| LA TIERRA DEL ENSUEÑO
En una senda abandonada y negra que recorren tan sólo ángeles malos, donde un Eidolon llamado Noche, ha erigido su trono solitario; llegué una vez; cruel atrevido de Tule ignota los contornos vagos y al reino entré que extiende sus confines fuera del Tiempo y fuera del Espacio. Valles sin lindes, mares sin riberas, cavernas, bosques densos y titánicos, Con formas que el humano no descubre tras el denso rocío que las cubre montañas que a los cielos desafían y hunden la base en insondables mares mares que calmos, agitados luego, surgen de cielos de color de fuego; lagos que arrastran, frías y desiertas sus aguas solitarias, aguas muertas sus aguas quietas, inmutables, quietas como corolas de nevados lirios.
Por esos lagos que reflejan sus solitarias y desiertas aguas, aguas muertas sus aguas tristes, inmutables, tristes como corolas de nevados lirios cerca de aquellos bosques gigantescos, enfrente de esos negros océanos, al pie de aquellos montes formidables, de esas cavernas en los hondos antros, vénse, a veces, fantasmas silenciosos que pasan a lo lejos sollozando, fúnebres y dolientes ¡son aquellos amigos que por siempre nos dejaron, caros amigos para siempre idos, fuera del Tiempo y fuera del Espacio!
Para el alma nutrida de pesares para el transido corazón, acaso es el asilo de la paz suprema, del reposo y la calma en Eldorado. Pero el viajero que azorado cruza la región no contempla sin espantos que a los mortales ojos sus misterios perennemente seguirán sellados así lo quiere la Deidad sombría que tiene allí su imperio incontrastado. Por esa senda desolada y triste que recorren tan sólo ángeles malos, senda fatal donde la Diosa Noche ha erigido su trono solitario, donde la inexplorada, última Tule esfuma en sombras sus contornos vagos, con el alma abrumada de pesares, transido el corazón, he paseado... ¡He paseado en pos de los que huyeron fuera del Tiempo y fuera del Espacio!
EDGAR A. POE
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