El Evangelio según San Mateo

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astaroth1
view post Posted on 23/4/2016, 03:00




ese acontecer, el autor del evangelio de Mateo, apartándose de su primitivo punto de vista, dirige la
mirada hacia el Jesús del Evangelio de Lucas y la vida de Zoroastro hasta los treinta años de edad, es
decir hasta el momento en que este ultimo había desarrollado su cuerpo astral y el portador del Yo hasta
la madurez de ofrecerlos en sacrificio al espíritu solar que entonces desciende de las esferas espirituales.
Este se nos presenta en el bautismo del Jordán. Si ahora volvemos a recordar nuevamente la separación
de la Tierra del Sol, y si tenemos presente que el Cristo es la mas sublime entidad de entre las que
entonces dejaron la Tierra, podemos decir: Hay entidades, como el Cristo, que solo en el curso del
tiempo pueden extender su influencia sobre la Tierra. Pero con la separación del Sol, también se
relaciona otro hecho. Para comprenderlo recordemos primero que la substancia del antiguo Saturno fue
relativamente sencilla, pues existió como fuego o calor. Aun no había ni aire, ni agua, ni tampoco el éter
de la luz; todo esto no se formó sino durante el estado planetario del Sol. Durante el estado planetario de
la Luna se agregó lo acuoso como otro estado de densificación y, por el lado de la eterización, el éter del
sonido. Durante la existencia de la Tierra se formó lo térreo, como nuevo estado de densificación y,
como ulterior estado de eterización, el éter de la vida. De modo que en la Tierra contamos con el calor,
el aire o substancia gaseiforme, substancia acuosa o liquida y el estado sólido o térreo; por el otro lado,
los estados sutiles: éter de la luz, éter del sonido y éter de la vida, que es el mas sutil de los que existen.
Al separarse el Sol de la Tierra, salió no solo la substancia material sino también lo espiritual. Este
ultimo, paso a paso, volvió a la Tierra, aunque no en su totalidad. Lo explicaré brevemente. De los
estados etéreos, el hombre terrenal percibe el éter del calor y, hasta cierto grado, la luz. Lo que él
percibe como "sonido" no es sino un reflejo material del sonido verdadero que es el etéreo. Al hablar
del "éter del sonido", se trata del portador de lo que se llama la "armonía de las esferas" que solo se
percibe espiritualmente. El Sol en su estado físico actual envía su luz a la Tierra, pero él también
alberga aquel estado superior. Por lo tanto, no es un decir infundado cuando Goethe exclama:

Desde el principio el Sol resuena
en esferas fraternas, rivalizando;
su orbita eterna la cumple
con estampido tronador.


Con esto se alude a la armonía de las esferas, a lo que vive en el éter del sonido. Pero el hombre solo lo
experimenta si se eleva a la iniciación o cuando un ser solar desciende para transmitirlo a un ser
humano destinado para servir de instrumento de la evolución. Para tal hombre, el Sol resuena y las
armonías de las esferas se tornan perceptibles. Superior al éter del sonido esta el éter de la vida. Al igual
que el mero sonido se basa en el "verbo" como contenido superior anímico, así también el éter de la
vida se relaciona con el sentido, con el verbo que en la tardía cultura persa se llamaba "Honover, y que
Juan el evangelista ha llamado el "Logos", el sonido espiritual inherente al ser solar. En los primeros
tiempos de la evolución post-atlante, Zoroastro fue uno de los inspirados que no se quedaban sordos,
por decirlo así, frente al sonar y hablar del Sol y de sus entidades, y no es, meramente, un mito, sino una
verdad absoluta el que Zoroastro recibió del verbo solar su enseñanza. Las grandiosas y majestuosas
enseñanzas que Zoroastro ha dado a sus discípulos, las podemos describir de la siguiente manera: a
través de él, como instrumento, resonaba el sonido y el sentido del verbo solar mismo. De ahí se explica
que la leyenda persa habla del "Verbo Solar" que se transmite por la boca de Zoroastro, el verbo
misterioso que se halla detrás de la existencia solar. Esa leyenda, al referirse al cuerpo astral del Sol,
habla de "Ahura Mazdao", o también del Verbo Solar, al que en la versión griega se le llama el "Logos".
En aquellos tiempos antiguos, incluso una personalidad tan alta como Zoroastro, no poseía una
iniciación tan elevada como para acoger conscientemente lo que entonces se transmitía al hombre, sino
que en su alma se manifestaba, en cierto sentido, un mundo superior, al que ella aun no había ascendido.
Zoroastro fue capaz de dar la enseñanza de Ahura Mazdao, porque a él se le revelaba el aura del Sol y
porque en él resonaba la entidad espiritual de Ahura Mazdao, el Verbo Solar, la aura magna, la luz
cósmica. Cuando el Dios Solar aun no vivía entre los hombres de la Tierra, El se anunciaba a través de
su corporalidad exterior, el Sol mismo, mientras que el Verbo Solar fue mas bien lo interior. Por ello,
 
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astaroth1
view post Posted on 30/4/2016, 23:11




Zoroastro decía a sus discípulos: "Debéis tener presente que detrás de la luz solar física existe una luz
espiritual. Como detrás del hombre físico esta su parte astral, así también se halla el "Aura Magna"
detrás del Sol y el Sol físico es, en cierto sentido, el cuerpo-luz de un Ser que a su tiempo descenderá a
la Tierra. En este cuerpo-luz se halla lo interior-anímico que por la visión clarividente se hace
perceptible. Como por el sonido se expresa lo anímico que le es inherente, así también por el aura solar
se transmite el Verbo Solar, el "Sol-Logos". Esto lo encontramos, como en la fuente primitiva, en el
antiguo Zoroastro, como sabiduría profética con respecto al advenimiento del Aura Solar, del Verbo
Solar. De época en época, los Misterios transmitían esta profecía de la venida del Sol-Logos, del Verbo
Solar, profecía que siempre se mantuvo como la gran esperanza de los que dentro de la evolución de la
humanidad aspiraban a lo espiritual superior. Y los iniciados del Sol que se unieron con la Tierra y que
en verdad eran los enviados del Verbo Solar, del espíritu de la luz solar, del aura del Sol, pudieron dar
las respectivas enseñanzas, cada vez mas exactas. Esto fue la característica de uno de los aspectos de la
tradición de los Misterios. Por otra parte, el hombre debió aprender y también practicar el ascender
hacia lo espiritual que desciende a la Tierra. Pero en la época precristiana no se consideraba posible que
el hombre, como débil individuo, pudiese llegar al grado de desarrollo necesario para unirse con el
supremo ser solar, el Cristo. Es por esta razón que el Evangelio relata que en cierto modo hubo de
recurrir a toda la substancia del pueblo hebreo con el fin de alcanzar la naturaleza de semejante hombre.
Además, en el Evangelio de Lucas se describe que a través de setenta y siete escalones se acrisoló lo
mas selecto de lo que puede haber en un hombre terrestre con el fin de preparar el cuerpo para el ser
supremo que debió descender a la Tierra. Empero, hay que tener presente que, por su grado de desarrollo,
los hombres que recibieron las enseñanzas en los Misterios no poseían la capacidad de
apropiarse de todo cuanto la humanidad, o bien el individuo, puede alcanzar en su evolución. Debido a
ello, los que en los Misterios antiguos se preparaban para alcanzar la iniciación, se dividieron en clases,
según las distintas maneras de acercarse al conocimiento. A unos se les enseñaba de un modo particular
como el hombre debe vivir y desarrollarse exteriormente, con el fin de convertirse en instrumento
apropiado, es decir, de servir de templo para el ser solar. A otros mas bien se les indicaba lo que el
alma, silenciosamente, debe desarrollar en si misma para llegar a comprender y a sentir lo que es el
espíritu solar. Hay que imaginarse que ciertos discípulos en los Misterios debían desarrollar de una
manera bien definida su vida exterior, y desde la primera infancia se cuidaba el desarrollo de su cuerpo,
de manera tal, que finalmente pudiesen llegar a ser portadores o templo del espíritu solar. Así fue en los
tiempos antiguos e incluso es así en nuestros tiempos, si bien dentro de la concepción materialista no se
lo nota. Supongamos que se acerque el momento en que un ser superior ha de descender de esferas espirituales
para dar a la evolución un nuevo impulso. Es la tarea de los iniciados de los Misterios aguardar
tal momento, pues ellos son llamados a leer los signos de cada época. Con quietud y abnegación habían
esperado el momento en que un Dios debió descender de las alturas celestes para impulsar la evolución
de la humanidad. Pero también es tarea de los iniciados observar la humanidad del mundo exterior para
ver si puede hallarse una personalidad apta de acoger en si misma a tal entidad; y si en tal caso se trata
de un ser espiritual particularmente alto, es preciso que desde la primera infancia se cuide el desarrollo
de la persona determinada para servirle de templo. Esto se hace realmente sin que nadie se de cuenta de
ello. Pero, después, en la biografía de esos hombres se notan ciertas regularidades las que, a pesar de
condiciones exteriores diferentes, evidencian determinadas similitudes. Efectivamente, en el curso de la
evolución encuentranse entidades que hasta en la biografía exterior presentan cierta analogía; e incluso
los investigadores modernos se han dado cuenta de ello. En manuales comunes, aunque no los más
profundos, háyanse cuadros concernientes a similitudes en las biografías de tales personalidades. Son
cuadros que se refieren a biografías, como por ejemplo, de Gilgamesh de la antigua Babilonia, de
Moisés, Jesús, San Pablo, etc. Para el pensamiento materialista, las similitudes resultan realmente
asombrosas. Naturalmente, tales científicos llegan a la conclusión de que los respectivos mitos han sido
copiados unos de otros; o sea que el autor de la biografía de Jesús habría copiado de la de Gilgamesh, y
que la de Moisés no sería sino la modificación de una antigua epopeya. Finalmente se llega a la
conclusión de que jamás han existido como personas físicas, ni Moisés, ni Jesús, ni San Pablo. Hasta
tales extremos llega actualmente la ciencia en su interpretación materialista de las cosas. Empero, la
 
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astaroth1
view post Posted on 1/5/2016, 00:04




similitud de las biografías se explica simplemente por el hecho de que semejantes hombres quienes
deben acoger en si mismos a un ser divino, son guiados desde la infancia; y no hemos de extrañarnos de
ello, si comprendemos lo profundo de la evolución de la humanidad y del mundo. ¿ Que se gana por
ejemplo, con verificar que la vida del héroe germano Sigfrido evidencia similitud con la vida de un
héroe griego o cualquier otro? Pues se entiende que tiene que ser así, y nada importa el aspecto de la
vestimenta, sino el hombre que la tiene puesta. En realidad, estas cosas solo las encuentra la
investigación oculta. Desde tiempos remotos existieron en los templos de los Misterios, preceptos
concernientes a lo que debe hacerse con semejantes personas, y también existieron en las comunidades
de los esenios con respecto a Cristo Jesús; preceptos que decían como debían ser las características del
Jesús salomónico y del natanico que habrían de desarrollarse hacia el supremo Ser Solar, el Cristo. Pero
no todos los iniciados poseían la totalidad de los conocimientos, sino que hubo diferentes clases o
categorías de ellos. Hubo iniciados que principalmente sabían bien lo que debía experimentar un ser
humano para hacerse digno de acoger en si mismo al Dios; otros sabían como es el Dios que se
manifiesta en un hombre, o sea, el Dios que aparece como "genio". Pues los genios también ostentan
similitudes cuando se incorporan en el hombre. Hoy día las biografías no se escriben desde el punto de
vista espiritual. Si esto se hiciera, el genio de Goethe, por ejemplo, daría una notable semejanza con los
genios de Dante, Homero, Esquilo. En vez de escribir las biografías en sentido espiritual, hoy día se
compilan los datos insignificantes de la vida exterior de semejantes personalidades, pues esto es lo que
mas interesa a la gente. Así también ocurre con relación a la vida de Goethe, por lo que aun falta la
verdadera descripción del genio de Goethe. Es mas, los críticos reconocen que no son capaces de seguir
la evolución del genio en la personalidad humana, describen entonces preferentemente las obras
juveniles de los poetas y desprecian su posterior desarrollo. Por el hecho de que es muy difícil conocer
lo profundo del problema, se repartía en varias clases el cultivo de este saber: y así se explica que en
ciertas ramificaciones de los Misterios se enseñaba como el hombre se prepara para elevarse hacia el ser
divino, en otras, en cambio, como desciende la luz, el Logos, o verbo solar que se halla en el aura del
Sol. Al hablar del Cristo, se trata del descender mas complicado. Por esto, no seria extraño si mas de
cuatro autores hubiesen sido necesarios para comprender ese grandioso acontecer: lo cierto es que
cuatro se esforzaron en describirlo. Dos de ellos, los autores de los Evangelios de Mateo y de Lucas, se
empeñaron en explicar la característica del desarrollo de ese hombre hacia arriba, hacia el ser solar:
Mateo en cuanto a los cuerpos físico y etéreo: Lucas con respecto al cuerpo astral y el portador del Yo.
Marcos, en cambio, no se ocupa de lo que ascendía hacia el ser solar, sino que describe el aura solar, el
Aura Magna, la luz espiritual que obra por todo el universo y dentro de la figura del Cristo Jesús. Por
consiguiente, empieza con el bautismo en el Jordán, donde desciende la Luz del Universo. En el
Evangelio de Juan se describe el alma del espíritu Solar, el Logos, el Verbo Solar, lo interior. Es por
ello que el Evangelio de Juan es el mas intimo de todos. Así se dividen los hechos y se describe la
entidad complicada del Cristo Jesús, desde cuatro puntos de vista. Los cuatro evangelistas hablan del
Cristo en Jesús de Nazareth, pero cada uno de ellos debe atenerse a su punto de partida, de acuerdo con
su mirada clarividente que le permite describir tan complicada entidad. Recapitulémoslo todo para que
penetre en lo hondo del alma. Mateo debe dirigir la mirada sobre el nacimiento del Jesús salomónico
para averiguar como se preparan las fuerzas de los cuerpos físico y etéreo. Entonces ve que Zoroastro
deja estas envolturas y lleva al organismo de Jesús del Evangelio de Lucas, todo cuanto él ha podido
conquistar hasta ese momento. Después tiene que poner su atención en lo que antes no había descripto,
pero lo sigue principalmente según su punto de partida, es decir, se refiere a la suerte de lo que del Jesús
salomónico ha pasado al Jesús natánico con todas sus conquistas y consecuencias. Dirige la mirada no
tanto sobre lo elemental en el cuerpo astral y el portador del Yo en el Jesús de Lucas, sino sobre lo que
del Jesús salomónico ha pasado al natanico. Y al describir al Ser Solar que desciende, se fija
principalmente en las facultades desarrolladas dentro de los cuerpos físico y etéreo del Jesús
salomónico. Se entiende que esas facultades se manifestaron también en el Cristo, y Mateo sigue
observándolas con particular exactitud, pues para el fueron lo mas importante. El autor del Evangelio de
Marcos, desde el principio dirige la mirada sobre el Espíritu Solar que desciende del cielo. No describe
ningún ser terrestre, sino que la existencia física de ese ser solo le sirve de medio para referirse al obrar
 
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astaroth1
view post Posted on 1/5/2016, 00:48




del Espíritu Solar. A consecuencia de ello resultan semejanzas entre los Evangelios de Mateo y Marcos,
pero desde distintos puntos de vista. Aquel se refiere mas bien a lo característico de las envolturas,
haciendo notar que mas tarde se manifiestan las facultades desarrolladas durante la infanda. El autor del
Evangelio de Marcos, en cambio, hasta en las peculiaridades nos muestra a Jesús en su aspecto físico,
pero solamente para hacer ver como el Espíritu Solar obra sobre la Tierra. Para la verdadera
comprensión de los Evangelios, hay que tener en cuenta que la mirada de cada evangelista siempre se
dirige hacia su respectivo punto de partida. Por consiguiente, el autor del Evangelio de Lucas, especialmente
ha de tener presente lo característico del cuerpo astral y el portador del Yo. Quiere decir: lo que
esa entidad experimenta, no como personalidad física, sino en su cuerpo astral como portador de
sentimientos y sensaciones. El cuerpo astral también es portador de facultades creadoras: la piedad y la
misericordia fluyen del cuerpo astral; y el Cristo precisamente fue ese ser misericordioso, porque poseía
el cuerpo astral del Jesús natanico. Así se explica que desde un principio, Lucas dirige la mirada hacia
la misericordia y todo cuanto Cristo Jesús realiza justamente por tener en si mismo aquel cuerpo astral.
Finalmente, el autor del Evangelio de Juan dirige la mirada hacia el hecho de que lo supremo que obra
sobre la tierra, lo mas intimo del Espíritu Solar, desciende por intermedio de Jesús. Lo que le importa no
es, en primer lugar, la vida física, sino lo supremo, el Sol - Logos puramente. La figura física de Jesús
solo le sirve de apoyo para seguir el obrar del Sol-Logos, dentro de la humanidad. A esto se atiene
desde el principio hasta el fin. Durante el sueño miramos hacia nuestras envolturas exteriores: cuerpo
físico y cuerpo etéreo. En ellos viven todas las fuerzas que nos fueron dadas por entidades divinoespirituales,
las que en el curso de un sinnúmero de millones de años, trabajaron para construir este
templo de nuestro cuerpo físico. En este hemos vivido desde el periodo de la Lemuria, y, cada vez mas,
lo hemos deteriorado. Originariamente nos fue dado a través de los estados planetarios de Saturno, Sol y
Luna. Seres divinos vivían y actúaban en él durante toda esa evolución. De modo que podemos decir:
nuestro cuerpo físico es un templo construido por dioses; ellos lo edificaron de la materia sólida. En
nuestro cuerpo etéreo poseemos las substancias sutiles de nuestra naturaleza humana, pero el hombre no
las ve porque las influencias lucifericas y arimanicas le quitan la capacidad de percibirlas. En el cuerpo
etéreo también vive lo que pertenece al Sol, y desde el Sol resuena la armonía de las esferas, lo que
detrás de lo meramente físico proviene de los dioses. En el cuerpo etéreo viven, pues, supremos dioses
que tienen afinidad con los dioses del Sol. Los cuerpos físico y etéreo representan los principios mas
perfectos de nuestra naturaleza. Durante el sueño, abandonados por nosotros, entidades divinas obran y
tejen en ellos. Hemos dicho que desde el principio el autor del Evangelio de Mateo debió poner su
atención sobre el cuerpo físico del Cristo Jesús, y así debió seguir. Empero, materialmente el cuerpo
físico ya no existía, porque lo había dejado a los doce años de edad. No obstante, las fuerzas divinas
habían pasado al cuerpo físico del Jesús natanico. Y el cuerpo físico de Jesús de Nazareth fue tan
perfecto porque quedó compenetrado de las fuerzas traídas del Jesús salomónico. Imaginémonos ahora
como el autor del Evangelio de Mateo ve a Jesús que muere en la cruz: ese momento también lo
contempla desde el punto de vista que le es propio. Lo espiritual del Cristo deja el cuerpo físico, y con
ello lo divino que había traído. La atención del Evangelista se dirige hacia esta separación: lo interior
del Cristo Jesús se separa de aquel elemento divino en la naturaleza física. Las palabras en los Misterios
antiguos con respecto a la separación de la naturaleza espiritual humana del cuerpo físico, para percibir
el mundo espiritual, siempre rezaban: "Dios mío, Dios mío, ¡como me has glorificado!" El evangelista
las cambia y dice: "Dios mío, Dios mío, ¿por que me has abandonado?", pues fija la atención en este
"abandonar". El autor del Evangelio de Marcos describe como las fuerzas exteriores del Aura Solar se
unen con el cuerpo etéreo. El cuerpo etéreo del Cristo se halla en las mismas condiciones como nuestro
cuerpo etéreo durante el sueño. Como en este caso se separan las fuerzas exteriores, así también salieron
esas fuerzas en el momento de la muerte de Jesús. De ahí se explica la identidad de las palabras en el
Evangelio de Marcos. El autor del Evangelio de Lucas pone la atención en el cuerpo astral y el portador
del Yo, y por esta razón no emplea las mismas palabras. En aquel momento, el cuerpo astral del Cristo
vive la máxima expresión de misericordia y amor. A ello corresponden las palabras: "Padre, perdónales,
porque no saben lo que hacen". Es la palabra de amor que únicamente del cuerpo astral puede emanar.
Así también se manifiesta lo que de humildad y sumisión puede emanar de este cuerpo, y que se expresa
 
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astaroth1
view post Posted on 1/5/2016, 01:29




con las ultimas palabras: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Juan describe lo que el hombre
debe realizar dentro del orden terrenal: el sentido del orden terrenal que reside en el Verbo Solar. Por
ello, Juan pone la atención en lo que desde la cruz de Gólgota fluye como principio ordenador. El
evangelista describe que en ese momento el Cristo indica una fraternidad superior a la que se basa en el
parentesco sanguíneo. Anteriormente la fraternidad residía en la sangre. Maria es la madre que por la
sangre dio vida al hijo, pero el Cristo ordena lo que conduce al amor entre las almas: al discípulo al que
El amaba le da, no la madre por la sangre, sino la madre suya por el espíritu; y así resuena desde la cruz:
"He ahí tu hijo" y "he ahí tu madre". Este sentido ordenador de nuevas comunidades es lo mismo que el
sentido del éter de la vida que ordena la vida y que por el Cristo fluye a la Tierra. Así vemos que los
evangelistas describen el acontecimiento de la venida del Cristo, cada uno de su propio punto de vista.
Por lo tanto, no hay ninguna contradicción en el hecho de que ese supremo acontecimiento se nos relate
desde cuatro lados, sino que esto nos permite conocerlo verdaderamente, si somos capaces de
contemplar los cuatro aspectos en su conjunto. Así también resulta lo mas natural que aquella confesión
de Pedro no pueda configurar sino en el Evangelio de Mateo. Marcos describe al Cristo como Fuerza
Solar, la fuerza cósmica universal del Aura Solar, la que - de una manera nueva - fluye y obra en la
Tierra. Y el Evangelio de Lucas describe especialmente lo interior del Cristo Jesús, el cuerpo astral con
que el hombre vive por si solo, en su propia y mas profunda peculiaridad. Pues en el cuerpo astral no
reside lo que nos hace formar comunidades. La fuerza que conduce a establecer comunidades se halla
en el cuerpo etéreo. Lucas no tiene motivo para hablar de la fundación de una comunidad; ni tampoco lo
tiene el autor del Evangelio de Juan. Mateo, en cambio, describe al Cristo Jesús como hombre, lo que
particularmente le da motivo para referirse a las condiciones que tienen que ver con que Dios apareció
como hombre entre hombres. Por ello debió también tratar lo relativo a las "comunidades humanas".
Así comprenderemos que únicamente en el Evangelio de Mateo figuren esas palabras tan discutidas:
"Tu eres Pedro, y sobre esta piedra edificare mi iglesia" (o comunidad). Actualmente, en las discusiones
de los teólogos concernientes a estas palabras, encuéntrense argumentos bastante extraños, pero
ninguno de ellos comprende su profundo sentido. Quienes las rechazan, lo hacen porque esas palabras
sirvieron para fundar sobre ellas la institución exterior de la Iglesia Católica. Ciertamente, esto puede
ser motivo para abusar de ellas; sin embargo, no prueba que hayan sido insertadas para favorecer dicha
Iglesia. También hay quien dice que el Evangelio de Marcos habría sido el primero de todos y que
Mateo y Lucas habrían copiado de él ciertas partes y, además agregado otras cosas. De esta manera,
Mateo habría insertado las referidas palabras con el fin de dar su apoyo a la comunidad. Si bien existen
textos antiguos que dan lugar a dudas con respecto a ciertos pasajes de las Escrituras, también es cierto
que las palabras en cuestión pertenecen al tesoro mas autentico de los Evangelios, ya que no hay ni
posibilidad filológica de ponerlas en duda. Desde el punto de vista filológico, nada puede oponerse a la
autenticidad de las palabras: "Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente", ni de las otras: "Tu eres
Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella".
Naturalmente, hay que confiar en las personas que conocen los respectivos textos, por haberlos visto en
su origen. Todo esto corresponde a la naturaleza del Evangelio de Mateo. En él notamos que el Cristo
aparece verdaderamente como hombre; y con esta llave en la mano, comprendemos este Evangelio en
todos sus pormenores, incluso en cuanto a las parábolas que el Cristo da a sus discípulos, o bien a otros
oyentes. En la conferencia anterior se ha explicado como el hombre se desarrolla desde abajo hacia
arriba, hasta desenvolver el alma consciente que se abre como una flor, y que el impulso del Cristo sale
a su encuentro. En el curso de cinco culturas se desenvuelven los cinco principios de la naturaleza
humana: cuerpo etéreo, cuerpo astral, alma sensible, alma racional y alma consciente. El hombre los
desarrolla y hace uso de ellos de manera tal que a su tiempo puedan compenetrarse del impulso del
Cristo, con el resultado de que en el futuro todos los hombres puedan participar de las fuerzas del
Cristo. A través de las distintas encarnaciones deben desenvolverse adecuadamente los cinco principios;
de lo contrario, el hombre no podrá recibir al Cristo, porque no habrá echado aceite en su lámpara. Los
referidos cinco principios pueden dejarse sin aceite. A esto se refiere la hermosa parábola en que se
habla de las cinco vírgenes fatuas, las que, por no haber echado a su debido tiempo aceite en las
lámparas, no pueden unirse con el Cristo; pero las cinco vírgenes prudentes que tienen el aceite, si
 
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astaroth1
view post Posted on 5/5/2016, 22:16




pueden unirse, a la hora justa, con el Cristo. Todas las parábolas que se basan en números ilustran el
impulso que el Cristo ha traído a la humanidad. Otro ejemplo: a los que de la enseñanza del Cristo solo
consideraban el aspecto exterior, les hizo presente que en otros casos toman en consideración, no
solamente lo inmediato de su aspecto, lo exterior, sino que lo toman por símbolo de algo distinto. Y, tomando
una moneda, les mostró la efigie del emperador, haciéndoles notar que la moneda, aparte de su
mero aspecto metálico, es expresión de algo particular, a saber: la vinculación con un determinado
soberano. "Dad pues a Cesar lo que es de Cesar; esto lo dice la efigie, no el metal". Con ello quiso
decirles: de la misma manera aprended a considerar al hombre y su valor intrínseco, como portador y
templo del Dios viviente. Contemplad al hombre de la misma manera como contempláis la moneda. Si
aprendéis a reconocer en el hombre la imagen de Dios, sabréis que el hombre pertenece a Dios. Todas
estas parábolas tienen un sentido mas profundo de lo que comúnmente son interpretadas, pues el Cristo
no las da como a menudo se emplean en nuestro tiempo periodístico, sino de manera tal que concuerdan
con lo intimo de la naturaleza humana; y si el hombre las profundiza en este sentido, se vera obligado a
desempeñar sus quehaceres como las circunstancias, en cada caso, lo requieren. Así también habría que
enseñar al hombre como debería emplear su facultad mental para no caer en lo absurdo. Hablar de
"Mitos del Sol" referente a Buda, Cristo, etc. es un método por el cual se emplean de una manera
exterior, imágenes míticas, constelaciones celestes, etc. en relación a grandes acontecimientos, con el
fin de sostener cualquier cosa. Si se afirma, por ejemplo, que la vida del Cristo tiene el significado de un
Mito del Sol, y si con esto se quiere comprobar que Cristo Jesús no vivió, también se puede comprobar,
mediante semejante método, que no existió Napoleón. Y esto se logra muy fácilmente, diciendo:
"Napoleón tiene el nombre del Dios Solar Apolon. En la lengua griega la "N" antepuesta no significa
una negación, sino un aumento. De esto resulta que Napoleón – N’Apolon significaría algo así como
"Super-Apolon". Además, puede descubrirse una notable afinidad fonética entre Leticia, la madre de
Napoleón, y Leto, la madre de Apolo. Finalmente, puede sostenerse que en torno del Sol, Apolo, hay
doce constelaciones las que podemos comparar con los doce mariscales de Napoleón; y estos no son
sino símbolos de las doce constelaciones zodiacales alrededor del Sol. Tampoco es casual que el héroe
del Mito de Napoleón haya tenido seis hermanos, por lo que Napoleón con sus hermanos y hermanas, al
igual que los planetas, suman siete; con lo cual se prueba que Napoleón no existió. Por métodos
análogos se prueba que Jesús jamás vivió. Estas cosas nos hacen ver, por cierto, que es necesario estar
preparado, interiormente preparado, para contemplar lo que los Evangelios nos dicen acerca del mas
supremo acontecimiento del mundo. Y hemos de ver claramente que el movimiento teosófico tampoco
estuvo exento del juguetear con toda clase de símbolos tornados del mundo de las estrellas. En contraste
a ello, hemos demostrado en este ciclo de conferencias como, con respecto a los grandes
acontecimientos de la evolución, los que realmente conocieron la verdad, emplearon en forma correcta
el lenguaje cósmico-estelar. Con semejante preparación es preciso acercarnos al contenido de los
Evangelios. Hemos hablado del bautismo en el Jordán y del relato acerca de la vida y la muerte del
Cristo, con relación a las dos etapas de la iniciación. Ahora hemos de agregar que el Cristo, después de
haber conducido a los discípulos al elevarse al macrocosmos en virtud de lo mas intimo de la naturaleza
humana, como asimismo a la visión mas allá de la muerte, no les habla de la resurrección en el sentido
trivial como muchas veces se la interpreta. Antes bien, concuerda con el verdadero sentido del
Evangelio de Mateo, como asimismo con lo expuesto en el Evangelio de Juan, el que la palabra de San
Pablo expresa la verdad: a través de lo acontecido acerca de Damasco, el vio al Cristo Resucitado. Y el
hace notar explícitamente haber experimentado lo mismo que los demás, es decir, los doce y los
quinientos que lo habían vivenciado a un mismo tiempo. San Pablo vio al Cristo como esos otros lo
habían visto después de la resurrección. Esto se indica claramente al relatarse en el Evangelio que Maria
Magdalena, después de haberle visto pocos días atrás, ve al Cristo después de la resurrección y, al no
reconocerle, lo toma por el jardinero. Esto no se explicaría si el Cristo realmente se le hubiese aparecido
igual que pocos días atrás; por lo tanto no cabe duda de que efectivamente se había producido un
cambio. Examimindolos exactamente, los Evangelios nos conducen a comprender que como resultado
de lo sucedido en Palestina y del Misterio de Gólgota, se les abrieron los ojos a los discípulos para
reconocer en el Cristo al Espíritu que teje y obra en el mundo, como El fue después de haber entregado
 
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astaroth1
view post Posted on 5/5/2016, 23:01




a la Tierra su cuerpo físico, pero obrando en ella con las mismas fuerzas que cuando en este estaba. Esto
también lo evidencia el Evangelio de Mateo, con las palabras mas significativas de las que en las
Escrituras puedan encontrarse. Nos indica claramente: estuvo una vez el Cristo en un cuerpo físico
humano, lo que no solo fue un acontecimiento, sino una causa, un impulso; y de este impulso emana un
efecto. Por la vida del Cristo Jesús, el Verbo Solar, el aura solar, de la cual había hablado Zoroastro
como de algo fuera de la Tierra, se ha convertido en entidad unida con la Tierra, y que con ella quedará
unida para siempre. Se ha unido con la Tierra, lo que antes no estaba vinculado con ella. Como
antroposofos hemos de comprender este hecho: que el Cristo resucitado, como espíritu, se había hecho
perceptible para los ojos clarividentes de los discípulos, y que, como espíritu que teje en la existencia
terrestre, les había dicho: "id y enseñad a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo y enseñadles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí, yo
estoy con vosotros todos los días hasta el fin de la existencia de la Tierra." Por la ciencia espiritual
hemos de comprender que en aquel entonces se dio comienzo a que el aura solar haya quedado unida
con el aura terrestre; y que esto es perceptible para el ojo espiritual abierto; además, que esta aura solar,
dentro del aura terrestre, como San Pablo la vio, es audible cuando se abre nuestro oído interior, para oír
el Verbo Solar, tal como se hizo audible para Lázaro, quien por el Cristo mismo ha sido iniciado. La
ciencia espiritual es interpretadora de lo acontecido con respecto a la evolución espiritual del mundo. En
este sentido, ella realmente fundará lo que también el Cristo, precisamente en sentido del Evangelio de
Mateo, había querido fundar. Un pasaje del Evangelio de Mateo, por lo general se traduce en forma
totalmente errónea; me refiero a la maravillosa palabra: "No he descendido a la Tierra para de ella quitar
la paz, sino para arrojar la espada". Lamentablemente, en el curso del tiempo, esta maravillosa palabra
de paz se ha retorcido en lo contrario. La entidad del Cristo se ha impregnado en la existencia espiritual
de la Tierra, con el fin de librarla paulatinamente de todo lo que a la humanidad trae discordia y
desavenencia; y la ciencia espiritual traerá la paz por medio del cristianismo que reúne a todas las
religiones. Ella establecerá la paz en todo el orbe, si realmente comprende lo realizado por el
pacificador mas grande de todos los tiempos. No se procede en el sentido de este pacificador, si
hombres fanáticos imponen un cristianismo coartado, a otros pueblos en los cuales no rige ninguna de
las condiciones apropiadas a la forma del cristianismo establecido en otras partes del mundo. Se comete
un grave error, si se trata de trasladar al Oriente el cristianismo occidental de nuestros tiempos. Muchas
veces hemos señalado que el Cristo no pertenece únicamente a los "cristianos", sino que se trata de la
misma entidad a que Zoroastro aludía al hablar de Ahura Mazdao, y que para los Siete Rishis de la India
era el Vishva Karman. Al encontrarnos en Occidente sabemos que se trata del Cristo cuando en Oriente
se emplean otros nombres. Nuestra comprensión del Cristo ha de ser compatible con la evolución y el
ulterior progreso de la humanidad, y sabemos que otros pueblos no cristianos nos comprenderán si les
hablamos de Vishva Karman y de Ahura Mazdao en el correcto sentido cristiano; y que ellos llegarán
por si mismos a la comprensión del Cristo. Si en un momento dado tuviésemos que convencernos de
que a la entidad del Cristo habría que darle otro nombre, lo haríamos sin vacilar, puesto que solo
buscamos la verdad y no nuestra predilección por encontrarnos en determinado lugar y por pertenecer a
determinado pueblo. En otras naciones también puede encontrarse al Cristo, pero hay que estudiar su ser
por los medios que fluyen de El mismo. Empleando nombres orientales no se comprende al Cristo, pues
se desvía la atención y no se lo ve, aunque se piense verlo. Los conceptos orientales tienen su origen en
el pasado y no alcanzan para comprender al Cristo, puesto que esto no es posible dentro de la evolución
a que pertenecieron Abraham y luego Moisés. Pero en Moisés hemos de buscar la influencia de
Zoroastro, y a este no hay que buscarle en las antiguas escrituras del zaratustrismo, sino a través de su
reencarnación en Jesús de Nazareth. Lo importante es fijarse en la evolución. Lo mismo ocurre con el
Buda: a él hemos de buscarlo, no en el sitio en que se encontraba seis siglos antes de nuestra era, sino en
donde lo describe el Evangelio de Lucas, cuando resplandece en el cuerpo astral del Jesús natanico: allí
lo tenemos y aprendemos a conocerle en su progreso. Esto nos hace ver que las religiones realmente
concuerdan y que obran en su conjunto para favorecer el progreso de la humanidad. No basta con que
hablemos de principios antroposóficos, sino que los transformemos en sentimientos vivientes; y que
tampoco hablemos meramente de tolerancia, mientras somos intolerantes. Para ser tolerantes, debemos
 
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astaroth1
view post Posted on 5/5/2016, 23:35




medir cada cosa con su propia medida y comprenderla según su propio ser. Cuando estudiamos los
Evangelios, encontramos distintas verdades en cada uno de ellos, y cuando nosotros mas tarde estudiaremos
el Evangelio de Marcos, encontraremos una intima cosmología, puesto que la naturaleza de
Ahura Mazdao, que obra a través de todos los espacios, puede especialmente describirse en relación con
el Evangelio de Marcos; de una manera similar a como en el Evangelio de Mateo se nos revelaron los
secretos de la sangre humana y las leyes hereditarias del individuo en relación a la característica de un
pueblo. Lo expuesto en este ciclo de conferencias, deberá tomarse como un aspecto del magno
acontecimiento de Palestina, y hay que tener presente que aun no se ha dicho todo. Puede ser que
todavía no haya llegado el tiempo en que se pueda decir todo lo que es posible decir - incluso en el
circulo mas pequeño - acerca de estos grandes misterios. No obstante, lo mejor que de lo ya expuesto
puede fluir, consiste en que lo acojamos no solo con el intelecto, sino que lo vinculemos con las fases
mas intimas de nuestra alma, con nuestro animo y lo profundo de nuestro corazón y que, ante todo,
tome vida en nosotros. Las palabras de los Evangelios, si las acogemos con el corazón, y si las
comprendemos realmente, se transforman en nosotros en fuerzas que nos compenetran y que desarrollan
una singular fuerza vital. Esta fuerza vital la llevamos con nosotros y en la vida la hacemos efectiva.
Ahora, al concluir este ciclo de conferencias, quisiera agregar unas palabras especiales con relación a
este humanamente mas bello documento de las escrituras del cristianismo, el Evangelio de Mateo. ¿
Que es lo que particularmente se nos presenta en este Evangelio que desde el principio pone la atención
en la naturaleza humana del Cristo Jesús? Por mas grande que consideremos la distancia entre cualquier
hombre de la tierra y aquel hombre que en si mismo acogió al Cristo, se nos presenta en el Evangelio de
Mateo - si lo tomamos con humildad - lo que un hombre vale y de que un hombre es digno. Y por mas
distante que nuestra propia naturaleza se halle de la naturaleza de Jesús de Nazareth, podemos, no
obstante, decir: llevamos en nosotros la naturaleza humana y ella se presenta así que puede acoger en si
misma al Hijo de Dios, al hijo del Dios viviente; además, que de ello surge la promisión de que el Hijo
de Dios quedará unido con la existencia espiritual de la Tierra y que, cuando la Tierra habrá llegado al
fin de su evolución, todos los hombres quedarán compenetrados de la substancia y de la naturaleza del
Cristo, en la medida en que ellos mismos verdaderamente quieran alcanzarlo. Pero solo con humildad
podemos aspirar a este ideal. Si no lo albergamos con humildad, nos tornará orgullosos y altaneros,
pensando únicamente en lo que como hombres podríamos ser, y sin acordarnos de cuan poco hemos
sido capaces de realizar. Si lo vivenciamos y lo comprendemos con humildad, este ideal se nos
presentará tan grandioso y majestuoso que su mismo resplandor nos obliga a la humildad. Si nos compenetramos
de su verdad, la fuerza en nosotros, por pequeña que sea, nos conducirá cada vez mas a lo
alto, hacia nuestra meta divina. En el drama misterio ("El Portal de la iniciación") encontramos todo lo
necesario para comprender estas verdades: primero la escena en que Juan Tomasio se siente anonadado,
bajo la impresión de la palabra "Oh hombre, conócete a ti mismo"; y después, cuando jubilosamente es
elevado a las vastedades cósmicas, bajo la impresión de la otra palabra "Oh hombre, vivénciate a ti
mismo". Esto también nos hará comprender la majestuosidad y la grandeza que se nos presenta en el
Jesús del Evangelio de Mateo y que nos obliga a la humildad, haciéndonos consientes de nuestra
pequeñez; pero que también nos hace ver la intima verdad y realidad que nos salva del abismo de esta
pequeñez, frente a lo que debemos ser y lo que podemos llegar a ser. Si el conocimiento tiende a
causarnos el anonadamiento, frente a lo que en el hombre aparezca como grandeza divina, y si, por otra
parte, tenemos la buena voluntad de vivenciar algo del impulso divino, del "Hijo del Dios viviente",
entonces debemos acordarnos del Cristo Jesús quien, en la esfera en que como hombres, podemos
vivenciar el yo del que el Cristo es el verdadero y supremo representante, nos ha inculcado en el animo
lo que se expresa en forma concisa con las palabras, valederas para todos los tiempos venideros, "¡Oh
hombre, vivénciate a ti mismo!". Por su contenido humano, el Evangelio de Mateo es el mas cercano a
nuestro propio ser; y si así lo comprendemos, nos dará valentía, fuerza y esperanza en la vida e incluso
para el cumplimiento de nuestras actividades cotidianas.

FIN
 
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82 replies since 26/3/2016, 03:12   1651 views
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