INQUISIDORES, INQUISICION

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satanas1
view post Posted on 9/2/2008, 19:12




10.-Inquisicion-galileo

Inquisidor (del latín inquirere < quaerere, "buscar", aquel que "busca" o "inquiere") era la denominación con que se designaba a cada uno de los tres jueces de la Inquisición, un tribunal y organización creada para extirpar la herejía religiosa, la heterodoxia ideológica y otros asuntos rechazados por la Iglesia Católica mediante la censura o expurgo (libros, comedias etc...), el castigo jurídico (multa, confiscación, sambenito) o la ejecución por la hoguera (reos rebeldes), en efigie (reos huidos o desaparecidos), por la horca (reos de condición humilde reconciliados) o por el hacha (reos de elevada condición social).

La Inquisición fue creada por Domingo de Guzmán, el fundador de los dominicos y desde los Estados Pontificios fue implantada durante un tiempo más o menos largo o con más o menos rigor según el país europeo o la colonia de que se tratara; en España, por ejemplo, duró mucho tiempo. Al inquisidor jefe de cada nación se le llamaba Inquisidor General. Los inquisidores tenían formación jurídica y como tales no se dejaban influir fácilmente por prejuicios populares, por lo cual raramente procedían a quemar brujas, costumbre más bien propias de ambientes rurales e iletrados. Su labor era principalmente castigar el delito ideológico y teológico y reprimir la heterodoxia.

Cada tribunal estaba formado por tres jueces, que elaboraban un sumario secreto en el que estaba prohibido informar al demandado de qué delito contra la fe se le acusaba. Conforme la Inquisición fue agotando su cometido, se le ampliaron sus funciones, al menos en España, en persecución de pederastas, homosexuales y protestantes de otras naciones, a veces acercándose a funciones políticas más cercanas a las de un servicio de contraespionaje o contrainteligencia.

Había distintos tipos de funcionarios inquisitoriales: teólogos calificadores, familiares o fiscales denunciantes y alguaciles. Había, asimismo, fiscales y defensores.

Edited by astaroth1 - 28/2/2016, 05:13
 
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belzebuth666
view post Posted on 9/2/2008, 19:14




El inquisidor general o gran inquisidor (en latin: inquisitor Generalis) fue la máxima autoridad oficial de la Inquisición española. El más famoso fue probablemente el español Tomás de Torquemada, religioso dominico.

Los siguientes personajes desempeñaron el cargo de inquisidores generales entre 1483 y 1834:

Tomás de Torquemada (1483-1498)[1]
Diego de Deza, arzobispo de Sevilla (1498-1507). Renunció.
Francisco Jiménez de Cisneros: sólo en la Corona de Castilla (1507-1517), cardenal y arzobispo de Toledo.
Juan Enguera: sólo en la Corona de Aragón (1507-1513), obispo de Vich.
Luis Mercader: sólo en la Corona de Aragón (1512-1516), obispo de Tortosa.
Adriano de Utrecht: sólo en la Corona de Aragón (1516); inquisidor general de Castilla y Aragón (1518-1522), cardenal y obispo de Tortosa.
Alfonso Manrique (1523-1538), arzobispo y cardenal de Sevilla.
Juan Pardo de Tavera (1539-1545), arzobispo de Toledo.
Francisco García de Loaysa (1546), arzobispo de Sevilla.
Fernando Valdés (1547-1566), arzobispo de Sevilla. Renunció en 1566.
Diego de Espinosa (1567-1572), obispo de Sigüenza.
Gaspar de Quiroga (1573-1594), cardenal y arzobispo de Toledo.
Jerónimo Manrique de Lara (1595), obispo de Ávila.
Pedro de Portocarrero (1596-1599), obispo de Calahorra y Córdoba. Renunció.
Fernando Niño de Guevara (1599-1600), cardenal y arzobispo de Sevilla. Renunció.
Juan de Zúñiga (1602), obispo de Cartagena.
Juan Bautista de Acevedo (1603-1608), arzobispo in partibus infidelium.
Bernardo de Sandoval y Rojas (1608-1618), Cardenal y Arzobispo de Toledo.
Luis de Aliaga (1619-1621), confesor real. Renunció.
Andrés Pacheco (1622-1626), obispo de Cuenca.
Antonio de Zapata (1627-1632), cardenal y arzobispo de Burgos. Renunció.
Antonio de Sotomayor (1632-1643), arzobispo de Damasco.
Diego de Arce y Reinoso (1643-1665), obispo de Plasencia.
Pascual de Aragón (1665), arzobispo de Toledo. Renunció.
Juan Everardo Nithard S.J. (1666-1669), confesor del rey, cardenal y arzobispo de Edesa. Renunció.
Diego Sarmiento de Valladares (1669-1695), obispo de Plasencia.
Juan Tomás de Rocabert (1695-1699), arzobispo de Valencia.
Baltasar de Mendoza y Sandoval (1699-1705), obispo de Segovia. Renunció.
Vidal Marín (1705-1709), obispo de Ceuta.
Antonio Ibañes de la Riva Herrera (1709-1710), arzobispo de Zaragoza.
Francisco Giudice (1711-1716), cardenal. Renunció.
José de Molines (1717), auditor de la Rota romana.
Felipe de Arcemendi (1718), propuesto por Felipe V, no llegó a tomar posesión del cargo.
Diego de Astorga y Céspedes (1720), obispo de Barcelona. Renunció.
Juan de Camargo (1720-1733), obispo de Pamplona.
Andrés de Orbe y Larreátegui (1733-1740), arzobispo de Valencia.
Manuel Isidro Manrique de Lara (1742-1746), arzobispo de Santiago.
Francisco Pérez de Prado y Cuesta (1746-1755), obispo de Teruel.
Manuel Quintano Bonifaz (1755-1774), arzobispo de Farsala. Renunció.
Felipe Beltrán (1775-1783), obispo de Salamanca.
Agustín Rubín de Ceballos (1784-1793), obispo de Jaén.
Manuel Abad y Lasierra (1793-1794), obispo de Astorga y arzobispo de Selimbria.
Francisco Antonio Lorenzana (1794-1797), cardenal arzobispo de Toledo. Renunció.
Ramón José de Arce (1798-1808), arzobispo de Burgos y Zaragoza. Renunció.
Francisco J. Mier y Campillo (1814-1818), obispo de Almería.
Jerónimo Castellón y Salas (1818-1820), obispo de Tarazona.
 
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satanas1
view post Posted on 9/2/2008, 19:16




El término Inquisición (latín: Inquisitio Haereticae Pravitatis Sanctum Officium) hace referencia a varias instituciones dedicadas a la supresión de la herejía en el seno de la Iglesia Católica. La Inquisición medieval, de la que derivan todas las demás, fue fundada en 1184 en la zona de Languedoc (en el sur de Francia) para combatir la herejía de los cátaros o albigenses, que en 1249, se implantó también en el reino de Aragón (fue la primera Inquisición estatal) y que en la Edad Moderna, con la unión de Aragón con Castilla, fue extendida a ésta con el nombre de Inquisición española (1478 - 1821), bajo control directo de la monarquía hispánica, cuyo ámbito de acción se extendió después a América; la Inquisición portuguesa (1536 - 1821) y la Inquisición romana (1542 - 1965).

En los inicios de la Iglesia la pena habitual por herejía era la excomunión. Cuando los emperadores romanos convierten el cristianismo en religión estatal en el siglo IV, los herejes empiezan a considerarse enemigos del Estado. En su momento San Agustín aprobó con reservas la acción del Estado contra los herejes, aunque la Iglesia en general desaprobaba en ese momento los castigos físicos.

En el siglo XII, en respuesta al resurgimiento de la herejía de forma organizada, se produce en el sur de Francia un cambio de opinión dirigida contra la doctrina albigense, la cual no coincidía con los puntos de vista de la iglesia en relación al matrimonio y otras instituciones de la sociedad. Como reacción el papa Inocencio III organiza una cruzada contra los albigenses promulgando una legislación punitiva contra ellos. Sin embargo, los esfuerzos iniciales destinados a someter la herejía no estuvieron bien coordinados y fueron ineficaces.

Aunque el procedimiento inquisitorial como medio para combatir la herejía es una práctica antigua de la Iglesia católica, la Inquisición medieval fue establecida en 1184 mediante la bula del papa Lucio III Ad abolendam, como un instrumento para acabar con la herejía cátara. Fue el embrión del cual nacería el Tribunal de la Santa Inquisición y del Santo Oficio. El castigo físico a los herejes fue asignado a los laicos. Mediante esta bula, se exigía a los obispos que interviniesen activamente para extirpar la herejía y se les otorgaba la potestad de juzgar y condenar a los herejes de su diócesis.

En su primera etapa (hasta 1230), se denomina "Inquisición episcopal", porque no dependía de una autoridad central, sino que era administrada por los obispos locales. En 1231, ante el fracaso de la Inquisición episcopal, Gregorio IX, mediante la bula Excommunicamus, creó la "Inquisición pontificia", dirigida directamente por el Papa y dominada por los dominicos. En 1252, el papa Inocencio IV en la bula Ad extirpanda autorizó el uso de la tortura para obtener la confesión de los reos. En ningún caso podía mutilarse al reo ni poner en peligro su vida. Las penas eran variables. Los herejes relapsos eran entregados al brazo secular para la ejecución de la pena de muerte.

La Inquisición pontificia funcionó sobre todo en el sur de Francia y en el norte de Italia. En España, existió en la Corona de Aragón, pero no en la de Castilla.

 
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nubarus
view post Posted on 9/2/2008, 19:16




La Inquisición Española fue creada en 1478 por una bula papal con la finalidad de combatir las prácticas judaizantes de los judeoconversos españoles. A diferencia de la Inquisición medieval, dependía directamente de la corona española. Se implantó en todos los reinos de España, en Sicilia y Cerdeña (que entonces formaban parte de de la Corona de Aragón) y en los territorios de América (hubo tribunales de la Inquisición en México, Lima y Cartagena de Indias. La Inquisición se convirtió en la única institución común a todos los españoles, con excepción de la propia Corona, a quien servía como instrumento del poder real: era un organismo policial interestatal, capaz de actuar a ambos lados de las fronteras entre las coronas de Castilla y Aragón, mientras que los agentes ordinarios de la Corona no podían rebasar los límites jurisdicionales de sus respectivos reinos.

 
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satanas1
view post Posted on 9/2/2008, 19:17




La historia de la Inquisición española puede resumirse en las siguientes etapas:

Fundación (1478 a 1530): gran actividad. Objetivo principal: los conversos y otros herejes, los focos protestantes de la Universidad de Alcalá de Henares y de Sevilla. Periodo de severas penas.
Decaída (1530 a 1640). La actividad del tribunal fue menor, salvo un pequeño rebrote durante el reinado de Felipe II. El Santo Oficio se hizo más burocrático. El objetivo principal en esta época fueron los cristianos nuevos y la censura de libros a causa de la represión ideológica derivada del Concilio de Trento. Empezó una represión contra los erasmistas (Carlos I era erasmista). La falta de reos hizo a los inquisidores extender su jurisdicción a causas relativas a sodomía y se encargó de vigilar estrechamente las actividades de los extranjeros relacionadas con delitos ideológicos y de fe.
Rebrote (1640 a 1660). Se reinició la actividad, principalmente sobre conversos o cristianos nuevos.
Disolución (1668 a 1834): inactividad cada vez mayor. El tribunal se limitó a coartar la libertad de expresión y a impedir la propagación de las ideas ilustradas o excesivamente progresistas.
El maestro valenciano Cayetano Ripoll, acusado de deísta, fue el último condenado a muerte por el tribunal y ejecutado, en julio de 1826, sin que, según Modesto Lafuente (Historia de España, 19: 140 y ss.), se hubiera escuchado su testimonio ni hubiera recibido asistencia de abogado. Las reacciones en Europa de la opinión pública y los gobiernos conservadores, incitaron a Fernando VII a marcar distancia con el suceso y acercaron el final de la institución.
La Inquisición española no fue abolida definitivamente, durante el gobierno de Martínez de la Rosa, hasta julio de 1834, aunque pudo tener alguna vigencia todavía en los territorios dominados por los carlistas, que propugnaban su reimplantación.

 
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astaroth1
view post Posted on 9/2/2008, 19:18




La Inquisición española estaba dirigida por el Consejo de la Suprema, que elaboraba instrucciones para los tribunales, examinaba informes de las vistas, ordenaba inspecciones, revisaba causas, y actuaba como tribunal para los miembros del Santo Oficio que hubiesen cometido algún crimen. Su presidente era el Inquisidor general. Los demás eran prelados, letrados e inquisidores provinciales designados por el rey.

Los tribunales que juzgaban a los reos estaban formados por tres inquisidores, la gran mayoría clérigos seculares con sesuda formación jurídica, además de otros funcionarios como fiscales, secretarios, alguaciles, notarios e incluso la oscura figura de un defensor del reo, cuyo papel se limitaba por lo general a asesorar a éste en cuestiones de procedimiento.

Colaboraban también en la actividad inquisitorial los familiares, servidores laicos del Santo Oficio que tenían ciertos privilegios (estaban exentos de contribuciones fiscales, podían ir armados y poseían privilegio de jurisdicción) y cuyo prestigio social venía del hecho de que ser familiar del Santo Oficio era una prueba de limpieza de sangre.

Al llegar a una población se proclamaban dos edictos, el "edicto de fe", obliga a los fieles, bajo pena de excomunión, a denunciar a los herejes y cómplices, y el "edicto de gracia", en que el hereje, en un plazo de quince a treinta días, podía confesar su culpa sin que se le aplicase la confiscación de sus bienes, la prisión perpetua ni la pena de muerte. Esto provocaba autoinculpaciones, pero también numerosas delaciones, protegidas por el anonimato. Los denunciados no conocían en ningún momento de qué se les acusaba. El secreto sumarial con que el Santo Oficio llevaba sus procesos, con el fin de evitar represalias, provocaba un gran temor en la población y convertía a cualquier ciudadano en un posible delator o colaborador del tribunal. Por otra parte, los acusados tienen derecho a proporcionar previamente el nombre de los que tendrían un motivo para perjudicarles, lo que constituye un modo de recusar su denuncia. En caso de falso testimonio, la sanción equivale al castigo previsto para el acusado. El primer interrogatorio tiene lugar en presencia de un jurado local constituido por clérigos y laicos cuya opinión se escucha antes de promulgar la sentencia. Con el fin de evitar represalias, el nombre de los acusadores es secreto, pero el inquisidor debe comunicarlo a los asesores del juicio que deben controlar e investigar la veracidad de las acusaciones. Si el acusado mantiene sus negativas, sufre un interrogatorio completo cuyo fin es el de recibir su confesión. En 1235, el concilio regional de Narbona pide que la condenación sea decidida exclusivamente a la vista de pruebas irrefutables bajo el pensamiento que más vale soltar a un culpable que condenar a un inocente.

El detenido era encarcelado en una cárcel especial. Se secuestraban sus bienes para su mantenimiento y los gastos de su proceso. Incomunicado, el reo ignoraba a menudo por completo los cargos que se le imputaban. El proceso consistía en una serie de audiencias en que se escuchaba a los denunciantes y al acusado. Este último contaba con un abogado defensor, que no la defendía sino meramente le amonestaba a que confesase sus culpas o le asesoraba en cuestiones de procedimiento. Para obtener la confesión se podía utilizar la coacción; ya sea mediante la prolongación de la prisión(carcer durus), ya sea por la privación de alimentos, o bien, en útlimo lugar, por la tortura. Durante mucho tiempo la iglesia fue hostil a ello. En 886, el papa Nicolás I declaraba que este método "no era admitido ni por las leyes humanas ni por las leyes divinas, pues la confesión debe ser espontánea". En el siglo XII, el decreto de Graciano, una recopilación de derecho canónico, repite esta condena. Pero en el siglo XIII, el desarrollo del derecho romano provoca el restablecimiento de la tortura en la justicia civil. En 1252, Inocencio IV autoriza su uso por los tribunales eclesiásticos, con condiciones muy concretas no existentes en los tribunales civiles: la víctima no debe correr riesgo ni de mutilación ni de muerte; el obispo del lugar debe dar su consentimiento; y la confesión obtenida debe ser reiterada libremente para ser válida.

Al final, y después de consultar al jurado, el proceso podía terminar con la libre absolución (en pocos casos), con la suspensión del proceso o con una condena. La condena podía ser leve o vehemente. En el primer caso el castigo podía ser una multa, una reprensión y llevar un sambenito para que la gente supiese que había sido penitenciado por el Santo Oficio y prestase atención a lo que decía por si volvía a cometer herejía. En el segundo caso, era, según la fórmula, "relajado al brazo secular", esto es, entregado a la jurisdicción ordinaria para su ejecución. Si el reo a ajusticiar se arrepentía, se le ahorcaba (baja condición social) o se le degollaba (alta condición social); si no abjuraba de sus errores, se le quemaba vivo. Los procesos podían hacerse también en ausencia del reo, de forma que si se sentenciaba al mismo a la máxima pena, se les podía quemar en efigie, en forma de un muñeco con sus rasgos. Si el reo había muerto ya, se desenterraban sus huesos y se quemaban. Eso pasó, por ejemplo, con los padres del humanista Juan Luis Vives.

Las ejecuciones se realizaban en los autos de fe, actos públicos en los que se buscaba la ejemplaridad del castigo y que terminaron convirtiéndose en aparatosos festejos.

 
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satanas1
view post Posted on 9/2/2008, 19:20




La Inquisición romana, también llamada Congregación del Santo Oficio, fue creada en 1542, ante la amenaza del protestantismo, por el Papa Pablo III. Se trataba de un organismo bastante diferente de la Inquisición medieval, ya que era una congregación permanente de cardenales y otros prelados que no dependía del control episcopal. Su ámbito de acción se extendía a toda la Iglesia Católica. Su principal tarea fue mantener y defender la integridad de la fe, y examinar y proscribir los errores y falsas doctrinas.

Al comienzo, la actividad de la Inquisición romana se restringió a Italia, pero cuando Gian Pietro Caraffa fue elegido Papa, como Pablo IV, en 1555, comenzó a perseguir a numerosos sospechosos de heterodoxia, entre los que se encontraban varios miembros de la jerarquía eclesiástica, como el cardenal inglés Reginald Pole.

En 1600 fue juzgado, condenado y ejecutado el filósofo Giordano Bruno. En 1633 fue procesado y condenado Galileo Galilei.

En 1965 el papa Pablo VI reorganizó el Santo Oficio, denominándolo Congregación para la Doctrina de la Fe.

En Portugal, donde se habían refugiado numerosos judíos españoles luego de la expulsión de 1492, el rey Manuel I, presionado por sus suegros, los Reyes Católicos, decretó la expulsión de los judíos que no se convirtieran al cristianismo en 1497. Esto produjo numerosas conversiones al catolicismo.

La Inquisición portuguesa fue establecida en Portugal en 1536 por el rey Juan III. En un principio, la Inquisición portuguesa estaba bajo la autoridad del papa, pero en 1539, el rey nombró inquisidor mayor a su propio hermano, Don Enrique. Finalmente, en 1547, el papa terminó aceptando que la Inquisición dependiese de la corona portuguesa.

El primer auto de fe tuvo lugar en Lisboa el 20 de septiembre de 1540.

En 1560 se estableció un tribunal de la Inquisición en Goa.

La Inquisición portuguesa fue abolida por las Cortes Generales en 1821.

 
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belzebuth666
view post Posted on 9/2/2008, 19:20




Recientemente se publicó "Las actas del simposio internacional: La inquisición", gracias a la apertura de los archivos secretos de la Congregación para la Doctrina de la Fe (el antiguo Santo Oficio) ordenada por Juan Pablo II en 1998. En estas actas se recogen toda la documentación sobre los procesos inquisitoriales en la Europa católica donde regía el Vaticano en el campo espiritual. Desmitifíca una parte del genocidio en países como España por brujería, exagerados por la exitosa campaña protestante (ver Leyenda Negra de la Inquisición Española) para mejorar su oposición al Imperio Español de la época.

Primero habría que comentar que se inició como un fenómeno popular, la aparición de la figura de la bruja poseída por el diablo, y así se irían ajusticiando por la población local. En 1484, cuando Inocencio VIII da por oficial la existencia de la brujería por medio de la bula Summis desideratis affectibus:

Ha llegado a nuestros oídos que gran número de personas de ambos sexos no evitan el fornicar con los demonios, íncubos y súcubos; y que mediante sus brujerías, hechizos y conjuros, sofocan, extinguen y hacen perecer la fecundidad de las mujeres, la propagación de los animales, la mies de la tierra.

 
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satanas1
view post Posted on 9/2/2008, 19:21




En España, durante los tres siglos que dura especialmente, prácticamente la mayoría de los casos se someten al proceso de la Inquisición local de forma regulada y documentada. Aunque sería el último país en abandonar la cruel figura de la Inquisición, ya hacía mucho tiempo que no ejecutaba a muerte a supuestas brujas; se ejecuta a la última en 1611, la adolescente catalana Magdalena Duer. Los últimos casos son en uno de los cantones suizos con Anne Goldin en Glarus, 1782 (es la última ejecución en Europa occidental) o en Polonia en 1793.

Además en el caso español a diferencia de otros países europeos como Alemania o Reino Unido, los juicios por brujería de la Inquisición eran juicios con un proceso legal, documentados y organizados por el estado aunque todos los países usaron la tortura como medio habitual. La pena más común era la abjuración de levi, con destierro de seis años de la ciudad donde viviera, la absolución era frecuente. Era significativa la suposición de que las supuestas brujas habían bebido vino y estaban enfermas de modorra. Con la confesión del brujo, la inquisición advertía:

Que no procede en estos casos por solo la forma de ser brujos y hacer los dichos daños, si no testifican de haverlos visto hacer algunos daños, porque muchas veces lo que dicen han visto y hecho les succede en sueños y juzgan se hallaron en cuerpo y lo vieron e hicieron con los que testiffican y les figura el demonio cuerpos phantasiosos de aquellos que dicen vieron sin haverlos visto ni hallándose allí para que hagan esos daños de inflamar en peligro a los que no tienen culpa.
Julio Caro Baroja afirma en "El señor Inquisidor y otras vidas por oficio":

Los inquisidores eran más juristas que humanistas y teólogos. La jurisprudencia más o menos secreta que podían estudiar era grande, casi tan grande como el escepticismo de muchos de ellos, acostumbrados a ver imposturas y engaños en cantidad de actos hechiceriles. En el siglo XVII los españoles, por otra parte, no tenían mucha fama como magos y hechiceros. Alguien sostuvo -con clara animadversión hacia el país- que el diablo no se fiaba de sus habitantes.
 
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astaroth1
view post Posted on 9/2/2008, 19:22




Algunas cifras de las ejecuciones por tribunales civiles (estimadas) y por procesos inquisitoriales constatados, por proporcionalidad en relación ejecutados/población:

Suiza: 4000 personas ejecutadas de un total de un millón de personas (4 por cada mil)
Polonia-Lituania: unas 10.000, en una población de 3.400.000 (casi 3 por cada mil)
Reino Unido, miles de ejecutados. Destacar además que en este país protestante existió la figura de los punzadores que se dedicaban a "cazar" y ejecutar brujas de forma lucrativa.
Alemania donde más gente es ejecutada, hasta un total de 25.000 personas de unos 16 millones (1,5 personas por cada mil)
Dinamarca-Noruega 1.350 de 970.000 personas (1,4 por cada mil)
España sólo 59 brujas (de unos 125.000 procesos llevados por la inquisición
Italia 36
Portugal tan sólo 4
En total la mayoría de las cazas de brujas se produjo en el norte de Europa, con más de 50.000 ejecuciones y en la gran mayoría de los casos por tribunales civiles. La gran mayoría de los ajusticiados por brujería fueron mujeres.

Edited by belzebuth666 - 9/2/2008, 19:24
 
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belzebuth666
view post Posted on 9/2/2008, 19:25




En Italia, Galileo Galilei (1564 - 1642) fue obligado por la Inquisición a abjurar de la teoría heliocéntrica, que situaba al Sol en el centro de todo, en contra del dogma eclesiástico que sitúa en el centro de la realidad al hombre creado por Dios y la Tierra en que habita. El sistema copernicano podía interpretarse como un simple cambio de sistema de referencia, que simplificaba el cálculo astronómico del movimiento de los cuerpos celestes, sin necesidad de un cambio en la concepción metafísica del mundo, y Galileo fue de hecho invitado en su primera condena (1616) a no hablar del sistema heliocéntrico sino como hipótesis. Sin embargo Galileo, que inauguró la Física experimental y la ciencia en el sentido moderno, insistía en que el movimiento de la Tierra alrededor del Sol es un movimiento real, material, lo que era inaceptable para la Iglesia.

El papa Juan Pablo II pidió perdón por los errores que hubieran cometido los hombres de la Iglesia a lo largo de la historia, así como por haber dejado de hacer el bien necesario en favor de judíos y otras minorías perseguidas. En el caso Galileo propuso una revisión honrada y sin prejuicios en 1979, pero la comisión que nombró al efecto en 1981 y que dio por concluidos sus trabajos en 1992, repitió una vez más la tesis que Galileo carecía de argumentos científicos para demostrar el heliocentrismo y sostuvo la inocencia de la Iglesia como institución y la obligación de Galileo de prestarle obediencia y reconocer su magisterio, justificando la condena y evitando una rehabilitación plena. El propio cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, lo expresó rotundamente en 1990: «En la época de Galileo la Iglesia fue mucho más fiel a la razón que el propio Galileo. El proceso contra Galileo fue razonable y justo».

De esta manera se revalida la posición de que la Iglesia tiene derecho a decidir qué tesis científicas pueden ser defendidas y cuales deben ser prohibidas, y a condenar y castigar a los que defiendan estas últimas. La versión según la cual las acusaciones contra la Inquisición son calumniosas o exageradas empezó con Jacques Mallet du Pan en 1784 y fue reeditada múltiples veces con el beneplácito de la Iglesia católica durante dos siglos, y en esencia dice que Galileo no fue condenado por ser un científico, sino por ser un mal teólogo. Esta tesis es insostenible y falsa, e invierte y subvierte la verdad.
 
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satanas1
view post Posted on 9/2/2008, 19:28




TOMAS DE TORQUEMADA
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Tomás de Torquemada ( Torquemada, Palencia, España, o Valladolid, España (según el historiador), 1420 – † Ávila, España, 16 de septiembre de 1498), Inquisidor general de Castilla y Aragón en el siglo XV y confesor de la reina Isabel la Católica.

Desde muy joven se formó como dominico en el Convento de San Pablo en Valladolid.

Se considera que pudo haber tenido ascendencia judía. Hernando del Pulgar, historiador de la época, al escribir acerca de Juan de Torquemada —tío del inquisidor—, dijo que su ancestro Álvar Fernández de Torquemada se había casado con una judía conversa de primera generación.

Tras ser destacado en sus servicios como monje y erudito, Torquemada fue nombrado Inquisidor General en 1482 por Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, entonces gobernantes del joven reino de España. La extensión de su poder sobre España fue facilitada por el asesinato del Inquisidor Pedro de Arbués en 1485 en Zaragoza, atribuido a una banda de «herejes» y judíos; y por el supuesto asesinato ritual del así llamado Santo Niño de La Guardia en 1491, también atribuido a una banda de judíos. En 1492 Torquemada fue uno de los propulsores de la expulsión masiva de los judíos de España. Torquemada es tal vez mejor recordado como una figura del mito y propaganda anticatólica que como una figura de historia sobria, sin embargo, existe documentación que evidencia que él y la Inquisición española son considerados responsables de actos de injusticia y sufrimiento, realizados mediante el uso de torturas, denuncias anónimas y ejecución por fuego en el así llamado «auto de fe» o «acto de fe» por el que sometían a los supuestos herejes y otros.

Torquemada creció en Valladolid y, al igual que su tío (el cardenal Juan de Torquemada), se convirtió en fraile dominico. Era aún joven cuando fue enviado a ser prior en el Monasterio de Santa Cruz en Segovia, donde se convirtió en confesor de la princesa Isabel, heredera de Castilla. Fue coronada en 1473 y Torquemada se convirtió en el primer Inquisidor General de España una década más tarde. Existe muy poca información en buen estado sobre la vida personal de Torquemada, la cual ha sido sujeto de numerosas especulaciones.

El cronista español de esa época, Sebastián de Olmedo, lo llamó «el martillo de los herejes, la luz de España, el salvador de su país, el honor de su orden». El nombre de Torquemada, como parte de la leyenda negra de la Inquisición española, se ha convertido en un apodo para la crueldad y el fanatismo al servicio de la religión.

La Inquisición tocó la vida de cada individuo en España con minuciosidad rara vez igualada con anterioridad al siglo XX. Cualquier persona sobre la edad de doce años (para niñas) y catorce (para niños) era completamente responsable para la Inquisición. Los «herejes» (cualquier persona que no comulgara con las ideas católicas) y los conversos (que se convertían en católicos para evitar la persecución) fueron los principales objetivos, pero cualquiera que osara hablar en contra de la Inquisición era considerado sospechoso. Para evitar la propagación de las «herejías», Torquemada, al igual que se hacía en toda Europa, promovió la quema de literatura no católica, en particular bibliotecas judías y árabes.

Juan Antonio Llorente, primer historiador del Santo Oficio, asegura que durante su mandato fueron quemadas más de diez mil personas y otras veintisiete mil sufrieron penas infamantes. Su retrato, en la tabla de la Virgen de los Reyes Católicos, nos presenta un rostro de facciones correctas muy distinto al del gángster macizo y sombrío, de ojos hundidos, de apretados labios, que imaginaron los ilustradores románticos.
 
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astaroth1
view post Posted on 9/2/2008, 19:30




Pedro Arbués.

Pedro Arbués(Épila, Zaragoza, 1441- Zaragoza, 17 de septiembre de 1485) fue un eclesiástico español, uno de los primeros agentes de la Inquisición española en el reino de Aragón. Fue asesinado por un grupo de judeoconversos en la Seo de Zaragoza.

Nació en Épila. En 1469 ingresó en el Colegio Mayor de San Clemente de Bolonia. En la Universidad de Bolonia fue catedrático de filosofía moral. En 1474 fue nombrado canónigo de la Seo de Zaragoza.

El 4 de mayo de 1484, el inquisidor general Tomás de Torquemada nombró a Pedro Arbués, junto con Gaspar Juglar, inquisidor de Aragón. Los nuevos inquisidores comenzaron de inmediato su labor, realizándose poco después varios autos de fe. Según informa el cronista de Aragón Jerónimo de Zurita, la actividad de la Inquisición en Aragón soliviantó los ánimos de los conversos, así como los de la nobleza del reino de Aragón, que veía en la Inquisición una amenaza para el mantenimiento de los fueros del reino.

Como consecuencia, se tramó una conspiración para acabar con su vida. El 14 de septiembre de 1485, mientras rezaba arrodillado ante el altar mayor de la Seo de Zaragoza, fue acuchillado por ocho asesinos, que lograron escapar. Falleció poco después, el 17 de septiembre, como consecuencia de las heridas infligidas. Se atribuyó su asesinato a conversos, entre ellos a Jaime de Montesa y a Vidal Durango, y se desató una feroz represión. Los supuestos asesinos fueron detenidos y ejecutados en varios autos de fe, que tuvieron lugar entre el 30 de junio y el 15 de diciembre de 1486. Según Zurita, hubo nueve ejecutados en persona, aparte de dos suicidios, trece quemados en estatua y cuatro castigados por complicidad. Luego, la Inquisición persiguió a las principales familias conversas de la ciudad (Santángel, Caballería, Santa Fe, Sánchez, etc.), acabando con su influencia en la política del reino de Aragón.

A los ojos de la Iglesia Católica, se lo considera mártir y santo. Fue beatificado por el Papa Alejandro VII en 1662, y canonizado por Pío IX el 29 de junio de 1867. Su sepulcro, realizado por Gil Morlanes, se encuentra en la capilla de San Pedro Arbués de la Seo de Zaragoza.
 
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satanas1
view post Posted on 9/2/2008, 19:33




Gonzalo Jiménez de Cisneros.
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Gonzalo Jiménez de Cisneros (más tarde se cambiaría el nombre por Francisco), más conocido como el cardenal Cisneros (Torrelaguna, 1436 - Roa, 1517), fue un religioso franciscano y político castellano, tercer Inquisidor General de Castilla y regente de la misma a la muerte de Fernando el Católico. A la muerte de Felipe I el Hermoso presidió también el Consejo de Regencia.

Nació en Torrelaguna en 1436, hijo de hidalgos pobres, posiblemente fue enviado a la cercana villa de Alcalá de Henares en su adolescencia a hacer estudios de gramática, los continuó en el Colegio Mayor de San Bartolomé en Salamanca, de allí pasó a Roma en donde fue ordenado sacerdote.

Tras el fallecimiento de su padre regresa a España y consigue el arciprestazgo de Uceda, enfrentándose con el arzobispo de Toledo, lo que significó el encarcelamiento de don Gonzalo por el arzobispo Carrillo durante algunos años. A pesar de su reclusión, Cisneros no renunció a su cargo, en el que fue mantenido por el cardenal Gónzalez de Mendoza, aunque el encierro debió durar poco tiempo según se deduce en algunas biografías, pues poco después, en 1478, Cisneros era capellán mayor de la catedral de Sigüenza.

Sufrió una profunda crisis espiritual que le llevó a entrar en la orden de los franciscanos, fue entonces cuando sustituyó su nombre de Gonzalo por el de Francisco en honor a San Francisco de Asís. Se encerró en el convento de la Salceda y durante siete años llevó una vida monacal.

De allí lo sacó la Reina Isabel (Isabel la Católica) en el año 1492 y le elige tras convencerle de que aceptara ser su confesor, siguiendo los consejos del entonces arzobispo de Toledo, el cardenal González de Mendoza, primer protector de Cisneros.

Fue nombrado provincial de la orden frasciscana y acomete en ella una profunda reforma, más tarde reformo el clero secular.

A la muerte del cardenal Mendoza en 1495 fue nombrado arzobispo de Toledo, lo que en la baja edad media era ostentar el mayor poder tras La Corona, al ser Primado de España, pero Cisneros, aunque soberbio, era un hombre que no se dejó impresionar; debajo de sus lujosas vestiduras llevo siempre el humilde hábito franciscano.

Isabel la Católica tuvo en Cisneros no sólo un confesor, también un consejero. Al morir la reina, son nombrados reyes de Castilla Juana la loca y su esposo Felipe de Habsburgo; muerto este repentinamente su viuda dio muestras de demencia por lo que Cisneros asumió la regencia hasta que Fernando el Católico regresa de Nápoles para hacerse cargo del gobierno de Castilla. Fernando, agradecido, consigue para Cisneros un capelo cardenalicio. En la etapa posterior, Cisneros fue el paladín de las campañas africanas, participando en la conquista de Orán, al igual que en los tiempos de Isabel la Católica había participado activamente en la conquista de Granada. Sintiéndose muy enfermo durante la toma de Orán, se retiró secretamente a Alhama de Almería (Almería), donde recibió un tratamiento en el Balneario de la localidad.

Muerto Fernando el Católico, asumió la regencia por segunda vez hasta que el joven príncipe Carlos, que se encontraba en Flandes, viniera a España para ocupar el trono, En esta etapa es cuando Cisneros, que contaba ya con ochenta años, da muestras de unas dotes políticas y una habilidad para gobernar extraordinarias. Supo hacer frente a unos nobles deseosos de recuperar el poder perdido, y a las intrigas de los que pretendían sustituir en el trono español a Carlos por su hermano Fernando, educado en España.

Cisneros murió en Roa cuando se dirigía a recibir al futuro Carlos V de España.

Durante su vida participó, en mayor o menor medida, en todo lo que se hizo durante el reinado de los Reyes Católicos y contribuyó de forma decisiva a la configuración del nuevo estado. Reformó la vida religiosa que había caído en una gran relajación moral y una variedad intelectual. Supo ver que toda renovación empezaba por la educación y sin ser él un erudito fundó en Alcalá de Henares una de las instituciones que más ha influido en la cultura española: la Universidad Complutense.

La universidad es fundada en el año 1499 a partir del antiguo Studium General de Alcalá de Henares, del que Cisneros fue alumno. La Complutense es la primera universidad renancentista, moderada, humanista y universal. Cisneros fue consciente de la transcendencia de su fundación y no regateó esfuerzos para dotar a su Colegio-Universidad del marco urbanístico adecuado, de una financiación generosa y de los mejores maestros de la época, por lo que la villa de Alcalá de Henares se ve inmensamente beneficiada por este cardenal. La primera piedra del edificio que lo albergaría la puso Cisneros el 14 de marzo de 1501, en 1508 empezaron las clases y en 1510 dotó a su fundación de unas Constituciones. Cisneros dotó a la nueva Universidad de Alcalá con una magnífica biblioteca, donde un elevado porcentaje de libros versaba sobre ciencias naturales.

Además de dotar a la ciudad de Alcalá de Henares de una de las Universidades más importantes de España, sustituyó el deteriorado templo medieval de San Justo por un bello edificio gótico, para el que consiguió el título de Magistral. Se trata de la Iglesia Magistral de Alcalá de Henares (actualmente Catedral Magistral) situada en pleno centro de la ciudad, en el que se encuentra actualmente enterrado. No obstante, su rica sepultura se encuentra hoy día en la capilla de San Ildefonso, adscrita al antiguo Colegio Mayor del mismo nombre, en la 'parte universitaria' de la ciudad.

 
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belzebuth666
view post Posted on 9/2/2008, 19:36




Alejandro VII, (* Siena, 13 de febrero de 1599 – † Roma, 22 de mayo de 1667). Papa de la Iglesia católica entre 1655 y 1667.
Nacido como Fabio Chigi en el seno de una ilustre familia de banqueros era sobrino nieto del papa Pablo V, y debido a los ataques de apoplejía que sufría recibió una educación privada para posteriormente, tras superar su enfermedad, doctorarse en filosofía, derecho y teología en la Universidad de Siena.
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Bajo el pontificado de Urbano VIII inició su carrera eclesiástica cuando en 1627 fue nombrado vicedelegado papal en Ferrara y, tras ser recomendado por dos cardenales, se le nombró inquisidor de Malta y nuncio en Colonia (1639-1651).

Aunque debería haber participado en las negociaciones que condujeron en 1648 al Tratado de Westfalia, rechazó deliberar con herejes y protestó, una vez concluidas las negociaciones, contra el tratado, que puso fin a la Guerra de los Treinta Años y que inauguró un equilibrio de poder en Europa que habría de durar hasta las guerras de la Revolución francesa.

El papa Inocencio X le llamó a Roma nombrándole cardenal en 1652 y secretario de estado.

Al morir Inocencio, Chigi, el candidato preferido de España, fue elegido papa después de ochenta días de cónclave, el 7 de abril de 1655.

Inicialmente contrario al nepotismo, durante su primer año de su papado prohibió a sus parientes incluso visitar Roma. Sin embargo, durante el consistorio del 2 de abril de 1656, anunció que su hermano y sus sobrinos acudirían a asistirle quedando a partir de entonces en manos de sus parientes la administración eclesiástica. Esta medida, que supuso un nuevo florecimiento del nepotismo, la complemento proporcionando a los miembros de su familia que residía en su ciudad natal los puestos civiles y eclesiásticos mejor pagados así como magníficos palacios y haciendas.

Incapaz de centrar su atención en los asuntos de estado, Alejandro VII se volcó en la literatura y la filosofía siendo el autor de una colección de sus poemas en latín que fue publicada, en 1656, en París bajo el título de Philomathi Labores Juveniles.

Fomentó asimismo la arquitectura y el embellecimiento general de Roma, donde se derribaron casas para realizar un nuevo trazado de las calles romanas, convirtiéndose además en un gran mecenas, especialmente de Bernini, a quien encargó la construcción de la bella columnata de la plaza de la Basílica de San Pedro y confió obras como la ornamentación de la iglesia de Santa María del Popolo, iglesias de varios de los cardenales Chigi, la Scala Regia (1666), la Silla de San Pedro en la basílica Vaticana entre otras.

Declarado partidario de los jesuitas, cuando los venecianos solicitaron su ayuda en Creta para combatir a los turcos otomanos, Alejandro VII obtuvo a cambio la promesa de volver a permitir la entrada de los jesuitas en territorio veneciano, del que habían sido expulsados en 1606.

También se decantó por los jesuitas en su conflicto con los jansenitas, cuya condena ya apoyó ardientemente en su etapa como consejero de Inocencio X.

Los jansenitas franceses afirmaban que las proposiciones condenadas por Inocencio X en 1653 no podían encontrarse en el libro Agustinus, escrito por Cornelius Jansen, pero no solo no lograron que Alejandro VII levantara dicha condena, sino que fue confirmada mediante la publicación, el 16 de octubre de 1656, de la bula Ad Sanctam Beati Petri Sedem, en la que declaraba que cinco de las proposiciones de Jansen, en su mayoría aquellas concernientes a la gracia y a la naturaleza pecaminosa del hombre, eran heréticas, incluyendo la proposición "que Cristo murió, o derramó su sangre por todos los hombres" (consultar el enlace de Catholic Encyclopedia, en inglés, más abajo).

También envió a Francia su famoso "formulario", que había de ser firmado por todo el clero como manera de detectar y extirpar el Jansenismo y inflamó a la opinión pública.
En otras decisiones prohibió la traducción del Misal romano al francés en 1661 y en 1665 canonizó a Francisco de Sales.

Durante su papado se produjo la conversión de la reina Cristina de Suecia, quien, tras su abdicación, se trasladó a Roma donde fue confirmada en su bautismo el día de Navidad de 1655 por el papa en quien encontró un amigo y benefactor generoso

Murió en 1667. Fue inmortalizado por una espectacular tumba realizada por Bernini. Le sucedió el papa Clemente IX.

Las profecías de San Malaquías se refieren a este papa como Montium custos (El guardián de los montes), cita que al parecer hace referencia a en su escudo de armas figuraba una estrella sobre unos montes.





 
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20 replies since 9/2/2008, 19:12   1743 views
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