ELEMENTOS DE ESTUDIO
EL COLOR En primer lugar, deberemos destacar el color blanco inmaculado que a menudo aparece como el predominante en las prendas que viste Rosemary Woodhouse. En absoluto se trata de un detalle arbitrario; muy al contrario remite a una de las cualidades más evidentes de la protagonista: la pureza, la candidez, la limpieza interior y esa unión casi permanente que tiene con un dios añorado del que acabará tan alejada. Así, su camisón es blanco, sus vestidos suelen ser de colores claros que contrastan con su cabello rubio que también le aportan un aire de buena chica que hacen de ella la persona menos sospechosa para engendrar al mismísimo diablo.
Sin embargo, hay otro color que aparece menos que el blanco, y sin embargo sirve de contrapunto a este: el negro. Mientras duerme, Rosemary sueña con un ser sobrenatural de piel oscura, pero lo más significativo llega al final de la película con el impresionante moisés envuelto en telas negras que oculta en su interior a un terrible ser del que nunca obtendremos ninguna imagen. Nos impresiona sobre todo porque no asociamos este color a la infancia y mucho menos a un recién nacido.
Por otro lado, habría que destacar el color rojo que, aunque puntualmente, es muy pertinente. Es el elemento identificador del diablo en tanto Rosemary ha visto en sus pesadillas a un ser de ojos rojos, similares a los que ella ve en su bebé. Un color cargado de fuerza y fuego, asociado directamente con el infierno, la hoguera...
LA ESCENOGRAFÍA En esta película, como en la mayoría de las del género, este apartado cobra mucha importancia hasta el punto de, como en este caso, convertirse en el auténtico protagonista del film. Así, destacamos el intento del director por recrear el año 1965 o dos años antes aproximadamente para lo cual se construyó el apartamento de los Woodhouse en los estudios Paramount. Debía ser, como así lo fue, confortable e inquietante a la vez, moderno pero algo gótico; recordemos el largo pasillo que lo mismo sirve como acceso a cualquiera de las estancias del lugar o como entorno terrorífico. De esa forma, se completa la escenografía con elementos como la televisión, recién estrenada en aquella época, que en una escena muestra la visita del papa Pablo VI, fácilmente reconocible por el público para situarnos en el año concreto, así como un número de la revista Times con el insinuante titular "Dios ha muerto", también publicado de forma cercana a la fecha de la película. Como fachada de este apartamento se escogió el edificio Dakota de Nueva York, donde años más tarde sería asesinado el ex – Beatle John Lennon, dato que reforzaría el carácter de misterio de la película, incluso después de haberse estrenado.
Se consiguió la recreación de un ambiente extraño, un peculiar escenario en que los personajes vivirían sumidos en una inquietud nacida de lo cotidiano, de un territorio presuntamente conocido, como si esa fuera la táctica esencial escogida por Polanski para afianzar la credibilidad de la historia. Por ejemplo, destacamos en relación a esto la agresividad con que se mira a través de las mirillas de las puertas, el tic-tac constante de los relojes, la carne cruda que Rosemary devora ansiosamente...
En cuanto a los exteriores, debemos señalar una ciudad de Nueva York por la que Rosemary se pasea, marcada por la soledad, la locura y la indefensión en la sociedad moderna. Se da una perspectiva casi inédita de la ciudad, una vertiente desconocida e insana, de una sordidez distinta a la habitual.
PERSONAJES Esta obra se caracteriza sobre todo por la existencia en general de una serie de personajes definidos con rapidez, en breves y certeros trazos que dibujan tanto sus rasgos más peculiares como los que más fácilmente remiten a la normalidad. Veamos esto con más detalle.
Rosemary Woodhouse. Es la protagonista del film, y no sólo eso: también hace al espectador compartir su punto de vista sobre las cosas, únicamente vemos lo que ella ve, la historia se cuenta a través de su punto de vista y con ello se consigue tener una visión parcial de los hechos tal como tiene este personaje. Físicamente tiene un aspecto débil y enfermizo y a su vez su belleza cándida se corresponde con un carácter religioso profundamente arraigado. Se trata de un ser maltratado por la sociedad en la que vive y a la vez se sitúa en el marco de unas relaciones humanas degradadas; por ejemplo, el matrimonio con su marido es sólo una farsa, la secta es una respuesta a la soledad urbana...
Por otro lado, vemos que está embarazada, un dato muy significativo. Se presenta a este como infección maligna y resume en sí mismo el motivo familiar, situado a la cabeza de los temas del periodo. Es símbolo del colapso de unas estructuras organizativas y morales que a su vez provoca la desestabilización psicológica de sus integrantes, ya sea como obsesiones sexuales y sadomasoquistas, como alucinaciones demoníacas y miedo al apocalipsis o de fantasías caníbales. Se representa con el embarazo la maldad infantil, ya que el niño es el diablo.
Se presenta con Rosemary a un ser humano obsesionado ante las consecuencias que ciertas manifestaciones del mal puedan tener en su propia vida, pero con la particularidad de que esas huellas del terror no acaban nunca de materializarse como reales o realistas en la pantalla, evidenciando así su carácter inconsciente y psicopático. Por lo tanto, esta película podría ser tanto la historia de una neurosis paranoica como la descripción de una invasión maligna.
Guy Woodhouse. Es el marido de Rosemary. Interpretado por un actor de aspecto de sencillo norteamericano, con el tipo de facciones que más suelen gustar a los realizadores de anuncios de televisión, contribuye a dar credibilidad a su personaje. Situado en un posición emblemática de "escalada" hacia la fama, dejará claro su carácter ambicioso y casi sin escrúpulos, independientemente de que los presentimientos de su esposa no sean más que fruto de la neurosis que padece. Está absorbido por el afán de prestigio y de éxito y deja de lado valores tan importantes para Rosemary como el cariño, el afecto o la atención.
Roman Y Minnie Castevet. Son los vecinos del matrimonio Woodhouse; la excelente interpretación de ella le valió el Oscar a la mejor actriz de reparto. Constituyen una pareja peculiar, llevando al extremo el estereotipo de vecinos entrometidos hasta la saciedad. Minan poco a poco la personalidad maleable de Rosemary y casi hacen suyo el hijo de ambos.
LOS ELEMENTOS TÉCNICOS Partimos en nuestro estudio de que el director tenía un fuerte deseo de innovar sus códigos narrativos al hacer esta película. De hecho lo consiguió y se convirtió en la frontera que marca un antes y un después en el género de terror, constituye toda una vanguardia en este sentido. Empezamos diciendo que se toma el punto de vista de Rosemary para narrar todo lo que rodea a su estado de soledad y angustia; nunca conocemos más de lo que ella sabe y podemos introducirnos en su mente, sobre todo en los múltiples y complejos sueños que tiene a menudo. Así, el espectador se siente testigo parcial de los hechos y comparte el estado de incertidumbre de la protagonista hasta el final, incluso después, ya que nunca está del todo claro si realmente Rosemary está siendo manipulada o todo es fruto del caos de su mente.
En segundo lugar, hay que señalar el hecho de que todo prácticamente en esta película se basa en la ocultación. Los planos a menudo esconden en alguna de sus dimensiones una información que permanecerá ajena al espectador hasta el último minuto de la acción. Por ejemplo, los múltiples sonidos que Rosemary escucha desde su habitación y que remiten a un fuera de campo ajeno a ella y al espectador. Ella los asocia a la supuesta secta, pero en cualquier caso quedan ocultos. Sin embargo, el caso más significativo en este sentido sería el de la última escena de la película, en que el niño aparece oculto bajo las telas negras que cubren el dosel del moisés. La ocultación llegó a impactar tanto al público de la época de la película que el propio director afirma que los espectadores salían del cine comentando el horror de la apariencia del niño, mientras que en ningún momento se ve nada. Sin embargo, todo el mundo asocia la apreciación de Rosemary de los ojos del crío a la visión en sueños que ella tiene al concebir a su hijo de un ser grotesco, esta vez sí a la vista del espectador. Como se puede apreciar, lsas manifestaciones del mal nunca se evidencian con imágenes en la pantalla, y si lo hacen forman parte de la mente o los sueños de la protagonista, con lo que se confirma así su carácter inconsciente y psicopático.
Por otro lado, esta película asume una estructura externa aparentemente convencional, pero renuncia al humor paródico del anterior film de Polanski, Repulsión y ataca de frente las convenciones establecidas. Además las formas fantasmales no se expresan en su más radical indefinición, sino que el mal asume abiertamente una procedencia diabólica, de manera que ese proceso puede caracterizarse como una posesión. Mezcla el terror de lo demoníaco con el terror de la personalidad. El director utiliza los mecnaismos más tópicos del género e intenta darles la vuelta desde su propio interior, sin recurrir a procedimientos vanguardistas, con unas imágenes de presencia inmaculadamente transparente; el film tiene un look sorprendentemente industrial.
Podemos destacar de entre los planos más significativos del film aquellos que se sitúan a la altura del vientre de la protagonista, muy numerosos sobre todo en los momentos de máxima tensión, focalizando la atención en ese sector, que es en el fondo donde ella está obsesionada. Además, también en esos momentos cercanos al clímax, destacamos la abundancia de planos fragmentados, es decir, se introduce en el encuadre una parte de la habitación o del cuerpo de alguien y posteriormente se introduce en él el motivo principal de ese plano. En los momentos en los que ella sale de casa para llamar por teléfono y alejarse del "peligro" es muy importante el uso de planos subjetivos que siguen a Rosemary por la calle. No hay nadie que la persiga y por lo tanto no estarían justificados y sin embargo podrían corresponderse con la crisis mental de la protagonista, que imagina a sus perseguidores. Para finalizar, hay que destacar la ausencia de contraplano en la última escena de la película; ella ve al niño, pero vemos sólo su cara, no la del bebé, aunque tal vez la imaginación vaya más allá de lo que realmente podría haberse mostrado.
SONIDO Para empezar, hay que destacar el uso de la misma música que acompaña a planos complementarios al principio y al final del film. El primer plano está constituido por un zoom hacia delante y el último plano es un zoom hacia atrás desde la misma posición de cámara; ambos fragmentos se encuentran acompañados por la misma melodía, una nana cantada por una voz de chica con un leve acompañamiento musical que confiere un tono extraño a la película. Personalmente, interpreto la voz como cansada a la vez que algo desconcertada, paralela al estado de crisis nerviosa que sufre la propia Rosemary; de hecho, tal vez sea su propia voz la que canta, pero la versión española de que dispongo no me permite averiguarlo. El caso es que este uso de este fragmento confiere al conjunto de la película un carácter cíclico.
Otro elemento importante serían las voces extradiegéticas que toman partido en el ámbito de los sueños de la protagonista. Su función sería la de resaltar ese carácter onírico de las imágenes, alejadas de la realidad e inmersas exclusivamente en la mente de Rosemary.
Por otro lado, el uso de la música en esta película no tiene ninguan característica especial, aparte de seguir las convenciones del género. Así, se encarga de marcar las pautas para que los espectadores sepan cuáles son los momentos de máxima tensión, apela al inconsciente para atraer la atención y complementa a las imágenes en su función de provocar el miedo. Sin embargo, sí debemos tener en cuenta que esta película incluye una característica que hace que la función de la música cobre una especial importancia: en ningún momento aparece ningún elemento terrorífico, no hay sobresaltos ni seres extraños y el estado de intranquilidad vive exclusivamente en la mente de la protagonista. Con la música se trata de hacer partícipe al espectador de ese estado y señalarle los momentos en los que debe intranquilizarse, independientemente de la pulcritud de las imágenes.
Edited by astaroth1 - 17/2/2016, 01:59