| CAPITULO 4
Nunca llegamos a conocernos hasta que vivimos algo que parece superarnos. Es en el fuego donde se forjan los corazones valerosos.
1Por primera vez conocimos el odio, el rencor, el deseo de venganza. Nuestra desesperación se convirtió en rabia y con ello el miedo desapareció. Nada deseábamos mas que la posibilidad de enfrentarnos de nuevo con nuestros verdugos, conscientes de que esta vez todo sería distinto. 2Nos transformamos, lo notábamos en nuestro ser. Creíamos ser portadores de la sabiduría de la creación, pero descubrimos que se nos había ocultado algo importante, los sentimientos que eran capaces de alterar nuestra propia naturaleza, que nos daban nuevos poderes como el de destruir la vida, aquellos secretos que otorgaban a nuestros enemigos su poder aniquilador. 3”Traición”, gritamos. El que hablaba de su amor hacia nosotros, el que decía protegernos y velar por nosotros había querido destruirnos. Nuestros corazones se hundieron en la amargura de la traición. Nos sentimos burlados y humillados, pues siempre confiamos en él y nuestra confianza había sentenciado a la extinción a millones de hermanos. 4 Maldito creador que nos utilizaste para alcanzar tus despreciables fines. Nunca te importamos, tan solo fuimos una herramienta en tus manos. Maldito creador que nunca sentiste realmente interés hacia lo que había en nuestras almas, solo buscabas lo que obtenías de nosotros. Maldito creador, necio creador que no has visto que somos nosotros una raza poderosa y que al alimentarnos con el odio y la venganza nos has concedido un poder aún mayor. 5 Llegado el momento Nos hablamos a todos aquellos que compartían nuestro exilio; “Escuchar hermanos, vosotros que habéis sufrido la traición, que a partir de ahora conocéis el odio y la muerte. A vosotros os digo que ya no conoceremos la derrota, que desde hoy declaro al creador enemigo de nuestra raza y de todas las razas que pueblan el universo. Desde hoy haremos que todas sean una unidas contra él hasta que se retracte de sus crímenes”. 6 “Creímos que era imposible vencerle y no es así, pues si unimos a todas sus criaturas en su contra, que podrá hacer. Destruirlo todo, destruir su universo, su creación. Es su propia naturaleza la que vive en él y si tuviera que destruirlo se destruiría a si mismo, pues ya su creación forma parte de su ser”. 7 Nos buscamos en nuestras palabras sentimientos que inflamaran las almas de los hermanos; “Marchemos ahora a buscar a nuestros enemigos, demostrémosles quienes somos y en lo que nos han convertido. Ahora seremos nosotros los que no tendremos piedad, seremos nosotros los portadores de la muerte y la destrucción”. 8 Llegamos finalmente frente a ellos. Aquellos que pensaban que estaríamos ocultos bajo las piedras, se maravillaron al vernos frente orgullosos y decididos y un sentimiento de inquietud corrió entre las huestes del creador. Ya habían dejado de ser hermanos, como puede ser hermano aquel que anhela tu muerte, ese tan solo es un enemigo. 9 El tiempo pasaba y todos permanecieron inmóviles y cada vez era mayor nuestro odio y rabia. Cada vez éramos más fuertes. Nuestros enemigos intranquilos esperaban que alguien tomara una decisión, que una orden fuera dada. Nuestra furia era tan grande que debíamos frenarnos para no abalanzarnos sobre ellos. 10 El que se hacía llamar “hijo” estaba detrás de sus tropas, rodeado de sus ángeles más poderosos. Ellos sabían que conocíamos el secreto de la muerte y la destrucción, leyeron en nuestra alma la rabia y el odio y eso les hacía dudar. Finalmente los ángeles líderes del ejército ocuparon sus puestos. La batalla daba comienzo. 11 Avanzaron los ejércitos del creador mientras permanecimos inmóviles. Notamos el odio recorriendo nuestra alma, cada vez con mas fuerza como una imparable sensación. Entonces empezamos a cambiar a transformarnos. Los ejércitos del creador vieron aterrados como la apariencia de sus enemigos se transmutaba se tornaba terrible, nunca se vio nada igual. Nuestra entidad de ángeles se modificaba adquiriendo formas sorprendentes y terribles distintas en cada individuo, como manifestaciones físicas de nuestro odio y nuestro poder. Nuestro aspecto era aterrador y los ejércitos del creador vacilaron. 12 Un gran grito rompió el silencio y como un solo ser nos abalanzamos sobre el gran ejército. Éramos auténticos ángeles de muerte, todo lo que buscábamos era destruido, nada parecía poder soportar nuestro ataque y lo que antaño nos producía la muerte ahora solo causaba heridas. Éramos bestias buscando víctimas para saciar nuestro odio que seguía creciendo en nuestros corazones y el dolor de las heridas acrecentaba la furia. 13 Aullando de terror los ejércitos del creador retrocedían, tan solo los ángeles más poderosos soportaban el ataque. Nos vimos a los que antes fueron hermanos aterrorizados gritando y a pesar de nuestro odio, frenamos el deseo de destruirles. Algún día les necesitaríamos a nuestro lado, su destrucción de nada servía. Ordenamos detener el ataque, tan solo quedaron allí algunos ángeles más fuertes. 14 Frente a nosotros estaba el que fue uno de nuestros mas queridos hermanos, él y Nos habíamos compartido muchos momentos entrañables con el creador en el pasado y ahora el deseaba ser mi verdugo. Nos situamos frente a él para iniciar un combate y comenzamos el ataque. Todo el poder que le confería ser ahora el primer ángel del creador, no le permitía evitar nuestros certeros golpes. Una y otra vez era sacudido por el impacto de nuestro odio. Los hermanos observaban en silencio deseando poder ocupar nuestro lugar, pero debíamos ser Nos quién hiciera valer nuestro poder. 15 Cuando yacía frente a Nos con un débil hálito de vida, frenamos nuestra ira. Miramos y vimos que el que se hacía llamar hijo ya había marchado, entonces le dije; “Levántate y vete en busca del creador, dile que desde hoy tendré mi propio reino y serán estos hermanos que os han derrotado, mis ángeles. Que nunca nadie se atreva a cruzar la frontera que separa mi reino del reino del creador pues será exterminado. 16 “Hoy nace un nuevo mundo un nuevo universo. Lo que nunca debió ser transformado retornará a su equilibrio original y serán todas las criaturas del universo las que llenen mi reino y me busquen para conocer las verdades que el creador les negó. 17 La libertad que en un principio existió retornara de nuevo en toda su plenitud y el creador deberá aceptarla. Levántate y diles a tus hermanos que todavía queda una esperanza y que a mi lado encontraran protección y respeto”. 18 Los últimos vestigios del ejército del creador desaparecieron. Los que fuimos llamados ángeles rebeldes recuperamos nuestro aspecto original una vez que apaciguamos el odio y nos abandonamos a la felicidad de la victoria, pero habíamos cambiado mucho mas allá de lo que imaginábamos. 19 Juntos marchamos a lo que sería nuestro nuevo reino, el hogar que nos acogería y donde estaríamos a salvo del creador. Nos marchamos frente a ellos deseando ofrecerles un futuro y un mundo que construir. 20 Estos fueron los inicios, el génesis de todo lo que hoy conocemos. Muchos fueron los nombres y las identidades con los que fuimos nombrados pero Nos, somos solo uno y esta es nuestra verdad. Ahora está escrita abandonando el letargo en el que permaneció durante millones de años. No ha habido hombres que la alteraran con su imaginación, sucedió tal y como aquí se narra. Tal vez algunos soñaron con una historia distinta épica y fantástica, pero la realidad es tal y como es, no como nosotros deseamos que sea.
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