EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

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astaroth1
view post Posted on 27/11/2010, 09:38




CAPÍTULO 16

La parábola del administrador sagaz


16:1 Decía también a los discípulos: "Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes.
16:2 Lo llamó y le dijo: "¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto".
16:3 El administrador pensó entonces: "¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza.
16:4 ¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!"
16:5 Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: "¿Cuánto debes a mi señor?"
16:6 "Veinte barriles de aceite", le respondió. El administrador le dijo: "Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez".
16:7 Después preguntó a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" "Cuatrocientos quintales de trigo", le respondió. El administrador le dijo: "Toma tu recibo y anota trescientos".
16:8 Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz.

El buen uso del dinero

16:9 Pero yo les digo: Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas.
16:10 El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho.
16:11 Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien?
16:12 Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes?

Dios y las riquezas

16:13 Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero".
16:14 Los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús.
16:15 Él les dijo: "Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres, resulta despreciable para Dios.

La Ley y el Reino de Dios

16:16 La Ley y los Profetas llegan hasta Juan. Desde entonces se proclama el Reino de Dios, y todos tienen que esforzarse para entrar en él.
16:17 Es más fácil que dejen de existir el cielo y la tierra, antes que desaparezca una coma de la Ley.

El divorcio

16:18 El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio, y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio.

La parábola del hombre rico y el pobre Lázaro

16:19 Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes.
16:20 A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro,
16:21 que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas.
16:22 El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado.
16:23 En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él.
16:24 Entonces exclamó: "Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan".
16:25 "Hijo mío, respondió Abraham, recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento.
16:26 Además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí".
16:27 El rico contestó: "Te ruego entonces, padre, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre,
16:28 porque tengo cinco hermanos: que él los prevenga, no sea que ellos también caigan en este lugar de tormento".
16:29 Abraham respondió: "Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen".
16:30 "No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán".
16:31 Abraham respondió: "Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán"".
 
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astaroth1
view post Posted on 28/11/2010, 17:05




CAPÍTULO 17

La gravedad del escándalo


17:1 Después dijo a sus discípulos: "Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquel que los ocasiona!
17:2 Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños.
17:3 Por lo tanto, ¡tengan cuidado!

La corrección fraterna

Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo.


17:4 Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: "Me arrepiento", perdónalo".

El poder de la fe

17:5 Los Apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe".
17:6 Él respondió: "Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: "Arráncate de raíz y plántate en el mar", ella les obedecería.

La parábola del servidor humilde


17:7 Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: "Ven pronto y siéntate a la mesa"?
17:8 ¿No le dirá más bien: "Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después"?
17:9 ¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó?
17:10 Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: "Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber"".

Curación de diez leprosos

17:11 Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea.
17:12 Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia
17:13 y empezaron a gritarle: "¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!"
17:14 Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Y en el camino quedaron purificados.
17:15 Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta
17:16 y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano.
17:17 Jesús le dijo entonces: "¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?
17:18 ¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?"
17:19 Y agregó: "Levántate y vete, tu fe te ha salvado".

La venida del Reino de Dios

17:20 Los fariseos le preguntaron cuándo llegaría el Reino de Dios. Él les respondió: "El Reino de Dios no viene ostensiblemente,
17:21 y no se podrá decir: "Está aquí" o "Está allí". Porque el Reino de Dios está entre ustedes".

El Día del Hijo del hombre

17:22 Jesús dijo después a sus discípulos: "Vendrá el tiempo en que ustedes desearán ver uno solo de los días del Hijo del hombre y no lo verán.
17:23 Les dirán: "Está aquí" o "Está allí", pero no corran a buscarlo.
17:24 Como el relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre cuando llegue su Día.
17:25 Pero antes tendrá que sufrir mucho y será rechazado por esta generación.
17:26 En los días del Hijo del hombre sucederá como en tiempos de Noé.
17:27 La gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca y llegó el diluvio, que los hizo morir a todos.
17:28 Sucederá como en tiempos de Lot: se comía y se bebía, se compraba y se vendía, se plantaba y se construía.
17:29 Pero el día en que Lot salió de Sodoma, cayó del cielo una lluvia de fuego y de azufre que los hizo morir a todos.
17:30 Lo mismo sucederá el Día en que se manifieste el Hijo del hombre.
17:31 En ese Día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, no baje a buscarlas. Igualmente, el que esté en el campo, no vuelva atrás.
17:32 Acuérdense de la mujer de Lot.
17:33 El que trate de salvar su vida, la perderá; y el que la pierda, la conservará.
17:34 Les aseguro que en esa noche, de dos hombres que estén comiendo juntos, uno será llevado y el otro dejado;
17:35 de dos mujeres que estén moliendo juntas, una será llevada y la otra dejada".
17:37 Entonces le preguntaron: "¿Dónde sucederá esto, Señor?" Jesús les respondió: "Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres".
 
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astaroth1
view post Posted on 30/11/2010, 17:07




CAPÍTULO 18

La parábola del juez y la viuda


18:1 Después Jesús les enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse:
18:2 "En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres;
18:3 y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: "Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario".
18:4 Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: "Yo no temo a Dios ni me importan los hombres,
18:5 pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme"".
18:6 Y el Señor dijo: "Oigan lo que dijo este juez injusto.
18:7 Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar?
18:8 Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?"

La parábola del fariseo y el publicano


18:9 Y refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola:
18:10 "Dos hombres subieron al Templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano.
18:11 El fariseo, de pie, oraba en voz baja: "Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano.
18:12 Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas".
18:13 En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!"
18:14 Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado".

Jesús y los niños

18:15 También le presentaban a los niños pequeños, para que los tocara; pero, al ver esto, los discípulos los reprendían.
18:16 Entonces Jesús los hizo llamar y dijo: "Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos.
18:17 Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él".

El hombre rico

18:18 Un hombre importante le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?"
18:19 Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno.
18:20 Tú conoces los mandamientos: No cometerás adulterio,
18:21 El hombre le respondió: "Todo esto lo he cumplido desde mi juventud".
18:22 Al oírlo, Jesús le dijo: "Una cosa te falta todavía: vende todo lo que tienes y distribúyelo entre los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo. Después ven y sígueme".
18:23 Al oír estas palabras, el hombre se entristeció, porque era muy rico.

El peligro de las riquezas

18:24 Viéndolo así, Jesús dijo: "¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!
18:25 Sí, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios".
18:26 Los que escuchaban dijeron: "Pero entonces, ¿quién podrá salvarse?"
18:27 Jesús respondió: "Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios".

La recompensa prometida a los discípulos

18:28 Pedro le dijo: "Nosotros hemos dejado todo lo que teníamos y te hemos seguido".
18:29 Jesús respondió: "Les aseguro que el que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos, por el Reino de Dios,
18:30 recibirá mucho más en este mundo; y en el mundo futuro, recibirá la Vida eterna".

El tercer anuncio de la Pasión

18:31 Después, Jesús llevó aparte a los Doce y les dijo: "Ahora subimos a Jerusalén, donde se cumplirá todo lo que anunciaron los profetas sobre el Hijo del hombre.
18:32 Será entregado a los paganos, se burlarán de él, lo insultarán, lo escupirán
18:33 y, después de azotarlo, lo matarán. Pero al tercer día resucitará".
18:34 Ellos no comprendieron nada de todo esto; les resultaba oscuro y no captaban el sentido de estas palabras.

Curación de un ciego de Jericó

18:35 Cuando se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna.
18:36 Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía.
18:37 Le respondieron que pasaba Jesús de Nazaret.
18:38 El ciego se puso a gritar: "¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!"
18:39 Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!"
18:40 Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo a su lado, le preguntó:
18:41 "¿Qué quieres que haga por ti?" "Señor, que yo vea otra vez".
18:42 Y Jesús le dijo: "Recupera la vista, tu fe te ha salvado".
18:43 En el mismo momento, el ciego recuperó la vista y siguió a Jesús, glorificando a Dios. Al ver esto, todo el pueblo alababa a Dios.
 
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astaroth1
view post Posted on 30/11/2010, 18:05




CAPÍTULO 19

La conversión de Zaqueo


19:1 Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad.
19:2 Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos.
19:3 Él quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura.
19:4 Entonces se adelantó y subió a un sicómoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí.
19:5 Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: "Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa".
19:6 Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.
19:7 Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Se ha ido a alojar en casa de un pecador".
19:8 Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: "Señor, ahora mismo voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más".
19:9 Y Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham,
19:10 porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido".

La parábola de las monedas de plata

19:11 Como la gente seguía escuchando, añadió una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y ellos pensaban que el Reino de Dios iba a aparecer de un momento a otro.
19:12 Él les dijo: "Un hombre de familia noble fue a un país lejano para recibir la investidura real y regresar en seguida.
19:13 Llamó a diez de sus servidores y les entregó cien monedas de plata a cada uno, diciéndoles: "Háganlas producir hasta que yo vuelva".
19:14 Pero sus conciudadanos lo odiaban y enviaron detrás de él una embajada encargada de decir: "No queremos que este sea nuestro rey".
19:15 Al regresar, investido de la dignidad real, hizo llamar a los servidores a quienes había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno.
19:16 El primero se presentó y le dijo: "Señor, tus cien monedas de plata han producido diez veces más".
19:17 "Está bien, buen servidor, le respondió, ya que has sido fiel en tan poca cosa, recibe el gobierno de diez ciudades".
19:18 Llegó el segundo y le dijo: "Señor, tus cien monedas de plata han producido cinco veces más".
19:19 A él también le dijo: "Tú estarás al frente de cinco ciudades".
19:20 Llegó el otro y le dijo: "Señor, aquí tienes tus cien monedas de plata, que guardé envueltas en un pañuelo.
19:21 Porque tuve miedo de ti, que eres un hombre exigente, que quieres percibir lo que no has depositado y cosechar lo que no has sembrado".
19:22 Él le respondió: "Yo te juzgo por tus propias palabras, mal servidor. Si sabías que soy un hombre exigente, que quiero percibir lo que no deposité y cosechar lo que no sembré,
19:23 ¿por qué no entregaste mi dinero en préstamo? A mi regreso yo lo hubiera recuperado con intereses".
19:24 Y dijo a los que estaban allí: "Quítenle las cien monedas y dénselas al que tiene diez veces más".
19:25 "¡Pero, señor, le respondieron, ya tiene mil!"
19:26 Les aseguro que al que tiene, se le dará; pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene.
19:27 En cuanto a mis enemigos, que no me han querido por rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia".
19:28 Después de haber dicho esto, Jesús siguió adelante, subiendo a Jerusalén.

LA ACTIVIDAD DE JESÚS EN JERUSALÉN

La entrada mesiánica en Jerusalén


19:29 Cuando se acercó a Betfagé y Betania, al pie del monte llamado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, diciéndoles:
19:30 "Vayan al pueblo que está enfrente y, al entrar, encontrarán un asno atado, que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo;
19:31 y si alguien les pregunta: "¿Por qué lo desatan?", respondan: "El Señor lo necesita"".
19:32 Los enviados partieron y encontraron todo como él les había dicho.
19:33 Cuando desataron el asno, sus dueños les dijeron: "¿Por qué lo desatan?"
19:34 Y ellos respondieron: "El Señor lo necesita".
19:35 Luego llevaron el asno adonde estaba Jesús y, poniendo sobre él sus mantos, lo hicieron montar.
19:36 Mientras él avanzaba, la gente extendía sus mantos sobre el camino.
19:37 Cuando Jesús se acercaba a la pendiente del monte de los Olivos, todos los discípulos, llenos de alegría, comenzaron a alabar a Dios en alta voz, por todos los milagros que habían visto.
19:38 Y decían:
"¡Bendito sea el Rey que viene
en nombre del Señor!
¡Paz en el cielo
y gloria en las alturas!".
19:39 Algunos fariseos que se encontraban entre la multitud le dijeron: "Maestro, reprende a tus discípulos".
19:40 Pero él respondió: "Les aseguro que si ellos callan, gritarán las piedras".

Lamentación de Jesús sobre Jerusalén

19:41 Cuando estuvo cerca y vio la ciudad, se puso a llorar por ella,
19:42 diciendo: "¡Si tú también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz! Pero ahora está oculto a tus ojos.
19:43 Vendrán días desastrosos para ti, en que tus enemigos te cercarán con empalizadas, te sitiarán y te atacarán por todas partes.
19:44 Te arrasarán junto con tus hijos, que están dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitada por Dios".

La expulsión de los vendedores del Templo

19:45 Y al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores,
19:46 diciéndoles: "Está escrito: Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones".

La enseñanza de Jesús en el Templo

19:47 Y diariamente enseñaba en el Templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo, buscaban la forma de matarlo.
19:48 Pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras.
 
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astaroth1
view post Posted on 1/12/2010, 18:05




CAPÍTULO 20

Discusión sobre la autoridad de Jesús

20:1 Un día en que Jesús enseñaba al pueblo en el Templo y anunciaba la Buena Noticia, se le acercaron los sumos sacerdotes y los escribas con los ancianos,
20:2 y le dijeron: "Dinos con qué autoridad haces estas cosas o quién te ha dado esa autoridad".
20:3 Jesús les respondió: "Yo también quiero preguntarles algo. Díganme:
20:4 El bautismo de Juan, ¿venía del cielo o de los hombres?"
20:5 Ellos se hacían este razonamiento: "Si respondemos: "Del cielo", él nos dirá: "¿Por qué no creyeron en él?"
20:6 Y si respondemos: "De los hombres", todo el pueblo nos apedreará, porque está convencido de que Juan es un profeta"
20:7 Y le dijeron que no sabían de dónde venía.
20:8 Jesús les respondió: "Yo tampoco les diré con qué autoridad hago esto".

La parábola de los viñadores homicidas


20:9 Y luego dijo al pueblo esta parábola: "Un hombre plantó una viña, la arrendó a unos viñadores y se fue por largo tiempo al extranjero.
20:10 Llegado el momento, les envió a un servidor para que le entregaran la parte de los frutos que le correspondía. Pero los viñadores lo golpearon y lo echaron con las manos vacías.
20:11 Envió a otro servidor, y también a este lo golpearon, lo ultrajaron y lo echaron con las manos vacías.
20:12 Mandó después a un tercero, y a él también lo hirieron y lo arrojaron afuera.
20:13 El dueño de la viña pensó entonces: "¿Qué haré? Voy a enviar a mi hijo muy querido: quizá tengan consideración con él".
20:14 Pero los viñadores, al verlo, se dijeron: "Este es el heredero, vamos a matarlo, y la herencia será nuestra".
20:15 Y arrojándolo fuera de la viña, lo mataron.
¿Qué hará con ellos el dueño de la viña?
20:16 Vendrá, acabará con esos viñadores y entregará la viña a otros". Al oír estas palabras, dijeron: "¡Dios no lo permita!"
20:17 Pero fijando en ellos su mirada, Jesús les dijo: "¿Qué significa entonces lo que está escrito:
La piedra que los constructores rechazaron
ha llegado a ser la piedra angular?
20:18 El que caiga sobre esta piedra quedará destrozado, y aquel sobre quien ella caiga, será aplastado".
20:19 Los escribas y los sumos sacerdotes querían detenerlo en ese mismo momento, porque comprendían que esta parábola la había dicho por ellos, pero temieron al pueblo.

El impuesto debido a la autoridad

20:20 Ellos comenzaron a acecharlo y le enviaron espías, que fingían ser hombres de bien, para lograr sorprenderlo en alguna de sus afirmaciones, y entregarlo al poder y a la autoridad del gobernador.
20:21 Y le dijeron: "Maestro, sabemos que hablas y enseñas con rectitud y que no tienes en cuenta la condición de las personas, sino que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios.
20:22 ¿Nos está permitido pagar el impuesto al César o no?"
20:23 Pero Jesús, conociendo su astucia, les dijo:
20:24 "Muéstrenme un denario. ¿De quién es la figura y la inscripción que tiene?" "Del César", respondieron.
20:25 Jesús les dijo: "Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios".
20:26 Así no pudieron sorprenderlo en ninguna palabra delante del pueblo y, llenos de admiración por su respuesta, tuvieron que callarse.

Discusión sobre la resurrección de los muertos


20:27 Se le acercaron algunos saduceos, que niegan la resurrección,
20:28 y le dijeron: "Maestro, Moisés nos ha ordenado: Si alguien está casado y muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda.
20:29 Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos.
20:30 El segundo
20:31 se casó con la viuda, y luego el tercero. Y así murieron los siete sin dejar descendencia.
20:32 Finalmente, también murió la mujer.
20:33 Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?"
20:34 Jesús les respondió: "En este mundo los hombres y las mujeres se casan,
20:35 pero los que son juzgados dignos de participar del mundo futuro y de la resurrección, no se casan.
20:36 Ya no pueden morir, porque son semejantes a los ángeles y, al ser hijos de la resurrección, son hijos de Dios.
20:37 Que los muertos van a resucitar, Moisés lo ha dado a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.
20:38 Porque él no es un Dios de muertos, sino de vivientes; todos, en efecto, viven para él".
20:39 Tomando la palabra, algunos escribas le dijeron: "Maestro, has hablado bien".
20:40 Y ya no se atrevían a preguntarle nada.

El Mesías, hijo y Señor de David

20:41 Jesús les dijo entonces: "¿Cómo se puede decir que el Mesías es hijo de David,
20:42 si el mismo David ha dicho en el Libro de los Salmos:
Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi derecha,
20:43 hasta que ponga a tus enemigos
debajo de tus pies?
20:44 Si David lo llama "Señor", ¿cómo puede ser hijo suyo?"

Advertencia de Jesús contra los escribas

20:45 Y dijo a los discípulos, de manera que lo oyera todo el pueblo:
20:46 "Tengan cuidado de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y en los banquetes;
20:47 que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Esos serán juzgados con más severidad".
 
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astaroth1
view post Posted on 2/12/2010, 15:00




CAPÍTULO 21

La ofrenda de la viuda


21:1 Después, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en el tesoro del Templo.
21:2 Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos pequeñas monedas de cobre,
21:3 y dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie.
21:4 Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir".

Anuncio de la destrucción del Templo

21:5 Y como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo:
21:6 "De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido".
21:7 Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?"

Los signos precursores del fin

21:8 Jesús respondió: "Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: "Soy yo", y también: "El tiempo está cerca". No los sigan.
21:9 Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin".
21:10 Después les dijo: "Se levantará nación contra nación y reino contra reino.
21:11 Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.
21:12 Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre,
21:13 y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
21:14 Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa,
21:15 porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir.
21:16 Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán.
21:17 Serán odiados por todos a causa de mi Nombre.
21:18 Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza.
21:19 Gracias a la constancia salvarán sus vidas.

El asedio de Jerusalén

21:20 Cuando vean a Jerusalén sitiada por los ejércitos, sepan que su ruina está próxima.
21:21 Los que estén en Judea, que se refugien en las montañas; los que estén dentro de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no vuelvan a ella.
21:22 Porque serán días de escarmiento, en que todo lo que está escrito deberá cumplirse.
21:23 ¡Ay de las que estén embarazadas o tengan niños de pecho en aquellos días! Será grande la desgracia de este país y la ira de Dios pesará sobre este pueblo.
21:24 Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que el tiempo de los paganos llegue a su cumplimiento.

La manifestación gloriosa del Hijo del hombre

21:25 Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas.
21:26 Los hombres desfallecerán de miedo ante la expectativa de lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán.
21:27 Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria.
21:28 Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación".

La parábola de la higuera

21:29 Y Jesús les hizo esta comparación: "Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbol.
21:30 Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano.
21:31 Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca.
21:32 Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto.
21:33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Exhortación a la vigilancia


21:34 Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes
21:35 como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra.
21:36 Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre".

Últimos días de Jesús en Jerusalén

21:37 Durante el día Jesús enseñaba en el Templo, y por la noche se retiraba al monte llamado de los Olivos.
21:38 Y todo el pueblo madrugaba para ir al Templo a escucharlo.
 
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astaroth1
view post Posted on 6/12/2010, 08:55




LA PASIÓN Y LA MUERTE DE JESÚS

CAPÍTULO 22

La conspiración contra Jesús y la traición de Judas


22:1 Estaba cerca la fiesta de los Ácimos, llamada Pascua.
22:2 Los sumos sacerdotes y los escribas buscaban la manera de eliminar a Jesús, porque tenían miedo del pueblo.
22:3 Entonces Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, que era uno de los Doce.
22:4 Este fue a tratar con los sumos sacerdotes y los jefes de la guardia sobre el modo de entregárselo.
22:5 Ellos se alegraron y convinieron en darle dinero.
22:6 Judas aceptó y buscaba una ocasión propicia para entregarlo sin que se enterara el pueblo.

Los preparativos para la comida pascual

22:7 Llegó el día de los Ácimos, en el que se debía inmolar la víctima pascual.
22:8 Jesús envió a Pedro y a Juan, diciéndoles: "Vayan a prepararnos lo necesario para la comida pascual".
22:9 Ellos le preguntaron: "¿Dónde quieres que la preparemos?"
22:10 Jesús les respondió: "Al entrar en la ciudad encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo hasta la casa donde entre,
22:11 y digan a su dueño: El Maestro manda preguntarte: "¿Dónde está la sala en que podré comer la Pascua con mis discípulos?"
22:12 Él les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones: preparen allí lo necesario".
22:13 Los discípulos partieron, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua.

La comida pascual

22:14 Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con los Apóstoles y les dijo:
22:15 "He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes antes de mi Pasión,
22:16 porque les aseguro que ya no la comeré más hasta que llegue a su pleno cumplimiento en el Reino de Dios".
22:17 Y tomando una copa, dio gracias y dijo: "Tomen y compártanla entre ustedes.
22:18 Porque les aseguro que desde ahora no beberé más del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios".

La institución de la Eucaristía

22:19 Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía".
22:20 Después de la cena hizo lo mismo con la copa, diciendo: "Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes.

El anuncio de la traición de Judas

22:21 La mano del traidor está sobre la mesa, junto a mí.
22:22 Porque el Hijo del hombre va por el camino que le ha sido señalado, pero ¡ay de aquel que lo va a entregar!"
22:23 Entonces comenzaron a preguntarse unos a otros quién de ellos sería el que iba a hacer eso.

El carácter servicial de la autoridad


22:24 Y surgió una discusión sobre quién debía ser considerado como el más grande.
22:25 Jesús les dijo: "Los reyes de las naciones dominan sobre ellas, y los que ejercen el poder sobre el pueblo se hacen llamar bienhechores.
22:26 Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que es más grande, que se comporte como el menor, y el que gobierna, como un servidor.
22:27 Porque, ¿quién es más grande, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es acaso el que está a la mesa? Y sin embargo, yo estoy entre ustedes como el que sirve.

La recompensa prometida a los discípulos

22:28 Ustedes son los que han permanecido siempre conmigo en medio de mis pruebas.
22:29 Por eso yo les confiero la realeza, como mi Padre me la confirió a mí.
22:30 Y en mi Reino, ustedes comerán y beberán en mi mesa, y se sentarán sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

El anuncio de las negaciones de Pedro

22:31 Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido poder para zarandearlos como el trigo,
22:32 pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, después que hayas vuelto, confirma a tus hermanos".
22:33 "Señor, le dijo Pedro, estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel y a la muerte".
22:34 Pero Jesús replicó: "Yo te aseguro, Pedro, que hoy, antes que cante el gallo, habrás negado tres veces que me conoces".

El combate decisivo

22:35 Después les dijo: "Cuando los envié sin bolsa, ni alforja, ni sandalia, ¿les faltó alguna cosa?"
22:36 "Nada", respondieron. Él agregó: "Pero ahora el que tenga una bolsa, que la lleve; el que tenga una alforja, que la lleve también; y el que no tenga espada, que venda su manto para comprar una.
22:37 Porque les aseguro que debe cumplirse en mí esta palabra de la Escritura: Fue contado entre los malhechores. Ya llega a su fin todo lo que se refiere a mí".
22:38 "Señor, le dijeron, aquí hay dos espadas". Él les respondió: "Basta".

La oración de Jesús en el monte de los Olivos

22:39 En seguida Jesús salió y fue como de costumbre al monte de los Olivos, seguido de sus discípulos.
22:40 Cuando llegaron, les dijo: "Oren, para no caer en la tentación".
22:41 Después se alejó de ellos, más o menos a la distancia de un tiro de piedra, y puesto de rodillas, oraba:
22:42 "Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya".
22:43 Entonces se le apareció un ángel del cielo que lo reconfortaba.
22:44 En medio de la angustia, él oraba más intensamente, y su sudor era como gotas de sangre que corrían hasta el suelo.
22:45 Después de orar se levantó, fue hacia donde estaban sus discípulos y los encontró adormecidos por la tristeza.
22:46 Jesús les dijo: "¿Por qué están durmiendo? Levántense y oren para no caer en la tentación".

El arresto de Jesús

22:47 Todavía estaba hablando, cuando llegó una multitud encabezada por el que se llamaba Judas, uno de los Doce. Este se acercó a Jesús para besarlo.
22:48 Jesús le dijo: "Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?"
22:49 Los que estaban con Jesús, viendo lo que iba a suceder, le preguntaron: "Señor, ¿usamos la espada?"
22:50 Y uno de ellos hirió con su espada al servidor del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja derecha.
22:51 Pero Jesús dijo: "Dejen, ya está". Y tocándole la oreja, lo curó.
22:52 Después dijo a los sumos sacerdotes, a los jefes de la guardia del Templo y a los ancianos que habían venido a arrestarlo: "¿Soy acaso un bandido para que vengan con espadas y palos?
22:53 Todos los días estaba con ustedes en el Templo y no me arrestaron. Pero esta es la hora de ustedes y el poder de las tinieblas".

Las negaciones de Pedro

22:54 Después de arrestarlo, lo condujeron a la casa del Sumo Sacerdote. Pedro lo seguía de lejos.
22:55 Encendieron fuego en medio del patio, se sentaron alrededor de él y Pedro se sentó entre ellos.
22:56 Una sirvienta que lo vio junto al fuego, lo miró fijamente y dijo: "Este también estaba con él".
22:57 Pedro lo negó, diciendo: "Mujer, no lo conozco".
22:58 Poco después, otro lo vio y dijo: "Tú también eres uno de aquellos". Pero Pedro respondió: "No, hombre, no lo soy".
22:59 Alrededor de una hora más tarde, otro insistió, diciendo: "No hay duda de que este hombre estaba con él; además, él también es galileo".
22:60 "Hombre, dijo Pedro, no sé lo que dices". En ese momento, cuando todavía estaba hablando, cantó el gallo.
22:61 El Señor, dándose vuelta, miró a Pedro. Este recordó las palabras que el Señor le había dicho: "Hoy, antes que cante el gallo, me habrás negado tres veces".
22:62 Y saliendo afuera, lloró amargamente.

Ultrajes a Jesús

22:63 Los hombres que custodiaban a Jesús lo ultrajaban y lo golpeaban;
22:64 y tapándole el rostro, le decían: "Profetiza, ¿quién te golpeó?"
22:65 Y proferían contra él toda clase de insultos.

Jesús ante el Sanedrín

22:66 Cuando amaneció, se reunió el Consejo de los ancianos del pueblo, junto con los sumos sacerdotes y los escribas. Llevaron a Jesús ante el tribunal
22:67 y le dijeron: "Dinos si eres el Mesías". Él les dijo: "Si yo les respondo, ustedes no me creerán,
22:68 y si los interrogo, no me responderán.
22:69 Pero en adelante, el Hijo del hombre se sentará a la derecha de Dios todopoderoso".
22:70 Todos preguntaron: "¿Entonces eres el Hijo de Dios?" Jesús respondió: "Tienen razón, yo lo soy".
22:71 Ellos dijeron: "¿Acaso necesitamos otro testimonio? Nosotros mismos lo hemos oído de su propia boca".
 
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astaroth1
view post Posted on 20/12/2010, 15:21




CAPÍTULO 23

Jesús ante Pilato


23:1 Después se levantó toda la asamblea y lo llevaron ante Pilato.
23:2 Y comenzaron a acusarlo, diciendo: "Hemos encontrado a este hombre incitando a nuestro pueblo a la rebelión, impidiéndole pagar los impuestos al Emperador y pretendiendo ser el rey Mesías".
23:3 Pilato lo interrogó, diciendo: "¿Eres tú el rey de los judíos?" "Tú lo dices", le respondió Jesús.
23:4 Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la multitud: "No encuentro en este hombre ningún motivo de condena".
23:5 Pero ellos insistían: "Subleva al pueblo con su enseñanza en toda la Judea. Comenzó en Galilea y ha llegado hasta aquí".
23:6 Al oír esto, Pilato preguntó si ese hombre era galileo.
23:7 Y habiéndose asegurado de que pertenecía a la jurisdicción de Herodes, se lo envió. En esos días, también Herodes se encontraba en Jerusalén.

Jesús ante Herodes


23:8 Herodes se alegró mucho al ver a Jesús. Hacía tiempo que deseaba verlo, por lo que había oído decir de él, y esperaba que hiciera algún prodigio en su presencia.
23:9 Le hizo muchas preguntas, pero Jesús no le respondió nada.
23:10 Entre tanto, los sumos sacerdotes y los escribas estaban allí y lo acusaban con vehemencia.
23:11 Herodes y sus guardias, después de tratarlo con desprecio y ponerlo en ridículo, lo cubrieron con un magnífico manto y lo enviaron de nuevo a Pilato.
23:12 Y ese mismo día, Herodes y Pilato, que estaban enemistados, se hicieron amigos.
Jesús de nuevo ante Pilato
23:13 Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los jefes y al pueblo,
23:14 y les dijo: "Ustedes me han traído a este hombre, acusándolo de incitar al pueblo a la rebelión. Pero yo lo interrogué delante de ustedes y no encontré ningún motivo de condena en los cargos de que lo acusan;
23:15 ni tampoco Herodes, ya que él lo ha devuelto a este tribunal. Como ven, este hombre no ha hecho nada que merezca la muerte.
23:16 Después de darle un escarmiento, lo dejaré en libertad".

Jesús y Barrabás

23:18 Pero la multitud comenzó a gritar: "¡Que muera este hombre! ¡Suéltanos a Barrabás!"
23:19 A Barrabás lo habían encarcelado por una sedición que tuvo lugar en la ciudad y por homicidio.
23:20 Pilato volvió a dirigirles la palabra con la intención de poner en libertad a Jesús.
23:21 Pero ellos seguían gritando: "¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!"
23:22 Por tercera vez les dijo: "¿Qué mal ha hecho este hombre? No encuentro en él nada que merezca la muerte. Después de darle un escarmiento, lo dejaré en libertad".
23:23 Pero ellos insistían a gritos, reclamando que fuera crucificado, y el griterío se hacía cada vez más violento.
23:24 Al fin, Pilato resolvió acceder al pedido del pueblo.
23:25 Dejó en libertad al que ellos pedían, al que había sido encarcelado por sedición y homicidio, y a Jesús lo entregó al arbitrio de ellos.

El camino hacia el Calvario

23:26 Cuando lo llevaban, detuvieron a un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y lo cargaron con la cruz, para que la llevara detrás de Jesús.
23:27 Lo seguían muchos del pueblo y un buen número de mujeres, que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él.
23:28 Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: "¡Hijas de Jerusalén!, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos.
23:29 Porque se acerca el tiempo en que se dirá: ¡Felices las estériles, felices los senos que no concibieron y los pechos que no amamantaron!
23:30 Entonces se dirá a las montañas: ¡Caigan sobre nosotros!, y a los cerros: ¡Sepúltennos!
23:31 Porque si así tratan a la leña verde, ¿qué será de la leña seca?"
23:32 Con él llevaban también a otros dos malhechores, para ser ejecutados.

La crucifixión de Jesús

23:33 Cuando llegaron al lugar llamado "del Cráneo", lo crucificaron junto con los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
23:34 Jesús decía: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". Después se repartieron sus vestiduras, sorteándolas entre ellos.

Injurias a Jesús crucificado

23:35 El pueblo permanecía allí y miraba. Sus jefes, burlándose, decían: "Ha salvado a otros: ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el Elegido!"
23:36 También los soldados se burlaban de él y, acercándose para ofrecerle vinagre,
23:37 le decían: "Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!"
23:38 Sobre su cabeza había una inscripción: "Este es el rey de los judíos".

El buen ladrón

23:39 Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: "¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros".
23:40 Pero el otro lo increpaba, diciéndole: "¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que él?
23:41 Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero él no ha hecho nada malo".
23:42 Y decía: "Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino".
23:43 Él le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso".

La muerte de Jesús

23:44 Era alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió toda la tierra hasta las tres de la tarde.
23:45 El velo del Templo se rasgó por el medio.
23:46 Jesús, con un grito, exclamó: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Y diciendo esto, expiró.
23:47 Cuando el centurión vio lo que había pasado, alabó a Dios, exclamando: "Realmente este hombre era un justo".
23:48 Y la multitud que se había reunido para contemplar el espectáculo, al ver lo sucedido, regresaba golpeándose el pecho.
23:49 Todos sus amigos y las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea permanecían a distancia, contemplando lo sucedido.

La sepultura de Jesús

23:50 Llegó entonces un miembro del Consejo, llamado José, hombre recto y justo,
23:51 que había disentido con las decisiones y actitudes de los demás. Era de Arimatea, ciudad de Judea, y esperaba el Reino de Dios.
23:52 Fue a ver a Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.
23:53 Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro cavado en la roca, donde nadie había sido sepultado.
23:54 Era el día de la Preparación, y ya comenzaba el sábado.
23:55 Las mujeres que habían venido de Galilea con Jesús siguieron a José, observaron el sepulcro y vieron cómo había sido sepultado.
23:56 Después regresaron y prepararon los bálsamos y perfumes, pero el sábado observaron el descanso que prescribía la Ley.
 
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astaroth1
view post Posted on 7/1/2011, 15:25




LA RESURRECCIÓN Y LA ASCENSIÓN DE JESÚS

CAPÍTULO 24

El anuncio de la resurrección


24:1 El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado.
24:2 Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro
24:3 y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
24:4 Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes.
24:5 Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?
24:6 No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea:
24:7 "Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día"".
24:8 Y las mujeres recordaron sus palabras.

El testimonio de las mujeres


24:9 Cuando regresaron del sepulcro, refirieron esto a los Once y a todos los demás.
24:10 Eran María Magdalena, Juana y María, la madre de Santiago, y las demás mujeres que las acompañaban. Ellas contaron todo a los Apóstoles,
24:11 pero a ellos les pareció que deliraban y no les creyeron.
24:12 Pedro, sin embargo, se levantó y corrió hacia el sepulcro, y al asomarse, no vio más que las sábanas. Entonces regresó lleno de admiración por lo que había sucedido.

La aparición de Jesús a los discípulos de Emaús

24:13 Ese mismo día, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén.
24:14 En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido.
24:15 Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos.
24:16 Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran.
24:17 Él les dijo: "¿Qué comentaban por el camino?" Ellos se detuvieron, con el semblante triste,
24:18 y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!"
24:19 "¿Qué cosa?", les preguntó. Ellos respondieron: "Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo,
24:20 y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron.
24:21 Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas.
24:22 Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro
24:23 y, al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les habían aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está vivo.
24:24 Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron".
24:25 Jesús les dijo: "¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas!
24:26 ¿No era necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?"
24:27 Y comenzando por Moisés y continuando con todos los Profetas, les interpretó en todas las Escrituras lo que se refería a él.
24:28 Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante.
24:29 Pero ellos le insistieron: "Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba". Él entró y se quedó con ellos.
24:30 Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio.
24:31 Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista.
24:32 Y se decían: "¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?"
24:33 En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los Once y a los demás que estaban con ellos,
24:34 y estos les dijeron: "Es verdad, ¡el Señor ha resucitado y se apareció a Simón!"
24:35 Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

La aparición de Jesús a los Apóstoles

24:36 Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos Mateo y les dijo: "La paz esté con ustedes".
24:37 Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu,
24:38 pero Jesús les preguntó: "¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas?
24:39 Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo".
24:40 Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies.
24:41 Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: "¿Tienen aquí algo para comer?"
24:42 Ellos le presentaron un trozo de pescado asado;
24:43 él lo tomó y lo comió delante de todos.

Últimas instrucciones de Jesús

24:44 Después les dijo: "Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos".
24:45 Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras,
24:46 y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día,
24:47 y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados.
24:48 Ustedes son testigos de todo esto.
24:49 Y yo les enviaré lo que mi Padre les ha prometido. Permanezcan en la ciudad, hasta que sean revestidos con la fuerza que viene de lo alto".

La ascensión de Jesús

24:50 Después Jesús los llevó hasta las proximidades de Betania y, elevando sus manos, los bendijo.
24:51 Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo.
24:52 Los discípulos, que se habían postrado delante de él, volvieron a Jerusalén con gran alegría,
24:53 y permanecían continuamente en el Templo alabando a Dios.
 
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23 replies since 6/9/2009, 05:24   625 views
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