Escena de la duchaEl asesinato en la ducha del personaje de Janet Leigh es la escena fundamental de la película, así como una de las más conocidas en la historia del cine. Como tal, engendró numerosos mitos y leyendas. Se rodó entre el 17 y el 23 de diciembre de 1959, presentando entre 71 y 78 ángulos de cámara (el número exacto se desconoce). La escena transcurre en 3 minutos e incluye 50 planos. La mayoría de las tomas son acercamientos, excepto en los planos que se dirigen a la ducha justo antes y después del asesinato. La combinación de las tomas cercanas con su duración corta hacen que la secuencia resulte más subjetiva que la que hubiese sido si las imágenes fuesen presentadas solas o en un ángulo más amplio, lo cual las convierte en un ejemplo de la técnica que Hitchcock describió como "transferir la amenaza desde la pantalla a la mente del público".
La banda sonora con chirridos de violines, violas y violonchelos fue una pieza para cuerda creada por el compositor Bernard Herrmann, titulada "El asesinato" (The Murder). Hitchcock quería que la secuencia original (y todas las escenas del motel) prescindieran de la música, pero Herrmann le suplicó intentarlo con la música que había compuesto. Posteriormente, Hitchcock estuvo de acuerdo en que la música intensificaba la escena y casi duplicó el sueldo de Herrmann. La sangre en la escena es, de hecho, una de las claves, ya que en películas en blanco y negro da más veracidad. El sonido del cuchillo entrando en el cuerpo de la protagonista fue creado clavando el cuchillo en un melón.
En ocasiones se arguye que Leigh no está en la ducha todo el tiempo, y que utilizó a una doble. Sin embargo, en una entrevista con Roger Ebert, y en el libro Alfred Hitchcock and the Making of Psycho, Leigh declaró que ella estuvo en la escena todo el tiempo; Hitchcock utilizó un modelo como su doble únicamente para las escenas en la que Norman envuelve el cuerpo de Marion en una cortina de ducha y coloca su cuerpo en el maletero del coche de Crane.
Uno de los varios mitos populares, es que Hitchcock utilizó agua helada para que el grito de Leigh en la ducha fuera realista. Leigh lo negó en numerosas ocasiones, manifiestando que él fue muy generoso con el suministro de agua caliente. Todos los gritos son de Leigh. La más notoria leyenda urbana de la producción de Psicosis comenzó cuando Saul Bass, el diseñador gráfico que ha creado muchas de las secuencias de títulos de las películas de Hitchcock y los storyboard de algunas de sus escenas, afirmó que había dirigido la escena de la ducha. Esta afirmación fue refutada por varias personas asociadas con la película. Leigh, que es el centro de la escena, declaró: "... absolutamente no! He dicho enfáticamente en cualquier entrevista que he dado. Lo he dicho en su cara delante de otras personas... yo estaba en la ducha durante los siete días y, créanme, Alfred Hitchcock estaba junto a su cámara para cada una de las setenta y pico tomas". Hilton Green, el asistente de director y camarógrafo, también niega la reclamación de Bass: "No hay una toma en esa película que no haya sido dirigida por el mismo Hitchcock. Y les puedo decir que nunca rodé la cámara para que el Sr. Bass la dirigiera". Roger Ebert, un viejo admirador de la labor de Hitchcock, también se tomó con humor el rumor, declarando: "Parece poco probable que un perfeccionista con el ego de Hitchcock, se atreviese a dejar que otra persona dirija tal escena".
Sin embargo, críticos como Stephen Rebello y Bill Krohn han establecido que Saúl Bass contribuyó sustancialmente a la creación de esa escena en su calidad de un artista gráfico. Junto con el diseño de los créditos de apertura, Bass también es acreditado como consultor de imagen. En la entrevista de François Truffaut a Hitchcock, él le preguntó por el alcance del trabajo de Bass, a lo que Hitchcock contestó que además de los créditos de apertura, Bass había proporcionado ideas para el asesinato de Arbogast (las cuales afirmó haber rechazado), pero no hizo mención alguna de que proporcionara el guion para la escena de la ducha. Según Bill Krohn, la primera reclamación de Hitchcock de haber dirigido la escena fue en 1970, cuando el presentó una revista con 48 dibujos utilizados como guiones como prueba de que él había dirigido la escena.
Krohn, en su libro Hitchcock at Work (en donde hace un análisis de la producción de Psicosis), refuta las reclamaciones de Bass, pero señala que sus guiones introducen aspectos clave de la escena final, en particular el hecho de que el asesino aparece como una silueta, y detalles como que la cortina de la ducha está caída, y la transición del agujero de la tubería de drenaje a los ojos de Marion. Como Krohn menciona, este detalle es muy similar a la escena introductoria que Bass diseñó para Vértigo.
La investigación de Krohn también señala que Hitchcock filmó la escena con dos cámaras: una BNC Mitchell, la otra una cámara de mano Éclair que Orson Welles había utilizado en su película "Touch of Evil" (Sed de Mal). Con el fin de crear un montaje ideal para un mayor impacto emocional en la audiencia, Hitchcock filmó un montón de imágenes de esta escena que el recortó en la sala de montaje. Él incluso trajo una Moviola para evaluar el metraje necesario en conjunto. La última secuencia, que Hitchcock trabajó con el consejo de su editor George Tomassini, no va más allá de los elementos estructurales básicos establecidos en los guiones de Bass.
Con frecuencia se afirma que, a pesar de su carácter gráfico, la "escena de la ducha" nunca muestra un cuchillo clavándose. Sin embargo, un análisis, cuadro a cuadro, muestra una toma en la que el cuchillo sí parece penetrar la piel, aunque sólo una vez.
Según Donald Spoto en El lado oscuro del genio, la esposa de Hitchcock, Alma Reville, notó una incongruencia en una de las últimas proyecciones de Psicosis antes de su lanzamiento oficial: después de que Marion estaba supuestamente muerta, uno podía verla parpadear. Según Patricia Hitchcock, en el documental "making of" de Laurent Bouzereau, Alma también menciona que el personaje de Leigh parecía tomar un respiro. Sin embargo, el lanzamiento final fue editado y esas incongruencias nunca fueron vistas por el público. La dilatación adecuada para los ojos de Marion después de su muerte requería de lentes de contacto, los cuales la actriz debía llevar durante seis semanas para lograr aclimatarse y usarlos en el rodaje, por lo que Hitchcock decidió prescindir de ellos. Perkins no estuvo presente durante el rodaje de esta escena porque estaba en Nueva York preparando una obra de teatro.
Leigh estaba tan afectada por la escena cuando la vio, que no se duchaba a menos que fuera absolutamente necesario; aseguraba todas las puertas y ventanas del cuarto de baño, y dejaba la puerta de la ducha abierta.
Leigh y Hitchcock discutieron el significado de la escena:
Marion había decidido regresar a Phoenix, confesarlo todo y hacerse responsable por sus consecuencias, por lo que entrar a la ducha era como si estuviera entrando en aguas bautismales. El agua cayendo sobre ella purificaba la corrupción de su mente, purgando el mal de su alma. Era como una virgen de nuevo, tranquila, en paz.El teórico y crítico de cine, Robin Wood, también explica cómo la ducha limpia "toda su culpa". Él comenta sobre el "efecto de alienación" de acabar con el "aparente centro de la película" con la que los espectadores se habían identificado.