JEREMÍAS

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astaroth1
view post Posted on 16/8/2010, 11:07




CAPÍTULO 1

1:1 Palabras de Jeremías, hijo de Jilquías, uno de los sacerdotes de Anatot, en territorio de Benjamín.
1:2 La palabra del Señor le llegó en los días de Josías, , rey de Judá, en el año decimotercero de su reinado;
1:3 y también en los días de Joaquím,, rey de Judá, hasta el fin del undécimo año de Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá, es decir, hasta la deportación de Jerusalén en el quinto mes.

ORÁCULOS CONTRA JUDÁ Y JERUSALÉN

Vocación de Jeremías


1:4 La palabra del Señor llegó a mí en estos términos:
1:5 "Antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía;
antes de que salieras del seno, yo te había consagrado,
te había constituido profeta para las naciones".
1:6 Yo respondí:
"¡Ah, Señor! Mira que no sé hablar,
porque soy demasiado joven".
1:7 El Señor me dijo:
"No digas: 'Soy demasiado joven',
porque tú irás adonde yo te envíe
y dirás todo lo que yo te ordene.
1:8 No temas delante de ellos,
porque yo estoy contigo para librarte
—oráculo del Señor—".
1:9 El Señor extendió su mano,
tocó mi boca y me dijo:
"Yo pongo mis palabras en tu boca.
1:10 Yo te establezco en este día
sobre las naciones y sobre los reinos,
para arrancar y derribar,
para perder y demoler,
para edificar y plantar".

Primeras visiones y revelaciones

1:11 La palabra del Señor llegó a mí en estos términos: "¿Qué ves, Jeremías?" Yo respondí: "Veo una rama de almendro".
1:12 Entonces el Señor me dijo: "Has visto bien, porque yo vigilo sobre mi palabra para realizarla".
1:13 La palabra del Señor llegó a mí por segunda vez, en estos términos: "¿Qué ves?" Yo respondí: "Veo una olla hirviendo, que se vuelca desde el Norte".
1:14 Entonces el Señor me dijo:
"Del Norte se desencadenará la desgracia
contra todos los habitantes del país.
1:15 Porque ahora voy a convocar
a todas las familias de los reinos del Norte
—oráculo del Señor—.
Ellos vendrán, y cada uno instalará su trono
a la entrada de las puertas de Jerusalén,
contra todos los muros que la rodean
y contra todas las ciudades de Judá.
1:16 Pronunciaré mis sentencias contra ellos,
por todas sus maldades, porque me han abandonado,
han quemado incienso a dioses extraños,
y se han postrado ante las obras de sus manos.
1:17 En cuanto a ti, cíñete la cintura,
levántate y diles
todo lo que yo te ordene.
No te dejes intimidar por ellos,
no sea que te intimide yo delante de ellos.
1:18 Mira que hoy hago de ti
una plaza fuerte,
una columna de hierro,
una muralla de bronce,
frente a todo el país:
frente a los reyes de Judá y a sus jefes,
a sus sacerdotes y al pueblo del país.
1:19 Ellos combatirán contra ti,
pero no te derrotarán,
porque yo estoy contigo para librarte
—oráculo del Señor—".
 
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astaroth1
view post Posted on 16/8/2010, 12:47




CAPÍTULO 2

La fidelidad de Israel en el desierto


2:1 La palabra del Señor llegó a mí en estos términos:
2:2 Ve a gritar a los oídos de Jerusalén: Así habla el Señor:
Recuerdo muy bien la fidelidad de tu juventud,
el amor de tus desposorios,
cuando me seguías por el desierto,
por una tierra sin cultivar.
2:3 Israel era algo sagrado para el Señor,
las primicias de su cosecha:
todos los que comían de él se hacían culpables,
les sobrevenía una desgracia
—oráculo del Señor—.

La ingratitud de Israel


2:4 ¡Escuchen la palabra del Señor, casa de Jacob,
y todas las familias de la casa de Israel!
2:5 Así habla el Señor:
¿Qué injusticia encontraron en mí sus padres
para que se alejaran de mí
y fueran detrás de ídolos vanos,
volviéndose así vanos ellos mismos?
2:6 Ellos no preguntaron: "¿Dónde está el Señor,
que nos hizo subir del país de Egipto,
el que nos condujo por el desierto,
por una tierra de estepas y barrancos,
por una tierra árida y tenebrosa,
por una tierra que nadie atraviesa
y donde no habita ningún hombre?"
2:7 Yo los hice entrar en un país de vergeles,
para que comieran de sus frutos y sus bienes;
pero ustedes entraron y contaminaron mi país
e hicieron de mi herencia una abominación.
2:8 Los sacerdotes no preguntaron: "¿Dónde está el Señor?",
los depositarios de la Ley no me conocieron,
los pastores se rebelaron contra mí,
los profetas profetizaron en nombre de Baal
y fueron detrás de los que no sirven de nada.
2:9 Por eso, voy a entrar todavía en pleito con ustedes
—oráculo del Señor—
y también con los hijos de sus hijos.
2:10 ¡Sí, crucen a las costas de los Quitím y miren,
envíen gente a Quedar y fíjense bien,
a ver si ha sucedido una cosa igual!
2:11 ¿Cambia de dioses una nación?
—¡y sin embargo, esos no son dioses!—
Pero mi pueblo ha cambiado su Gloria
por algo que no sirve de nada.
2:12 ¡Espántense de esto, cielos,
horrorícense y queden paralizados!
—oráculo del Señor—.
2:13 Por que mi pueblo ha cometido dos maldades:
me abandonaron a mí, la fuente de agua viva,
para cavarse cisternas, cisternas agrietadas,
que no retienen el agua.

Israel castigado y humillado

2:14 ¿Acaso Israel fue adquirido como esclavo
o nació en la esclavitud?
¿Por qué entonces se ha convertido en una presa?
2:15 Los cachorros de león rugen contra él,
hacen oír sus bramidos,
han hecho de su país una desolación,
sus ciudades son incendiadas, se quedan sin habitantes.
2:16 ¡Hasta los hijos de Nof y de Tafnes
te han rapado el cráneo!
2:17 ¿Acaso no te sucede todo esto,
por haber abandonado al Señor, tu Dios,
mientras él te conducía por el camino?
2:18 Y ahora, ¿por qué tienes que tomar el camino de Egipto
para beber el agua del Sijor?
¿Por qué tienes que tomar el camino de Asiria
para beber el agua del Río?
2:19 ¡Que tu propia maldad te corrija
y tus apostasías te sirvan de escarmiento!
Reconoce, entonces, y mira
qué cosa tan mala y amarga
es abandonar al Señor, tu Dios,
y dejar de temerme
—oráculo del Señor de los ejércitos—.

Los pecados de idolatría


2:20 Sí, hace mucho que has quebrado tu yugo,
has roto tus ataduras
y has dicho: "¡No serviré!"
Sí, sobre toda colina elevada
y bajo todo árbol frondoso,
te has acostado, te has prostituido.
2:21 ¡Y eso que yo te había plantado con cepas escogidas,
todas de simiente genuina!
¿Cómo entonces te has vuelto una planta degenerada,
una viña bastarda?
2:22 Por más que te laves con potasa
y no mezquines la lejía,
permanecerá la mancha de tu iniquidad ante mí
—oráculo del Señor—.
2:23 ¿Cómo puedes decir: "No me he contaminado,
no he ido detrás de los Baales"?
Mira tu conducta en el Valle,
reconoce lo que has hecho.
¡Camella veloz, que va de un lado para otro!
2:24 ¡Asna salvaje, habituada al desierto!
En el ardor de su deseo aspira el viento:
¿quién puede refrenar su ansiedad?
Los que la buscan no necesitan fatigarse,
en su tiempo de celo se la encuentra.
2:25 No dejes que tus pies queden descalzos
ni que tu garganta sienta sed.
Pero tú dices: "¡No hay nada que hacer! ¡No!
A mí me gustan los extranjeros
y quiero ir detrás de ellos".
2:26 Como se turba un ladrón al ser sorprendido,
así quedarán turbados los de la casa de Israel,
ellos, sus reyes y sus príncipes,
sus sacerdotes y sus profetas,
2:27 los que dicen a un trozo de madera:
"¡Tú me has dado a luz!"
Porque ellos me vuelven la espalda, no la cara,
y después, en el tiempo de su desgracia,
dicen: "¡Levántate y sálvanos!"
2:28 ¿Dónde están tus dioses, esos que te has fabricado?
¡Que se levanten, si es que pueden salvarte
en el tiempo de tu desgracia!
Porque tan numerosos como tus ciudades
son tus dioses, Judá.
2:29 ¿Por qué me recriminan,
si todos ustedes se han rebelado contra mí?
—oráculo del Señor—.
Requisitoria del Señor contra su Pueblo
2:30 En vano he golpeado a los hijos de ustedes:
ellos no aprendieron la lección;
la espada de ustedes devoró a sus profetas
como un león que lo destruye todo.
2:31 ¡Qué clase de gente son ustedes!
Vean lo que dice el Señor:
¿Acaso he sido yo para Israel
un desierto o una tierra tenebrosa?
¿Por qué dice mi pueblo: "Somos libres,
ya no acudiremos a ti"?
2:32 ¿Olvida una joven sus atavíos,
una novia sus ceñidores?
¡Pero mi pueblo se ha olvidado de mí
hace ya un sinnúmero de días!
2:33 ¡Qué bien te abres camino
para ir en busca del amor!
Así, también tú te has habituado
a los caminos de la maldad.
2:34 Hasta en los bordes de tu vestido
se encuentra sangre de gente pobre, inocente,
que tú no habías sorprendido perforando una pared.
Y a pesar de todo esto,
2:35 tú dices: "Sí, soy inocente,
seguramente su ira se ha apartado de mí".
Pero yo entro en juicio contigo,
porque tú dices: "No tengo pecado".
2:36 ¡Con qué ligereza
cambias de camino!
También serás defraudada por Egipto,
como lo fuiste por Asiria.
2:37 También de allí tendrás que salir
con las manos sobre tu cabeza,
porque el Señor ha rechazado a aquellos en los que confías,
y no te irá bien con ellos.
 
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astaroth1
view post Posted on 16/8/2010, 13:15




CAPÍTULO 3

Llamado a la conversión


3:1 La palabra del Señor llegó a mí en estos términos:
Si un hombre repudia a su mujer
y ella, al irse de su lado,
llega a ser la mujer de otro,
¿puede aquel volver de nuevo a ella?
¿No está acaso esa mujer
irremediablemente mancillada?
Y tú, que te has prostituido con tantos amantes,
¿podrás volver a mí?
—oráculo del Señor—.
3:2 Alza tus ojos a los montes desolados y mira:
¿dónde no has sido violada?
Te sentabas a la espera junto a los caminos,
como el árabe en el desierto;
así has contaminado el país
con tus prostituciones y tu maldad.
3 Por eso se detuvieron los aguaceros
y no hubo lluvia de primavera.
Pero tú tenías frente de prostituta,
rehusabas avergonzarte.
3:4 Y aún ahora me gritas: "¡Padre mío!
¡Tú eres el amigo de mi juventud!
3:5 ¿Acaso él guardará rencor eternamente?
¿Mantendrá su ira para siempre?"
¡Tú hablas así
y haces el mal a más no poder!

Parábola de las dos hermanas

3:6 El Señor me dijo en los días del rey Josías: ¿Has visto lo que hizo la apóstata Israel? Se ha ido a toda montaña elevada y bajo todo árbol frondoso, para prostituirse allí.
3:7 Yo pensaba: Después de hacer todo esto, ella volverá otra vez a mí. ¡Pero no ha vuelto! Su hermana, la traidora Judá, ha visto esto:
3:8 ella vio que, por todos los adulterios que había cometido la apóstata Israel, yo la había repudiado y le había dado el acta de divorcio. Pero la traidora Judá, su hermana, no sintió ningún temor, sino que fue y también ella se prostituyó.
3:9 Así, con su frívola prostitución profanó el país, cometiendo el adulterio con la piedra y la madera.
3:10 A pesar de todo esto, su hermana, la traidora Judá, no volvió a mí de todo corazón, sino sólo engañosamente —oráculo del Señor—.

Llamado a la conversión de Israel

3:11 El Señor me dijo: La apóstata Israel se ha mostrado más justa que la traidora Judá.
3:12 Ve entonces a gritar estas palabras hacia el Norte:
¡Vuelve, apóstata Israel —oráculo del Señor—
y no te mostraré un rostro severo,
porque yo soy misericordioso —oráculo del Señor—
y no guardo rencor para siempre.
3:13 Pero reconoce tu culpa,
porque te has rebelado contra el Señor, tu Dios,
y has prodigado tus favores a los extranjeros,
bajo todo árbol frondoso:
¡ustedes no han escuchado mi voz!
—oráculo del Señor—.

La reunión futura del pueblo en Sión


3:14 ¡Vuelvan, hijos apóstatas —oráculo del Señor— porque yo soy el dueño de ustedes! Yo los tomaré, a uno de una ciudad y a dos de una familia, y los conduciré a Sión.
3:15 Después les daré pastores según mi corazón, que los apacentarán con ciencia y prudencia.
3:16 Y cuando ustedes se hayan multiplicado y fructificado en el país, en aquellos días —oráculo del Señor— ya no se hablará más del Arca de la Alianza del Señor, ni se pensará más en ella; no se la recordará, ni se la echará de menos, ni se la volverá a fabricar.
3:17 En aquel tiempo, se llamará a Jerusalén "Trono del Señor"; todas las naciones se reunirán en ella, y ya no seguirán más los impulsos de su corazón obstinado y perverso.
3:18 En aquellos días, la casa de Judá irá hacia la casa de Israel, y ellas vendrán juntas del país del Norte a la tierra que yo di a sus padres en herencia.

El retorno de Israel al Señor


3:19 Yo me había dicho:
¡Cómo quisiera contarte entre mis hijos
y darte una tierra deliciosa,
la herencia más hermosa de las naciones!
Yo me había dicho:
Tú me llamarás "Mi padre",
y nunca dejarás de ir detrás de mí.
3:20 Pero como una mujer traiciona a su marido,
así me han traicionado ustedes, casa de Israel
—oráculo del Señor—.
3:21 En los montes desolados se escucha una voz:
son llantos y súplicas de los hijos de Israel,
porque han tomado por un camino torcido,
se han olvidado del Señor, su Dios.
3:22 —¡Vuelvan, hijos apóstatas,
yo los sanaré de sus apostasías!
—Aquí estamos, venimos hacia ti,
porque tú eres el Señor, nuestro Dios.
3:23 ¡Sí, son una mentira las colinas
y el tumulto de las montañas!
¡Sí, en el Señor, nuestro Dios,
está la salvación de Israel!
3:24 La Ignominia ha devorado
las ganancias de nuestros padres
desde nuestra juventud:
sus ovejas y sus vacas,
sus hijos y sus hijas.
3:25 Acostémonos en nuestra ignominia
y que nos cubra nuestra vergüenza,
porque hemos pecado contra el Señor, nuestro Dios,
nosotros y nuestros padres,
desde nuestra juventud hasta el día de hoy,
y no hemos escuchado
la voz del Señor, nuestro Dios.
 
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astaroth1
view post Posted on 16/8/2010, 13:49




CAPÍTULO 4

4:1 Si quieres volver, Israel —oráculo del Señor—
vuélvete a mí.
Si apartas tus ídolos abominables,
no tendrás que huir de mi presencia.
4:2 Si juras por la vida del Señor
con lealtad, rectitud y justicia,
entonces las naciones se bendecirán en él
y en él se gloriarán.
4:3 Porque así habla el Señor
a los hombres de Judá y a Jerusalén:
Roturen el terreno baldío Oseas 10, 12
y no siembren entre espinas.
4:4 Circuncídense para el Señor
y quiten el prepucio de sus corazones,
hombres de Judá y habitantes de Jerusalén,
no sea que mi furor estalle como un fuego
y queme, sin que nadie lo extinga,
a causa de sus malas acciones.

Invasión del enemigo del Norte


4:5 ¡Anuncien esto en Judá,
proclámenlo en Jerusalén!
¡Toquen la trompeta en el país,
griten a voz en cuello y digan:
Reúnanse y entremos en las ciudades fortificadas!
4:6 ¡Levanten una señal hacia el lado de Sión,
busquen un refugio, no se detengan!
Porque yo hago venir del Norte una desgracia
y una gran calamidad.
4:7 Un león ha subido de su espesura,
un destructor de naciones se ha puesto en marcha,
ha salido de su morada,
para reducir tu país a la devastación:
tus ciudades serán destruidas
y quedarán despobladas.
4:8 A causa de esto, pónganse un cilicio,
laméntense y giman,
porque no se ha apartado de nosotros
el ardor de la ira del Señor.
4:9 Aquel día —oráculo del Señor—
desfallecerá el corazón del rey
y el corazón de los príncipes;
los sacerdotes estarán consternados
y quedarán atónitos los profetas.
4:10 Yo dije: "¡Ah, Señor,
realmente has engañado a este pueblo y a Jerusalén,
diciendo: 'Ustedes tendrán paz',
y ahora estamos con la espada a la garganta!"
4:11 En aquel tiempo,
se dirá a este pueblo y a Jerusalén:
Un viento abrasador, sobre los montes desolados,
avanza por el desierto hacia la hija de mi pueblo,
y no es para aventar y desgranar el trigo:
4:12 es un viento impetuoso que llega para servirme.
Ahora, yo mismo, voy a pronunciar juicios contra ellos.
4:13 ¡Ahí sube como las nubes,
sus carros son como el huracán,
sus caballos, más veloces que las águilas!
¡Ay de nosotros, porque somos devastados!

Advertencia final a Jerusalén amenazada

4:14 ¡Limpia tu corazón de toda maldad,
a fin de ser salvada, Jerusalén!
¿Hasta cuándo se albergarán dentro de ti
tus pensamientos culpables?
4:15 Porque una voz anuncia desde Dan,
y da la infausta noticia desde la montaña de Efraím.
4:16 Háganselo saber a las naciones,
proclámenlo contra Jerusalén:
Llegan invasores de una tierra lejana
y lanzan gritos contra las ciudades de Judá.
4:17 Rodean a Jerusalén como los guardianes de un campo,
porque ella se ha rebelado contra mí —oráculo del Señor—.
4:18 Tu conducta y tus acciones
te han acarreado todo esto.
Ahí está tu mal: ¡Qué amargo es!
¡Cómo te llega al corazón!

Angustia del profeta ante la desgracia de su país

4:19 ¡Mis entrañas, mis entrañas!
¡Me retuerzo de dolor!
¡Las fibras de mi corazón!
¡Mi corazón se conmueve dentro de mí,
no puedo callarme!
Porque oigo el sonido de la trompeta,
el clamor del combate.
4:20 Se anuncia un desastre tras otro,
porque está devastado todo el país:
mis carpas fueron devastadas de repente,
mis pabellones, en un instante.
4:21 ¿Hasta cuándo tendré que ver la señal
y oír el sonido de la trompeta?

El veredicto de Dios

4:22 Ciertamente, mi pueblo es necio,
ellos no me conocen;
son hijos insensatos,
faltos de entendimiento;
son sabios para hacer el mal,
pero no saben hacer el bien.

La desolación en el país

4:23 Miro a la tierra, y es un caos,
a los cielos, y ya no tienen su luz.
4:24 Miro a las montañas, y ellas tiemblan,
se sacuden todas las colinas.
4:25 Miro, y no hay ni un solo hombre,
y han huido todos los pájaros del cielo.
4:26 Miro, y el vergel es un desierto,
todas sus ciudades están en ruinas,
delante del Señor,
delante del ardor de su ira.
4:27 Porque así habla el Señor:
Todo el país será una desolación,
pero no consumaré el exterminio.
4:28 A causa de esto, el país estará de duelo
y se oscurecerán los cielos en lo alto,
porque yo hablé y no me arrepentiré,
lo decidí y no me retractaré.

La agonía de Sión

4:29 Al grito de la caballería y los arqueros,
huye todo el país:
entran en las espesuras,
suben a los peñascos,
todas las ciudades son abandonadas,
no queda un solo habitante.
4:30 Y tú, ¿qué vas a hacer?
Aunque te vistas de púrpura
y te atavíes con adornos de oro,
aunque te pintes los ojos con antimonio,
en vano te embellecerás:
tus amantes te desprecian,
lo que buscan es quitarte la vida.
4:31 Sí, oigo gritos como los de una parturienta,
gemidos como los de una primeriza:
es la voz de la hija de Sión
que pierde el aliento,
que extiende las manos:
"¡Ay, pobre de mí, estoy exhausta
frente a los asesinos!"
 
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astaroth1
view post Posted on 16/8/2010, 14:20




CAPÍTULO 5

La depravación moral de Judá


5:1 Recorran las calles de Jerusalén, miren e infórmense bien;
busquen por sus plazas
a ver si encuentran un hombre,
si hay alguien que practique el derecho,
que busque la verdad,
y yo perdonaré a la ciudad.
5:2 Aun cuando dicen: "¡Por la vida del Señor!",
en realidad, juran falsamente.
5:3 ¿Acaso tus ojos, Señor, no están puestos en la verdad?
Tú los golpeaste, y no les dolió,
los exterminaste, y rehusaron aceptar la lección;
endurecieron su rostro más que una roca,
no quisieron convertirse.
5:4 Yo decía: "Sólo la gente del pueblo
es la que obra estúpidamente,
porque no conocen el camino del Señor,
el derecho de su Dios.
5:5 Me dirigiré a los grandes y les hablaré:
Ellos sí que conocen el camino del Señor,
el derecho de su Dios".
Pero también ellos han quebrado el yugo,
han roto las ataduras.
5:6 Por eso los ataca el león de la selva,
los devasta el lobo de las estepas,
el leopardo está al acecho frente a sus ciudades:
todo el que sale de ellas es despedazado.
Porque son numerosas sus rebeldías,
incontables sus apostasías.

La actitud del Señor ante la infidelidad de su Pueblo


5:7 ¿Cómo podré perdonarte esto?
Tus hijos me han abandonado,
han jurado por lo que no es Dios.
Yo los sacié, y ellos fueron adúlteros,
van en tropel a los prostíbulos.
5:8 Son caballos bien cebados y fogosos,
cada uno relincha por la mujer de su vecino.
5:9 ¿No los voy a castigar por esto?
—oráculo del Señor—.
De una nación semejante,
¿no me voy a vengar?

La eficacia de la palabra profética

5:10 Suban a sus terrazas y destruyan,
pero no lleven a cabo el exterminio.
Arranquen sus sarmientos,
ya que no pertenecen al Señor.
5:11 Porque la casa de Israel y la casa de Judá
no han hecho más que traicionarme
—oráculo del Señor—.
5:12 Ellos renegaron del Señor,
diciendo: "¡Él no cuenta!
¡No nos pasará nada malo,
no veremos ni la espada ni el hambre!
5:13 Los profetas no son más que viento,
y no está en ellos la palabra del Señor".
5:14 Por eso, así habla el Señor,
el Dios de los ejércitos:
Por haber pronunciado esta palabra,
5:13b les sucederá lo siguiente:
5:14c Yo haré que mis palabras
sean un fuego en tu boca,
y ese pueblo será la leña
que el fuego devorará.

Anuncio del castigo divino

5:15 Yo haré venir contra ustedes,
casa de Israel,
a una nación lejana —oráculo del Señor—:
es una nación invencible,
una nación antiquísima,
una nación cuya lengua no conoces
y a la que no entiendes cuando habla.
5:16 Su aljaba es como un sepulcro abierto,
todos ellos son guerreros valerosos.
5:17 Ella devorará tu cosecha y tu pan,
devorará tus rebaños y tu ganado,
devorará tu viña y tu higuera,
destruirá con la espada tus plazas fuertes,
en las que tienes puesta tu confianza.
5:18 Sin embargo, tampoco en aquellos días
—oráculo del Señor—
consumaré el exterminio con ustedes.
5:19 Y cuando ellos digan: "¿Por qué razón el Señor, nuestro Dios, nos ha hecho todo esto?", tú les responderás: "Así como ustedes me han abandonado y han servido en su propio país a dioses extraños, así servirán a extranjeros en un país que no es el de ustedes".

Consecuencias del pecado sobre el orden de la creación


5:20 Anuncien esto en la casa de Jacob,
proclámenlo en Judá, diciendo:
5:21 Escuchen bien esto,
pueblo estúpido y sin inteligencia:
ellos tienen ojos y no ven,
tienen oídos y no oyen.
5:22 ¿No me temen a mí? —oráculo del Señor—.
¿No temblarán delante de mí,
que puse la arena como frontera del mar,
límite eterno e infranqueable?
Sus olas se agitan, pero son impotentes,
braman, pero no lo traspasan. Job 38, 8-11
5:23 Este pueblo tiene un corazón rebelde e indócil,
se han apartado y se han ido,
5:24 y no han dicho en su corazón:
"Temamos al Señor, nuestro Dios,
que da la lluvia, la lluvia de otoño
y la lluvia de primavera a su debido tiempo,
y que nos asegura las semanas fijas para la cosecha".
5:25 Las iniquidades de ustedes han desordenado esto,
sus pecados los han privado de estos bienes.

La corrupción de las clases dirigentes

5:26 Sí, en mi pueblo hay hombres malvados,
que están al acecho, agazapados como cazadores,
tienden trampas, atrapan a los hombres.
5:27 Como una jaula llena de pájaros,
así están sus casas llenas de engaño.
Por eso se hacen poderosos y ricos,
5:28 están gordos, rozagantes,
traspasan los límites del mal.
Ellos no hacen justicia,
no hacen justicia al huérfano, y prosperan,
no juzgan con rectitud a los indigentes.
5:29 ¿No los voy a castigar por esto?
—oráculo del Señor—.
De una nación semejante,
¿no me voy a vengar?
5:30 Es algo espantoso, horrible,
lo que sucede en el país:
5:31 los profetas profetizan falsamente
y los sacerdotes dominan a su arbitrio.
¡Y a mi pueblo le gusta que sea así!
Pero ¿qué harán ustedes al fin?
 
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astaroth1
view post Posted on 16/8/2010, 14:58




CAPÍTULO 6

El asedio de Jerusalén


6:1 ¡Busquen un refugio, benjaminitas, fuera de Jerusalén!
¡Toquen la trompeta en Técoa,
levanten una señal en Bet Haquérem!
Porque desde el Norte amenaza una desgracia
y un gran desastre.
6:2 Yo destruyo a la hija de Sión,
a la hermosa, la refinada.
6:3 Pastores con sus rebaños llegan hasta ella,
plantan sus carpas a su alrededor,
cada uno apacienta su manada.
6:4 ¡Emprendan contra ella una guerra santa!
¡De pie, subamos al asalto en pleno mediodía!
¡Ay de nosotros, porque declina el día,
se alargan las sombras del atardecer!
6:5 ¡De pie, subamos de noche,
destruyamos sus baluartes!

Ultimátum del Señor a la ciudad asediada

6:6 Porque así habla el Señor de los ejércitos:
¡Talen sus árboles,
levanten terraplenes contra Jerusalén!
¡Es la ciudad de la mentira,
dentro de ella, todo es opresión!
6:7 Como un pozo hace brotar sus aguas,
así ella hace brotar su maldad.
"¡Violencia, atropello!", se oye decir allí,
tengo siempre delante las heridas y los golpes.
6:8 ¡Escarmienta, Jerusalén,
no sea que mi alma se aparte de ti,
y yo te convierta en una desolación,
en una tierra deshabitada!

La ira del Señor

6:9 Así habla el Señor de los ejércitos:
Rebusca como si fuera una viña
al resto de Israel;
vuelve a pasar tu mano
como el vendimiador sobre los pámpanos.
6:10 ¿A quién hablar,
a quién advertir para que escuchen?
Sus oídos están incircuncisos,
no pueden prestar atención;
la palabra del Señor se ha convertido
en un oprobio para ellos, ¡no la quieren!
6:11 —Yo estoy lleno del furor del Señor:
estoy cansado de reprimirlo.
—Derrámalo sobre los niños en la calle
y sobre los grupos de jóvenes,
porque serán apresados el hombre y la mujer,
el anciano y el que está cargado de años.
6:12 Sus casas pasarán a manos de otros,
lo mismo que los campos y las mujeres,
porque yo extenderé mi mano
contra los habitantes del país —oráculo del Señor—.
6:13 Porque del más pequeño al más grande,
todos están ávidos de ganancias,
y desde el profeta hasta el sacerdote,
no hacen otra cosa que engañar.
6:14 Ellos curan a la ligera
el quebranto de mi pueblo,
diciendo: "¡Paz, paz!",
pero no hay paz.
6:15 ¿Se avergüenzan de la abominación que cometieron?
¡No, no sienten la menor vergüenza,
no saben lo que es sonrojarse!
Por eso, ellos caerán con los que caen,
sucumbirán cuando tengan que dar cuenta,
dice el Señor.

La ruina de Israel, fruto de sus rebeldías

6:16 Así habla el Señor:
Deténgase sobre los caminos y miren,
pregunten a los senderos antiguos
dónde está el buen camino, y vayan por él:
así encontrarán tranquilidad para sus almas.
Pero ellos dijeron: "¡No iremos!"
6:17 Yo suscité para ustedes centinelas:
"Presten atención al toque de la trompeta".
Pero ellos dijeron: "¡No prestaremos atención!"
6:18 Por eso, ¡escuchen, naciones,
y tú, comunidad, ten presente lo que les espera!
6:19 Escucha, tierra:
Yo atraigo sobre este pueblo una desgracia,
fruto de sus propios designios,
porque no han atendido a mis palabras
y han despreciado mi Ley.
6:20 ¿Qué me importa el incienso que llega de Sabá
y la caña aromática de un país lejano?
Yo no acepto los holocaustos de ustedes
y sus sacrificios no me agradan.
6:21 Por eso, así habla el Señor:
Yo pongo obstáculos delante de este pueblo
y tropezarán contra ellos;
padres e hijos, vecinos y amigos
perecerán todos juntos.

El avance del pueblo invasor

6:22 Así habla el Señor:
¡Miren! Un pueblo llega del país del Norte
y surge una nación de los confines de la tierra.
6:23 Empuñan el arco y la jabalina,
son crueles y despiadados,
su voz resuena como el mar,
van montados a caballo,
dispuestos como un solo hombre para la batalla
contra ti, hija de Sión.
6:24 Al enterarnos de la noticia,
desfallecieron nuestras manos,
se apoderó de nosotros la angustia,
un temblor como de parturienta.
6:25 ¡No salgan al campo,
no vayan por el camino,
porque el enemigo tiene una espada,
reina el terror por todas partes!
6:26 ¡Cíñete un cilicio, hija de mi pueblo,
y revuélcate en la ceniza,
llora como por un hijo único,
entona un lamento lleno de amargura!
Porque en un instante
llega sobre nosotros el devastador.

El profeta, examinador del pueblo


6:27 Yo te constituí examinador de mi pueblo,
para que conozcas y examines su conducta.
6:28 Son todos rebeldes, calumniadores:
bronce o hierro, todos están pervertidos.
6:29 El fuelle resopla,
el plomo se derrite por el fuego.
Pero en vano se depura una y otra vez,
no se desprenden las escorias.
6:30 "Plata de desecho", así se los llama
porque el Señor los ha desechado.
 
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astaroth1
view post Posted on 16/8/2010, 15:25




ORÁCULOS PRONUNCIADOS SOBRE TODO EN TIEMPOS DE JOAQUÍM

CAPÍTULO 7

Anuncio de la destrucción del Templo


7:1 Palabra que llegó a Jeremías de parte del Señor, en estos términos:
7:2 Párate a la puerta de la Casa del Señor, y proclama allí esta palabra. Tu dirás: Escuchen la palabra del Señor, todos ustedes, hombres de Judá que entran por estas puertas para postrarse delante del Señor.
7:3 Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Enmienden su conducta y sus acciones, y yo haré que ustedes habiten en este lugar.
7:4 No se fíen de estas palabras ilusorias: "¡Aquí está el Templo del Señor, el Templo del Señor, el Templo del Señor!"
7:5 Pero si ustedes enmiendan realmente su conducta y sus acciones, si de veras se hacen justicia unos a otros,
7:6 si no oprimen al extranjero, al huérfano y a la viuda, si no derraman en este lugar sangre inocente, si no van detrás de otros dioses para desgracia de ustedes mismos,
7:7 entonces yo haré que ustedes habiten en este lugar, en el país que he dado a sus padres desde siempre y para siempre.
7:8 ¡Pero ustedes se fían de palabras ilusorias, que no sirven para nada!
7:9 ¡Robar, matar, cometer adulterio, jurar en falso, quemar incienso a Baal, ir detrás de otros dioses que ustedes no conocían!
7:10 Y después vienen a presentarse delante de mí en esta Casa que es llamada con mi Nombre, y dicen: "¡Estamos salvados!", a fin de seguir cometiendo todas estas abominaciones.
7:11 ¿Piensan acaso que es una cueva de ladrones esta Casa que es llamada con mi Nombre? Pero yo también veo claro —oráculo del Señor—.
7:12 Vayan a mi lugar santo de Silo, donde yo hice habitar mi Nombre en otro tiempo, y vean lo que hice con él a causa de la maldad de mi pueblo Israel.
7:13 Y ahora, porque ustedes cometieron todas esas acciones —oráculo del Señor—, porque yo les hablé incansablemente y ustedes no escucharon, porque yo los llamé y ustedes no respondieron,
7:14 yo trataré a la Casa que es llamada con mi Nombre, en la cual ustedes han puesto su confianza, y al lugar que les he dado a ustedes lo mismo que a sus padres, de la misma manera que traté a Silo.
7:15 Los arrojaré lejos de mi rostro, como arrojé a todos los hermanos de ustedes, a toda la descendencia de Efraím.

Contra los cultos idolátricos

7:16 En cuanto a ti, no ruegues por este pueblo, no eleves gritos ni plegarias en favor de él, no me insistas, porque no te escucharé.
7:17 ¿No ves acaso lo que ellos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?
7:18 Los hijos juntan leña, los padres encienden el fuego, las mujeres amasan la pasta para hacer tortas a la Reina del cielo, y se derraman libaciones a otros dioses, a fin de agraviarme.
7:19 Pero ¿es a mí al que agravian? —oráculo del Señor—. ¿No es más bien a ellos mismos, para su propia confusión?
7:20 Por eso, así habla el Señor: Miren que mi ira y mi furor se van a derramar sobre este lugar, sobre los hombres y los animales, sobre los árboles de los campos y los frutos del suelo: ¡arderá mi furor y no se extinguirá!

Contra el culto puramente exterior


7:21 Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: ¡Añadan holocaustos a sus sacrificios y cómanse la carne!
7:22 Porque el día en que hice salir a sus padres del país de Egipto, no les hablé ni les ordené nada acerca de holocaustos y sacrificios.
7:23 Esta fue la orden que les di: Escuchen mi voz, así yo seré su Dios y ustedes serán mi Pueblo; sigan por el camino que yo les ordeno, a fin de que les vaya bien.
7:24 Pero ellos no escucharon ni inclinaron sus oídos, sino que obraron según sus designios, según los impulsos de su corazón obstinado y perverso; se volvieron hacia atrás, no hacia adelante.
7:25 Desde el día en que sus padres salieron de Egipto hasta el día de hoy, yo les envié a todos mis servidores los profetas, los envié incansablemente, día tras día.
7:26 Pero ellos no me escucharon ni inclinaron sus oídos, sino que se obstinaron y obraron peor que sus padres.
7:27 Tú les dirás todas estas palabras y no te escucharán; los llamarás y no te responderán.
7:28 Entonces les dirás: "Esta es la nación que no ha escuchado la voz del Señor, su Dios, ni ha recibido la lección. La verdad ha desaparecido, ha sido arrancada de su boca".

Contra las perversiones cultuales


7:29 Córtate la cabellera y arrójala,
entona un canto fúnebre sobre los montes desolados,
porque el Señor ha desechado y rechazado
a la generación que provocó su ira.
7:30 Porque la gente de Judá hizo lo que es malo a mis ojos —oráculo del Señor—. Ellos han puesto sus ídolos en la Casa que es llamada con mi Nombre, para hacerla impura;
7:31 edificaron el lugar alto de Tófet, que está en el valle de Ben Hinnóm, para quemar a sus hijos y a sus hijas, cosa que yo no ordené ni se me pasó por la mente.
7:32 Por eso, llegarán los días —oráculo del Señor— en que no se dirá más "el Tófet" ni "valle de Ben Hinnóm", sino "valle de la Masacre", y se enterrará a los muertos en Tófet, por falta de sitio.
7:33 Los cadáveres de este pueblo serán pasto de las aves del cielo y de las fieras de la tierra, sin que nadie las espante.
7:34 Y yo haré desaparecer de las ciudades de Judá y de las calles de Jerusalén el grito de alegría y el grito de júbilo, el canto del esposo y el canto de la esposa, porque el país se convertirá en una ruina.
 
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astaroth1
view post Posted on 16/8/2010, 16:37




CAPÍTULO 8

El castigo de los idólatras


8:1 En aquel tiempo —oráculo del Señor— sacarán de sus tumbas los huesos de los reyes de Judá, los huesos de sus príncipes, los huesos de los sacerdotes, los huesos de los profetas y los huesos de los habitantes de Jerusalén.
8:2 Los expondrán ante el sol y la luna, y ante todo el Ejército de los cielos, a los que ellos amaron y sirvieron, a los que ellos siguieron y consultaron, y ante los cuales se postraron. Y no serán recogidos ni enterrados, sino que se convertirán en estiércol sobre la superficie del suelo.
8:3 La muerte será preferible a la vida para todos los sobrevivientes que hayan quedado de esa familia perversa, en todos los lugares adonde yo los expulsaré —oráculo del Señor de los ejércitos—.

El obstinado extravío de Israel

8:4 Tú les dirás: Así habla el Señor:
¿No se levanta el que cae?
¿Y no vuelve el que se desvía?
8:5 ¿Por qué entonces ha defeccionado este pueblo
y Jerusalén es una apostasía sin fin?
Ellos se aferran a sus ilusiones,
se niegan a volver.
8:6 Yo escuché con la mayor atención:
ellos no hablan como es debido,
ni uno solo se arrepiente de su maldad,
diciendo: "¿Qué es lo que hice?"
Todos vuelven a sus andanzas,
como un caballo que se lanza al combate.
8:7 Hasta la cigüeña, en el cielo,
conoce sus estaciones;
la tórtola, la golondrina y la grulla
tienen en cuenta el tiempo de sus migraciones.
¡Pero mi pueblo no conoce
el derecho del Señor!

Contra los escribas

8:8 ¿Cómo ustedes se atreven a decir: "Somos sabios
y la Ley del Señor está con nosotros",
siendo así que la ha falsificado
la pluma engañosa de los escribas?
8:9 Los sabios se cubrirán de vergüenza,
quedarán espantados, atrapados.
Ellos han despreciado la palabra del Señor:
¿qué sabiduría es entonces la de ellos?

Contra los sacerdotes y los profetas

8:10 Por eso, yo entregaré sus mujeres a otros,
y sus campos a usurpadores.
Porque del más pequeño al más grande,
todos están ávidos de ganancias,
y desde el profeta hasta el sacerdote,
no hacen otra cosa que engañar.
8:11 Ellos curan a la ligera
el quebranto de la hija de mi pueblo,
diciendo: "¡Paz, paz!",
pero no hay paz.
8:12 ¿Se avergüenzan de la abominación que cometieron?
¡No, no sienten la menor vergüenza,
no saben los que es sonrojarse!
Por eso, ellos caerán con los que caen,
sucumbirán cuando tengan que dar cuenta,
dice el Señor.
8:13 Cuando quiero cosechar entre ellos —oráculo del Señor—
no hay uvas en la viña,
no hay higos en la higuera,
y el follaje está marchito.

Fuga precipitada ante el avance del enemigo


8:14 ¿Por qué nos quedamos quietos?
Reúnanse y entremos en las plazas fuertes
para perecer allí,
porque el Señor, nuestro Dios, nos hace perecer
y nos da de beber agua envenenada,
porque hemos pecado contra el Señor.
8:15 Se esperaba la paz, ¡y no hay nada bueno...!
el tiempo de la curación, ¡y sobrevino el espanto!
8:16 Desde Dan se escucha
el resuello de sus caballos;
por el ruido de los relinchos de sus corceles
tiembla toda la tierra.
Ellos llegan y devoran
el país y todo lo que hay en él,
la ciudad y a los que habitan en ella.
8:17 Porque yo envío contra ustedes
serpientes venenosas,
contra las que no hay encantamientos:
ellas los morderán —oráculo del Señor—
8:18 y no habrá remedio.
Lamentación del profeta por la ruina de su pueblo
Me invade la aflicción,
mi corazón está dolorido.
8:19 El grito de alarma de la hija de mi pueblo
se eleva a lo largo de todo el país:
"¿No está el Señor en Sión,
no está en ella su Rey?"
¿Por qué me han indignado con sus ídolos,
con las Vanidades del extranjero?
8:20 "Pasó la cosecha, terminó el verano,
¡y nosotros no hemos sido salvados!"
8:21 Estoy abrumado por el desastre de la hija de mi pueblo,
estoy ensombrecido, la consternación se apoderó de mí.
8:22 ¿No hay más bálsamo en Galaad?
¿No hay allí ningún médico?
¿Por qué entonces no cicatriza
la llaga de la hija de mi pueblo?
8:23 ¡Ojalá mi cabeza se convirtiera en llanto
y mis ojos en fuente de lágrimas,
para llorar de día y de noche
por las víctimas de la hija de mi pueblo!
 
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astaroth1
view post Posted on 16/8/2010, 17:11




CAPÍTULO 9

La corrupción moral de Judá


9:1 ¡Ah, si tuviera en el desierto un albergue de caminantes!
Yo abandonaría a mi pueblo
y me iría lejos de ellos.
Porque todos son adúlteros,
una banda de traidores.
9:2 Tienden su lengua como un arco:
la mentira, y no la verdad,
es lo que reina en el país,
porque ellos van de mal en peor
y no me conocen —oráculo del Señor—.
9:3 Que cada uno se cuide de su amigo
y nadie se fíe de su hermano,
porque el hermano suplanta al hermano
y el amigo no hace más que calumniar.
9:4 Cada uno se burla de su amigo,
ellos no dicen la verdad;
han habituado sus lenguas a mentir,
están pervertidos, son incapaces de convertirse.
9:5 ¡Violencia y más violencia!¡Engaño y más engaño!
Ellos se niegan a conocerme —oráculo del Señor—.
9:6 Por eso, así habla el Señor de los ejércitos:
Yo voy a depurarlos y a probarlos,
porque ¿qué puedo hacer ante su maldad?
9:7 Su lengua es una flecha mortífera,
las palabras de su boca no son más que engaño;
se habla de paz al amigo
y por dentro se le tiende una celada.
9:8 ¿No los voy a castigar por esto?
—oráculo del Señor—.
De una nación semejante,
¿no me voy a vengar?

La razón del castigo inminente

9:9 Yo haré resonar en las montañas llantos y gemidos,
y en las praderas del desierto, un canto fúnebre.
Porque están abrasadas, nadie transita por ellas,
y no se escucha el rumor de los rebaños;
desde los pájaros del cielo hasta el ganado
todos huyeron, se han ido.
9:10 Yo haré de Jerusalén un montón de escombros,
una guarida de chacales,
reduciré las ciudades de Judá a una desolación,
sin ningún habitante.
9:11 ¿Quién es el hombre bastante sabio
para comprender todo esto?
¿A quien le habló la boca del Señor
para que lo anuncie?
¿Por qué ha perecido el país,
ha sido abrasado como el desierto
por donde nadie transita?
9:12 Dice el Señor: Ellos abandonaron mi Ley, la que yo había puesto delante de ellos; no escucharon mi voz ni procedieron conforme a ella,
9:13 sino que siguieron los impulsos de su corazón obstinado, y a los Baales, que sus padres les enseñaron a conocer.
9:14 Por eso, así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Yo les haré comer ajenjo y les daré de beber agua envenenada.
9:15 Los dispersaré entre las naciones, que ni ellos ni sus padres conocían, y enviaré la espada detrás de ellos, hasta exterminarlos por completo.

La mortandad general

9:16 Así habla el Señor de los ejércitos:
¡Atención! ¡Llamen a las plañideras, y que vengan!
¡Manden a buscar a las más expertas, y que vengan!
9:17 ¡Que se apuren a lanzar gemidos
por nosotros!
¡Que nuestros ojos se deshagan en lágrimas
y brote el llanto de nuestras pupilas!
9:18 Porque se oye desde Sión el rumor de los gemidos:
"¡Cómo hemos sido devastados,
cubiertos de vergüenza!
Tenemos que abandonar el país,
porque han derribado nuestros hogares".
9:19 ¡Sí, escuchen, mujeres, la palabra del Señor,
que reciban sus oídos la palabra de su boca!
Enseñen a sus hijas este gemido
y unas a otras, este canto fúnebre:
9:20 "La Muerte ha trepado por nuestras ventanas,
ha entrado en nuestros palacios,
arrancando de las calles a los niños,
y a los jóvenes de las plazas.
9:21 Los cadáveres de los hombres yacen
como estiércol sobre la superficie de los campos,
como una gavilla detrás del segador,
y nadie los recoge".

La verdadera sabiduría

9:22 Así habla el Señor:
Que el sabio no se gloríe de su sabiduría,
que el fuerte no se gloríe de su fuerza
ni el rico se gloríe de su riqueza.
9:23 El que se gloría, que se gloríe de esto:
de tener inteligencia y conocerme.
Porque yo soy el Señor, el que practica la fidelidad,
el derecho y la justicia sobre la tierra.
Sí, es eso lo que me agrada,
—oráculo del Señor—.

La falsa circuncisión

9:24 Llegarán los días —oráculo del Señor— en que yo castigaré a todo circunciso que es un incircunciso:
9:25 a Egipto, a Judá, a Edóm, a los amonitas, a Moab y a todos los "Sienes rapadas" que habitan en el desierto. Porque todas las naciones son incircuncisas, y toda la casa de Israel es incircuncisa de corazón.
 
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astaroth1
view post Posted on 17/8/2010, 14:29




CAPÍTULO 10

Los ídolos y el Dios viviente


10:1 ¡Escuchen, casa de Israel, la palabra que les dirige el Señor!
10:2 Así habla el Señor:
No imiten las costumbres de los paganos
ni se atemoricen por los signos del cielo,
porque son los paganos
los que temen esas cosas.
10:3 Sí, el Terror de los pueblos no vale nada:
es una madera que se corta en el bosque,
una obra cincelada por la mano del orfebre;
10:4 se la embellece con plata y oro,
se la asegura con clavos y martillos,
para que no se tambalee.
10:5 Ellos son como un espantapájaros,
en un campo de pepinos;
no pueden hablar,
hay que transportarlos, porque no dan ni un paso.
¡No les tengan miedo, no hacen ningún mal,
ni tampoco son capaces de hacer el bien!
10:6 No hay nadie como tú, Señor:
tú eres grande
y es grande la fuerza de tu Nombre.
10:7 ¿Quién no sentirá temor de ti,
Rey de las naciones?
Sí, eso es lo que te corresponde,
porque entre todos los sabios de las naciones
y en todos sus reinos,
no hay nadie como tú.
10:8 Todos ellos, por igual,
son estúpidos y necios:
vana es su enseñanza,
no son más que madera,
10:9 plata laminada traída de Tarsis
y oro de Ufaz,
obra de un orfebre, de las manos de un fundidor,
con vestiduras de púrpura y carmesí:
¡obra de artesanos es todo eso!
10:10 Pero el Señor es el Dios verdadero,
él es un Dios viviente y un Rey eterno.
Cuando él se irrita, la tierra tiembla
y las naciones no pueden soportar su enojo.
10:11 Esto es lo que ustedes dirán de ellos: "Los dioses que no hicieron ni el cielo ni la tierra, desaparecerán de la tierra y de debajo del cielo".
10:12 Con su poder él hizo la tierra,
con su sabiduría afianzó el mundo,
y con su inteligencia extendió el cielo.
10:13 Cuando él truena, retumban las aguas en el cielo,
hace subir las nubes desde el horizonte,
desata la lluvia con los relámpagos,
hace salir el viento de sus depósitos.
10:14 El hombre queda aturdido, sin comprender,
el fundidor se avergüenza de su ídolo,
porque su estatua es una mentira,
y en nada de eso hay aliento de vida;
10:15 son pura vanidad, una obra ridícula,
perecerán cuando haya que dar cuenta.
10:16 Pero no es como ellos la Parte de Jacob,
porque él ha modelado todas las cosas;
Israel es la tribu de su herencia,
su nombre es: "Señor de los ejércitos".

El dolor por el desastre inminente

10:17 ¡Recoge del suelo tu equipaje,
tú que estás bajo el asedio!
10:18 Porque así habla el Señor:
Esta vez lanzaré como una honda
a todos los habitantes del país;
estrecharé el cerco sobre ellos,
para que sean alcanzados.
10:19 ¡Ay de mí, a causa de mi desastre!
¡Mi llaga es incurable!
Y eso que yo decía:
"Es mi sufrimiento, lo soportaré".
10:20 Mi carpa ha sido devastada
y se han roto todas mis cuerdas.
Mis hijos me dejaron, ya no están más,
no hay nadie que despliegue mi carpa
y levante mis toldos.
10:21 Porque los pastores se han vuelto necios
y no han buscado al Señor:
por eso no han obrado con acierto
y se ha dispersado todo su rebaño.
10:22 ¡Oigan el rumor! ¡Ya llega!
Un gran estruendo viene del país del Norte
para hacer de las ciudades de Judá
una desolación, una guarida de chacales.

Oración del profeta

10:23 Yo sé, Señor,
que el hombre no es dueño de su camino,
ni está en poder del caminante
dirigir sus propios pasos.
10:24 Corrígeme, Señor, pero con equidad,
no según tu indignación,
para no rebajarme demasiado.
10:25 Derrama tu furor
sobre las naciones que no te conocen,
y sobre las familias que no invocan tu Nombre.
Porque ellas han devorado a Jacob,
lo han devorado, lo han exterminado,
y han devastado su morada.
 
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astaroth1
view post Posted on 17/8/2010, 14:57




CAPÍTULO 11

Exhortación al cumplimiento de la Alianza


11:1 Palabra que llegó a Jeremías de parte del Señor, en estos términos:
11:2 Habla a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén,
11:3 y diles: Así habla el Señor, Dios de Israel: Maldito sea el hombre que no escucha las palabras de esta Alianza,
11:4 que yo prescribí a los padres de ustedes, el día en que los hice salir del país de Egipto, de ese horno para fundir el hierro. Yo les dije: Escuchen mi voz y obren conforme a todo lo que les prescribo; entonces ustedes serán mi Pueblo y yo seré su Dios.
11:5 Así mantendré el juramento que hice a sus padres, de darles una tierra que mana leche y miel, como sucede en el día de hoy. Yo respondí: "Amén, Señor".
11:6 El Señor me dijo: Proclama todas estas palabras en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, diciendo: Escuchen las palabras de esta Alianza y pónganlas en práctica.
11:7 Porque yo dirigí una solemne advertencia a sus padres el día en que los hice salir del país de Egipto, y hasta el día de hoy les he advertido incansablemente, diciendo: "¡Escuchen mi voz!"
11:8 Pero ellos no han escuchado ni han inclinado sus oídos, sino que han seguido los impulsos de su corazón obstinado y perverso. Por eso hice venir sobre ellos todas las palabras de esta Alianza, que yo les había ordenado practicar y ellos no han practicado.
11:9 El Señor me dijo: Se han conjurado los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén.
11:10 Han vuelto a las iniquidades de sus primeros padres, que rehusaron escuchar mis palabras; también ellos han ido detrás de otros dioses para servirlos. La casa de Israel y la casa de Judá han roto la Alianza que yo había hecho con sus padres.
11:11 Por eso, así habla el Señor: Yo haré venir sobre ellos una desgracia de la que no podrán librarse; gritarán hacia mí, pero yo no los escucharé.
11:12 Las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén irán a gritar a los dioses a los que quemaron incienso, pero ellos no podrán salvarlos en el tiempo de su desgracia.
11:13 Porque tan numerosos como tus ciudades
son tus dioses, Judá.
Tan numerosos como las calles de Jerusalén
son los altares que ustedes han erigido a la Ignominia,
los altares para quemar incienso a Baal.
11:14 En cuanto a ti, no ruegues por este pueblo, no eleves gritos ni plegarias en favor de ellos, porque yo no escucharé, cuando clamen hacia mí a causa de su desgracia.
Reproche a los que frecuentan el Templo
11:15 ¿Qué viene a hacer mi amada en mi Casa?
Su conducta no es más que doblez.
¿Acaso los votos y la carne consagrada
alejarán de ti la desgracia?
Entonces sí podrías alegrarte.
11:16 "Olivo frondoso de hermosa figura"
es el nombre que te dio el Señor.
Pero en medio de un gran estruendo,
él prendió fuego a su follaje
y arden sus ramas.
11:17 El Señor de los ejércitos, que te había plantado, anuncia una desgracia contra ti, a causa del mal que la casa de Israel y la casa de Judá han cometido para agraviarme, quemando incienso en honor de Baal.

Conspiración contra Jeremías en Anatot

11:18 El Señor de los ejércitos me lo ha hecho saber y yo lo sé. Entonces tú me has hecho ver sus acciones.
11:19 Y yo era como un manso cordero, llevado al matadero, sin saber que ellos urdían contra mí sus maquinaciones: "¡Destruyamos el árbol mientras tiene savia, arranquémoslo de la tierra de los vivientes, y que nadie se acuerde más de su nombre!"
11:20 Señor de los ejércitos, que juzgas con justicia,
que sondeas las entrañas y los corazones,
¡que yo vea tu venganza contra ellos,
porque a ti he confiado mi causa!
11:21 Por eso, así habla el Señor contra los hombres de Anatot, que intentan quitarte la vida, diciendo: "¡No profetices en nombre del Señor, si no quieres morir en nuestras manos!"
11:22 Por eso, así habla el Señor de los ejércitos: Yo los voy a castigar: sus jóvenes morirán bajo la espada, sus hijos y sus hijas morirán de hambre.
11:23 No quedará ningún resto, porque haré venir una desgracia sobre la gente de Anatot, el año en que tengan que dar cuenta.
 
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nubarus
view post Posted on 17/8/2010, 15:29




CAPÍTULO 12

La prosperidad de los malvados


12:1 Tú eres demasiado justo, Señor, para que yo te recrimine;
sin embargo, quiero tratar contigo
una cuestión de justicia.
¿Por qué prospera el camino de los malvados
y están en paz todos los traidores?
12:2 Tú los plantas y ellos echan raíces,
crecen y producen fruto.
Tú estás cerca de sus labios
y lejos de sus sentimientos.
12:3 Pero tú me conoces, Señor, tú me ves,
has sondeado mi actitud hacia ti.
Arrástralos como ovejas al matadero,
resérvalos para el día de la masacre.
12:4 ¿Hasta cuándo el país estará de duelo
y se secará toda la hierba del campo?
Por la maldad de los que habitan en él
perecen las bestias y los pájaros.
Porque ellos dicen: "¡Él no ve nuestros senderos!"
12:5 Si ya te fatiga una carrera de a pie,
¿cómo competirás con los caballos?
Si en una tierra de paz no te sientes seguro,
¿qué harás en la espesura del Jordán?
12:6 Porque hasta tus hermanos y la casa de tu padre,
hasta ellos mismos te traicionan,
ellos mismos gritan a voz en cuello detrás de ti.
No te fíes de ellos,
cuando te dirigen hermosas palabras.

La devastación de Judá


12:7 He abandonado mi casa,
he rechazado mi herencia,
he entregado lo que más quería
al poder de sus enemigos.
12:8 Mi herencia ha sido para mí
como un león en la selva;
ella lanzó rugidos contra mí,
por eso la detesto.
12:9 Mi herencia es un pájaro multicolor,
asediado por las aves de rapiña.
¡Vayan, reúnanse, todas las fieras del campo,
vengan a devorar!
12:10 Muchos pastores han arrasado mi viña,
han pisoteado mi parcela,
han hecho de mi parcela deliciosa
un desierto desolado;
12:11 la han convertido en una desolación,
está de duelo, desolada delante de mí;
todo el país está devastado,
sin que nadie se lo tome a pecho.
12:12 Por todos los montes del desierto
llegaron devastadores,
porque el Señor tiene una espada que devora
de un extremo al otro del país:
¡no hay paz para ningún ser viviente!
12:13 Sembraron trigo y cosecharon espinas,
se han agotado sin ningún provecho:
¡avergüéncense de sus cosechas,
por el ardor de la ira del Señor!

Juicio y salvación de los pueblos vecinos

12:14 Así habla el Señor: A todos mi malos vecinos que tocan la herencia que hice heredar a mi pueblo Israel, yo los voy a arrancar de su suelo, y a la casa de Judá la arrancaré de en medio de ellos.
12:15 Pero, después de haberlos arrancado, me compadeceré nuevamente de ellos y los haré volver, cada uno a su herencia y cada uno a su país.
12:16 Y si ellos aprenden los caminos de mi pueblo, jurando por mi Nombre, por la vida del Señor, como ellos enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, entonces serán edificados en medio de mi pueblo.
12:17 Pero si no escuchan, yo arrancaré a esa gente: la arrancaré y la haré desaparecer —oráculo del Señor—.
 
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belzebuth666
view post Posted on 17/8/2010, 15:38




CAPÍTULO 13

El simbolismo de la faja estropeada


13:1 Así me habló el Señor: "Ve a comprarte una faja de lino; te la ajustarás a la cintura, pero no la meterás en el agua".
13:2 Yo compré la faja, conforme a la palabra del Señor, y me la ajusté a la cintura.
13:3 La palabra del Señor me llegó por segunda vez, en estos términos:
13:4 "Toma la faja que habías comprado y que llevas puesta a la cintura. Ve en seguida a Perat y escóndela allí en la hendidura de una roca".
13:5 Yo fui a esconderla en Perat, como el Señor me lo había ordenado.
13:6 Al cabo de muchos días, el Señor me dijo: "Ve enseguida a Perat y recoge la faja que yo te mandé esconder allí".
13:7 Yo fui a Perat, cavé y recogí la faja del lugar donde la había escondido: la faja estaba estropeada, no servía para nada.
13:8 Entonces la palabra del Señor me llegó en estos términos:
13:9 Así habla el Señor: De esa misma manera destruiré el orgullo de Judá y el gran orgullo de Jerusalén.
13:10 Este pueblo malvado, que se niega a escuchar mis palabras, que sigue los impulsos de su corazón obstinado, que va detrás de otros dioses para servirlos y postrarse delante de ellos, será como esta faja que ya no sirve para nada.
13:11 Porque así como la faja se adhiere a la cintura del hombre, así yo me había adherido a toda la casa de Israel y a toda la casa de Judá —oráculo del Señor— para que ellos fueran mi pueblo, mi renombre, mi honor y mi gloria. ¡Pero no han escuchado!

Los cántaros rotos


13:12 Tú les dirás esta palabra: Así habla el Señor, el Dios de Israel: "Todo cántaro debe llenarse de vino". Y si ellos te dicen: "¿No sabemos acaso que todo cántaro debe llenarse de vino?",
13:13 tú les responderás: "Así habla el Señor: Yo voy a llenar de bebida embriagante a todos los habitantes de este país: a los reyes descendientes de David que se sientan en su trono, a los sacerdotes, a los profetas y a todos los habitantes de Jerusalén.
13:14 Los haré pedazos unos contra otros, a los padres y a los hijos juntamente —oráculo del Señor—: no me dejaré llevar de la piedad, ni de la clemencia, ni de la compasión, sino que los destruiré".

Una última advertencia

13:15 ¡Escuchen y presten atención,
no sean altaneros,
porque ha hablado el Señor!
13:16 ¡Den gloria al Señor, su Dios,
antes que él haga oscurecer,
antes que los pies de ustedes tropiecen
contra las montañas del crepúsculo!
Ustedes aguardan la luz,
y él la cambiará en tinieblas,
la convertirá en densa oscuridad.
13:17 Si ustedes no escuchan esto,
mi alma llorará en secreto,
por el orgullo de ustedes;
lloraré a lágrima viva,
mis ojos se disolverán en lágrimas,
porque el rebaño del Señor irá al cautiverio.

Contra el rey y la reina madre

13:18 Digan al rey y a la reina madre:
Siéntense en el suelo,
porque se les ha caído de la cabeza
la corona de gloria.
13:19 Las ciudades del Négueb están bloqueadas
y nadie abre paso.
Todo Judá ha sido deportado,
deportado masivamente.

Amenaza contra Jerusalén

13:20 ¡Levanta los ojos, Jerusalén,
y mira a los que llegan del Norte!
¿Dónde está el rebaño que se te había confiado,
las ovejas que eran tu gloria?
13:21 ¿Qué dirás cuando te impongan como jefes
a esos mismos que tú habías acostumbrado
a ser tus amigos íntimos?
¿No serás acaso presa de los dolores
como una parturienta?
13:22 Tal vez te digas entonces:
"¿Por qué me pasa esto?"
Por tu gran iniquidad te han levantado las faldas,
han sido violados tus talones.
13:23 ¿Puede un Etíope cambiar de piel
o un leopardo de pelaje?
Así ustedes, ¿podrían hacer el bien,
habituados como están a hacer el mal?
13:24 Pero yo los dispersaré como paja
al viento del desierto.
13:25 Esta es tu suerte, la parte que yo he medido para ti
—oráculo del Señor—.
Porque tú me has olvidado
y has confiado en la mentira,
13:26 yo, a mi vez, te alzaré las faldas hasta el rostro
para que se vea tu vergüenza.
13:27 ¡Tus adulterios y tus relinchos,
tu infame prostitución!
Sobre las colinas, en los campos,
he visto tus Inmundicias.
¡Ay de ti, Jerusalén, que no te purificas!
¿Hasta cuándo seguirás así?
 
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belzebuth666
view post Posted on 17/8/2010, 16:13




CAPÍTULO 14

La gran sequía


14:1 Palabra del Señor que llegó a Jeremías con motivo de la gran sequía:
14:2 Judá está de duelo
y sus puertas desfallecen;
están lúgubres, aterradas,
y se eleva el clamor de Jerusalén.
14:3 Los nobles mandan a sus criados
en busca de agua;
ellos van a las cisternas,
pero no encuentran agua;
vuelven con los cántaros vacíos;
avergonzados y confundidos,
se agarran la cabeza.
14:4 Al ver el suelo agrietado,
porque no hay lluvia en el país,
los campesinos, avergonzados,
se agarran la cabeza.
14:5 Sí, hasta la cierva en el campo,
deja abandonadas sus crías,
por falta de pasto;
14:6 los asnos salvajes se paran en los montes desolados,
aspiran el aire como los chacales;
sus ojos se consumen,
porque no hay más hierba.

Súplica en favor del pueblo


14:7 ¡Si nuestra iniquidad atestigua contra nosotros,
obra, Señor, a causa de tu Nombre!
Porque son muchas nuestras apostasías,
hemos pecado contra ti.
14:8 Señor, esperanza de Israel,
su salvador en el tiempo de la angustia:
¿por qué te comportas como un extranjero en el país,
como un viajero que sólo acampa para pernoctar?
14:9 ¿Por qué procedes como un hombre aturdido,
como un guerrero impotente para salvar?
Pero tú, Señor, estás en medio de nosotros,
nosotros somos llamados con tu Nombre:
¡no nos abandones!

Respuesta negativa del Señor

14:10 Así habla el Señor acerca de este pueblo: ¡Cómo les gusta vagabundear! ¡No refrenan sus pasos! Pero el Señor no se complace en ellos: ahora se va a acordar de sus faltas y va a castigar sus pecados.
14:11 El Señor me dijo: No ruegues en favor de este pueblo, no pidas por su bien.
14:12 Aunque ayunen, no escucharé sus gritos; aunque ofrezcan holocaustos y oblaciones, no los aceptaré. Antes bien, los voy a exterminar por la espada, por el hambre y la peste.
14:13 Entonces dije: "¡Ah, Señor! Mira que los profetas les dicen: Ustedes no verán la espada ni pasarán hambre, porque yo les daré una paz duradera en este lugar".
14:14 El Señor me respondió: Es falso eso que los profetas profetizan en mi Nombre; yo no los envié, no les di ninguna orden ni les hablé. Visiones engañosas, vana adivinación, fantasías de su imaginación: eso es lo que ellos profetizan para ustedes.
14:15 Por eso, acerca de los profetas que profetizan en mi Nombre sin que yo los haya enviado, y que andan diciendo: "No habrá espada ni hambre en este país": Así habla el Señor: ¡Por la espada y el hambre serán aniquilados esos profetas!
14:16 Y aquellos a quienes ellos profetizan, serán arrojados por las calles de Jerusalén, a consecuencia del hambre y de la espada, sin que haya nadie para enterrarlos, ni a ellos, ni a sus mujeres, ni a sus hijos ni a sus hijas. Yo derramaré sobre ellos su propia maldad.

Lamentación y nueva súplica del profeta

14:17 Tú les dirás esta palabra:
Que mis ojos se deshagan en lágrimas,
día y noche, sin cesar,
porque la virgen hija de mi pueblo
ha sufrido un gran quebranto,
una llaga incurable.
14:18 Si salgo al campo abierto,
veo las víctimas de la espada;
si entro en la ciudad,
veo los sufrimientos del hambre.
Sí, hasta el profeta y el sacerdote
recorren el país y no logran comprender.
14:19 ¿Has rechazado del todo a Judá?
¿Estás disgustado con Sión?
¿Por qué nos has herido sin remedio?
Se esperaba la paz,¡y no hay nada bueno...!
el tiempo de la curación,¡y sobrevino el espanto!
14:20 Reconocemos, Señor, nuestra maldad,
la iniquidad de nuestros padres,
porque hemos pecado contra ti.
14:21 A causa de tu Nombre, no desprecies,
no envilezcas el trono de tu Gloria:
¡acuérdate, no rompas tu Alianza con nosotros!
14:22 Entre los ídolos de las naciones,
¿hay alguien que haga llover?
¿Es el cielo el que envía los chaparrones?
¿No eres tú, Señor, nuestro Dios?
Nosotros esperamos en ti,
porque eres tú el que has hecho todo esto.
 
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astaroth1
view post Posted on 17/8/2010, 16:54




CAPÍTULO 15

La irrevocable decisión divina


15:1 El Señor me dijo: Aunque Moisés se presentaran delante de mí, yo no me conmovería de este pueblo. ¡Échalos fuera de mi presencia y que se vayan!
15:2 Y si ellos te dicen: "¿Adónde iremos?", tú les responderás:
¡El destinado a la muerte, a la muerte,
el destinado a la espada, a la espada,
el destinado al hambre, al hambre,
el destinado al cautiverio, al cautiverio!
15:3 Yo mandaré contra ellos cuatro clases de castigos —oráculo del Señor—: la espada para matar, los perros para arrastrar, los pájaros del cielo y las fieras de la tierra para devorar y destruir.
15:4 Haré de ellos el espanto de todos los reinos de la tierra, a causa de Manasés, hijo de Ezequías, rey de Judá, por todo lo que él hizo en Jerusalén.

Los desastres de la guerra

15:5 ¿Quién tendrá piedad de ti, Jerusalén,
y quién se condolerá por ti?
¿Quién se apartará de su camino
para averiguar cómo estás?
15:6 Fuiste tú la que me rechazaste —oráculo del Señor—,
la que te volviste atrás.
Entonces, yo extendí mi mano y te destruí,
cansado de tenerte compasión.
15:7 Yo los aventé con la horquilla
por las ciudades del país.
Dejé sin hijos a mi pueblo, lo hice perecer,
porque no se apartaban de sus caminos.
15:8 Hice a sus viudas más numerosas
que la arena de los mares;
hice venir en pleno mediodía un devastador
sobre las madres de los jóvenes guerreros;
hice caer de repente sobre ellas
la angustia y el pánico.
15:9 Desfallece la que dio a luz siete veces,
está a punto de expirar;
su sol se ha puesto en pleno día,
quedó avergonzada y confundida.
Al resto de ellos los entregaré a la espada
delante de sus enemigos —oráculo del Señor—.

Amarga queja de Jeremías

15:10 ¡Qué desgracia, madre mía, que me hayas dado a luz,
a mí, un hombre discutido y controvertido
por todo el país!
Yo no di ni recibí nada prestado,
pero todos me maldicen.
15:11 ¡Que así sea, Señor,
si no te he servido bien,
si en el tiempo de la desgracia y de la angustia,
no intervine ante ti por mi enemigo!
15:15a ¡Tú lo sabes!
15:12 ¿Se puede quebrar el hierro,
el hierro del Norte, y el bronce?
15:13 Tu riqueza y tus tesoros
los entregaré como botín,
gratuitamente, por todos tus pecados,
en todo tu territorio.
15:14 Haré que sirvas a tus enemigos
en un país que no conocías,
porque un fuego se encendió en mis narices
y arde contra ustedes.
15:15 Señor, acuérdate de mí, tómame en cuenta,
y véngame de mis perseguidores;
no dejes que me arrebaten, abusando de tu paciencia:
mira que soporto injurias por tu causa.
15:16 Cuando se presentaban tus palabras, yo las devoraba,
tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón,
porque yo soy llamado con tu Nombre,
Señor, Dios de los ejércitos.
15:17 Yo no me senté a disfrutar
en la reunión de los que se divierten;
forzado por tu mano, me mantuve apartado,
porque tú me habías llenado de indignación.
15:18 ¿Por qué es incesante mi dolor,
por qué mi llaga es incurable, se resiste a sanar?
¿Serás para mí como un arroyo engañoso,
de aguas inconstantes?

La respuesta del Señor

15:19 Por eso, así habla el Señor:
Si tú vuelves, yo te haré volver,
tú estarás de pie delante de mí;
si separas lo precioso de la escoria,
tú serás mi portavoz.
Ellos se volverán hacia ti,
pero tú no te volverás hacia ellos.
15:20 Yo te pondré frente a este pueblo
como una muralla de bronce inexpugnable.
Te combatirán, pero no podrán contra ti,
porque yo estoy contigo
para salvarte y librarte —oráculo del Señor—.
15:21 Yo te libraré de la mano de los malvados
y te rescataré del poder de los violentos.
 
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51 replies since 16/8/2010, 11:07   861 views
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