CRIPTOZOOLOGIA

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belzebuth666
view post Posted on 1/6/2008, 00:50




criptozoologia161
CRIPTOZOOLOGIA

La criptozoología (del griego cryptos, "oculto", zoos, "animal" y logos, "estudio") Literalmente : "El estudio de los animales ocultos" - es la disciplina que realiza el estudio y/o búsqueda de hipotéticos animales actuales denominados "críptidos"; que según sus partidarios, postulan que estarían quedando fuera de los catálogos de zoología contemporánea. Su objetivo es la búsqueda de supuestos animales considerados extintos y/o desconocidos para la ciencia, pero presentes en la mitología y el folclore. La criptozoología ha recibido muy poca atención desde la comunidad científica y los escépticos, la consideran como una pseudociencia.

Las personas que se dedican al estudio e investigación de la criptozoología se llaman criptozoólogos, mientras que las hipotéticas criaturas en cuestión son llamadas críptidos.

En la criptozoología, se presume la hipotética existencia real de los supuestos críptidos; producto de que algunas de las características o supuestas avistamientos que se dicen que presentarían estos animales, hacen creer que existen posibilidades de que estas criaturas existan.

La criptozoología igualmente se dedica al estudio de presuntos animales desconocidos, los cuales poseen una gran lista de reportes a través del tiempo; y que en algunos casos, son reportados por algunos supuestos testigos que informaron avistamientos ocasionales con ellos, entregando una descripción coincidente con las características de animales extintos.

Aunque popular y antiguamente se asocia a la criptozoología con todos los seres presentes en las mitologías o leyendas; los criptozooólogos modernos no se dedican a estudiar a todas estas criaturas fantásticas. Para que una de estas criaturas sea estudiadas por ellos y sea catalogada como críptido, debe de presentar las características anteriormente mencionadas.

Igualmente, la criptozoología pretende hacer suyos ciertos descubrimientos de la zoología, realizados realmente por zoólogos o por simple casualidad; y así poder citarlos y utilizarlos como justificación de su disciplina. Entre estos animales, los más conocidos son la mariposa esfinge de morgan, cuya existencia fue predicha por Charles Darwin, el Calamar gigante, del cual afirman que se origina la leyenda del kraken; el celacanto que se creía extinto, o el okapi, cuyo descubrimiento causó impacto mundial, entre otros más.

Edited by astaroth1 - 9/7/2015, 19:44
 
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astaroth1
view post Posted on 1/6/2008, 00:52




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La invención de este término suele atribuirse al zoólogo Bernard Heuvelmans, quien definió la criptozoología como el estudio de los animales sobre cuya existencia sólo poseemos evidencia circunstancial y testimonial, o bien evidencia material considerada insuficiente por la mayoría. Su monumental libro de 1955 Tras la pista de animales desconocidos es a menudo visto como el génesis de esta disciplina, pero el mismo Heuvelmans remontó dichos orígenes a Anthonid Cornelis Oudemans y su estudio de 1892 La gran serpiente marina.

Posteriormente, Heuvelmans argumentó que la criptozoología debía ser practicada con rigor científico, pero también con una actitud abierta e interdisciplinaria. Además, según Heuvelmans, se debe también prestar especial atención al folclore sobre estas criaturas. Aunque suelen estar cubiertas de elementos fantásticos e inverosímiles, estas leyendas populares pueden contener alguna parte de verdad que pudiera ayudar a guiar la investigación de los informes sobre "animales inusuales".

El Okapi que por años fue conocido solo por los relatos recopilados de los pigmeos, es usado como emblema de la "Sociedad Internacional de Criptozoología" a pesar de no haber sido descubierto por criptozoólogos.

Edited by astaroth1 - 9/7/2015, 19:46
 
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nubarus
view post Posted on 1/6/2008, 00:56




thunderbird1
Entre las críticas realizadas a la criptozoología destacan:

* Se alega que a veces los criptozoólogos modifican radicalmente las características de seres mitológicos o legendarios para hacerlas cuadrar con los rasgos de animales extintos y así darles verosimilitud. Es el caso del Mapinguarí: los nativos de las selvas de Brasil y Bolivia lo describen como un monstruo humanoide horripilante que da fuertes gritos, tiene los pies vueltos del revés y posee una boca hedionda en el abdomen. Para los criptozoólogos, sin embargo, es un tímido y asustadizo megaterio.

* Los criptozoólogos nunca han descubierto realmente un solo "críptido" ni hallado pruebas científicamente convincentes de su existencia. Los zoólogos, en cambio, encuentran cada año cientos de especies nuevas. Por ello, la criptozoología pretende hacer suyos ciertos descubrimientos de la zoología, y darle las características de un "críptido".

* La alegación de que la criptozoología fallaría al utilizar el método científico. Ya que el método científico requiere que las hipótesis sean descartadas cuando no se cumplan sus predicciones; pero la creencia en los "críptidos", en cambio, se sostiene indefinidamente sin que los resultados negativos les afecten.

Las faltas de evidencias a la hora de encontrarlos se justifican con explicaciones ad hoc ("es un animal tímido", "se esconde en áreas poco exploradas", "su población es muy escasa", etc.). Igualmente, de forma equivocada, hay "críptidos" originados en el folklore que se les asignan nombres zoológicos (violando las normas de la nomenclatura zoológica), se les describe y se les identifica con animales fósiles, etc; todo ello sin pruebas sólidas de su existencia. Por estas razones, los escépticos y científicos las consideran como una pseudociencia.

* Producto de lo mencionado anteriormente, en numerosas ocasiones, sucede que varios de los criptozoólogos no aceptan los argumentos científicos que van en contra de muchas de las presuntas pruebas que tendrían. ejemplo de ello es lo que sucede por ejemplo con las supuestas huellas del Yeti, las muestras de pelo del Orang Pendek, o los numerosos videos y fotografías de las criaturas lacustres; las cuales científicamente han sido descartadas como pruebas.

Además uno de los grandes handicaps con los que cuenta la criptozoología es que resulta imposible desde un punto de vista racional y científico el demostrar la existencia de ciertos animales singulares. La explicación es sencilla: aquellos que mantienen la existencia de seres folklóricos o mitológicos como el monstruo del Lago Ness, bigfoot, etc. olvidan que la supuesta existencia de un único individuo de una especie, de forma indefinida en la naturaleza, es genética y naturalmente imposible. Es necesaria una población mínima de individuos de una especie para conseguir reproducirse y asegurar la necesaria diversidad genética que les haga subsistir en su medio. Así, al admitir la existencia de "Nessie" por ejemplo, se estaría admitiendo implicitamente la existencia no de un sólo individuo sino de una población genéticamente viable de estos supuestos seres.

* A veces dentro de la criptozoología existen apoyo o están involucrados grupos con intereses religiosos relacionados con el creacionismo, los cuales solo realizan una investigación con características subjetivas; interesados principalmente solo en mantener y difundir la creencia en la existencia actual de animales extintos; principalmente dinosaurios, además de otros animales prehistóricos. Ello para tratar de sostener y mantener la creencia del diluvio universal, y con ello sostener el falso argumento científico de que estos animales o grupos de animales fueron salvados por el Arca de Noé; para así negar su extinción.

Edited by astaroth1 - 9/7/2015, 19:45
 
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leviathan1
view post Posted on 1/6/2008, 01:03




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+ Monstruo del lago Champlain
+ Monstruo del lago Ness
+ Nahuelito
+ Ogopogo

Criaturas marinas, ejemplos:

+ Kraken
+ Leviatán
+ Serpiente marina
+ Tiburón blanco gigante
+ Medusa gigante

Animales extraños, ejemplos:

+ Bestia de Gévaudan
+ Bestia negra de Exmoor (Inglaterra)
+ Aka Allghoi Khorhoi
+ Chupacabras
+ Mokele-Mbembe
+ Mapinguarí

Criaturas humanoides, ejemplos:

+ Barmanu
+ Humanzee
+ Orang Pendek (Sumatra)
+ Pie Grande
+ Yeti
+ Wendigo
+ Chuchuna

Edited by astaroth1 - 9/7/2015, 19:47
 
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astaroth1
view post Posted on 9/7/2015, 18:58




ser
Serpientes Marinas: Criaturas De Los Abismos

Desde hace miles de años, los humanos se han inquietado por los relatos de viajeros que afirman haber visto extraños monstruos marinos. Las profundidades del océano están pobladas por numerosas criaturas que la ciencia todavía desconoce, y dichos relatos no pueden ser descartados tranquilamente como fruto de la imaginación.

Los tripulantes de un barco francés se libraron de morir devorados por un terrible monstruo, y en acción de gracias por su salvación, regalaron una pintura que representaba el acontecimiento a la iglesia de Saint-Malo.

Si tenemos en cuenta que más del 60 % de la superficie de la Tierra está cubierta por agua, difícilmente puede sorprendernos que la humanidad tenga noticia de la existencia de monstruos marinos desde la más remota antigüedad. E incluso en nuestros días, los biólogos marinos, que llevan mucho tiempo estudiando las profundidades de los océanos, están dispuestos a aceptar con cierta prudencia que los numerosos informes de observaciones de monstruos marinos parecen probar que muchas criaturas, por ahora desconocidas y no clasificadas, pululan en lo más oscuro y oculto de las aguas.

La bíblica bestia del mal, el Leviatán («la serpiente enroscada»; «el dragón que vive en el mar»), es mencionada cinco veces en el Antiguo Testamento, y todas las mitologías nos hablan de gigantescas serpientes marinas.

Los eclesiásticos escandinavos recopilaron muchos de los primeros informes sobre monstruos marinos. El arzobispo Olaf Mansson, más conocido como Olaus Magnus, que vivió exiliado en Roma tras el triunfo de la Reforma en Suecia a mediados del siglo XVI, publicó en 1555 una historia natural de las tierras del Norte que contiene informes sobre serpientes marinas. Entre ellas describe una de 60 m de longitud y 6 m de grosor que era capaz de comer terneros, cerdos y corderos, y que incluso podía arrebatar a los hombres de la cubierta de los barcos. La descripción del arzobispo es muy interesante. Explica que la serpiente marina es de color negro, que de su cuello pende una melena, que sus ojos son resplandecientes y que «yergue la cabeza como una columna». Pues bien, estas características aparecen también en informes recientes, lo que nos permite suponer que Olaus Magnus escribía basándose en testimonios directos de los hechos, que luego fueron distorsionados por los avatares de la transmisión oral.

Doscientos años después los historiadores seguían recogiendo testimonios de la existencia de las serpientes marinas. Un misionero noruego, Hans Egede, informó de la aparición de un monstruo marino en la costa de Groenlandia el 6 de julio de 1734. El misionero escribió que el cuerpo de la bestia era tan grueso como el de un barco y tres o cuatro veces más largo, y que el monstruo surgía de las agua con un salto ágil y volvía a sumergirse.

Otro escritor del siglo XVIII que afrontó el misterio de las serpientes marinas fue el obispo de Bergen, Erik Pontoppidan. Tras una minuciosa investigación, comprobó que era raro el año en que no se hubiera visto alguna en las costas escandinavas, publicando el informe de sus descubrimientos en 1752.

Un año antes, el obispo había hecho leer ante el Tribunal de Justicia de Bergen una carta del capitán Lorenz von Ferry en la que se describía con todo lujo de detalles una serpiente marina que él y su tripulación habían visto mientras se dirigían a tierra en un bote de remos, junto a la localidad de Molde (Noruega) en 1746. El capitán describía así a la serpiente: «tenía una cabeza gris semejante a la de un caballo, grandes ojos negros, boca negra y larga melena blanca. Detrás de la cabeza del monstruo, pudieron apreciar hasta siete u ocho promontorios que salían del agua, y el cuerpo de la bestia se retorcía formando espirales». Cuando el capitán Von Ferry ordenó hacer fuego contra la serpiente, ésta se sumergió en el agua y no volvió a aparecer.

En el transcurso del siglo XVIII, el peso cada vez mayor de la crítica racionalista y del análisis científico determinó que los informes de los marineros que habían divisado monstruosas bestias marinas fueran considerados exagerados y ridículos. Un científico noruego, Peter Ascanius, afirmó que la hilera de jorobas que habían visto los marineros no pertenecía a ningún descomunal monstruo marino, sino a una comitiva de delfines haciendo cabriolas. Y esta explicación tan endeble se convirtió desde entonces en el recurso favorito de quienes pretendían desacreditar los testimonios sobre la existencia de monstruos marinos.

Sin embargo, no deja de resultar sorprendente que los naturalistas que se tomaron la monstruosas, y uno de los conservadores del London Zoological Garden, A. D. Bartlett, afirmó en 1877 que consideraba una temeridad no hacer caso de una evidencia que procedía de fuentes tan diversas.
El 6 de agosto de 1848, el capitán M'Quhae y seis miembros de la tripulación del Daedalus divisaron una serpiente marina en aguas del Atlántico meridional. Un informe de prensa ilustrado sobre el suceso desencadenó una cruda polémica.

Constantin Samuel Rafinesque fue un brillante y polémico naturalista que contribuyó de forma importantísima al conocimiento de la flora y de la fauna americanas. Nacido en Europa en 1783, en 1815 emigró a Estados Unidos, donde fue profesor de ciencias naturales en la Universidad de Transylvania, en Kentucky. La serpiente marina, de cuya existencia estaba firmemente convencido, formaba parte del vasto campo de sus intereses.

Durante la primera mitad del siglo XIX se registraron numerosas observaciones de serpientes marinas a lo largo de la costa nororiental de América. La zona donde abundaron más los testimonios fue en torno al puerto pesquero de Gloucester, en Massachusetts. Rafinesque examinó los informes y decidió dividirlos en cuatro grupos, denominando a las bestias Megophias, es decir, «serpientes gigantescas».

Pero los investigadores de fenómenos inexplicados sobre las apariciones de bestias marinas seguían encontrando una fuerte oposición entre los científicos. Uno de los más recalcitrantes era sir Richard Owen, sabio prestigioso, aunque de mentalidad muy conservadora, a quien Darwin había considerado «uno de mis principales enemigos».

En 1848 Owen sostuvo un intercambio epistolar de cierta acritud, que tuvo como marco las columnas de The Times, con el capitán Peter M'Quhae. El debate giraba en torno a una serpiente marina de 18 m que el capitán y su tripulación afirmaban haber visto en aguas del Atlántico Sur, desde la cubierta del Daedalus, el 6 de agosto de aquel mismo año. Aunque Owen echó mano de la acostumbrada estratagema de los escépticos, que consistía en interpretar los informes de manera que se ajustasen a las propias preconcepciones (la identificación que dio era un león marino), el capitán M'Quhae se mantuvo firme en su convicción de que lo que había visto era una serpiente marina.

Como es natural, los monstruos marinos han ocupado siempre un lugar importante en las consejas de los marineros. Algunos informes son exagerados sin duda, pero muchos otros, que consiguieron figurar en los diarios de a bordo, resultan curiosamente consistentes.

En mayo de 1901, cuando los oficiales del vapor Grangense, que navegaba por el Atlántico occidental, vieron desde el puente una criatura monstruosa semejante a un cocodrilo, con dientes de 15 cm, el capitán se negó a tomar nota del hecho en el diario de a bordo, objetando: «Van a decir que estábamos borrachos; y les agradeceré señores, que se abstengan de mencionar lo ocurrido a nuestros agentes de Pará y Manaus.»

Pero no faltaron otros menos cuidadosos con su reputación, como el teniente de navío George Sandford, el cual, como capitán del navío mercante Lady Combermere, en 1820 informó haber visto en aguas del Atlántico una serpiente de 18 a 30 m de longitud que arrojaba un chorro de agua como una ballena. El 15 de mayo de 1833, cuatro oficiales del ejército británico y un intendente militar, que habían salido de pesca, vieron una serpiente de unos 24 m de longitud que nadaba por el mar a no más de 180 m de donde ellos estaban. La aparición se produjo en Mahone Bay, a unos 65 km al oeste de Halifax, en Nueva Escocia, y los testigos quedaron tan convencidos de la importancia de lo que habían visto que firmaron todos una declaración a la que añadieron:
Ilustración que representa uno de los monstruos marinos descritos por el arzobispo Olaus Magnus en su historia natural de Escandinavia, publicada en 1555.

No hubo posibilidad alguna de error, ninguna ilusión, y estamos muy satisfechos de haber tenido el privilegio de ver la «auténtica y genuina serpiente marina», que siempre ha sido considerada como producto de la imaginación de algunos capitanes de barco yanquis.

Otra aparición de un monstruo marino semejante a un cocodrilo tuvo por testigos al capitán y la tripulación del Eagle el 23 de marzo de 1830, pocas horas antes de que el barco atracara en Charleston, en Carolina del Sur. El capitán Deland acercó su goleta a menos de 22 m de la bestia y le disparó con un mosquete a la cabeza. Alcanzado por el proyectil, el monstruo se sumergió debajo del navío y lo golpeó repetidas veces con la cola, provocando serios desperfectos en el casco.

Otro de los militares que vio de cerca un monstruo marino de las profundidades fue el mayor H. W. J. Senior, de los Bengal Staff Corps. El 28 de enero de 1879, viajando en el City of Baltimore por aguas del golfo de Adén, pudo ver, a una distancia de 450 m del barco, una cabeza semejante a la de un bulldog, con un cuello de unos 60 cm de diámetro, que salía del agua hasta alcanzar una altura de seis a nueve metros. La criatura se movía con tal rapidez que le resultó imposible seguirla con los prismáticos. Su relato fue firmado también por otros testigos.

Ha pasado un siglo desde el episodio anterior, y durante este tiempo los monstruos marinos han continuado emergiendo ante sus asustados observadores. El intrépido capitán John Ridgway, que cruzaba el Atlántico en un bote de remos, vio un monstruo pocos minutos antes de la medianoche del 25 de julio de 1966. Su compañero, el sargento Chay Blyth, que más tarde se convertiría en un balandrista de fama mundial, estaba profundamente dormido. Mientras remaba, Ridgway oyó un ruido parecido a un silbido y, de pronto, vio una serpiente de unos 10 m de longitud, con el cuerpo fosforescente -«era como si de su cuerpo colgara una hilera de luces de neón»-, que se acercaba a toda velocidad, se sumergía debajo del bote y no volvía a aparecer.
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Gigante Del Océano

Muchos zoólogos creen que el Kraken -el monstruo marino de las leyendas noruegas- corresponde probablemente a los calamares gigantes del género Architeuthis, que habitan en las profundidades del océano y pueden alcanzar 18 m de longitud. El cachalote es el único animal que se atreve a enfrentarse a estos monstruos, produciéndose entre ellos encarnizadas batallas.
 
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4 replies since 1/6/2008, 00:50   38053 views
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