| CAPÍTULO 9
Misión de los Doce
9:1 Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades. 9:2 Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos, 9:3 diciéndoles: Marcos 6, 8 Lucas 10, 4-11 "No lleven nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno. 9:4 Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir. 9:5 Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos". Mateo 10, 14 Marcos 6, 11 Lucas 10, 11 Hechos 13, 51 9:6 Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y curando enfermos en todas partes.
Incertidumbre de Herodes frente a Jesús
9:7 El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que pasaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: "Es Juan, que ha resucitado". 9:8 Otros decían: "Es Elías, que se ha aparecido", y otros: "Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado". Mateo 14, 1-2 Mateo 16, 14 Marcos 6, 14-15 Marcos 8, 28 Lucas 9, 19 9:9 Pero Herodes decía: "A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es este del que oigo decir semejantes cosas?" Y trataba de verlo.
La multiplicación de los panes
9:10 Al regresar, los Apóstoles contaron a Jesús todo lo que habían hecho. Él los llevó consigo, y se retiró a solas con ellos hacia una ciudad llamada Betsaida. 9:11 Pero la multitud se dio cuenta y lo siguió. Él los recibió, les habló del Reino de Dios y devolvió la salud a los que tenían necesidad de ser curados. 9:12 Al caer la tarde, se acercaron los Doce y le dijeron: "Despide a la multitud, para que vayan a los pueblos y caseríos de los alrededores en busca de albergue y alimento, porque estamos en un lugar desierto". 9:13 Él les respondió: "Denles de comer ustedes mismos". Pero ellos dijeron: "No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente". 9:14 Porque eran alrededor de cinco mil hombres. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: "Háganlos sentar en grupos de cincuenta". 9:15 Y ellos hicieron sentar a todos. 9:16 Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que se los sirvieran a la multitud. 9:17 Todos comieron hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas.
La profesión de fe de Pedro
9:18 Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?" 9:19 Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado". Mateo 14, 1-2 Mateo 16, 14 Marcos 6, 14-15 Marcos 8, 28 Lucas 9, 7-8 9:20 "Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?" Pedro, tomando la palabra, respondió: "Tú eres el Mesías de Dios". Mateo 16, 16 Marcos 8, 29 Juan 6, 68-69 9:21 Y él les ordenó terminantemente que no lo dijeran a nadie.
El primer anuncio de la Pasión
9:22 "El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día". Mateo 16, 21 Mateo 17, 23 Mateo 20, 19 Mateo 27, 63 Marcos 8, 31 Marcos 9, 31 Marcos 10, 33-34 Lucas 18, 31-33
Condiciones para seguir a Jesús
9:23 Después dijo a todos: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Mateo 10, 38 Mateo 16, 24 Marcos 8, 34 Lucas 14, 26-27 9:24 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará. Mateo 10, 39 Mateo 16, 25 Marcos 8, 35 Lucas 17, 33 Juan 12, 25 9:25 ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida? 9:26 Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles. Mateo 10, 32 Marcos 8, 38 Lucas 12, 8 Apocalipsis 3, 5 9:27 Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de ver el Reino de Dios".
La transfiguración de Jesús
9:28 Unos ocho días después de decir esto, Jesús tomó a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. Mateo 17, 2 Marcos 9, 2 2 Pedro 1, 17-18 9:29 Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante. 9:30 Y dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, 9:31 que aparecían revestidos de gloria y hablaban de la partida de Jesús, que iba a cumplirse en Jerusalén. 9:32 Pedro y sus compañeros tenían mucho sueño, pero permanecieron despiertos, y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. 9:33 Mientras estos se alejaban, Pedro dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". Él no sabía lo que decía. 9:34 Mientras hablaba, una nube los cubrió con su sombra y al entrar en ella, los discípulos se llenaron de temor. 9:35 Desde la nube se oyó entonces una voz que decía: "Este es mi Hijo, el Elegido, escúchenlo". Isaías 42, 1 Mateo 3, 17 Mateo 12, 18 Mateo 17, 5 Marcos 1, 11 Marcos 9, 7 Lucas 3, 22 2 Pedro 1, 17 9:36 Y cuando se oyó la voz, Jesús estaba solo. Los discípulos callaron y durante todo ese tiempo no dijeron a nadie lo que habían visto.
Curación de un endemoniado epiléptico
9:37 Al día siguiente, cuando bajaron de la montaña, una multitud vino a su encuentro. 9:38 De pronto, un hombre gritó: "Maestro, por favor, mira a mi hijo, el único que tengo. 9:39 Cada tanto un espíritu se apodera de él y se pone a gritar; lo sacude con violencia y le hace echar espuma por la boca. A duras penas se aparta de él, dejándolo extenuado. 9:40 Les pedí a tus discípulos que lo expulsaran, pero no pudieron". 9:41 Jesús le respondió: "Generación incrédula y perversa, ¿hasta cuándo estaré con ustedes y tendré que soportarlos? Trae aquí a tu hijo". 9:42 El niño se estaba acercando, cuando el demonio lo arrojó al suelo y lo sacudió violentamente. Pero Jesús increpó al espíritu impuro, curó al niño y lo entregó a su padre. 9:43 Todos estaban maravillados de la grandeza de Dios.
El segundo anuncio de la Pasión
Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: 9:44 "Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres". 9:45 Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les estaba velado de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.
La verdadera grandeza
9:46 Entonces se les ocurrió preguntarse quién sería el más grande. Mateo 18, 1 Marcos 9, 34 Lucas 22, 24 9:47 Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, tomó a un niño y acercándolo, 9:48 les dijo: "El que recibe a este niño en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe a aquel que me envió; Mateo 10, 40 Mateo 18, 5 Marcos 9, 37 Marcos 9, 41 Lucas 10, 16 Juan 13, 20 porque el más pequeño de ustedes, ese es el más grande".
La intolerancia de los Apóstoles
9:49 Juan, dirigiéndose a Jesús, le dijo: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros". 9:50 Pero Jesús le dijo: "No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes, está con ustedes".
LA SUBIDA DE JESÚS A JERUSALÉN
El paso de Jesús por Samaría
9:51 Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén 9:52 y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. 9:53 Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén. 9:54 Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: "Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?" 2 Reyes 1, 10 2 Reyes 1, 12 9:55 Pero él se dio vuelta y los reprendió. 9:56 Y se fueron a otro pueblo.
Exigencias de la vocación apostólica
9:57 Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: "¡Te seguiré adonde vayas!" 9:58 Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza". 9:59 Y dijo a otro: "Sígueme". Él respondió: "Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre". 1 Reyes 19, 20 9:60 Pero Jesús le respondió: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios". 9:61 Otro le dijo: "Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos". 9:62 Jesús le respondió: "El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".
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