Existen numerosos informes, de origen desconocido y previos al siglo XIV, sobre lugares en donde se veneró la mortaja de Jesús o una imagen de su cabeza (ver Humberto, 1978). No obstante, no se ha podido conectar con certeza ninguno de ellos con la tela que actualmente reside en la catedral de Turín. Ninguno de los informes de los hasta 43 posibles «sudarios genuinos» hace mención de una imagen de un cuerpo, salvo el de la Imagen de Edesa.
Se cuenta que la Imagen de Edesa (también llamada Mandylion) contenía la imagen del rostro de Cristo, y existen noticias fiables de su existencia desde el siglo VI. Algunos ven una correlación entre el Sudario de Turín y la Imagen de Edesa. Ninguna leyenda relativa a la imagen lleva a pensar que contuviera la imagen de un Jesús malherido, sino que mencionan que la imagen fue transmitida a la tela por el propio Jesús. Suele describirse como una mera representación del rostro de Jesús, no del cuerpo entero. Los defensores de la teoría de que la imagen de Edesa y el sudario son el mismo objeto, liderados por Ian Wilson, creen que siempre estuvo plegado de manera que sólo mostraba la cara.
Con motivo del traslado de la sábana a Constantinopla en 944, Gregorio Refendario, arcediano de la Hagia Sophia (Constantinopla), dio un sermón sobre el artefacto. Dicho sermón se perdió, pero volvió a aparecer en los archivos del Vaticano, y en 2004 fue traducido por Mark Guscin. El sermón informa de que la tela de Edesa no contenía sólo la cara, sino una imagen de cuerpo entero, que se atribuía a Jesús. También menciona manchas de sangre de una herida en el costado. Desde entonces, han aparecido otros documentos en la Biblioteca del Vaticano y en la Universidad de Leiden (Países Bajos) que lo confirman. «[Non tantum] faciei figuram sed totius corporis figuram cernere poteris» (‘No sólo puede verse el contorno de una cara, sino también la figura completa de un cuerpo’). (En latín:(Cf. Códice Vossianus Latinus Q69 y Códice de la Biblioteca Vaticana 5696, p. 35.)
En 1203, un cruzado llamado Robert de Clari asegura haber visto la tela en Constantinopla: «Donde estaba el sudario en el que nuestro Señor fue envuelto, y que cada viernes se alzaba bien alto para que uno pudiera ver en él la figura de nuestro Señor».
En 1205, tras la cuarta cruzada, Teodoro Angelos (sobrino de uno de los tres emperadores bizantinos que fueron depuestos) envió la siguiente misiva al Papa Inocencio III, protestando por el ataque a la capital. Sacado del documento, con fecha de 1º de agosto de 1205:
«Los venecianos se repartieron los tesoros de oro, plata y marfil, mientras que los franceses hicieron lo mismo con las reliquias de los santos y, lo más sagrado de todo, el lino en el que nuestro Señor Jesucristo fue envuelto tras su muerte y antes de su resurrección. Sabemos que esos saqueadores han guardado los objetos sagrados en Venecia, Francia, y otros lugares, estando el sagrado lino en Atenas.» (Códice Chartularium Culisanense, fol. CXXVI (copia), National Library Palermo)
Salvo que se trate del Sudario de Turín, ya que la imagen de Edesa también se le conocía como Tetradiplon que significa en griego doblado cuatro veces, la Imagen de Edesa se halla en paradero desconocido desde el siglo XIII.
SATANAS.