspecto tan gallardo, seguro que es de casa noble; se lo noté en la frente. De no ser así, no hubiera tenido tanta audacia. (Se va.)

(MEFISTÓFELES y FAUSTO entran.)

MEFISTÓFELES
¡Adentro!, ¡sin hacer ruido!, ¡adentro!
FAUSTO (Después de una pausa.)
Te lo ruego, déjame solo.
MEFISTÓFELES (Fisgoneando.)
No todas las muchachas son tan aseadas. (Se va.)
FAUSTO (Mirando alrededor.)
Bien llegada seas, dulce luz del crepúsculo que te filtras en este santuario penetrándolo. Apodérate de mi corazón, dulce pena de amor, que vives consumiéndote en el rocío de la esperanza. ¡Qué sentimiento de serenidad, de orden, de contento se respira! ¡Qué plenitud en esta pobreza!, ¡qué felicidad en esta prisión! (Se deja caer en el sillón de cuero situado junto a la cama.) Acógeme tú que, en la alegría y el dolor, recibiste con los brazos abiertos a sus antepasados. ¡Cuántas veces se subieron los niños a este trono paternal! Quizá aquí, mi pequeña amada, con las mejillas gordezuelas y agradecida por el aguinaldo navideño, besó la marchita mano del abuelo. Siento, muchacha, cómo me envuelve tu espíritu ordenado y generoso que, maternal, te enseña diariamente a extender pulcramente el mantel sobre la mesa y a alisar la arena a tus pies. Oh, mano amada, semejante a la de los dioses, esta choza se convierte gracias a ti en un reino celestial. ¡Y aquí...! (Abre una de las colgaduras de la cama.) ... ¿Qué frenesí se apodera de mí? Aquí querría pasarme horas enteras; aquí, naturaleza, has formado en leve sueño a este ángel hecho carne; aquí está la niña durmiendo, su pecho lleno de calor y vida; aquí, con textura limpia y pura, se crea la imagen divina. Pero, ¿qué es lo que te ha traído aquí? ¡Me siento conmovido en mi interior! ¿Qué quieres? ¿Por qué está tan grave tu alma? Pobre Fausto, ya no te reconozco. ¿Un aroma de encanto me rodea? Me impulsó a venir la satisfacción de un placer inmediato y ahora me deshago en un sueño amoroso. ¿Somos un juguete ante cada golpe de aire? Y si ella apareciera ahora, ¡cómo expiarías tu sacrilegio! Qué diminuto se haría, incluso, el gran libertino; se fundiría echándose a sus pies.
MEFISTÓFELES
Rápido. La veo bajar.
FAUSTO
¡Vamos!, ¡vamos! ¡Jamás he de volver!
MEFISTÓFELES
Aquí hay un cofrecito bien pesado que encontré no sé dónde. Pónselo en el armario y te prometo que perderá el sentido. Metí en él varias cosas para conseguir otra. Y es que los niños son siempre niños y el juego siempre es juego.
FAUSTO
No sé si debo.
MEFISTÓFELES
¿Aún te lo preguntas? ¿Pretendes guardarte este tesoro? Entonces le recomiendo a Su Avaricia que no me haga perder el día y que me dispense de esfuerzos venideros. No creí que fueras avaro. Me rasco la cabeza y me froto las manos. (Coloca la cajita en el armario y vuelve a cerrar la puerta.) ¡Venga! ¡Deprisa! Yo intento someter el deseo y la voluntad de tu corazón a esta joven y dulce niña y tú estás ahí, como si fueras a entrar al aula y, grises, en carne y hueso, te esperaran la física y la metafísica. Vamos.
(Salen.)
MARGARITA (Con una lámpara.)
¡Qué bochorno!, ¡qué humedad hay aquí! (Abre la ventana.) Sin embargo, no hace calor fuera, pero siento calor no sé por qué. Me gustaría que volviera mamá a casa. Siento un escalofrío que me recorre todo el cuerpo. Creo que soy una mujer miedosa y tonta. (Empieza a cantar mientras se va desnudando.)
Había una vez un rey en Thule,
fiel hasta la sepultura,
al que su amada, muriendo,
regaló una áurea copa.
Era su mayor tesoro;
la llevaba a los banquetes;
se humedecían sus ojos
cuando de ella bebía.
Al estar su muerte próxima,
calculó su gran fortuna
y a su heredero la legó,
mas no su querida copa.
Celebró regio banquete,
flanqueado de caballeros,
en el antiguo salón
del castillo junto al mar.
Allí el viejo bebedor
tomó su último sorbo
y arrojó su amada copa
al albur de las mareas.
La vio caer y hundirse
en aquel profundo mar.
Los ojos se le apagaron,
nunca volvió a beber.
(Abre el armario para ordenar sus vestidos y ve el cofrecito de joyas.) Cómo ha llegado hasta aquí este cofrecillo si estoy segura de haber cerrado muy bien el armario. ¡Qué raro! ¿Qué podrá haber dentro? Quizá lo haya traído alguien en prenda, para pedir un préstamo a mi madre. Cuelga una llavecita de la cinta. Me parece que lo voy a abrir ahora mismo. ¿Qué es esto? ¡Dios de los cielos! Mira, no he visto nunca nada igual en mi vida. Unas joyas con las que cualquier dama de la nobleza podría asistir a la mayor de las solemnidades. ¿Cómo me sentaría esta cadena? ¿A quién pertenece esta maravilla? (Se adorna con las joyas y se pone ante el espejo.) ¡Si tan sólo fueran míos los pendientes, ya tendría otro aspecto! ¿De qué sirven la belleza y la juventud? Todo ello puede ser muy bueno y muy bonito, pero ahí se queda y se alaba casi por compromiso. Mas todos persiguen el oro y todo pende del oro. ¡Ay, pobres de nosotras!
 
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belzebuth666
view post Posted on 29/9/2008, 01:19




PASEO

(FAUSTO, pensativo, va andando de un lado a otro. Se le acerca MEFISTÓFELES.)


MEFISTÓFELES
Por todo el amor desdeñado, por todos los elementos infernales; ¡quisiera saber lo más ofensivo posible para poder maldecir!
FAUSTO
¿Qué te pasa?, ¿qué mosca te ha picado? No he visto peor cara en mi vida.
MEFISTÓFELES
Me daría ahora mismo a los diablos si no fuera yo uno de ellos.
FAUSTO
¿Estás perturbado? La verdad es que te da empaque ponerte como un loco.
MEFISTÓFELES
Las joyas que reuní para Margarita se las ha llevado un cura. La madre, en cuanto vio aquello, empezó a sentir miedo. La mujer tiene un fino olfato, pues siempre tiene las narices dentro del misal, y empieza a oler todos los muebles a ver si son sagrados o profanos, y cuando vio las joyas comprendió al momento que no tenían muchas bendiciones. Ella exclamó: «Hija mía, este bien injusto apresa el alma y consume la sangre. Lo consagraremos a la madre de Dios y quedaremos satisfechos con el Maná del Cielo». La pequeña Margarita torció el gesto, pensó que era caballo regalado y que no era ningún impío el que lo había traído con tanta finura. La madre hizo llamar a un cura que, en cuanto presintió el placer, se dejó agradar la vista. El dijo: «Está muy bien pensado, el que supera la prueba gana. La Iglesia tiene un buen estómago, ha devorado países enteros y nunca se ha empachado hasta ahora. Sólo la Iglesia, estimadas señoras, puede digerir bienes injustos».
FAUSTO
Ese es un uso general. El judío y el rey hacen lo mismo.
MEFISTÓFELES
Se llevó el prendedor, el collar y los anillos como si fueran bagatelas, y sin dar más gracias que por un cesto lleno de avellanas, les prometió la recompensa celestial y ellas se sintieron muy edificadas.
FAUSTO
¿Y Margarita?
MEFISTÓFELES
Ahora está intranquila, no sabe lo que quiere ni lo que debe hacer; día y noche se acuerda de las joyas y piensa aún más en quién se las dejaría allí.
FAUSTO
Me duele la preocupación de mi pequeña amada. ¡Consíguele nuevas joyas! Las primeras valían poca cosa.
MEFISTÓFELES
Sí claro, para el señor todo es un juego de niñas.
FAUSTO
Hazlo y dispónlo a mi voluntad. Pégate a su vecina. Demonio, no seas blandengue y trae nuevas joyas. MEFISTÓFELES
Sí, gran señor, lo haré con gusto y de corazón.
 
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satanas1
view post Posted on 29/9/2008, 01:22




(FAUSTO se va.)

Así es cómo un loco enamorado hace estallar el sol, la luna y las estrellas para la diversión de la amada. (Sale.)

LA CASA DE LA VECINA

MARTA (Sola.)
¡Que Dios perdone a mi marido! No me hizo ningún bien. Se ha ido a recorrer el mundo y me dejó sola en la estacada. Yo no hice nada que le molestara. Dios sabe que le amé de veras. (Llora.) Quizás esté muerto. ¡Qué pena! Si al menos tuviera un certificado de defunción.

(Viene MARGARITA.)

MARGARITA
¡Señora Marta!
MARTA
¿Qué hay de nuevo, Margarita?
MARGARITA
Las piernas me tiemblan tanto, que apenas puedo permanecer de pie. He vuelto ha encontrar un cofrecito en mi armario; es de ébano y contiene alhajas mucho más valiosas que las del primero.
MARTA
Ni una palabra a tu madre o se las volverá a dar al confesor.
MARGARITA
¡Mírelas, mírelas tan sólo!
MARTA (Adorna a MARGARITA con las joyas.)
¡Criatura dichosa!
MARGARITA
Por desgracia, no puedo dejarme ver con ellas en la calle ni en la iglesia.
MARTA
Ven a visitarme con frecuencia y ponte las joyas a escondidas. Pasea durante una hora delante del espejo. ¡Será una buena diversión para nosotras! Luego ya habrá alguna ocasión; alguna fiesta donde poco a poco podrás dejarte ver ante la gente, primero una cadenita, luego los pendientes de perlas... Probablemente no lo vea tu madre o podamos engañarla con algo.
MARGARITA
Quién habrá traído los dos cofrecitos. Esto no me huele muy bien. (Llaman a la puerta.) ¡Dios mío, puede que sea mi madre!
MARTA (Observando por la mirilla.)
Es un caballero desconocido. ¡Adelante!

(Entra MEFISTÓFELES.)

MEFISTÓFELES
He de pedir excusas a las damas por haberme tomado la libertad de entrar. (Retrocede respetuosamente ante MARGARITA.) Busco a la señora Marta Schwerdtlein.
MARTA
Soy yo, ¿qué queréis de mí?
MEFISTÓFELES (Hablándole en voz baja.)
Por ahora me basta con conocerla. Tiene usted una visita distinguida. Perdone la confianza que me tomo, pero volveré por la tarde.
MARTA (En voz alta a MARGARITA.)
¡Mira qué cosa más particular!... Ese caballero te toma por una encopetada señorita.
MARGARITA (En voz alta.)
Soy una muchacha de sangre humilde. ¡Válgame Dios!, sois demasiado amable, señor. Las joyas y las alhajas no son mías.
MARTA
¿Qué noticias trae de mi marido? ¿Me pide mucho dinero?
MEFISTÓFELES
Me gustaría traer mejores noticias. Espero que no me reproche por ello. Su marido murió y le manda recuerdos.
MARTA
¿Ha muerto? Pobre de mi fiel corazón. Oh, dolor. ¡Mi marido ha muerto! ¡Me desmayo!
MARGARITA
Ah, estimada señora, no desesperéis.
MEFISTÓFELES
Escuchad mi triste relato.
MARTA
No volveré a amar a nadie. La pérdida me desolará hasta la muerte.
MEFISTÓFELES
La alegría ha de tener pena y la pena alegría.
MARTA
Contadme cómo fue su final.
MEFISTÓFELES
Está enterrado en Padua, junto a San Antonio. En un lugar sacrosanto obtuvo el frío y eterno lecho.
MARTA
¿No habéis traído nada más para mí?
MEFISTÓFELES
Sí, un favor grande y difícil: qué mandéis decir trescientas misas por él. Por lo demás, mis bolsillos están vacíos.
MARTA
¿Cómo? ¿Ni un medallón?, ¿ni una alhaja? ¡Ni eso que el más modesto de los trabajadores manuales guarda en el fondo del saco como recuerdo, conservándolo aunque tenga que pasar hambre y mendigar!
MEFISTÓFELES
Señora, lo siento en el alma, pero él no ha malgastado su dinero. También se arrepintió muy profundamente de sus pecados y se lamenta todavía más de su mala suerte.
MARGARITA
¡Por qué seremos tan míseros los seres humanos! Sí, haré que por él digan muchos Réquiem.
MEFISTÓFELES
Merecéis llegar pronto al matrimonio. Sois una amable niña.
MARGARITA
Todavía no es tiempo de eso.
MEFISTÓFELES
Si no es un marido, puede ser entretanto un amante. Es un don del cielo tener algo tan bello entre los brazos.
MARGARITA
No es esa la costumbre del país.
MEFISTÓFELES
Sea o no sea la costumbre, se hace.
MARTA
¡Contadme!
MEFISTÓFELES
Estuve en su lecho de muerte, que casi era de inmundicia, era de paja semipodrida; él murió como cristiano y vio que había dejado muchas deudas sin saldar. Exclamó: «Tengo que odiarme profundamente por haber dejado mi trabajo y a mi mujer. Este recuerdo me mortifica. Si al menos pudiera perdonarme en vida».
MARTA (Llorando.)
El buen hombre. Hace ya mucho tiempo que lo he perdonado.
MEFISTÓFELES
«Pero, bien sabe Dios que ella es más culpable que yo.»
MARTA
¡Eso es mentira! ¡Vaya! ¡Mintiendo al filo de la tumba!
MEFISTÓFELES
Aunque yo no entiendo mucho de eso, creo que en sus últimos momentos deliraba: «No he podido», dijo, «malgastar el tiempo. Primero vinieron los hijos y luego tuve que conseguirles el pan, el pan en todos los sentidos, y ni siquiera pude comer mi parte en paz».
MARTA
¡Así olvidó mi fidelidad y mi amor, las fatigas que pasé día y noche!
MEFISTÓFELES
Ah, no, él pensó de corazón en usted. Dijo: «Al salir de Malta recé con fervor por mi mujer y mis hijos, y el Cielo nos fue propicio, pues nuestra nave hizo presa a una galera turca que llevaba un tesoro del gran Sultán. La valentía tuvo recompensa, yo también recibí, como era justo, mi parte bien medida».
MARTA
¿Cómo?, ¿dónde?, ¿lo habrá enterrado tal vez?
MEFISTÓFELES
¿Quién sabe dónde se lo habrá llevado el viento? Una linda dama se prendó de él al andar por Nápoles errante y le dio tanto amor y fidelidad que la tuvo presente hasta el fin.
MARTA
Ese pícaro, ese ladrón de sus hijos. Ni toda la miseria ni la escasez le impidieron llevar a cabo su vergonzosa vida.
MEFISTÓFELES
Veis; por eso ha muerto. Si estuviera en vuestro lugar, le guardaría un recatado año de luto mientras me buscaba un nuevo amado.
MARTA
Ah, Dios. Difícilmente encontraría uno como mi primer marido. Apenas podrá haber un loco más enternecedor. Sólo era aficionado al mucho errar, a las mujeres extranjeras, al vino extranjero y al condenado juego de los dados.
MEFISTÓFELES
Bien, yo veo así la cosa. Con la condición de ser más o menos tan tolerante como lo fue con él, cambiaría con usted los anillos.
MARTA
¡Vaya, al caballero le gusta bromear!
MEFISTÓFELES (Para sí.)
Voy a marcharme ahora mismo. Esta es capaz de tomarle la palabra al mismo diablo. (A MARGARITA.) ¿Y a vuestro corazón, cómo le va?
MARTA
¿Qué quiere decir el señor con eso?
MEFISTÓFELES (Para sí.)
¡Niña buena e inocente! (En voz alta.) ¡Adiós, señoras!
MARGARITA
¡Adiós!
MARTA
Pero decidme antes algo. Me gustaría tener un documento de dónde y cómo está enterrado mi esposo. Siempre he sido amiga del orden, e incluso me gusta ver las esquelas de las gacetas semanales.
MEFISTÓFELES
Sí, buena mujer; por boca de dos testigos se establece la verdad. Tengo un distinguido compañero al que os pondré frente al juez. He de traerlo aquí.
MARTA
¡Oh, hacedlo!
MEFISTÓFELES
¿Estará aquí la doncella? Él es un buen muchacho. Ha viajado mucho y ha mostrado su cortesía a muchas jóvenes damas.
MARGARITA
Ante él enrojecería de vergüenza.
MEFISTÓFELES
No deberías hacerlo ante ningún rey de la tierra.
MARGARITA
Detrás de mi casa, en mi jardín, esperaremos esta tarde a los señores.
 
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belzebuth666
view post Posted on 29/9/2008, 01:23




UNA CALLE

(FAUSTO y MEFISTÓFELES.)


FAUSTO
¿Cómo va todo?, ¿se avanza?, ¿lo lograremos?
MEFISTÓFELES
¡Ah, bravo! ¿Estás en ascuas? En poco tiempo Margarita será tuya. Esta noche la verás en casa de su vecina Marta. Una mujer que ni pintada para celestineos y gitanerías.
FAUSTO
¡Bien!
MEFISTÓFELES
Pero se exige algo de nosotros.
FAUSTO
Bien merece la pena devolver un favor por otro.
MEFISTÓFELES
Hemos de dar fe de que los restos de su esposo descansan en Padua y están enterrados en tierra sagrada.
FAUSTO
¡Muy inteligente! Entonces tendremos que viajar primero allí.
MEFISTÓFELES
¡No se trata de eso; sancta sinplicitas! Hay que atestiguarlo sin informarse previamente.
FAUSTO
Si no hay otro camino, el plan ha fracasado.
MEFISTÓFELES
Oh, santo varón, ¿con esas sales? ¿Es esta la primera vez en tu vida que das falso testimonio? ¿No has dado definiciones más fuertes sobre Dios, el mundo y lo que en él se mueve, sobre el hombre y sobre lo que en el interior de su corazón se agita?, ¿y no lo hiciste con pecho audaz y mente disipada? Si miras en tu interior, ¿no has de confesar que sabes tanto de eso como de la muerte del señor Schwerdtlein?
FAUSTO
Eres y serás un mentiroso, un sofista.
MEFISTÓFELES
¡Ah, si no se supiera un poco más! Pues mañana, con todo el honor, ¿no irás a aturdir a la pobre Margarita jurándole un amor profundo?
FAUSTO
¡Lo haré de corazón!
MEFISTÓFELES
¡Muy bonito! Luego hablarás de la eterna lealtad, amor de un único deseo todopoderoso. ¿Y todo eso saldrá del corazón?
FAUSTO
¡Sí saldrá! ¡Déjalo ya! Si siento algo y busco nombre para el sentimiento y el fuego en el que ardo, y no lo encuentro y ando por el mundo para alcanzar las palabras más elevadas, y a ese fuego que me quema lo llamo infinito, ¿es esto un juego y un engaño diabólico?
MEFISTÓFELES
Pero tengo razón.
FAUSTO
Escucha y atiéndeme, y sobre todo no me fatigues más: quien se empeña en tener razón, si se apoya en la elocuencia, acaba teniendo razón. Vamos, ya estoy harto de tanto cotorreo. Tienes razón, sobre todo porque no me queda más remedio.
 
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astaroth1
view post Posted on 29/9/2008, 01:26




JARDÍN

(MARGARITA del brazo de FAUSTO. MARTA y MEFISTóFELES paseando de arriba abajo.)


MARGARITA
Ya noto que el señor es muy amable y que se rebaja a hablar conmigo para avergonzarme. El que ha viajado ya, está acostumbrado a aceptar todo por cortesía. Sé muy bien que mi modesta conversación no podrá entretener a un hombre tan experto.
FAUSTO
Una mirada y una palabra tensa deleitan más que toda la sabiduría del mundo. (Le besa la mano.)
MARGARITA
¡No se moleste! ¿Cómo la puede besar?, es tan fea y tan áspera. En qué no habré tenido que trabajar. Mi madre es tan estricta.

(Pasan a un lado.)

MARTA
¿Y usted, señor, va siempre de viaje?
MEFISTÓFELES
El negocio y el deber me llevan. Con qué dolor se dejan algunos lugares, y sin embargo uno no se puede detener.
MARTA
En los años briosos está muy bien dar vueltas por el mundo de esa manera. Sin embargo, llegan los malos tiempos, y bajar a la tumba solterón no le ha sentado bien a nadie.
MEFISTÓFELES
Lo contemplo con terror desde la lejanía.
MARTA
Entonces, estimado señor, decidíos mientras aún estéis a tiempo.

(Pasan a un lado.)

MARGARITA
Sí, ojos que no ven, corazón que no siente. Usted se maneja bien con la cortesía, pero tendrá muchas amistades por ahí, y a buen seguro más inteligentes que yo.
FAUSTO
¡Ah, mi preferida! Créeme, lo que se toma por inteligencia suele ser vanidad y tontería.
MARGARITA
¿Cómo?
FAUSTO
La sencillez y la inocencia no saben apreciar su sagrado valor. No saben que la modestia y la humildad son supremos dones de la generosa naturaleza.
MARGARITA
Si pensarais un momento en mí, yo tendría tiempo para recordaros.
FAUSTO
¿Debes estar muy sola?
MARGARITA
Sí, nuestra casa es pequeña, pero hemos de atenderla. No tenemos criada: he de guisar, barrer, coser, zurcir, correr desde la mañana hasta la noche, pues mi madre es muy exigente en todo. No es que tengamos que guardar mucha estrechez; mi padre nos dejó un buen capital, una casa y un huerto en las afueras. Pero ahora estoy bastante tranquila; mi hermano es soldado y está en el frente y mi hermanita está muerta. Tuve mucho trabajo con la niña, aunque me gustaría volver a pasar fatigas por ella, pues la quería mucho.
FAUSTO
Si se parecía a ti, sería un ángel.
MARGARITA
Yo la crié y ella se encariñó conmigo. Nació tras la muerte de mi padre. A mi madre la dimos por perdida de tan mal como estuvo, pero se recuperó poco a poco, muy despacio. Por eso no pudo ni pensar en dar el pecho al pobre gusanito, y por eso yo sola la críe con leche y agua y ella se hizo mía. Entre mis brazos y en mi regazo se sentía a sus anchas, pateaba, fue creciendo.
FAUSTO
Sin duda has tenido la alegría más grande.
MARGARITA
Pero también horas muy difíciles. Por las noches, colocaba la cuna de la pequeña junto a mi cama y, apenas se movía, yo me despertaba. Le tenía que dar el alimento o la acostaba a mi lado. Si no se callaba, tenía que levantarme de la cama a ir meciéndola de un lado a otro del cuarto, y al amanecer iba a lavar y al mercado, y cuidaba del fuego del hogar, y así un día y otro también. Así, señor mío, no siempre se está de buen humor, pero saben mejor la comida y el sueño.

(Pasan a un lado.)

MARTA
Las pobres mujeres lo tenemos muy mal. Es muy difícil que un soltero dé su brazo a torcer.
MEFISTÓFELES
Si se tratara de alguien como usted, me haría tomar el buen camino.
MARTA
Señor, dígame, ¿no tiene usted todavía a nadie? ¿Nadie le ha atado el corazón en ningún sitio?
MEFISTÓFELES
Dice el refrán: «Un lugar propio y una buena mujer son más valiosos que las perlas y el oro».
MARTA
Le pregunto si no tuvo nunca el deseo.
MEFISTÓFELES
Siempre se me ha recibido cortésmente.
MARTA
Quiero decir que si nunca se ha tomado a nadie en serio.
MEFISTÓFELES
A las mujeres no puede uno tomarlas a broma.
MARTA
Ay, no me entiende.
MEFISTÓFELES
Lo siento de veras, pero entiendo que es usted muy amable. (Pasan a un lado.)
FAUSTO
Ángel mío, ¿no me reconociste cuando entré en el jardín?
MARGARITA
¿No lo vi? Bajé los ojos y los cerré.
FAUSTO
¿Me perdonas la libertad que me tomé?, ¿la osadía que tuve cuando salías de la catedral?
MARGARITA
Quedé abrumada. Nunca me había ocurrido eso. Nadie ha podido nunca decir nada malo de mí. Pensé que había visto en mis maneras algo desvergonzado e indecente. Parecía que se acercaba a tratar con una mozuela, en seguida y por las buenas. Pero he de confesarlo, no sé lo que empezó a actuar a su favor. Sólo sé que me reproché no sentir mayor hostilidad hacia usted.
FAUSTO
Dulce amor.
MARGARITA
¡Un momento! (Arranca una margarita y le va quitando los pétalos uno tras otro.)
FAUSTO
¿Qué vas a hacer con eso?, ¿un ramillete?
MARGARITA
No, es sólo un juego.
FAUSTO
¿Cómo? MARGARITA Apártese, que se reirá de mí. (Sigue arrancando hojas y murmurando.)
FAUSTO
¿Qué murmuras?
MARGARITA (A media voz.)
Me quiere, no me quiere.
FAUSTO
¡Dulce cara angelical!
MARGARITA (Continúa.)
Me quiere, no me quiere; me quiere, no me quiere. (Arrancando el último pétalo llena de alegría.) Me quiere.
FAUSTO
Sí, niña, toma la palabra de esa flor por un oráculo. Él te ama. ¿Comprendes lo que eso significa? Él te ama. (Le toma las manos en las suyas.)
MARGARITA
Siento un escalofrío.
FAUSTO
No tiembles. Deja que esta mirada y que la presión de mis manos te digan lo inexpresable: entregarse y sentir una dicha que debe ser eterna. Eterna, y su fin sería la desesperación. No debe haber ningún final, ningún final.
 
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belzebuth666
view post Posted on 29/9/2008, 01:29




(MARGARITA le estrecha las manos y se va corriendo. Él se queda un momento pensativo y luego la sigue.)

MARTA (Llegando.)
Ya está anocheciendo.
MEFISTÓFELES
Tenemos que marcharnos.
MARTA
Por mí le diría que se quedara, pero en la ciudad la gente es mala. Es como si nadie tuviera mejor ocupación que acechar los pasos del vecino. Y si uno se pone a tiro, siempre levanta habladurías. ¿Y nuestra parejita?
MEFISTÓFELES
Por aquel emparrado se marcharon. ¡Animadas aves veraniegas!
MARTA
Parece que él la quiere.
MEFISTÓFELES
Y ella a él. ¡Así sigue su curso el mundo!

INVERNADERO EN EL JARDÍN

MARGARITA (Entra de un salto, cierra la puerta con el dedo en los labios y mira por la rendija.)
¡Ya viene!
FAUSTO
Así me engañas, pícara. Te atrapé. (La besa.)
MARGARITA (Abrazándolo y devolviéndole el beso.)
Amor mío, te quiero.

(Llama MEFISTÓFELES.)

FAUSTO (Dando un pisotón en el suelo.)
¿Quién va?
MEFISTÓFELES
¡Un buen amigo!
FAUSTO
Un animal.
MEFISTÓFELES
Ya va siendo hora de separarse.
MARTA (Llegando.)
Sí, ya es tarde, señor mío.
FAUSTO
¿No puedo acompañarte?
MARGARITA
Mi madre me... Adiós.
FAUSTO
Entonces tengo que irme... Adiós.
MARTA
Adiós.
MARGARITA
Hasta muy pronto.

(FAUSTO y MEFISTÓFELES se van.)

¡Dios mío! ¿Cómo pudo un hombre así pensar en todo eso? Estoy avergonzada ante él y le digo sí a todo. Pero soy una niña pobre e ignorante. No sé lo que habrá visto en mí. (Se va.)
 
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astaroth1
view post Posted on 29/9/2008, 01:36




BOSQUE Y CAVERNA

FAUSTO (Solo.)
Espíritu sublime, tú me has dado todo cuanto te pedí. Tú no has hecho que volviera en vano mi rostro hacia el fuego. Me has dado a la magnífica naturaleza por reino y fuerza para sentirla y disfrutarla. No sólo me concedes una visita fría y pasiva. Me permites mirar en su hondo pecho como en el pecho de un amigo. Haces pasar ante mí el conjunto de lo viviente y me enseñas a conocer a mis hermanos en las tranquilas frondas, en el aire y en el agua. Y cuando en el bosque brama y gime la tormenta, cuando los enormes pinos, agitándose, aplastan y tumban las ramas y los troncos vecinos, cuando con su caída retumba sorda y hueca la colina, tú me llevas a una segura caverna y allí me muestras a mí mismo y se me desvelan los secretos prodigios de mi corazón. Al subir ante mi núrada la suave luna, que todo lo apacigua, flotan sobre mí, por el húmedo bosque, en las laderas rocosas, formas plateadas que dulcifican el deseo de contemplación.
Ah, ya noto que no hay nada perfecto para el hombre. Además de este placer que me acerca a los dioses cada vez más, me diste el compañero al que no puedo renunciar, por más que, frío y descarado, me humille ante mí mismo y, con su palabrería, reduzca a nada todos tus dones. Él atiza en mi pecho el fuego salvaje que quiere atrapar esa bella imagen. Así me tambaleo yendo del deseo al placer y, una vez en el placer, ansío el deseo.
MEFISTÓFELES
¿Ya has vivido bastante este tipo de vida? ¿Cómo puede gustarte por tanto tiempo? Es bueno probar; pero después hay que volver a buscar lo nuevo.
FAUSTO
Preferiría que tuvieras otra cosa que hacer que molestarme en un precioso día.
MEFISTÓFELES
¡Bien! ¡Con gusto te dejo descansar! No hace falta que te pongas tan serio para decírmelo. No se pierde mucho dejando a un acompañante tan ineducado, loco y melancólico como tú. ¡Ya estoy bastante ocupado el día entero! Por la cara nunca se le adivina al caballero que es lo que le gusta y que no hay que tocar.
FAUSTO
¡Así es como hay que tratarte! ¡Aún quieres que te agradezca que me estorbes!
MEFISTÓFELES
Pobre hijo de la tierra, ¿cómo podrías haber vivido sin mí? Te he curado hace mucho tiempo de los devaneos de la imaginación y si no fuera por mí ya habrías sido barrido de la esfera terráquea. ¿Por qué vas a sentarte en las cavernas y en las grietas de las rocas como un búho?, ¿qué alimento absorbes como un sapo del blando musgo y de las rocas húmedas? ¡Valiente pérdida de tiempo! Aún llevas dentro al Doctor.
FAUSTO
¿Comprendes qué nueva fuerza vital me concede este caminar por el desierto? Si lo supieras serías suficientemente diabólico como para quitarme esta dicha.
MEFISTÓFELES
¡Un placer sobrenatural! Tenderte en los montes por las noches, al relente; abarcar la tierra y el cielo con deleite y crecer hasta convertirse en un dios; penetrar con el impulso de un presentimiento el tuétano del mundo y sentir en el pecho los seis días de la creación; disfrutar con no sé qué orgulloso poder; fundirse con todo disfrutando de emoción y luego concluir la alta intuición (Hace un gesto.) inefable.
FAUSTO
¡Qué vergüenza!
MEFISTÓFELES
No te place esto, entonces bien podrías decir un educado: «¡Qué vergüenza!». No se debe mencionar ante oídos castos aquello a lo que los castos corazones no pueden renunciar. Para abreviar: te dejo tu placer de engañarte de vez en cuando, pero no ha de durarte mucho tiempo. Estás otra vez a la deriva y, si sigues así, encallarás en la locura o en el miedo y el horror. Basta ya. Si tu amada entra ahí, todo le parecerá angosto y turbio. No sales de tus pensamientos y te amas sin medida. Al principio se desbordó la furia de tu amor como crece un arroyo en el deshielo, y después de verterlo en el alma, tu arroyuelo fluye tranquilo. Creo que después de ser entronizado en los bosques, el gran señor bien podría premiar por su amor a ese pobre animalito adolescente. El tiempo se le hace insoportablemente largo, se asoma a la ventana, ve las nubes sobre las antiguas murallas de su ciudad. Ella canta «¡Si yo fuera un pajarillo!» el día entero y hasta medianoche. De pronto está animada, casi siempre triste. A veces llora hasta no poder más, luego al parecer se tranquiliza y siempre está enamorada.
FAUSTO
Ah, serpiente, serpiente.
MEFISTÓFELES (Para sí.)
De acuerdo, con tal que pueda atraparte...
FAUSTO
¡Malvado! Aléjate y no te atrevas a pronunciar el nombre de esa bella mujer. No vuelvas a despertar en mis sentidos medio trastornados el deseo de poseer su tierno cuerpo.
MEFISTÓFELES
¿Qué lograrás con esto? Ella cree que has huido y más o menos tiene razón.
FAUSTO
Estoy cerca de ella y, aunque estuviera lejos, no podría olvidarla ni perderla. Incluso envidio el Cuerpo de Cristo cuando al tomarlo lo roza con sus labios.
MEFISTÓFELES
¡Muy bien, amigo! Yo muchas veces te he envidiado por esos mellizos que pacen entre las rosas.
FAUSTO
¡Apártate!, ¡alcahuete!
MEFISTÓFELES
¡Bien! Me insultas y tengo que reírme. El Dios que creó al muchacho y la muchacha reconoció como el más noble oficio buscarles la ocasión. ¡Pero menuda calamidad te espera! Tienes que ir al cuarto de tu amada, no a la muerte.
FAUSTO
¿Qué gozo celestial siento entre sus brazos? Déjame que me abrigue en el calor de su pecho. ¿No siento siempre su tribulación? ¿No soy el fugitivo sin refugio, el monstruo sin objetivo ni descanso que, en cascada y de roca en roca, cae al abismo, iracundo y lleno de deseos? Y ella, a un lado, con su sensualidad infantil y apagada vivía en su chocita de los Alpes con todos los cuidados domésticos reunidos en su pequeño mundo. Y yo, el odiado de Dios, ¿no tenía suficiente con llevarme conmigo las rocas y convertirlas en escombros? ¡Tuve también que sepultar su paz! Infierno, querías este sacrificio. Demonio, acorta el tiempo de mi angustia. Lo que ha de ser, que sea ahora mismo. ¡Que su destino caiga sobre mí y ella sucumba conmigo!
MEFISTÓFELES
¡Cómo vuelves a hervir y a arder de nuevo! Ve a consolarla, demente. Cuando un imbécil no ve la salida, se imagina que todo ha concluido. ¡Bravo por aquel que no pierde el valor! Tú ya estás bastante endemoniado y no he visto nada más ridículo que un demonio presa de la desesperación.
 
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