El Anticristo, Nietzsche

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samael69
view post Posted on 24/10/2008, 22:16




15

Ni la moral ni la religión entran en contacto en el cristianismo con
un punto cualquiera de la realidad. Causas puramente imaginarias (Dios,
alma, yo, espíritu libre, albedrío y también voluntad no libre), efectos
puramente imaginarios (pecado, redención, gracia, castigo, perdón de
los pecados). Relaciones entre criaturas imaginarias (Dios, espíritu,
alma) ; una ciencia natural imaginaria (antropocéntrica: falta completa
de la noción de las causas naturales); una sicología imaginaria
(completo desconocimiento de si mismo, interpretación de sentimientos
generales placenteros o desplacenteros; por ejemplo, de los estados del
nervio simpático, con la ayuda del lenguaje figurado de una idiosincrasia
religiosa-moral; arrepentimiento, remordimiento, tentación diabólica, la
proximidad de Dios); una teología imaginaria (el reino de Dios, el juicio
final, la vida eterna).
Este mundo, de pura ficción, se distingue perjudicialmente del
mundo de los sueños, en que desvalora, niega la realidad. En cuanto el
concepto de naturaleza fue encontrado como opuesto al de Dios, la
palabra natural debía ser sinónima de reprobable; todo aquel mundo de
ficción tiene su raíz en el odio contra lo natural (contra la realidad); es
la expresión de un profundo disgusto de la realidad... Pero con esto todo
queda explicado. ¿Quién es el que tiene motivos pasa salir, con una
mentira de la realidad? El que sufre por ella. Pero sufrir por la realidad
significa ser una realidad mal lograda...
El predominio de los sentimientos de desplacer sobre los de placer
es la causa de aquélla moral y aquella religión ficticias; pero ese
predominio suministra la fórmula de la decadencia.
 
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nubarus
view post Posted on 24/10/2008, 22:26




16

La critica del concepto cristiano de Dios nos lleva a idéntica
conclusión. En este concepto venera el cristiano las condiciones en
virtud de las cuales se distinguen sus propias virtudes; proyecta el goce
que encuentra en si mismo su sentimiento de poderlo en un ser al cual
pueda estar agradecido por estas cualidades. Quien es rico quiere
donar; un pueblo feroz tiene necesidad de un Dios para hacer
sacrificios... La religión, dentro de estas mismas premisas, es una forma
de gratitud. Se es reconocido consigo mismo; para esto se tiene
necesidad de un Dios. Un Dios semejante debe poder ayudar y
damnificar, debe ser amigo y enemigo; se le admira en el bien como en
el mal.
La castración, contraria a la naturaleza, de un Dios para hacer de
él un Dios sólo del bien, estaría aquí fuera de toda deseabilidad. Hay
necesidad del Dios malo tanto como del Dios bueno; no se debe la
propia existencia precisamente a la tolerancia, a la filantropía... ¿Qué
importancia tendría un Dios que no conociera la cólera, la venganza, la
envidia, el escarnio. la violencia? ¿Que no conociera ni siquiera los
fascinadores apasionamientos de la victoria y del aniquilamiento?
Semejante Dios no se concebiría: ¿qué objeto tendría? Claro está que
cuando un pueblo perece, cuando siente desvanecerse definitivamente
la fe en su porvenir, la esperanza en su libertad; cuando la sujeción le
parece la primera utilidad y las virtudes del esclavo son para él
condiciones de conservación, entonces su Dios también debe
transformarse. Entonces se hace astuto, miedoso, modesto, aconseja la
paz del alma, el no odiar, la indulgencia hasta el amor del amigo y del
enemigo. Moraliza siempre, se arrastra en la caverna de las virtudes
privadas, se convierte en Dios para todos, se hace un hombre privado,
cosmopolita... En otro tiempo, el Dios representaba un pueblo, la fuerza
de un pueblo, todo lo que de agresivo y de sediento de poderlo anidaba
en el alma de un pueblo: ahora es simplemente el buen Dios...
En realidad, para los dioses no hay otra disyuntiva: o son la
voluntad de poderío, y entonces serán los Dioses de un pueblo, o son la
incapacidad de poderlo, y entonces se hacen necesariamente buenos...
 
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nubarus
view post Posted on 25/10/2008, 05:20




17

Donde en cualquier forma declina la voluntad de poderío, se da
siempre a la vez una regresión fisiológica, una decadencia. La divinidad
de la decadencia, mutilada de sus virtudes y de sus instintos viriles, es
ahora necesariamente el Dios de los degenerados fisiológicamente, de
los débiles. Estos no se llaman a sí mismos los débiles: se llaman los
“buenos”... Se comprende sin necesidad de explicaciones en qué
momento de la historia se hace justamente posible la ficción dualística
de un Dios bueno y de un Dios malo. Con el mismo instinto con que los
sometidos rebajan su Dios al grado de bien en si, cancelan las
cualidades buenas del Dios de los vencedores; se vengan de su amo,
haciendo del Dios de éstos un diablo. El Dios bueno es así también el
diablo: ambos son partes de la decadencia.
¿Cómo es posible haberse rendido tanto a la simpleza de los
teólogos cristianos, que se haya llegado a decretar con ellos que la
evolución del concepto de Dios, del Dios de Israel, del Dios de un pueblo
al Dios cristiano, al compendio de todos los bienes, es un progreso? Pero
el mismo Renan lo decretó así. ¡Como si Renan tuviera el derecho dé ser
simple! Sin embargo, lo contrario salta a los ojos. Si la suposición de la
vida "ascendente", si todo lo que es fuerte. valeroso, soberano, fiero, es
eliminado del concepto de Dios; si, paulatinamente, Dios se rebaja hasta
llegar a ser el símbolo de un báculo para los fatigados, un áncora de
salvación para todos los náufragos; si llega a ser el Dios de los pobres,
el Dios de los pecadores, el Dios de los enfermos por excelencia, y el
predicado dé salvador, redentor queda, por decirlo así, como el
predicado divino en general, ¿de qué nos habla semejante
transformación, semejante reducción de la divinidad? En efecto: con
esto el reino de Dios ha llegado a ser más grande. En otro tiempo, Dios
sólo tenía su pueblo, su pueblo elegido. Después se marchó al
extranjero, lo mismo que su pueblo, en peregrinación, y desde entonces
ha residido ya fijamente en parte alguna: desde que se encontró
dondequiera en su casa él, el gran cosmopolita, desde que no tuvo de
su parte el gran número y la mitad de la tierra. Pero el Dios del gran
número, el demócrata entre los dioses, no por esto se hizo un. fiero Dios
pagano; siguió siendo hebreo, siguió siendo el Dios de todos los
rincones y lugares oscuros, de todos los barrios insalubres del mundo
entero... Luego como antes, su reino mundial es un reino del mundo
subterráneo, un hospital, un reino de ghetto... Y él mismo es tan pálido,
tan débil, tan decadente... Hasta los más pálidos entre los pálidos se
hicieron dueños de él; los señores metafísicos, los albinos de la idea.
Estos tejieron lentamente en torno a él su telaraña, hasta que él,
hipnotizado por sus movimientos, se convirtió a su vez en una araña, en
un metafísica. Y entonces tejió el mundo, sacándolo de si mismo – sub
specie Spinozae –; entonces se transfiguró en un ser cada vez más sutil
y pálido, se convirtió en ideal, se hizo espíritu puro, llegó a ser lo
absoluto, la cosa en si... Decadencia de un Dios: Dios se hizo cosa en
si...
 
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samael69
view post Posted on 25/10/2008, 05:27




18

El concepto cristiano de Dios –el Dios entendido como Dios de los
enfermos, como araña, como espíritu– es uno de los conceptos más
corrompidos de la divinidad que se han forjado sobre la tierra; quizá
represente el nivel más bajo en la evolución descendente del tipo de los
dioses. Dios, degenerado hasta ser la contradicción de la vida, en vez de
ser su glorificación y su eterna afirmación. La hostilidad declarada a la
vida, a la naturaleza, a la voluntad de vivir, en el concepto de Dios.
Dios, convertido en fórmula de toda calumnia, de toda mentira del más
allá. ¿La nada divinizada en Dios, la voluntad de la nada santificada!
 
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nubarus
view post Posted on 25/10/2008, 05:42




19

El hecho de que las razas fuertes de la Europa septentrional no
hayan rechazado al Dios cristiano no hace honor verdaderamente a sus
cualidades religiosas, para no hablar del buen gusto. Debieran haberse
sacudido semejante aborto de la decadencia, enfermizo, decrepito. Pero
como no se libraron de él, pesa sobre ellas una maldición; acogieron en
todos sus instintos la enfermedad, la vejez, la contradicción; desde
entonces no crearon ya ningún Dios. ¿En casi dos milenios, ni un solo
nuevo Dios! Pero, en cambio, sostuvieron siempre, como si existiera de
derecho, como un ultimum y un máximum de la fuerza que crea los
dioses, del creator espíritus en el hombre, este Dios, digno de
compasión, del monótono teísmo cristiano. Esta híbrida creación de
decadencia extraída del cero, que es concepto de contradicción, en la
que todos los instintos de la decadencia, todas las vilezas y los tedios
del alma encuentran su sanción.
 
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samael69
view post Posted on 25/10/2008, 05:46




20

No desearía haber ofendido, con mi condenación del cristianismo,
una religión afín, que ha prevalecido sobre el cristianismo por el número
de los que la profesan: el budismo. Ambas están vinculadas entre si
como religiones nihilistas, son religiones de decadencia; pero se
distinguen una de otra del modo más notable. Si hoy se pueden
parangonar entre sí es cosa de que el crítico del cristianismo está
profundamente agradecido a los doctos indios.
El budismo es cien veces más realista que el cristianismo; tiene en su
cuerpo la herencia de la posición objetiva y audaz de los problemas;
viene después de un movimiento filosófico durante cientos de años;
cuando llega, la idea de Dios está ya acabada. El budismo es la única
religión realmente positivista que la historia nos muestra, aun en su
teoría del conocimiento (un severo fenomenalismo); no habla ya de
lucha contra el pecado, sino que, dando plena razón a la realidad, dice
lucha contra el sufrir. Tiene –y esto le distingue profundamente del
cristianismo– detrás de si la auto mistificación de los conceptos morales;
está, hablando en mi lenguaje, más allá del bien y del mal. Los dos
hechos fisiológicos sobre los cuales se funda y que tiene presentes son:
en primer lugar, una excesiva irritabilidad de la sensibilidad, que se
manifiesta como refinada capacidad para el dolor; en segundo lugar,
excesiva espiritualización, un vivir demasiado largo entre conceptos y
procedimientos lógicos, por el cual el instinto de la persona ha quedado
lesionado en provecho del instinto impersonal (ambos son estados de
ánimo, que por lo menos algunos de mis lectores, los objetivos,
conocerán por experiencia como los conozco yo). A base de estas
condiciones fisiológicas se ha producido uno depresión: Esta la combate
Buda con la higiene. Contra la depresión emplea la vida al aire libre, la
vida errante; la sobriedad y la selección en los manjares; la prudencia
ante los licores; igualmente, la vigilancia contra todas las emociones que
producen bilis y calentamiento de la sangre; ninguna preocupación, ni
para si ni para los demás. Reclama ideas que calmen y serenen,
encuentra medios para desembarazarse de las ideas contrarías. Imagina
la bondad, el ser bueno, como favorable a la salud. La oración es
excluida, así como el ascetismo; nada de imperativos categóricos,
ninguna constricción en general, ni siquiera en el seno de las
comunidades conventuales (de las cuales se puede salir). Todos éstos
fueron medios para fortalecer aquella excitabilidad demasiado grande.
Precisamente por esto no exige ninguna lucha contra los que piensan de
modo distinto; contra nada se defiende más su doctrina que contra el
sentimiento de la venganza, de la aversión, del rencor (la enemistad no
termina mediante la enemistad: este es el conmovedor retornillo de
todo el budismo)... Y esto con razón: precisamente estas emociones
serían totalmente malsanas con relación al fin dietético principal. El
cansancio intelectual, que ha encontrado existente, y que se expresa en
una demasiado grande objetividad (o sea, debilitamiento del interés
individual, pérdida del centro de gravedad de egoísmo) es combatida
por él refiriendo rigurosamente a la persona los intereses más
espirituales. En la doctrina de Buda, el egoísmo se convierte en deber:
la sentencia sólo es necesaria una cosa la pregunta ¿cómo te librarás del
sufrimiento?, regulan y circunscriben todo el régimen espiritual. (Quizá
se deba recordar aquel ateniense que hizo igualmente guerra a la
ciencia pura, Sócrates, que elevó también, en el reino de los problemas,
el egoísmo personal al grado de moral.)
 
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nubarus
view post Posted on 27/10/2008, 02:24




21

Condición preliminar del budismo es un clima muy suave, una
gran dulzura y liberalidad en las costumbres, la ausencia del militarismo
y el hecho de que el movimiento tenga su foco en las clases superiores y
hasta en las clases doctas. Se quiere la serenidad, la calma, la ausencia
de deseos como meta suprema y se alcanza esta meta. El budismo no
es una religión en que se aspire simplemente a la perfección: la
perfección es el caso normal.
En el cristianismo aparecen ente todo los instintos de los
sojuzgados y de los oprimidos; los estratos más bajos son los que
buscan en él la salvación. En él la casuística del pecado, la crítica de sí
mismo, la inquisición de la conciencia es ejercida como ocupación, como
remedio contra el aburrimiento; sin cesar se mantiene vivo el afecto
hacia, un poderoso, llamado Dios (mediante la oración); lo más alto es
considerado inaccesible, es tenido como don, como gracia. Falta
también la publicidad; el escondite, el lugar oscuro, es cristiano. El
cuerpo es despreciado, la higiene repudiada como sensualidad; La
Iglesia se previene hasta contra la limpieza (la primera medida tomada
por los cristianos en España después de la expulsión de los moriscos fue
la clausura de los baños públicos, de los cuales sólo en Córdoba había
unos doscientos setenta). Cristiano es un cierto sentido de la crueldad,
contra si mismo y contra los demás; el odio contra los infieles; la
voluntad de persecución. Ante todo se cultivan las imágenes foscas y
excitantes: los estados de ánimo más deseados, designados con los
nombres más altos, los estados epileptoides; se practica la dieta para
favorecer los estados morbosos y para sobrexcitar los nervios. Cristiana
es la enemistad mortal hacia los poderosos de la tierra, hacia los nobles
y, al mismo tiempo, una secreta concurrencia (se les deja el cuerpo, se
quiere solamente el alma)... Cristiano es el odio contra el espíritu,
contra la fiereza, contra el valor, contra la libertad, el libertinaje del
espíritu; es el odio contra los sentidos, contra toda clase de goces.
 
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leviathan1
view post Posted on 27/10/2008, 02:26




22

Cuando el cristianismo abandonó su primitivo terreno, es decir, los
estratos sociales más humildes, el "subsuelo" del mundo antiguo;
cuando alcanzó poderío entre los pueblos bárbaros, no contó ya, como
condición preliminar en su nuevo terreno, con hombres fatigados, sino
con hombres interiormente salvajes que se destrozaban
recíprocamente: el hombre fuerte, pero mal constituido. El descontento
de sí propio, el sufrimiento de si mismo, no es ya aquí como entre los
budistas una excesiva excitabilidad y capacidad de dolor, sino, en
cambio, más bien un deseo preponderante de desfogar la tensión
interna en acciones e ideas hostiles. El cristianismo tuvo necesidad de
conceptos y valores bárbaros para hacerse dueño de los bárbaros: tales
son el sacrificio del primogénito, el beber sangre en la sagrada
comunión, el desprecio del espíritu y de la cultura; el tormento en todas
sus formas, corporal y espiritual; la gran pompa del culto. El budismo es
una religión para hombres tardíos, para razas bonachonas, suaves.
ultraespirituales, que sienten fácilmente el dolor (Europa no está
todavía, ni mucho menos, madura para el budismo): es una
reconducción de aquellas razas a la paz y a la serenidad, a la dieta en
las cosas del espíritu, a un cierto endurecimiento en las cosas
corporales. El cristianismo quiere dominar sobre animales de presa: su
procedimiento es convertirlos en enfermos; el debilitamiento es la receta
cristiana para la domesticación, para la civilización. El budismo es una
religión encaminada al fin y estancamiento de la civilización, el
cristianismo no encuentra aún la civilización ante si: en circunstancias la
crea.
 
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astaroth1
view post Posted on 27/10/2008, 02:27




23

Digamos también que el budismo es cien veces más frío, más
veraz, más objetivo. No tiene necesidad de hacer decentes sus
sufrimientos, su capacidad de dolor, mediante la interpretación del
pecado; dice simplemente lo que piensa: yo sufro. Para el bárbaro, en
cambio, el sufrir no es nada de respetable en si: precisamente tiene
necesidad de una interpretación para confesarse a sí mismo que sufre
(su instinto le lleva más bien a negar el sufrimiento, a soportarlo en
silencio). En este caso la palabra diablo fue un beneficio; de esta
manera se consiguió un enemigo muy poderoso y temible, ya no hubo
necesidad de avergonzarse de sufrir por tal enemigo.
EI cristianismo posee en el fondo algunas sutilezas que pertenecen
al Oriente. En primer lugar, sabe que es completamente igual que una
cosa sea o no sea verdadera, y que la que importa es la medida en que
es creída verdadera. La verdad y la creencia en la verdad de una cosa
son dos mundos de intereses completamente extraños el uno al otro,
son casi dos mundos opuestos, se va del uno al otro por caminos
profundamente diversos. Conocer esto forma casi la sabiduría en
Oriente: así lo comprende el brahmán, así lo comprende Platón, y todos
los discípulos de la ciencia esotérica. Si, por ejemplo, se encuentra
alguna felicidad en creerse libres de pecado, como premisa de esto no
es necesario que el hombre sea pecador, sino que se sienta pecador.
Pero si sobre todo es necesaria en general una fe, se debe desacreditar
la razón, la lógica, la especulación: el camino que conduce a la verdad
es un camino ilícito.
Una gran esperanza es un estimulante de la vida mucho mayor
que cualquier felicidad realmente experimentada. Hay que sostener a los
que sufren con una esperanza que no pueda ser contradicha con
ninguna realidad, que no pueda ser eliminada por el cumplimiento:
mediante una esperanza en el más allá. (Precisamente a causa de ésta
su idoneidad para sostener a los infelices, la esperanza fue considerada
por los griegos como el mal de los males, como el mal verdaderamente
pérfido: es el fondo de la caja de los males.) Para que sea posible el
amor, Dios debe ser una persona; para que los instintos más bajos
puedan tener voz, Dios debe ser joven. Ante todo hay que poner al
fervor de las mujeres un santo que sea bello, al de los hombres a una
María. Porque hay que establecer la premisa de que el cristianismo
quiere dominar en un terreno en el que los cultos afrodisíacos o de
Adonis han determinado el concepto del culto. La exigencia de la
castidad refuerza la vehemencia y la profundidad del instinto religioso,
hace que el culto sea más ardiente, más entusiasta, más lleno de alma.
El amor es el estado de ánimo en que el hombre ve con
preferencia los cosas tal como éstas no son. En el amor, la fuerza de la
ilusión ha llegado a culminar, así como aquella fuerza que suaviza y
transfigura. En el amor se soporta más que en cualquier otro estado, se
tolera todo. Se trataba de encontrar una religión en que se pudiera ser
amado: con esto se está por encima de las peores vicisitudes de la vida,
ya no se sienten. Esto por lo que se refiere a las tres virtudes cristianas:
fe, esperanza y amor: yo las llamo las tres habilidades cristianas. El
budismo es demasiado tardío, demasiado positivista para ser tenido
como sabio en esta forma.
 
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belzebuth666
view post Posted on 27/10/2008, 02:32




24

Aquí estudio sólo el problema del nacimiento del cristianismo. La
primera proposición para resolverlo es ésta: el cristianismo sólo se
puede comprender partiendo del terreno en que ha crecido: no es un
movimiento contrario al instinto judaico; por el contrario, es su
consecuencia lógica, es una ulterior conclusión en la terrible lógica de
aquel instinto. En la formula del Redentor: La salvación viene de los
hebreos.
La segunda proposición es ésta: el tipo psicológico del Galileo es
aún reconocible, pero sólo en su completa degeneración (que es al
mismo tiempo una mutilación y una enorme adición de rasgos
extranjeros) pudo servir para lo que estaba destinado, o sea para dar el
tipo de un redentor de la humanidad.
Los hebreos son el pueblo más extraordinario en la historia del
mundo, porque, colocados ante el problema de ser o no ser, con
conciencia totalmente admirable prefirieron el ser a toda costa; y esta
costa fue la falsificación radical de toda la naturaleza, de toda
naturaleza, de toda realidad, de todo el mundo interior, así como de
todo el mundo exterior. Trazaron un límite contra todas las condiciones
en las cuales hasta ahora un pueblo podía y debía vivir, se crearon para
su uso propio un concepto opuesto de condiciones naturales, invirtieron
sucesivamente la religión, el culto, la moral, la historia, la sicología, de
un modo irremediable, haciendo de él la "contraposición de sus valores
naturales". Nosotros encontramos una vez más el mismo (fenómeno y
en proporciones enormemente mayores, pero sólo todavía como una
copia: la Iglesia cristiana carece, frente al pueblo de los santos, de
cualquier pretensión a la originalidad. Precisamente por esto, los
hebreos son el pueblo más fatal de la historia del mundo: con sus
ulteriores efectos hicieron de tal manera falsa a la humanidad, que aun
hoy el cristiano puede tener sentimientos antijudaicos sin comprender
que él es la "última consecuencia del judaísmo".
En mi Genealogía de la moral he adoptado por primera vez,
psicológicamente, el concepto de contraste entre una moral noble y una
moral de rencor, de las cueles la segunda nace del no dicho a la
primera: pero ésta es completamente la moral judío-cristiana. Para
poder decir no a todo lo que constituye el movimiento ascendente de la
vida, la buena constitución, el poder, la belleza, la afirmación de si
mismo sobre la tierra, el instinto de rencor, hecho aquí numen, tuvo que
inventar otro mundo, partiendo del cual aquella afirmación de la vida
aparecía como el mal, como la cosa más reprobable en si. Desde el
punto de vista psicológico, el pueblo judío es un pueblo que manifiesta
una fuerza vital tenacísima, y que, colocado en una situación imposible,
toma voluntariamente, por la más profunda habilidad del instinto de
conservación, el partido de todos los instintos de la decadencia, no ya
dejándose dominar por ellos, sino habiendo adivinado en ellos une
fuerza con la cual se pues desarrollar contra el mundo. Los hebreos son
lo opuesto a todos los decadentes: tuvieron que sostener el partido de
los decadentes hasta dar la ilusión, y con un non plus ultra del genio
histriónico supieron colocarse en el vértice de todos los movimiento de
decadencia ( en calidad del cristianismo de Pablo), para crear de sí algo
más fuerte que un partido cualquiera que afirmase la vida. Para aquella
especie de hombres que en el judaísmo y en el cristianismo llegó al
poder, la decadencia es un forma sacerdotal, es sólo un medio: esta
especie de hombres tiene un interés vital en hacer que la humanidad
enferme y en invertir, en sentido peligroso para la vida y calumniador
para el mundo, los conceptos de bien y mal, verdadero y falso.
 
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satanas1
view post Posted on 27/10/2008, 02:33




25

La historia de Israel tiene un valor inapreciable como historia
típica de toda desnaturalización de los valores naturales: señalaré cinco
hechos de ésta.
En el origen, sobre todo en la época de los reyes, el mismo Israel
estaba en relaciones justas, o sea naturales, con las cosas todas. Su
Javeh era la expresión de la conciencia de poderlo, el gozo de sí mismo,
la esperanza de si mismo; en él se esperaba victoria y salvación, con él
se tenía confianza en la naturaleza, se aguardaba que la naturaleza
diera aquello de que el pueblo tenía necesidad, sobre todo la lluvia.
Javeh es el Dios de Israel y por consiguiente el Dios de la justicia: ésta
es la lógica de todo pueblo fuerte y que posee conciencia perfecta de su
propio poder. En los ritos festivos se manifiestan estos dos aspectos de
la afirmación que de si mismo hace un pueblo: este pueblo es
reconocedor de los grandes destinos en virtud de los cuales ascendió
mucho, y de la sucesión de las estaciones y de su fortuna en el pastoreo
y en la agricultura.
Durante mucho tiempo este estado de cosas es el idea, aun
cuando estaba ya dolorosamente suprimido en virtud de la anarquía en
el interior y de los asirios en el exterior. Pero el pueblo conservó como
aspiración suprema aquella visión de un rey buen soldado y Juez
austero: la conservó sobre todo aquel típico profeta (o sea critico y
satírico del momento) llamado Isaías.
Pero todas las esperanzas resultaron incumplidas. El viejo Dios no
podía ya nada de lo que pudo en otro tiempo. Había que abandonarle.
¿Qué sucedió? Se alteró su concepción, se desnaturalizó su concepción:
a tal precio se conservó.
Javeh, el Dios de la justicia, no fue ya una misma cosa con Israel,
una expresión del sentimiento personal del pueblo: fue desde entonces
un Dios bajo condiciones...; su concepción fue un instrumento en manos
de los agitadores sacerdotales, los cuales desde entonces interpretaron
toda fortuna como premio y toda desventura como castigo de una
desobediencia a Dios: aquella manera mentirosa de interpretar un
pretenso orden moral del mundo por el cual, de una vez para siempre,
fue invertido el concepto natural de causa y efecto. Cuando con el
premio y el castigo se ha arrojado del mundo la causalidad natural, hay
necesidad de una causalidad contraria a la naturaleza; y luego sigue
todo el resto de las cosas innaturales. Un Dios que exige, en lugar de un
Dios que socorre, que aconseja, que es, en el fondo, el verbo de toda
feliz inspiración del valor y de la confianza en si... La moral no es ya
expresión de las condiciones de vida y de crecimiento de un pueblo, no
es ya su más profundo instinto de vida, sino que se ha vuelto abstracta,
se ha vuelto contraria a la vida; la moral es la perversión sistemática de
la fantasía, es la mal mirada para todas las cosas. ¿Qué es la moral
judaica, que es la moral cristiana? Es el acaso que ha perdido su
inocencia; es la desventura manchada con el concepto de pecado; es el
bienestar considerado como peligro, como tentación: el malestar
fisiológico envenenado por el gusano del remordimiento...
 
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samael69
view post Posted on 27/10/2008, 02:35




26

El concepto de Dios, falsificado; el concepto de moral, falsificado;
a este punto no se ciñó el sacerdote judaico. No podemos utilizar toda la
historia de Israel: echémosla lejos. Así dijeron los sacerdotes.
Estos sacerdotes realizaron aquel prodigio de falsificación del cual
es prueba gran parte de la Biblia: transfirieron al campo religioso el
pasado de su propio pueblo con un incomparable desprecio de toda
tradición, de toda realidad histórica; es decir, hicieron de aquel pasado
un estúpido mecanismo de salvación, un mecanismo de culpa contra
Javeh y del consiguiente castigo, de devoción a Javeh y del consiguiente
premio. Experimentaríamos una impresión mucho más dolorosa de este
vergonzoso acto de falsificación de la historia si la interpretación
eclesiástica de la historia, desde hace milenios acá no nos hubiese hecho
obtusos para las exigencias de la probidad in historicis. Y los filósofos
secundaron a la Iglesia: la mentira del orden moral del mundo invadió
todo el campo de la filosofía moderna. ¿Qué significa orden moral del
mundo? Que hay, de una vez para siempre, una voluntad de Dios
respecto de lo que el hombre debe hacer o dejar de hacer: que el valor
de un pueblo, de un individuo, se mide por el grado de obediencia
prestada a la voluntad divina: que en los destinos de un pueblo, de un
individuo, se muestra como dominante la voluntad de Dios, o sea como
punitiva y remunerativa, según el grado de obediencia. La realidad
puesta en el lugar de esta miserable mentira, significa: una raza
parasitaria de hombres que prospera únicamente a expensas de todas
las formas sanas de la vida, la raza del sacerdote, que abusa del nombre
de Dios, que llama reino de Dios a un estado social en el que el
sacerdote fija el valor de las cosas, que llama voluntad de Dios a los
medios con los cuales semejante estado es conseguido o conservado;
que, con frío egoísmo, mide los pueblos, los tiempos. los individuos, por
el hecho de que ayuden o contraríen el predominio de los sacerdotes.
Obsérvese cómo trabajan los sacerdotes: en manos de los sacerdotes
hebreos la gran época de la historia de Israel se convirtió en una época
de decadencia; el destierro, la larga desventura, se transformó en un
eterno castigo por la gran época, por una época en que el sacerdote no
era aun nada. De las grandes figuras de ha historia de Israel, de
aquellas figuras, muy libres, hicieron, según las necesidades, miserables
hipócritas o socarrones o ateos, simplificaron la sicología de todo gran
acontecimiento en la fórmula idiota de obediencia o desobediencia a
Dios. Un paso más, la voluntad de Dios (o sea las condiciones de
conservación del poder de los sacerdotes), debe ser conocida; a este fin
es necesaria una gran falsificación literaria, es descubierta una Sagrada
Escritura, es publicada bajo la pompa hierática, con días de expiación y
lamentaciones sobre el largo pecado. La voluntad de Dios estaba fijada
durante dilatado tiempo: la desgracia fue que el pueblo se alejó de
ella... Ya Moisés había recibido la revelación de la voluntad de Dios...
¿Qué sucedió? El sacerdote había formulado. con rigor y pedantería, de
una vez para siempre, hasta los grandes y pequeños impuestos que se
debían pagar (sin olvidar los mejores trozos de carne, porque el
sacerdote es un gran devorador de bistecs), lo que quiere tener, lo que
es voluntad de Dios... Desde entonces todas las cosas de su vida
quedaban reglamentadas de modo que el sacerdote era en todas partes
indispensable; en todas las vicisitudes naturales de la vida, en el
nacimiento, en el matrimonio, en las enfermedades, en la muerte, para
no hablar del sacrificio (de la Cena), aparece el santo parásito, para
quitarles su carácter natural, o, según su lenguaje, para santificarlas....
Porque hay que comprender esto: toda costumbre natural, toda
institución natural ( Estado. tribunales, bodas, asistencia a los enfermos
y a los pobres), toda exigencia inspirada por el instinto de la vida, en
resumen, todo lo que tiene en si su valor, es, por el parasitismo del
sacerdote (o del orden moral del mundo), privado sistemáticamente de
valor, opuesto a su valor: y luego es precisa una sanción, es necesario
un poder valorizador que niegue en aquellas cosas la naturaleza, y cree
para ellas precisamente un valor... El sacerdote desvalora, quita
santidad a la naturaleza: a este precio, en general, existe. La
desobediencia de Dios, o sea al sacerdote, a la ley, recibe de ahora en
adelante el nombre de pecado; los medios para reconciliarnos con Dios
son, como se ha contenido, medios por los que la sujeción al sacerdote
es garantizada aún profundamente: el sacerdote es el único que puede
salvar...
Desde el punto de vista psicológico, en toda sociedad u
organización sacerdotal los pecados se hacen indispensables: son los
verdaderos manipuladores del poder: el sacerdote vive de los pecados,
tiene necesidad de que haya pecadores... Principio supremo: "Dios
perdona a los que hacen penitencia"; en otros términos: Dios perdona a
quien se somete al sacerdote.
 
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astaroth1
view post Posted on 27/10/2008, 02:36




27

En este terreno tan falso, en que toda la naturaleza, todo valor
natural, toda realidad tenía contra si los más profundos instintos de la
clase dominante, creció el cristianismo, forma de enemistad mortal
hacia la realidad aun no superada. El pueblo santo, que para todas las
cosas sólo conservaba valores sacerdotales y palabras sacerdotales, y,
con una lógica de argumentación que puede inspirar terror, había
separado de sí como ejemplo, como mundo, como pecado, todo lo que
de poderío existía aún en la tierra; este pueblo creó por instinto una
última formula, lógica hasta la negación de si misma: como cristiano,
negó hasta la última forma de la realidad, el pueblo santo, el pueblo de
los elegidos, la misma realidad hebrea. Este es un caso de primer orden:
el pequeño mundo insurreccional que fue bautizado con el nombre de
Jesús de Nazaret, es una vez más el instinto judaico, en otros términos,
el instinto de los sacerdotes que no soporta ya al sacerdote como
realidad; es la invención de una forma de existencia aún más abstracta,
de una visión del mundo aún más irreal que la que va unida a la
organización de una Iglesia. El cristianismo niega a la iglesia.
Yo no se contra quién se dirigía la insurrección de la cual Jesús fue
considerado acertada o equivocadamente como autor, si no fue contra la
Iglesia judaica, dando á la Iglesia exactamente el sentido en que hoy
tomamos esta palabra. Fue una insurrección contra los buenos y los
justos. contra los Santos de Israel, contra la jerarquía de la sociedad, no
contra la corrupción de la sociedad, sino contra la casta, el privilegio, el
orden, la fórmula: fue la incredulidad en los hombres superiores, un no
dicho a todo lo que era sacerdote y teólogo. Pero la jerarquía que con
aquella insurrección, aun cuando no fuera sino por un momento, se
puso en pleito, era la construcción lacustre en que el pueblo hebreo
continuó existiendo sobre las aguas, la última posibilidad fatigosamente
conseguida de sobrevivir, el residuo de su existencia política particular;
un ataque contra ella era un ataque contra el más profundo instinto del
pueblo, contra la más tenaz voluntad de vivir de un pueblo que jamás
ha existido en la tierra.
Este santo anárquico, que llamó a la revuelta contra el orden
dominante al bajo pueblo, a los réprobos y pecadores, a los chandala,
en el seno del judaísmo, con un lenguaje, si hemos de dar fe a los
Evangelios, que aun hoy conduciría a un hombre a la Siberia, fue un
delincuente político en la medida en que los delincuentes políticos eran
posibles en una comunidad absurdamente impolítica. Esto le condujo a
la Cruz. Murió por su culpa: falta todo motivo para creer que muriera
por culpa de otros, aunque esto se ha sostenido repetidamente.
 
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leviathan1
view post Posted on 27/10/2008, 02:37




28

Cosa completamente distinta es si tuvo en general conciencia de
semejante contradicción, ó si no fue simplemente considerado como
esta contradicción. Y Justamente aquí toco yo el problema de la
sicología del redentor.
Confieso que pocos libros leo con tanta dificultad como los
Evangelios. Estas dificultades son diferentes de aquellas en cuya
demostración la docta curiosidad del espíritu alemán ha conseguido uno
de sus más innegables triunfos. Es ya remoto el tiempo en que también
yo, como todo joven docto, saboreaba, con la prudente lentitud de un
filólogo refinado, la obra del incomparable Strauss. Tenía entonces
veinte años: hoy soy demasiado serio para estas cosas. ¿Qué me
importan a mi las contradicciones de la tradición? ¿Cómo se puede
llamar tradiciones a las leyendas genéricas de santos? Las historias de
santos son la literatura más equivoca que existe: emplear con ellas
métodos científicos, "si no poseemos otros" documentos, me parece
cosa condenada a priori; es un simple pasatiempo de eruditos.
 
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nubarus
view post Posted on 27/10/2008, 02:38




29

Lo que a mi me importa es el tipo psicológico del redentor. Éste
podría estar contenido en los Evangelios a despecho de los Evangelios,
por cuanto éstos son mutilados o sobrecargados de rasgos extraños:
como el tipo de Francisco de Asís está contenido en sus leyendas a
despecho de sus leyendas. No se trata de la verdad sobre aquello que él
ha hecho o dicho, sobre el modo como murió realmente, sino del
problema de si su tipo puede ser en general representado aún, si es
tradicional.
Las tentativas que yo conozco de leer en los Evangelios hasta la
historia de un alma, me parecen pruebas de una ligereza psicológica
abominable. El señor Renan, este payaso in psicologisis, ha adoptado
para su explicación del tipo de Jesús las dos ideas más inadecuadas que
a este propósito se pudieran imaginar: la idea de genio y la idea de
héroe (heros). Pero si hay una idea poco evangélica, es la idea de
héroe. Aquí se ha convertido en instinto precisamente lo contrario de
toda lucha; de todo sentimiento de lucha: aquí, la incapacidad de resistir
se hace moral (no resistir al mal es la más profunda palabra del
Evangelio, en cierto sentido es su clave), la beatitud está en la paz, en
la dulzura del ánimo, en la imposibilidad de ser enemigos. ¿Qué significa
la buena nueva? Significa que se ha hallado la verdadera vida, la vida
eterna, no en una promesa, sino que ya existe, está en nosotros; como
un vivir en el amor, en el amor sin detracción o exclusión, sin distancia.
Cada uno de nosotros es hijo de Dios...; Jesús no pretende
absolutamente nada por si solo; cada uno de nosotros es igual a otro
como hijo de Dios...
¡Hacer de Jesús un héroe!... ¡Y qué error la palabra genio! Todo
nuestro concepto, todo concepto de espíritu propio de nuestra cultura
carece de sentido en el mundo en que vive Jesús. Para hablar con el
rigor del fisiólogo, aquí estaría en su puesto otra palabra... Nosotros
conocernos un estado de morbosa excitabilidad del sentido del tacto,
que retrocede ante todo contacto, ante la idea de apresar cualquier
objeto sólido. Transportemos a su última lógica semejante habitus
fisiológico, como odio instintivo de toda realidad, como una fuga a lo
intangible, a lo incomprensible, como repugnancia a toda fórmula, a
toda noción de tiempo y de espacio, a todo lo que es fijo, costumbre,
institución, Iglesia; como un habitar en un mundo no tocado de ninguna
especie de realidad, en un mundo simplemente interior, verdadero,
eterno... "El reino de Dios está en vosotros"...
 
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62 replies since 24/10/2008, 21:13   2668 views
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