HECHOS DE LOS APÓSTOLES

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satanas1
view post Posted on 14/12/2011, 15:47




CAPÍTULO 1

Prólogo

1:1 En mi primer Libro, querido Teófilo, me referí a todo lo que hizo y enseñó Jesús, desde el comienzo,
1:2 hasta el día en que subió al cielo, después de haber dado, por medio del Espíritu Santo, sus últimas instrucciones a los Apóstoles que había elegido.

La promesa del Espíritu Santo

1:3 Después de su Pasión, Jesús se manifestó a ellos dándoles numerosas pruebas de que vivía, y durante cuarenta días se les apareció y les habló del Reino de Dios.
1:4 En una ocasión, mientras estaba comiendo con ellos, les recomendó que no se alejaran de Jerusalén y esperaran la promesa del Padre: "La promesa, les dijo, que yo les he anunciado.
1:5 Porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo, dentro de pocos días".
1:6 Los que estaban reunidos le preguntaron: "Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?"
1:7 Él les respondió: "No les corresponde a ustedes conocer el tiempo y el momento que el Padre ha establecido con su propia autoridad.
1:8 Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra".

La ascensión de Jesús

1:9 Dicho esto, los Apóstoles lo vieron elevarse, y una nube lo ocultó de la vista de ellos.
1:10 Como permanecían con la mirada puesta en el cielo mientras Jesús subía, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco,
1:11 que les dijeron: "Hombres de Galilea, ¿por qué siguen mirando al cielo? Este Jesús que les ha sido quitado y fue elevado al cielo, vendrá de la misma manera que lo han visto partir".

LA EVANGELIZACIÓN DEL MUNDO JUDÍO

El grupo de los Apóstoles

1:12 Los Apóstoles regresaron entonces del monte de los Olivos a Jerusalén: la distancia entre ambos sitios es la que está permitida recorrer en día sábado.
1:13 Cuando llegaron a la ciudad, subieron a la sala donde solían reunirse. Eran Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago, hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas, hijo de Santiago.
1:14 Todos ellos, íntimamente unidos, se dedicaban a la oración, en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.

La elección de Matías

1:15 Uno de esos días, Pedro se puso de pie en medio de los hermanos —los que estaban reunidos eran alrededor de ciento veinte personas— y dijo:
1:16 "Hermanos, era necesario que se cumpliera la Escritura en la que el Espíritu Santo, por boca de David, habla de Judas, que fue el jefe de los que apresaron a Jesús.
1:17 Él era uno de los nuestros y había recibido su parte en nuestro ministerio.
1:18 Pero después de haber comprado un campo con el precio de su crimen, cayó de cabeza, y su cuerpo se abrió, dispersándose sus entrañas.
1:19 El hecho fue tan conocido por todos los habitantes de Jerusalén, que ese campo fue llamado en su idioma Hacéldama, que quiere decir: "Campo de sangre".
1:20 En el libro de los Salmos está escrito:
Que su casa quede desierta
y nadie la habite.
Y más adelante:
Que otro ocupe su cargo.
1:21 Es necesario que uno de los que han estado en nuestra compañía durante todo el tiempo que el Señor Jesús permaneció con nosotros,
1:22 desde el bautismo de Juan hasta el día de la ascensión, sea constituido junto con nosotros testigo de su resurrección".
1:23 Se propusieron dos: José, llamado Barsabás, de sobrenombre el Justo, y Matías.
1:24 Y oraron así: "Señor, tú que conoces los corazones de todos, muéstranos a cuál de los dos elegiste
1:25 para desempeñar el ministerio del apostolado, dejado por Judas al irse al lugar que le correspondía".
1:26 Echaron suertes, y la elección cayó sobre Matías, que fue agregado a los once Apóstoles.
 
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astaroth1
view post Posted on 16/12/2011, 10:54




CAPÍTULO 2

La venida del Espíritu Santo


2:1 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar.
2:2 De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban.
2:3 Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos.
2:4 Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse.
2:5 Había en Jerusalén judíos piadosos, venidos de todas las naciones del mundo.
2:6 Al oírse este ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua.
2:7 Con gran admiración y estupor decían: "¿Acaso estos hombres que hablan no son todos galileos?
2:8 ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su propia lengua?
2:9 Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor,
2:10 en Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos de Roma,
2:11 judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios".

Primer discurso de Pedro


2:12 Unos a otros se decían con asombro: "¿Qué significa esto?"
2:13 Algunos, burlándose, comentaban: "Han tomado demasiado vino".
2:14 Entonces, Pedro poniéndose de pie con los Once, levantó la voz y dijo: "Hombres de Judea y todos los que habitan en Jerusalén, presten atención, porque voy a explicarles lo que ha sucedido.
2:15 Estos hombres no están ebrios, como ustedes suponen, ya que no son más que las nueve de la mañana,
2:16 sino que se está cumpliendo lo que dijo el profeta Joel:
2:17 En los últimos días, dice el Señor,
derramaré mi Espíritu sobre todos los hombres
y profetizarán sus hijos y sus hijas;
los jóvenes verán visiones
y los ancianos tendrán sueños proféticos.
2:18 Más aún, derramaré mi Espíritu
sobre mis servidores y servidoras,
y ellos profetizarán.
2:19 Haré prodigios arriba, en el cielo,
y signos abajo, en la tierra:
verán sangre, fuego y columnas de humo.
2:20 El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre,
antes que llegue el Día del Señor,
día grande y glorioso.
2:21 Y todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.
2:22 Israelitas, escuchen: A Jesús de Nazaret, el hombre que Dios acreditó ante ustedes realizando por su intermedio los milagros, prodigios y signos que todos conocen,
2:23 a ese hombre que había sido entregado conforme al plan y a la previsión de Dios, ustedes lo hicieron morir, clavándolo en la cruz por medio de los infieles.
2:24 Pero Dios lo resucitó, librándolo de las angustias de la muerte, porque no era posible que ella tuviera dominio sobre él.
2:25 En efecto, refiriéndose a él, dijo David:
Veía sin cesar al Señor delante de mí,
porque él está a mi derecha para que yo no vacile.
2:26 Por eso se alegra mi corazón
y mi lengua canta llena de gozo.
También mi cuerpo descansará en la esperanza,
2:27 porque tú no entregarás mi alma al Abismo,
ni dejarás que tu servidor sufra la corrupción.
2:28 Tú me has hecho conocer los caminos de la vida
y me llenarás de gozo en tu presencia.
2:29 Hermanos, permítanme decirles con toda franqueza que el patriarca David murió y fue sepultado, y su tumba se conserva entre nosotros hasta el día de hoy.
2:30 Pero como él era profeta, sabía que Dios le había jurado que un descendiente suyo se sentaría en su trono.
2:31 Por eso previó y anunció la resurrección del Mesías, cuando dijo que no fue entregado al Abismo ni su cuerpo sufrió la corrupción.
2:32 A este Jesús, Dios lo resucitó, y todos nosotros somos testigos.
2:33 Exaltado por el poder de Dios, él recibió del Padre el Espíritu Santo prometido, y lo ha comunicado como ustedes ven y oyen.
2:34 Porque no es David el que subió a los cielos; al contrario, él mismo afirma:
Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi derecha,
2:35 hasta que ponga a todos tus enemigos
debajo de tus pies.
2:36 Por eso, todo el pueblo de Israel debe reconocer que a ese Jesús que ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías".

Las primeras conversiones

2:37 Al oír estas cosas, todos se conmovieron profundamente, y dijeron a Pedro y a los otros Apóstoles: "Hermanos, ¿qué debemos hacer?"
2:38 Pedro les respondió: "Conviértanse y háganse bautizar en el nombre de Jesucristo para que les sean perdonados los pecados, y así recibirán el don del Espíritu Santo.
2:39 Porque la promesa ha sido hecha a ustedes y a sus hijos, y a todos aquellos que están lejos: a cuantos el Señor, nuestro Dios, quiera llamar".
2:40 Y con muchos otros argumentos les daba testimonio y los exhortaba a que se pusieran a salvo de esta generación perversa.
2:41 Los que recibieron su palabra se hicieron bautizar; y ese día se unieron a ellos alrededor de tres mil.

La primera comunidad cristiana


2:42 Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles y participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones.
2:43 Un santo temor se apoderó de todos ellos, porque los Apóstoles realizaban muchos prodigios y signos.
2:44 Todos los creyentes se mantenían unidos y ponían lo suyo en común:
2:45 vendían sus propiedades y sus bienes, y distribuían el dinero entre ellos, según las necesidades de cada uno.
2:46 Íntimamente unidos, frecuentaban a diario el Templo, partían el pan en sus casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón;
2:47 ellos alababan a Dios y eran queridos por todo el pueblo. Y cada día, el Señor acrecentaba la comunidad con aquellos que debían salvarse.
 
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satanas1
view post Posted on 16/12/2011, 14:56




CAPÍTULO 3

La curación de un paralítico

3:1 En una ocasión, Pedro y Juan subían al Templo para la oración de la tarde.
3:2 Allí encontraron a un paralítico de nacimiento, que ponían diariamente junto a la puerta del Templo llamada "la Hermosa", para pedir limosna a los que entraban.
3:3 Cuando él vio a Pedro y a Juan entrar en el Templo, les pidió una limosna.
3:4 Entonces Pedro, fijando la mirada en él, lo mismo que Juan, le dijo: "Míranos".
3:5 El hombre los miró fijamente esperando que le dieran algo.
3:6 Pedro le dijo: "No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y camina".
3:7 Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó; de inmediato, se le fortalecieron los pies y los tobillos.
3:8 Dando un salto, se puso de pie y comenzó a caminar; y entró con ellos en el Templo, caminando, saltando y glorificando a Dios.
3:9 Toda la gente lo vio caminar y alabar a Dios.
3:10 Reconocieron que era el mendigo que pedía limosna sentado a la puerta del Templo llamada "la Hermosa", y quedaron asombrados y llenos de admiración por lo que le había sucedido.

Segundo discurso de Pedro

3:11 Como él no soltaba a Pedro y a Juan, todo el pueblo, lleno de asombro, corrió hacia ellos, que estaban en el pórtico de Salomón.
3:12 Al ver esto, Pedro dijo al pueblo: "Israelitas, ¿de qué se asombran? ¿Por qué nos miran así, como si fuera por nuestro poder o por nuestra santidad, que hemos hecho caminar a este hombre?
3:13 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, glorificó a su servidor Jesús, a quien ustedes entregaron, renegando de él delante de Pilato, cuando este había resuelto ponerlo en libertad.
3:14 Ustedes renegaron del Santo y del Justo, y pidiendo como una gracia la liberación de un homicida,
3:15 mataron al autor de la vida. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.
3:16 Por haber creído en su Nombre, ese mismo Nombre ha devuelto la fuerza al que ustedes ven y conocen. Esta fe que proviene de él, es la que lo ha curado completamente, como ustedes pueden comprobar.
3:17 Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes obraron por ignorancia, lo mismo que sus jefes.
3:18 Pero así, Dios cumplió lo que había anunciado por medio de todos los profetas: que su Mesías debía padecer.
3:19 Por lo tanto, hagan penitencia y conviértanse, para que sus pecados sean perdonados.
3:20 Así el Señor les concederá el tiempo del consuelo y enviará a Jesús, el Mesías destinado para ustedes.
3:21 Él debe permanecer en el cielo hasta el momento de la restauración universal, que Dios anunció antiguamente por medio de sus santos profetas.
3:22 Moisés, en efecto, dijo: El Señor Dios suscitará para ustedes, de entre sus hermanos, un profeta semejante a mí, y ustedes obedecerán a todo lo que él les diga.
3:23 El que no escuche a ese profeta será excluido del pueblo.
3:24 Y todos los profetas que han hablado a partir de Samuel, anunciaron también estos días.
3:25 Ustedes son los herederos de los profetas y de la Alianza que Dios hizo con sus antepasados, cuando dijo a Abraham: En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra.
3:26 Ante todo para ustedes Dios resucitó a su Servidor, y lo envió para bendecirlos y para que cada uno se aparte de sus iniquidades".
 
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belzebuth666
view post Posted on 18/12/2011, 12:33




CAPÍTULO 4

Pedro y Juan ante el Sanedrín


4:1 Mientras los Apóstoles hablaban al pueblo, se presentaron ante ellos los sacerdotes, el jefe de los guardias del Templo y los saduceos,
4:2 irritados de que predicaran y anunciaran al pueblo la resurrección de los muertos cumplida en la persona de Jesús.
3 Estos detuvieron a los Apóstoles y los encarcelaron hasta el día siguiente, porque ya era tarde.
4:4 Muchos de los que habían escuchado la Palabra abrazaron la fe, y así el número de creyentes, contando sólo los hombres, se elevó a unos cinco mil.
4:5 Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes de los judíos, los ancianos y los escribas,
4:6 con Anás, el Sumo Sacerdote, Caifás, Juan, Alejandro y todos los miembros de las familias de los sumos sacerdotes.
4:7 Hicieron comparecer a los Apóstoles y los interrogaron: "¿Con qué poder o en nombre de quién ustedes hicieron eso?"
4:8 Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: "Jefes del pueblo y ancianos,
4:9 ya que hoy se nos pide cuenta del bien que hicimos a un enfermo y de cómo fue curado,
4:10 sepan ustedes y todo el pueblo de Israel: este hombre está aquí sano delante de ustedes por el nombre de nuestro Señor Jesucristo de Nazaret, al que ustedes crucificaron y Dios resucitó de entre los muertos.
4:11 Él es la piedra que ustedes, los constructores, han rechazado, y ha llegado a ser la piedra angular.
4:12 Porque en ningún otro hay salvación, ni existe bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres, por el cual podamos salvarnos".
v13 Los miembros del Sanedrín estaban asombrados de la seguridad con que Pedro y Juan hablaban, a pesar de ser personas poco instruidas y sin cultura. Reconocieron que eran los que habían acompañado a Jesús,
4:14 pero no podían replicarles nada, porque el hombre que había sido curado estaba de pie, al lado de ellos.
4:15 Entonces les ordenaron salir del Sanedrín y comenzaron a deliberar,
4:16 diciendo: "¿Qué haremos con estos hombres? Porque no podemos negar que han realizado un signo bien patente, que es notorio para todos los habitantes de Jerusalén.
4:17 A fin de evitar que la cosa se divulgue más entre el pueblo, debemos amenazarlos, para que de ahora en adelante no hablen de ese Nombre".
4:18 Los llamaron y les prohibieron terminantemente que dijeran una sola palabra o enseñaran en el nombre de Jesús.
4:19 Pedro y Juan les respondieron: "Juzguen si está bien a los ojos del Señor que les obedezcamos a ustedes antes que a Dios.
4:20 Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído".
4:21 Después de amenazarlos nuevamente, los dejaron en libertad, ya que no sabían cómo castigarlos, por temor al pueblo que alababa a Dios al ver lo que había sucedido.
4:22 El hombre milagrosamente curado tenía más de cuarenta años.

La primera persecución contra la Iglesia

4:23 Una vez en libertad, los Apóstoles regresaron adonde estaban sus hermanos, y les contaron todo lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos.
4:24 Al oírlos, todos levantaron la voz y oraron a Dios unánimemente: "Señor, tú hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos;
4:25 tú, por medio del Espíritu Santo, pusiste estas palabras en labios de nuestro padre David, tu servidor:
¿Por qué se amotinan las naciones
y los pueblos hacen vanos proyectos?
4:26 Los reyes de la tierra se rebelaron
y los príncipes se aliaron
contra el Señor y contra su Ungido.
4:27 Porque realmente se aliaron en esta ciudad Herodes y Poncio Pilato con las naciones paganas y los pueblos de Israel, contra tu santo servidor Jesús, a quien tú has ungido.
4:28 Así ellos cumplieron todo lo que tu poder y tu sabiduría habían determinado de antemano.
4:29 Ahora, Señor, mira sus amenazas, y permite a tus servidores anunciar tu Palabra con toda libertad:
4:30 extiende tu mano para que se realicen curaciones, signos y prodigios en el nombre de tu santo servidor Jesús".
4:31 Cuando terminaron de orar, tembló el lugar donde estaban reunidos; todos quedaron llenos del Espíritu Santo y anunciaban decididamente la Palabra de Dios.

La comunión fraterna de bienes

4:32 La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos.
4:33 Los Apóstoles daban testimonio con mucho poder de la resurrección del Señor Jesús y gozaban de gran estima.
4:34 Ninguno padecía necesidad, porque todos los que poseían tierras o casas las vendían
4:35 y ponían el dinero a disposición de los Apóstoles, para que se distribuyera a cada uno según sus necesidades.
4:36 Y así José, llamado por los Apóstoles Bernabé —que quiere decir hijo del consuelo— un levita nacido en Chipre
4:37 que poseía un campo, lo vendió, y puso el dinero a disposición de los Apóstoles.
 
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gabriel1
view post Posted on 19/12/2011, 16:12




CAPÍTULO 5

El caso de Ananías y Safira


5:1 Un hombre llamado Ananías, junto con su mujer, Safira, vendió una propiedad,
5:2 y de acuerdo con ella, se guardó parte del dinero y puso el resto a disposición de los Apóstoles.
5:3 Pedro le dijo: "Ananías, ¿por qué dejaste que Satanás se apoderara de ti hasta el punto de engañar al Espíritu Santo, guardándote una parte del dinero del campo?
5:4 ¿Acaso no eras dueño de quedarte con él? Y después de venderlo, ¿no podías guardarte el dinero? ¿Cómo se te ocurrió hacer esto? No mentiste a los hombres sino a Dios".
5:5 Al oír estas palabras, Ananías cayó muerto. Un gran temor se apoderó de todos los que se enteraron de lo sucedido.
5:6 Vinieron unos jóvenes, envolvieron su cuerpo y lo llevaron a enterrar.
5:7 Unas tres horas más tarde, llegó su mujer, completamente ajena a lo ocurrido.
5:8 Pedro le preguntó: "¿Es verdad que han vendido el campo en tal suma?" Ella respondió: "Sí, en esa suma".
5:9 Pedro le dijo: "¿Por qué se han puesto de acuerdo para tentar así al Espíritu del Señor? Mira junto a la puerta las pisadas de los que acaban de enterrar a tu marido; ellos también te van a llevar a ti".
5:10 En ese mismo momento, ella cayó muerta a sus pies; los jóvenes, al entrar, la encontraron muerta, la llevaron y la enterraron junto a su marido.
5:11 Un gran temor se apoderó entonces de toda la Iglesia y de todos los que oyeron contar estas cosas.

Crecimiento de la Iglesia

5:12 Los Apóstoles hacían muchos signos y prodigios en el pueblo. Todos solían congregarse unidos en un mismo espíritu, bajo el pórtico de Salomón,
5:13 pero ningún otro se atrevía a unirse al grupo de los Apóstoles, aunque el pueblo hablaba muy bien de ellos.
5:14 Aumentaba cada vez más el número de los que creían en el Señor, tanto hombres como mujeres.
5:15 Y hasta sacaban a los enfermos a las calles, poniéndolos en catres y camillas, para que cuando Pedro pasara, por lo menos su sombra cubriera a alguno de ellos.
v16 La multitud acudía también de las ciudades vecinas a Jerusalén, trayendo enfermos o poseídos por espíritus impuros, y todos quedaban curados.

Arresto y liberación de los Apóstoles

5:17 Intervino entonces el Sumo Sacerdote con todos sus partidarios, los de la secta de los saduceos. Llenos de envidia,
5:18 hicieron arrestar a los Apóstoles y los enviaron a la prisión pública.
5:19 Pero durante la noche, el Ángel del Señor abrió las puertas de la prisión y los hizo salir. Luego les dijo:
5:20 "Vayan al Templo y anuncien al pueblo todo lo que se refiere a esta nueva Vida".
5:21 Los Apóstoles, obedeciendo la orden, entraron en el Templo en las primeras horas del día, y se pusieron a enseñar.

Los Apóstoles ante el Sanedrín


Entre tanto, llegaron el Sumo Sacerdote y sus partidarios, convocaron al Sanedrín y a todo el Senado del pueblo de Israel, y mandaron a buscarlos a la cárcel.
5:22 Cuando llegaron los guardias a la prisión, no los encontraron. Entonces volvieron y dijeron:
5:23 "Encontramos la prisión cuidadosamente cerrada y a los centinelas de guardia junto a las puertas, pero cuando las abrimos, no había nadie adentro".
5:24 Al oír esto, el jefe del Templo y los sumos sacerdotes quedaron perplejos y no podían explicarse qué había sucedido.
5:25 En ese momento llegó uno, diciendo: "Los hombres que ustedes arrestaron, están en el Templo y enseñan al pueblo".
5:26 El jefe de la guardia salió con sus hombres y trajeron a los Apóstoles, pero sin violencia, por temor de ser apedreados por el pueblo.
5:27 Los hicieron comparecer ante el Sanedrín, y el Sumo Sacerdote les dijo:
5:28 "Nosotros les habíamos prohibido expresamente predicar en ese Nombre, y ustedes han llenado Jerusalén con su doctrina. ¡Así quieren hacer recaer sobre nosotros la sangre de ese hombre!"
5:29 Pedro, junto con los Apóstoles, respondió: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.
5:30 El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús, al que ustedes hicieron morir suspendiéndolo del patíbulo.
5:31 A él, Dios lo exaltó con su poder, haciéndolo Jefe y Salvador, a fin de conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados.
5:32 Nosotros somos testigos de estas cosas, nosotros y el Espíritu Santo que Dios ha enviado a los que le obedecen".
5:33 Al oír estas palabras, ellos se enfurecieron y querían matarlos.

La intervención de Gamaliel

5:34 Pero un fariseo, llamado Gamaliel, que era doctor de la Ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en medio del Sanedrín. Después de hacer salir por un momento a los Apóstoles,
5:35 dijo a los del Sanedrín: "Israelitas, cuídense bien de lo que van a hacer con esos hombres.
5:36 Hace poco apareció Teudas, que pretendía ser un personaje, y lo siguieron unos cuatrocientos hombres; sin embargo, lo mataron, sus partidarios se dispersaron, y ya no queda nada.
5:37 Después de él, en la época del censo, apareció Judas de Galilea, que también arrastró mucha gente: igualmente murió, y todos sus partidarios se dispersaron.
5:38 Por eso, ahora les digo: No se metan con esos hombres y déjenlos en paz, porque si lo que ellos intentan hacer viene de los hombres, se destruirá por sí mismo,
5:39 pero si verdaderamente viene de Dios, ustedes no podrán destruirlos y correrán el riesgo de embarcarse en una lucha contra Dios".
Los del Sanedrín siguieron su consejo:
5:40 llamaron a los Apóstoles, y después de hacerlos azotar, les prohibieron hablar en el nombre de Jesús y los soltaron.
5:41 Los Apóstoles, por su parte, salieron del Sanedrín, dichosos de haber sido considerados dignos de padecer por el nombre de Jesús.
5:42 Y todos los días, tanto en el Templo como en las casas, no cesaban de enseñar y de anunciar la Buena Noticia de Cristo Jesús.
 
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gabriel1
view post Posted on 19/12/2011, 16:45




CAPÍTULO 6

La institución de los Siete


6:1 En aquellos días, como el número de discípulos aumentaba, los helenistas comenzaron a murmurar contra los hebreos porque se desatendía a sus viudas en la distribución diaria de los alimentos.
6:2 Entonces los Doce convocaron a todos los discípulos y les dijeron: "No es justo que descuidemos el ministerio de la Palabra de Dios para ocuparnos de servir las mesas.
6:3 Es preferible, hermanos, que busquen entre ustedes a siete hombres de buena fama, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, y nosotros les encargaremos esta tarea.
6:4 De esa manera, podremos dedicarnos a la oración y al ministerio de la Palabra".
6:5 La asamblea aprobó esta propuesta y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe y a Prócoro, a Nicanor y a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía.
6:6 Los presentaron a los Apóstoles, y estos, después de orar, les impusieron las manos.
6:7 Así la Palabra de Dios se extendía cada vez más, el número de discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén y muchos sacerdotes abrazaban la fe.

El arresto de Esteban

6:8 Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y signos en el pueblo.
6:9 Algunos miembros de la sinagoga llamada "de los Libertos", como también otros, originarios de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, se presentaron para discutir con él.
6:10 Pero como no encontraban argumentos, frente a la sabiduría y al espíritu que se manifestaba en su palabra,
6:11 sobornaron a unos hombres para que dijeran que le habían oído blasfemar contra Moisés y contra Dios.
6:12 Así consiguieron excitar al pueblo, a los ancianos y a los escribas, y llegando de improviso, lo arrestaron y lo llevaron ante el Sanedrín.
6:13 Entonces presentaron falsos testigos, que declararon: "Este hombre no hace otra cosa que hablar contra el Lugar santo y contra la Ley.
6:14 Nosotros le hemos oído decir que Jesús de Nazaret destruirá este Lugar y cambiará las costumbres que nos ha transmitido Moisés".
6:15 En ese momento, los que estaban sentados en el Sanedrín tenían los ojos clavados en él y vieron que el rostro de Esteban parecía el de un ángel.
 
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gabriel1
view post Posted on 19/12/2011, 17:22




CAPÍTULO 7

El discurso de Esteban


7:1 El Sumo Sacerdote preguntó a Esteban: "¿Es verdad lo que estos dicen?"
7:2 Él respondió: "Hermanos y padres, escuchen: El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abraham, cuando aún estaba en la Mesopotamia, antes de establecerse en Jarán,
7:3 y le dijo: "Abandona tu tierra natal y la casa de tu padre y ve al país que yo te indicaré".
7:4 Abraham salió de Caldea para establecerse en Jarán. Después de la muerte de su padre, Dios le ordenó que se trasladara a este país, donde ustedes ahora están viviendo.
7:5 Él no le dio nada en propiedad, ni siquiera un palmo de tierra, pero prometió darle en posesión este país, a él, y después de él a sus descendientes, aunque todavía no tenía hijos.
7:6 Y Dios le anunció que sus descendientes emigrarían a una tierra extranjera, y serían esclavizados y maltratados durante cuatrocientos años.
7:7 Pero yo juzgaré al pueblo que los esclavizará —dice el Señor— y después quedarán en libertad y me tributarán culto en este mismo lugar.
7:8 Le dio luego la alianza sellada con la circuncisión Génesis y así Abraham, cuando nació su hijo Isaac, lo circuncidó al octavo día; Isaac hizo lo mismo con Jacob, y Jacob con los doce patriarcas.
7:9 Los patriarcas, movidos por la envidia, vendieron a su hermano José para que fuera llevado a Egipto. Pero Dios estaba con él
7:10 y lo salvó de todas sus tribulaciones, le dio sabiduría, y lo hizo grato al Faraón, rey de Egipto, el cual lo nombró gobernador de su país y lo puso al frente de su casa real.
7:11 Luego sobrevino una época de hambre y de extrema miseria en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y nuestros padres no tenían qué comer.
7:12 Jacob, al enterarse de que en Egipto había trigo, decidió enviar allí a nuestros padres. Esta fue la primera visita.
7:13 Cuando llegaron por segunda vez, José se dio a conocer a sus hermanos, y el mismo Faraón se enteró del origen de José.
7:14 Éste mandó llamar a su padre Jacob y a toda su familia, unas setenta y cinco personas.
7:15 Jacob se radicó entonces en Egipto, lo mismo que nuestros padres.
7:16 Sus restos fueron trasladados a Siquém y sepultados en la tumba que Abraham había comprado por una suma de dinero a los hijos de Emor, que habitaban en Siquém.
7:17 Al acercarse el tiempo en que debía cumplirse la promesa que Dios había hecho a Abraham, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto,
7:18 hasta que vino un nuevo rey que no sabía nada acerca de José.
7:19 Este rey, empleando la astucia contra nuestro pueblo, maltrató a nuestros padres y los obligó a que abandonaran a sus hijos recién nacidos para que no sobrevivieran.
7:20 En ese tiempo nació Moisés, que era muy hermoso delante de Dios. Durante tres meses fue criado en la casa de su padre,
7:21 y al ser abandonado, la hija del Faraón lo recogió y lo crió como a su propio hijo.
7:22 Así Moisés fue iniciado en toda la sabiduría de los egipcios y llegó a ser poderoso en palabras y obras.
7:23 Al cumplir cuarenta años, sintió un vivo deseo de visitar a sus hermanos, los israelitas.
7:24 Y como vio que maltrataban a uno de ellos salió en su defensa, y vengó al oprimido matando al egipcio.
7:25 Moisés pensaba que sus hermanos iban a comprender que Dios, por su intermedio, les daría la salvación. Pero ellos no lo entendieron así.
7:26 Al día siguiente sorprendió a dos israelitas que se estaban peleando y trató de reconciliarlos, diciéndoles: "Ustedes son hermanos, ¿por qué se hacen daño?"
7:27 Pero el que maltrataba a su compañero rechazó a Moisés y le dijo: "¿Quién te ha nombrado jefe o árbitro nuestro?
7:28 ¿Acaso piensas matarme como mataste ayer al egipcio?"
7:29 A oír esto, Moisés huyó y fue a vivir al país de Madián, donde tuvo dos hijos.
7:30 Al cabo de cuarenta años se le apareció un ángel en el desierto del monte Sinaí, en la llama de una zarza ardiente.
7:31 Moisés quedó maravillado ante tal aparición y, al acercarse para ver mejor, oyó la voz del Señor que le decía:
7:32 "Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob". Moisés, atemorizado, no se atrevía a mirar.
7:33 Entonces el Señor le dijo: "Quítate las sandalias porque estás pisando un lugar sagrado.
7:34 Yo he visto la opresión de mi Pueblo que está en Egipto, he oído sus gritos de dolor, y por eso he venido a librarlos. Ahora prepárate, porque he decidido enviarte a Egipto".
7:35 Y a este Moisés, a quien ellos rechazaron diciendo: ¿Quién te ha nombrado jefe o árbitro nuestro? Dios lo envió como jefe y libertador con la ayuda del ángel que se apareció en la zarza.
7:36 Él los liberó, obrando milagros y signos en Egipto, en el Mar Rojo y en el desierto, durante cuarenta años.
7:37 Y este mismo Moisés dijo a los israelitas: Dios suscitará de entre ustedes un profeta semejante a mí.
7:38 Y cuando el pueblo estaba congregado en el desierto, él hizo de intermediario en el monte Sinaí, entre el ángel que le habló y nuestros padres, y recibió las palabras de vida que luego nos comunicó.
7:39 Pero nuestros padres no sólo se negaron a obedecerle, sino que lo rechazaron y, sintiendo una gran nostalgia por Egipto,
7:40 dijeron a Aarón: "Fabrícanos dioses que vayan al frente de nosotros, porque no sabemos qué le ha pasado a ese Moisés, ese hombre que nos hizo salir de Egipto".
7:41 Entonces, fabricaron un ternero de oro, ofrecieron un sacrificio al ídolo y festejaron la obra de sus manos.
7:42 Pero Dios se apartó de ellos y los entregó al culto de los astros, como está escrito en el libro de los Profetas: Israelitas,
¿acaso ustedes me ofrecieron víctimas y sacrificios
durante los cuarenta años que estuvieron en el desierto?
7:43 Por el contrario, llevaron consigo
la carpa de Moloc y la estrella del Dios Refán,
esos ídolos que ustedes fabricaron para adorarlos.
Por eso yo los deportaré más allá de Babilonia.
7:44 En el desierto, nuestros padres tenían la Morada del Testimonio. Así lo había dispuesto Dios, cuando ordenó a Moisés que la hiciera conforme al modelo que había visto.
7:45 Nuestros padres recibieron como herencia esta Morada y, bajo la guía de Josué, la introdujeron en el país conquistado a los pueblos que Dios iba expulsando a su paso. Así fue hasta el tiempo de David.
7:46 David, que gozó del favor de Dios, le pidió la gracia de construir una Morada para el Dios de Jacob.
7:47 Pero fue Salomón el que le edificó una casa,
7:48 si bien es cierto que el Altísimo no habita en casas hechas por la mano del hombre. Así lo dice el Profeta:
7:49 El cielo es mi trono,
y la tierra la tarima de mis pies.
¿Qué casa me edificarán ustedes,
dice el Señor,
o dónde podrá estar mi lugar de reposo?
7:50 ¿No fueron acaso mis manos
las que hicieron todas las cosas?
7:51 ¡Hombres rebeldes, paganos de corazón y cerrados a la verdad! Ustedes siempre resisten al Espíritu Santo y son iguales a sus padres.
7:52 ¿Hubo algún profeta a quien ellos no persiguieran? Mataron a los que anunciaban la venida del Justo, el mismo que acaba de ser traicionado y asesinado por ustedes,
7:53 los que recibieron la Ley por intermedio de los ángeles y no la cumplieron".

La lapidación de Esteban

7:54 Al oír esto, se enfurecieron y rechinaban los dientes contra él.
7:55 Esteban, lleno del Espíritu Santo y con los ojos fijos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios.
7:56 Entonces exclamó: "Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios".
7:57 Ellos comenzaron a vociferar y, tapándose los oídos, se precipitaron sobre él como un solo hombre;
7:58 y arrastrándolo fuera de la ciudad, lo apedrearon. Los testigos se quitaron los mantos, confiándolos a un joven llamado Saulo.
7:59 Mientras lo apedreaban, Esteban oraba, diciendo: "Señor Jesús, recibe mi espíritu".
7:60 Después, poniéndose de rodillas, exclamó en alta voz: "Señor, no les tengas en cuenta este pecado". Y al decir esto, expiró.
 
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astaroth1
view post Posted on 19/12/2011, 20:41




CAPÍTULO 8

Nueva persecución contra la Iglesia


8:1 Saulo aprobó la muerte de Esteban. Ese mismo día, se desencadenó una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Todos, excepto los Apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría.
8:2 Unos hombres piadosos enterraron a Esteban y lo lloraron con gran pesar.
8:3 Saulo, por su parte, perseguía a la Iglesia; iba de casa en casa y arrastraba a hombres y mujeres, llevándolos a la cárcel.

Felipe en Samaría

8:4 Los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando la Palabra.
8:5 Felipe descendió a la ciudad de Samaría y allí predicaba a Cristo.
8:6 Al oírlo y al ver los milagros que hacía, todos recibían unánimemente las palabras de Felipe.
8:7 Porque los espíritus impuros, dando grandes gritos, salían de muchos que estaban poseídos, y buen número de paralíticos y lisiados quedaron curados.
8:8 Y fue grande la alegría de aquella ciudad.
Simón el mago
8:9 Desde hacía un tiempo, vivía en esa ciudad un hombre llamado Simón, el cual con sus artes mágicas tenía deslumbrados a los samaritanos y pretendía ser un gran personaje.
8:10 Todos, desde el más pequeño al más grande, lo seguían y decían: "Este hombre es la Fuerza de Dios, esa que es llamada Grande".
8:11 Y lo seguían, porque desde hacía tiempo los tenía seducidos con su magia.
8:12 Pero cuando creyeron a Felipe, que les anunciaba la Buena Noticia del Reino de Dios y el nombre de Jesucristo, todos, hombres y mujeres, se hicieron bautizar.
8:13 Simón también creyó y, una vez bautizado, no se separaba de Felipe. Al ver los signos y los grandes prodigios que se realizaban, él no salía de su asombro.
8:14 Cuando los Apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que los samaritanos habían recibido la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan.
8:15 Estos, al llegar, oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo.
8:16 Porque todavía no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente estaban bautizados en el nombre del Señor Jesús.
8:17 Entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo.
8:18 Al ver que por la imposición de las manos de los Apóstoles se confería el Espíritu Santo, Simón les ofreció dinero,
8:19 diciéndoles: "Les ruego que me den ese poder a mí también, para que aquel a quien yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo".
8:20 Pedro le contestó: "Maldito sea tu dinero y tú mismo, porque has creído que el don de Dios se compra con dinero.
8:21 Tú no tendrás ninguna participación en ese poder, porque tu corazón no es recto a los ojos de Dios. Salmo 78, 37
8:22 Arrepiéntete de tu maldad y ora al Señor: quizá él te perdone este mal deseo de tu corazón,
8:23 porque veo que estás sumido en la amargura de la hiel y envuelto en los lazos de la iniquidad".
8:24 Simón respondió: "Rueguen más bien ustedes al Señor, para que no me suceda nada de lo que acabas de decir".
8:25 Y los Apóstoles, después de haber dado testimonio y predicado la Palabra del Señor, mientras regresaban a Jerusalén, anunciaron la Buena Noticia a numerosas aldeas samaritanas.

El bautismo de un etíope

8:26 El Ángel del Señor dijo a Felipe: "Levántate y ve hacia el sur, por el camino que baja de Jerusalén a Gaza: es un camino desierto".
8:27 Él se levantó y partió. Un eunuco etíope, ministro del tesoro y alto funcionario de Candace, la reina de Etiopía, había ido en peregrinación a Jerusalén
8:28 y se volvía, sentado en su carruaje, leyendo al profeta Isaías.
8:29 El Espíritu dijo a Felipe: "Acércate y camina junto a su carro".
8:30 Felipe se acercó y, al oír que leía al profeta Isaías, le preguntó: "¿Comprendes lo que estás leyendo?"
8:31 Él respondió: "¿Cómo lo puedo entender, si nadie me lo explica?" Entonces le pidió a Felipe que subiera y se sentara junto a él.
8:32 El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era el siguiente:
Como oveja fue llevado al matadero;
y como cordero que no se queja ante el que lo esquila,
así él no abrió la boca.
8:33 En su humillación, le fue negada la justicia.
¿Quién podrá hablar de su descendencia,
ya que su vida es arrancada de la tierra?
8:34 El etíope preguntó a Felipe: "Dime, por favor, ¿de quién dice esto el Profeta? ¿De sí mismo o de algún otro?"
8:35 Entonces Felipe tomó la palabra y, comenzando por este texto de la Escritura, le anunció la Buena Noticia de Jesús.
8:36 Siguiendo su camino, llegaron a un lugar donde había agua, y el etíope dijo: "Aquí hay agua, ¿qué me impide ser bautizado?"
8:38 Y ordenó que detuvieran el carro; ambos descendieron hasta el agua, y Felipe lo bautizó.
8:39 Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe, y el etíope no lo vio más, pero seguía gozoso su camino.
8:40 Felipe se encontró en Azoto, y en todas las ciudades por donde pasaba iba anunciando la Buena Noticia, hasta que llegó a Cesarea.
 
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astaroth1
view post Posted on 19/12/2011, 21:15




CAPÍTULO 9

La vocación de Pablo


9:1 Saulo, que todavía respiraba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote
9:2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de traer encadenados a Jerusalén a los seguidores del Camino del Señor que encontrara, hombres o mujeres.
9:3 Y mientras iba caminando, al acercarse a Damasco, una luz que venía del cielo lo envolvió de improviso con su resplandor.
9:4 Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"
9:5 Él preguntó: "¿Quién eres tú, Señor?". "Yo soy Jesús, a quien tú persigues, le respondió la voz.
9:6 Ahora levántate, y entra en la ciudad: allí te dirán qué debes hacer".
9:7 Los que lo acompañaban quedaron sin palabra, porque oían la voz, pero no veían a nadie.
v8 Saulo se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco.
9:9 Allí estuvo tres días sin ver, y sin comer ni beber.

El bautismo de Pablo

9:10 Vivía entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en una visión: "¡Ananías!" Él respondió: "Aquí estoy, Señor".
9:11 El Señor le dijo: "Ve a la calle llamada Recta, y busca en casa de Judas a un tal Saulo de Tarso.
9:12 Él está orando, y ha visto en una visión a un hombre llamado Ananías, que entraba y le imponía las manos para devolverle la vista".
9:13 Ananías respondió: "Señor, oí decir a muchos que este hombre hizo un gran daño a tus santos en Jerusalén.
9:14 Y ahora está aquí con plenos poderes de los jefes de los sacerdotes para llevar presos a todos los que invocan tu Nombre".
9:15 El Señor le respondió: "Ve a buscarlo, porque es un instrumento elegido por mí para llevar mi Nombre a todas las naciones, a los reyes y al pueblo de Israel.
9:16 Yo le haré ver cuánto tendrá que padecer por mi Nombre".
9:17 Ananías fue a la casa, le impuso las manos y le dijo: "Saulo, hermano mío, el Señor Jesús —el mismo que se te apareció en el camino— me envió a ti para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo".
9:18 En ese momento, cayeron de sus ojos una especie de escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado.
9:19 Después comió algo y recobró sus fuerzas.

La permanencia de Pablo en Damasco

Saulo permaneció algunos días con los discípulos que vivían en Damasco,
9:20 y luego comenzó a predicar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios.
9:21 Todos los que lo oían quedaban sorprendidos y decían: "¿No es este aquel mismo que perseguía en Jerusalén a los que invocan este Nombre, y que vino aquí para llevarlos presos ante los jefes de los sacerdotes?"
9:22 Pero Saulo, cada vez con más vigor, confundía a los judíos que vivían en Damasco, demostrándoles que Jesús es realmente el Mesías.
9:23 Al cabo de un tiempo, los judíos se pusieron de acuerdo para quitarle la vida,
9:24 pero Saulo se enteró de lo que tramaban contra él. Y como los judíos vigilaban noche y día las puertas de la ciudad, para matarlo,
9:25 sus discípulos lo tomaron durante la noche, y lo descolgaron por el muro, metido en un canasto.

Pablo en Jerusalén

9:26 Cuando llegó a Jerusalén, trató de unirse a los discípulos, pero todos le tenían desconfianza porque no creían que también él fuera un verdadero discípulo.
9:27 Entonces Bernabé, haciéndose cargo de él, lo llevó hasta donde se encontraban los Apóstoles, y les contó en qué forma Saulo había visto al Señor en el camino, cómo le había hablado, y con cuánta valentía había predicado en Damasco en el nombre de Jesús.
9:28 Desde ese momento, empezó a convivir con los discípulos en Jerusalén y predicaba decididamente en el nombre del Señor.
9:29 Hablaba también con los judíos de lengua griega y discutía con ellos, pero estos tramaban su muerte.
9:30 Sus hermanos, al enterarse, lo condujeron a Cesarea y de allí lo enviaron a Tarso.
9:31 La Iglesia, entre tanto, gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba consolidando, vivía en el temor del Señor y crecía en número, asistida por el Espíritu Santo.

Pedro en Lida

9:32 Pedro, en una gira por todas las ciudades, visitó también a los santos que vivían en Lida.
9:33 Allí encontró a un paralítico llamado Eneas, que estaba postrado en cama desde hacía ocho años.
9:34 Pedro le dijo: "Eneas, Jesucristo te devuelve la salud: levántate, y arregla tú mismo la cama". Él se levantó en seguida,
9:35 y al verlo, todos los habitantes de Lida y de la llanura de Sarón se convirtieron al Señor.

Pedro en Jope

9:36 Entre los discípulos de Jope había una mujer llamada Tabitá, que quiere decir "gacela". Pasaba su vida haciendo el bien y repartía abundantes limosnas.
9:37 Pero en esos días se enfermó y murió. Después de haberla lavado, la colocaron en la habitación de arriba.
9:38 Como Lida está cerca de Jope, los discípulos, enterados de que Pedro estaba allí, enviaron a dos hombres para pedirle que acudiera cuanto antes.
9:39 Pedro salió en seguida con ellos. Apenas llegó, lo llevaron a la habitación de arriba. Todas las viudas lo rodearon y, llorando, le mostraban las túnicas y los abrigos que les había hecho Tabitá cuando vivía con ellas.
9:40 Pedro hizo salir a todos afuera, se puso de rodillas y comenzó a orar. Volviéndose luego hacia el cadáver, dijo: "Tabitá, levántate". Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó.
9:41 Él la tomó de la mano y la hizo levantar. Llamó entonces a los hermanos y a las viudas, y se la devolvió con vida.
9:42 La noticia se extendió por toda la ciudad de Jope, y muchos creyeron en el Señor.
9:43 Pedro permaneció algún tiempo en Jope, en la casa de un curtidor llamado Simón.
 
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astaroth1
view post Posted on 19/12/2011, 21:44




CAPÍTULO 10

El centurión Cornelio


10:1 Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la cohorte itálica.
10:2 Era un hombre piadoso y temeroso de Dios, lo mismo que toda su familia; hacía abundantes limosnas al pueblo y oraba a Dios sin cesar.
10:3 Este hombre tuvo una visión: un día, cerca de las tres de la tarde, vio claramente al Ángel de Dios que entraba en su casa y le decía: "Cornelio".
10:4 Este lo miró lleno de temor, y le preguntó: "¿Qué quieres de mí, Señor?" El Ángel le dijo: "Tus oraciones y tus limosnas han llegado hasta Dios y él se ha acordado de ti.
10:5 Envía ahora algunos hombres a Jope en busca de Simón, llamado Pedro,
10:6 que se hospeda en la casa de un tal Simón, un curtidor que vive a la orilla del mar".
10:7 En cuanto el Ángel se alejó, Cornelio llamó a dos de sus servidores y a un soldado piadoso de los que estaban a sus órdenes.
10:8 Después de haberles contado lo sucedido, los envió a Jope.

La visión de Pedro

10:9 Al día siguiente, mientras estos se acercaban a la ciudad, Pedro, alrededor del mediodía, subió a la terraza para orar.
10:10 Como sintió hambre, pidió de comer. Mientras le preparaban la comida, cayó en éxtasis y tuvo una visión:
10:11 vio que el cielo se abría y que bajaba a la tierra algo parecido a un gran mantel, sostenido de sus cuatro puntas.
10:12 Dentro de él había toda clase de cuadrúpedos, reptiles y aves del cielo.
10:13 Y oyó una voz que le decía: "Vamos, Pedro, mata y come".
10:14 Pero Pedro respondió: "De ninguna manera, Señor, yo nunca he comido nada manchado ni impuro".
10:15 La voz le habló de nuevo, diciendo: "No consideres manchado lo que Dios purificó".
10:16 Esto se repitió tres veces, y luego, todo fue llevado otra vez al cielo.
v17 Mientras Pedro, desconcertado, se preguntaba qué podía significar la visión que acababa de tener, llegaron los hombres enviados por Cornelio. Estos averiguaron dónde vivía Simón y se presentaron ante la puerta de la casa.
10:18 Golpearon y preguntaron si se hospedaba allí Simón, llamado Pedro.
10:19 Como Pedro seguía reflexionando sobre el significado de la visión, el Espíritu Santo le dijo: "Allí hay tres hombres que te buscan.
10:20 Baja y no dudes en irte con ellos, porque soy yo quien los he enviado".
10:21 Pedro bajó y se acercó a ellos, diciendo: "Yo soy el que ustedes buscan. ¿Para qué vinieron?"
10:22 Ellos respondieron: "El centurión Cornelio, hombre justo y temeroso de Dios, que goza de la estima de todos los judíos, recibió de un ángel de Dios la orden de conducirte a su casa para escuchar tus palabras".
10:23 Entonces Pedro los hizo pasar y les ofreció hospedaje. Al día siguiente, se puso en camino con ellos, acompañado por unos hermanos de la ciudad de Jope.

Pedro en Cesarea

10:24 Al otro día, llegaron a Cesarea. Cornelio los esperaba, y había reunido a su familia y a sus amigos íntimos.
10:25 Cuando Pedro entró, Cornelio fue a su encuentro y se postró a sus pies.
10:26 Pero Pedro lo hizo levantar, diciéndole: "Levántate, porque yo no soy más que un hombre".
10:27 Y mientras seguía conversando con él, entró y se encontró con un grupo numeroso de personas, que estaban reunidas allí.
10:28 Dirigiéndose a ellas, les dijo: "Ustedes saben que está prohibido a un judío tratar con un extranjero o visitarlo. Pero Dios acaba de mostrarme que no hay que considerar manchado o impuro a ningún hombre.
10:29 Por eso, cuando ustedes me llamaron, vine sin dudar. Y ahora quisiera saber para qué me llamaron".
10:30 Cornelio le respondió: "Hace tres días me encontraba orando en mi casa, alrededor de las tres de la tarde, cuando se me apareció un hombre con vestiduras resplandecientes,
10:31 y me dijo: "Cornelio, tu oración ha sido escuchada y Dios se ha acordado de tus limosnas.
10:32 Manda a buscar a Simón, llamado Pedro, que está en Jope, a la orilla del mar, en la casa de Simón el curtidor".
10:33 En seguida te mandé a buscar y has hecho bien en venir. Ahora estamos reunidos delante de Dios, para escuchar lo que el Señor te ha mandado decirnos".

Discurso de Pedro

10:34 Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo: "Verdaderamente, comprendo que Dios no hace acepción de personas,
10:35 y que en cualquier nación, todo el que lo teme y practica la justicia es agradable a él.
10:36 Él envió su Palabra a los israelitas, anunciándoles la Buena Noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.
10:37 Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicaba Juan:
10:38 cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo, llenándolo de poder. Él pasó haciendo el bien y curando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con él.
10:39 Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en Jerusalén. Y ellos lo mataron, suspendiéndolo de un patíbulo.
10:40 Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió que se manifestara,
10:41 no a todo el pueblo, sino a testigos elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que comimos y bebimos con él, después de su resurrección.
10:42 Y nos envió a predicar al pueblo, y a atestiguar que él fue constituido por Dios Juez de vivos y muertos.
10:43 Todos los profetas dan testimonio de él, declarando que los que creen en él reciben el perdón de los pecados, en virtud de su Nombre".

El bautismo de los primeros paganos


10:44 Mientras Pedro estaba hablando, el Espíritu Santo descendió sobre todos los que escuchaban la Palabra.
10:45 Los fieles de origen judío que habían venido con Pedro quedaron maravillados al ver que el Espíritu Santo era derramado también sobre los paganos.
10:46 En efecto, los oían hablar diversas lenguas y proclamar la grandeza de Dios. Pedro dijo:
10:47 "¿Acaso se puede negar el agua del bautismo a los que recibieron el Espíritu Santo como nosotros?"
10:48 Y ordenó que fueran bautizados en el nombre del Señor Jesucristo. Entonces le rogaron que se quedara con ellos algunos días.
 
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satanas1
view post Posted on 20/12/2011, 16:12




CAPÍTULO 11

El informe de Pedro a la Iglesia de Jerusalén

11:1 Los Apóstoles y los hermanos de Judea se enteraron de que también los paganos habían recibido la Palabra de Dios.
11:2 Y cuando Pedro regresó a Jerusalén, los creyentes de origen judío lo interpelaron,
11:3 diciéndole: "¿Cómo entraste en la casa de gente no judía y comiste con ellos?"
11:4 Pedro comenzó a contarles detalladamente lo que había sucedido:
11:5 "Yo estaba orando en la ciudad de Jope, cuando caí en éxtasis y tuve una visión. Vi que bajaba del cielo algo parecido a un gran mantel, sostenido de sus cuatro puntas, que vino hasta mí.
11:6 Lo miré atentamente y vi que había en él cuadrúpedos, animales salvajes, reptiles y aves.
11:7 Y oí una voz que me dijo: "Vamos, Pedro, mata y come".
11:8 "De ninguna manera, Señor, respondí, yo nunca he comido nada manchado ni impuro".
11:9 Por segunda vez, oí la voz del cielo que me dijo: "No consideres manchado lo que Dios purificó".
11:10 Esto se repitió tres veces, y luego, todo fue llevado otra vez al cielo.
11:11 En ese momento, se presentaron en la casa donde estábamos tres hombres que habían sido enviados desde Cesarea para buscarme.
11:12 El Espíritu Santo me ordenó que fuera con ellos sin dudar. Me acompañaron también los seis hermanos aquí presentes y llegamos a la casa de aquel hombre.
11:13 Este nos contó en qué forma se le había aparecido un ángel, diciéndole: "Envía a alguien a Jope, a buscar a Simón, llamado Pedro.
11:14 Él te anunciará un mensaje de salvación para ti y para toda tu familia".
11:15 Apenas comencé a hablar, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, como lo hizo al principio sobre nosotros.
11:16 Me acordé entonces de la Palabra del Señor: "Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo".
11:17 Por lo tanto, si Dios les dio a ellos la misma gracia que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿cómo podía yo oponerme a Dios?"
11:18 Después de escuchar estas palabras, se tranquilizaron y alabaron a Dios, diciendo: "También a los paganos Dios les ha concedido el don de la conversión que conduce a la Vida".

La fundación de la Iglesia de Antioquía

11:19 Mientras tanto, los que se habían dispersado durante la persecución que se desató a causa de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, y anunciaban la Palabra únicamente a los judíos.
11:20 Sin embargo, había entre ellos algunos hombres originarios de Chipre y de Cirene que, al llegar a Antioquía, también anunciaron a los paganos la Buena Noticia del Señor Jesús.
11:21 La mano del Señor los acompañaba y muchos creyeron y se convirtieron.
11:22 Al enterarse de esto, la Iglesia de Jerusalén envió a Bernabé a Antioquía.
11:23 Cuando llegó y vio la gracia que Dios les había concedido, él se alegró mucho y exhortaba a todos a permanecer fieles al Señor con un corazón firme.
11:24 Bernabé era un hombre bondadoso, lleno del Espíritu Santo y de mucha fe. Y una gran multitud adhirió al Señor.
11:25 Entonces partió hacia Tarso en busca de Saulo,
11:26 y cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Ambos vivieron todo un año en esa Iglesia y enseñaron a mucha gente. Y fue en Antioquía, donde por primera vez los discípulos recibieron el nombre de "cristianos".

Bernabé y Pablo en Jerusalén

11:27 En esos días, unos profetas llegaron de Jerusalén a Antioquía.
11:28 Uno de ellos, llamado Agabo, movido por el Espíritu, se levantó y anunció que el hambre asolaría toda la tierra. Esto ocurrió bajo el reinado de Claudio.
11:29 Los discípulos se decidieron a enviar una ayuda a los hermanos de Judea, cada uno según sus posibilidades.
11:30 Y así lo hicieron, remitiendo las limosnas a los presbíteros por intermedio de Bernabé y de Saulo.
 
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satanas1
view post Posted on 20/12/2011, 16:47




CAPÍTULO 12

La persecución de Herodes y el arresto de Pedro

12:1 Por aquel entonces, el rey Herodes hizo arrestar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos.
12:2 Mandó ejecutar a Santiago, hermano de Juan,
12:3 y al ver que esto agradaba a los judíos, también hizo arrestar a Pedro. Eran los días de "los panes Ácimos".
12:4 Después de arrestarlo, lo hizo encarcelar, poniéndolo bajo la custodia de cuatro relevos de guardia, de cuatro soldados cada uno. Su intención era hacerlo comparecer ante el pueblo después de la Pascua.
12:5 Mientras Pedro estaba bajo custodia en la prisión, la Iglesia no cesaba de orar a Dios por él.

La liberación milagrosa de Pedro

12:6 La noche anterior al día en que Herodes pensaba hacerlo comparecer, Pedro dormía entre dos soldados, atado con dos cadenas, y los otros centinelas vigilaban la puerta de la prisión.
12:7 De pronto, apareció el Ángel del Señor y una luz resplandeció en el calabozo. El Ángel sacudió a Pedro y lo hizo levantar, diciéndole: "¡Levántate rápido!" Entonces las cadenas se le cayeron de las manos.
12:8 El Ángel le dijo: "Tienes que ponerte el cinturón y las sandalias", y Pedro lo hizo. Después le dijo: "Cúbrete con el manto y sígueme".
12:9 Pedro salió y lo seguía; no se daba cuenta de que era cierto lo que estaba sucediendo por intervención del Ángel, sino que creía tener una visión.
12:10 Pasaron así el primero y el segundo puesto de guardia, y llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad. La puerta se abrió sola delante de ellos. Salieron y anduvieron hasta el extremo de una calle, y en seguida el Ángel se alejó de él.
12:11 Pedro, volviendo en sí, dijo: "Ahora sé que realmente el Señor envió a su Ángel y me libró de las manos de Herodes y de todo cuanto esperaba el pueblo judío".
12:12 Y al advertir lo que le había sucedido, se dirigió a la casa de María, la madre de Juan, llamado Marcos, donde un grupo numeroso se hallaba reunido en oración.
12:13 Cuando golpeó a la puerta de calle, acudió una sirvienta llamada Rosa;
12:14 esta, al reconocer su voz, se alegró tanto, que en lugar de abrir, entró corriendo a anunciar que Pedro estaba en la puerta.
12:15 "Estás loca", le respondieron. Pero ella insistía que era verdad. Ellos le dijeron: "Será su ángel".
12:16 Mientras tanto, Pedro seguía llamando. Cuando abrieron y vieron que era él, no salían de su asombro.
12:17 Pedro les hizo señas con la mano para que se callaran, y les relató cómo el Señor lo había sacado de la cárcel, añadiendo: "Hagan saber esto a Santiago y a los hermanos". Y saliendo de allí, se fue a otro lugar.
12:18 Cuando amaneció, se produjo un gran alboroto entre los soldados, porque no podían explicarse qué había pasado con Pedro.
12:19 Herodes lo hizo buscar, pero como no lo encontraron, después de haber interrogado a los guardias, dio orden de ejecutarlos. Luego descendió de Judea a Cesarea, y permaneció allí.

La muerte de Herodes

12:20 Herodes estaba en grave conflicto con los habitantes de Tiro y Sidón. Estos se pusieron de acuerdo para ir a verlo, y después de haberse conquistado a Blasto, el camarero del rey, solicitaron la reconciliación, ya que importaban sus víveres del territorio del rey.
12:21 El día fijado, Herodes se sentó en su trono con la vestidura real y les dirigió la palabra.
12:22 El pueblo comenzó a gritar: "¡Es un dios el que habla, no un hombre!"
12:23 Pero en ese mismo instante, el Ángel del Señor lo hirió, por no haber dado gloria a Dios, y Herodes murió carcomido por los gusanos.

El regreso de Bernabé y Pablo a Antioquía

12:24 Mientras tanto, la Palabra de Dios se difundía incesantemente.
12:25 Bernabé y Saulo, una vez cumplida su misión, volvieron de Jerusalén a Antioquía, llevando consigo a Juan, llamado Marcos.
 
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nubarus
view post Posted on 20/12/2011, 18:24




LA EVANGELIZACIÓN DEL MUNDO PAGANO

EL PRIMER VIAJE MISIONERO DE PABLO

CAPÍTULO 13

La misión de Pablo y Bernabé


13:1 En la Iglesia de Antioquía había profetas y doctores, entre los cuales estaban Bernabé y Simeón, llamado el Negro, Lucio de Cirene, Manahén, amigo de infancia del tetrarca Herodes, y Saulo.
13:2 Un día, mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo les dijo: "Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la obra a la cual los he llamado".
13:3 Ellos, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.
13:4 Saulo y Bernabé, enviados por el Espíritu Santo, fueron a Seleucia y de allí se embarcaron para Chipre.
13:5 Al llegar a Salamina anunciaron la Palabra de Dios en las sinagogas de los judíos, y Juan colaboraba con ellos.

El mago Elimas

13:6 Recorrieron toda la isla y llegaron hasta Pafos, donde encontraron a un mago judío llamado Barjesús, que se hacía pasar por profeta
13:7 y estaba vinculado al procónsul Sergio Pablo, hombre de gran prudencia. Este hizo llamar a Bernabé y a Saulo, porque deseaba escuchar la Palabra de Dios.
13:8 Pero los discípulos chocaron con la oposición de Barjesús —llamado Elimas, que significa mago— el cual quería impedir que el procónsul abrazara la fe.
13:9 Saulo, llamado también Pablo, lleno del Espíritu Santo, clavó los ojos en él,
13:10 y le dijo: "Hombre falso y lleno de maldad, hijo del demonio, enemigo de la justicia, ¿cuándo dejarás de torcer los rectos caminos del Señor?
13:11 Ahora la mano del Señor va a caer sobre ti: quedarás ciego y privado por un tiempo de la luz del sol". En ese mismo momento, se vio envuelto en oscuridad y tinieblas, y andaba a tientas buscando a alguien que le tendiera la mano.
13:12 Al ver lo que había sucedido, el procónsul, profundamente impresionado por la doctrina del Señor, abrazó la fe.

La llegada a Antioquía de Pisidia

13:13 Desde Pafos, donde se embarcaron, Pablo y sus compañeros llegaron a Perge de Panfilia. Juan se separó y volvió a Jerusalén,
13:14 pero ellos continuaron su viaje, y de Perge fueron a Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y se sentaron.
13:15 Después de la lectura de la Ley y de los Profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a decir: "Hermanos, si tienen que dirigir al pueblo alguna exhortación, pueden hablar".

Discurso de Pablo

13:16 Entonces Pablo se levantó y, pidiendo silencio con un gesto, dijo: "Escúchenme, israelitas y todos los que temen a Dios.
13:17 El Dios de este Pueblo, el Dios de Israel, eligió a nuestros padres y los convirtió en un gran Pueblo, cuando todavía vivían como extranjeros en Egipto. Luego, con el poder de su brazo, los hizo salir de allí
13:18 y los cuidó durante cuarenta años en el desierto.
13:19 Después, en el país de Canaán, destruyó a siete naciones y les dio en posesión sus tierras,
13:20 al cabo de unos cuatrocientos cincuenta años. A continuación, les dio Jueces hasta el profeta Samuel.
13:21 Pero ellos pidieron un rey y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, por espacio de cuarenta años.
13:22 Y cuando Dios desechó a Saúl, les suscitó como rey a David, de quien dio este testimonio: He encontrado en David, el hijo de Jesé, a un hombre conforme a mi corazón
que cumplirá siempre mi voluntad.
13:23 De la descendencia de David, como lo había prometido, Dios hizo surgir para Israel un Salvador, que es Jesús.
13:24 Como preparación a su venida, Juan había predicado un bautismo de penitencia a todo el pueblo de Israel.
13:25 Y al final de su carrera, Juan decía: "Yo no soy el que ustedes creen, pero sepan que después de mí viene aquel a quien yo no soy digno de desatar las sandalias".
13:26 Hermanos, este mensaje de salvación está dirigido a ustedes: los descendientes de Abraham y los que temen a Dios.
13:27 En efecto, la gente de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Jesús, ni entendieron las palabras de los profetas que se leen cada sábado, pero las cumplieron sin saberlo, condenando a Jesús.
13:28 Aunque no encontraron nada en él que mereciera la muerte, pidieron a Pilato que lo condenara.
13:29 Después de cumplir todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del patíbulo y lo pusieron en el sepulcro.
13:30 Pero Dios lo resucitó de entre los muertos
13:31 y durante un tiempo se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, los mismos que ahora son sus testigos delante del pueblo.
13:32 Y nosotros les anunciamos a ustedes esta Buena Noticia: la promesa que Dios hizo a nuestros padres,
13:33 fue cumplida por él en favor de sus hijos, que somos nosotros, resucitando a Jesús, como está escrito en el Salmo segundo: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy.
13:34 Que Dios lo ha resucitado de entre los muertos y que no habrá de someterse a la corrupción, es lo que el mismo Dios ha declarado diciendo: Cumpliré las santas promesas hechas a
aquellas que no pueden fallar.
13:35 Por eso también dice en otro pasaje: No permitirás que tu Santo sufra la corrupción.
13:36 Sin embargo, David, después de haber cumplido la voluntad de Dios en su tiempo, murió, fue a reunirse con sus padres y sufrió la corrupción.
13:37 Pero aquel a quien Dios resucitó no sufrió la corrupción.
13:38 Ustedes deben saber que la remisión de los pecados les ha sido anunciada por él. Y la justificación que ustedes no podían alcanzar por la Ley de Moisés, gracias a él,
13:39 la alcanza todo el que cree.
13:40 Tengan cuidado de que no les suceda lo que dijeron los profetas:
13:41 ¡Ustedes, los que desprecian,
llénense de estupor y ocúltense!
Porque en estos días voy a realizar algo,
que si alguien lo contara
no lo podrían creer".
13:42 A la salida, les pidieron que retomaran el mismo tema el sábado siguiente.
13:43 Cuando se disolvió la asamblea, muchos judíos y prosélitos que adoraban a Dios siguieron a Pablo y a Bernabé. Estos conversaban con ellos, exhortándolos a permanecer fieles a la gracia de Dios.

Pablo y Bernabé entre los paganos

13:44 Casi toda la ciudad se reunió el sábado siguiente para escuchar la Palabra de Dios.
13:45 Al ver esa multitud, los judíos se llenaron de envidia y con injurias contradecían las palabras de Pablo.
13:46 Entonces Pablo y Bernabé, con gran firmeza, dijeron: "A ustedes debíamos anunciar en primer lugar la Palabra de Dios, pero ya que la rechazan y no se consideran dignos de la Vida eterna, nos dirigimos ahora a los paganos.
13:47 Así nos ha ordenado el Señor:
Yo te he establecido
para ser la luz de las naciones,
para llevar la salvación
hasta los confines de la tierra".
13:48 Al oír esto, los paganos, llenos de alegría, alabaron la Palabra del Señor, y todos los que estaban destinados a la Vida eterna abrazaron la fe.
13:49 Así la Palabra del Señor se iba extendiendo por toda la región.
13:50 Pero los judíos instigaron a unas mujeres piadosas que pertenecían a la aristocracia y a los principales de la ciudad, provocando una persecución contra Pablo y Bernabé, y los echaron de su territorio.
13:51 Estos, sacudiendo el polvo de sus pies en señal de protesta contra ellos,
se dirigieron a Iconio.
13:52 Los discípulos, por su parte, quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.
 
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astaroth1
view post Posted on 20/12/2011, 20:50




CAPÍTULO 14

La evangelización de Iconio


14:1 En Iconio, Pablo y Bernabé entraron en la sinagoga de los judíos, como lo hacían habitualmente, y predicaron de tal manera que un gran número de judíos y paganos abrazaron la fe.
14:2 Pero los judíos que no creyeron, incitaron a los paganos y los indispusieron en contra de los hermanos.
14:3 A pesar de todo, Pablo y Bernabé prolongaron su estadía y hablaban con toda libertad, confiados en el Señor que confirmaba el mensaje de su gracia, dándoles el poder de realizar signos y prodigios.
14:4 Los habitantes de la ciudad se dividieron en dos bandos, uno en favor de los judíos y otro en favor de los Apóstoles.
14:5 Pero como los paganos y los judíos, dirigidos por sus jefes, intentaron maltratar y apedrear a los Apóstoles,
14:6 estos, al enterarse, huyeron a Listra y a Derbe, ciudades de Licaonia, y a sus alrededores;
14:7 y allí anunciaron la Buena Noticia.

Curación de un paralítico

14:8 Había en Listra un hombre que tenía las piernas paralizadas. Como era tullido de nacimiento, nunca había podido caminar,
14:9 y sentado, escuchaba hablar a Pablo. Este, mirándolo fijamente, vio que tenía la fe necesaria para ser curado,
14:10 y le dijo en voz alta: "Levántate, y permanece erguido sobre tus pies". Él se levantó de un salto y comenzó a caminar.
14:11 Al ver lo que Pablo acababa de hacer, la multitud comenzó a gritar en dialecto licaonio: "Los dioses han descendido hasta nosotros en forma humana",
14:12 y daban a Bernabé el nombre de Júpiter, y a Pablo el de Mercurio porque era el que llevaba la palabra.
14:13 El sacerdote del templo de Júpiter que estaba a la entrada de la ciudad, trajo al atrio unos toros adornados de guirnaldas y, junto con la multitud, se disponía a sacrificarlos.
14:14 Cuando los apóstoles Pablo y Bernabé se enteraron de esto, rasgaron sus vestiduras y se precipitaron en medio de la muchedumbre, gritando:
14:15 "Amigos, ¿qué están haciendo? Nosotros somos seres humanos como ustedes, y hemos venido a anunciarles que deben abandonar esos ídolos para convertirse al Dios viviente que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos.
14:16 En los tiempos pasados, él permitió que las naciones siguieran sus propios caminos.
14:17 Sin embargo, nunca dejó de dar testimonio de sí mismo, prodigando sus beneficios, enviando desde el cielo lluvias y estaciones fecundas, dando el alimento y llenando de alegría los corazones".
14:18 Pero a pesar de todo lo que dijeron, les costó mucho impedir que la multitud les ofreciera un sacrificio.

Fin de la misión de Pablo y Bernabé

14:19 Vinieron de Antioquía y de Iconio algunos judíos que lograron convencer a la multitud. Entonces apedrearon a Pablo y, creyéndolo muerto, lo arrastraron fuera de la ciudad.
14:20 Pero él se levantó y, rodeado de sus discípulos, regresó a la ciudad. Al día siguiente, partió con Bernabé rumbo a Derbe.
14:21 Después de haber evangelizado esta ciudad y haber hecho numerosos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía de Pisidia.
14:22 Confortaron a sus discípulos y los exhortaron a perseverar en la fe, recordándoles que es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios.
14:23 En cada comunidad establecieron presbíteros, y con oración y ayuno, los encomendaron al Señor en el que habían creído.
14:24 Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia.
14:25 Luego anunciaron la Palabra en Perge y descendieron a Atalía.
14:26 Allí se embarcaron para Antioquía, donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para realizar la misión que acababan de cumplir.
14:27 A su llegada, convocaron a los miembros de la Iglesia y les contaron todo lo que Dios había hecho con ellos y cómo había abierto la puerta de la fe a los paganos.
14:28 Después permanecieron largo tiempo con los discípulos.
 
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satanas1
view post Posted on 21/12/2011, 16:09




LA ASAMBLEA DE JERUSALÉN Y EL SEGUNDO VIAJE MISIONERO DE PABLO

CAPÍTULO 15

La controversia de Antioquía

15:1 Algunas personas venidas de Judea enseñaban a los hermanos que si no se hacían circuncidar según el rito establecido por Moisés, no podían salvarse.
15:2 A raíz de esto, se produjo una agitación: Pablo y Bernabé discutieron vivamente con ellos, y por fin, se decidió que ambos, junto con algunos otros, subieran a Jerusalén para tratar esta cuestión con los Apóstoles y los presbíteros.
15:3 Los que habían sido enviados por la Iglesia partieron y atravesaron Fenicia y Samaría, contando detalladamente la conversión de los paganos. Esto causó una gran alegría a todos los hermanos.

La controversia de Jerusalén

15:4 Cuando llegaron a Jerusalén, fueron bien recibidos por la Iglesia, por los Apóstoles y los presbíteros, y relataron todo lo que Dios había hecho con ellos.
15:5 Pero se levantaron algunos miembros de la secta de los fariseos que habían abrazado la fe, y dijeron que era necesario circuncidar a los paganos convertidos y obligarlos a observar la Ley de Moisés.
15:6 Los Apóstoles y los presbíteros se reunieron para deliberar sobre este asunto.

Discurso de Pedro

15:7 Al cabo de una prolongada discusión, Pedro se levantó y dijo: "Hermanos, ustedes saben que Dios, desde los primeros días, me eligió entre todos ustedes para anunciar a los paganos la Palabra del Evangelio, a fin de que ellos abracen la fe.
15:8 Y Dios, que conoce los corazones, dio testimonio en favor de ellos, enviándoles el Espíritu Santo, lo mismo que a nosotros.
15:9 Él no hizo ninguna distinción entre ellos y nosotros, y los purificó por medio de la fe.
15:10 ¿Por qué ahora ustedes tientan a Dios, pretendiendo imponer a los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros pudimos soportar?
15:11 Por el contrario, creemos que tanto ellos como nosotros somos salvados por la gracia del Señor Jesús".
15:12 Después, toda la asamblea hizo silencio para oír a Bernabé y a Pablo, que comenzaron a relatar los signos y prodigios que Dios había realizado entre los paganos por intermedio de ellos.

Discurso de Santiago

15:13 Cuando dejaron de hablar, Santiago tomó la palabra, diciendo: "Hermanos, les ruego que me escuchen:
15:14 Simón les ha expuesto cómo Dios dispuso desde el principio elegir entre las naciones paganas, un Pueblo consagrado a su Nombre.
15:15 Con esto concuerdan las palabras de los profetas que dicen:
15:16 Después de esto, yo volveré
y levantaré la choza derruida de David;
restauraré sus ruinas y la reconstruiré,
15:17 para que el resto de los hombres busque al Señor,
lo mismo que todas las naciones
que llevan mi Nombre.
Así dice el Señor, que da
15:18 a conocer estas cosas desde la eternidad.
15:19 Por eso considero que no se debe inquietar a los paganos que se convierten a Dios,
15:20 sino que solamente se les debe escribir, pidiéndoles que se abstengan de lo que está contaminado por los ídolos, de las uniones ilegales, de la carne de animales muertos sin desangrar y de la sangre.
15:21 Desde hace muchísimo tiempo, en efecto, Moisés tiene en cada ciudad sus predicadores que leen la Ley en la sinagoga todos los sábados".

La carta apostólica

15:22 Entonces los Apóstoles, los presbíteros y la Iglesia entera, decidieron elegir a algunos de ellos y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas, llamado Barsabás, y a Silas,
hombres eminentes entre los hermanos,
15:23 y les encomendaron llevar la siguiente carta: "Los Apóstoles y los presbíteros saludamos fraternalmente a los hermanos de origen pagano, que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia.
15:24 Habiéndonos enterado de que algunos de los nuestros, sin mandato de nuestra parte, han sembrado entre ustedes la inquietud y provocado el desconcierto,
15:25 hemos decidido de común acuerdo elegir a unos delegados y enviárselos junto con nuestros queridos Bernabé y Pablo,
15:26 los cuales han consagrado su vida al nombre de nuestro Señor Jesucristo.
15:27 Por eso les enviamos a Judas y a Silas, quienes les transmitirán de viva voz este mismo mensaje.
15:28 El Espíritu Santo, y nosotros mismos, hemos decidido no imponerles ninguna carga más que las indispensables, a saber:
15:29 que se abstengan de la carne inmolada a los ídolos, de la sangre, de la carne de animales muertos sin desangrar y de las uniones ilegales. Harán bien en cumplir todo esto. Adiós".

Los delegados de los Apóstoles en Antioquía

15:30 Los delegados, después de ser despedidos, descendieron a Antioquía donde convocaron a la asamblea y le entregaron la carta.
15:31 Esta fue leída y todos se alegraron por el aliento que les daba.
15:32 Judas y Silas, que eran profetas, exhortaron a sus hermanos y los confirmaron, hablándoles largamente.
15:33 Al cabo de un tiempo, los hermanos los enviaron nuevamente a la comunidad que los había delegado, despidiéndolos en paz.
15:35 Pablo y Bernabé permanecieron en Antioquía, enseñando y anunciando la Buena Noticia de la Palabra del Señor, junto con muchos otros.

La separación de Pablo y Bernabé

15:36 Algún tiempo después, Pablo dijo a Bernabé: "Volvamos a visitar a los hermanos que están en las ciudades donde ya hemos anunciado la Palabra del Señor, para ver cómo se encuentran".
15:37 Bernabé quería llevar consigo también a Juan, llamado Marcos.
15:38 Pero Pablo consideraba que no debía llevar a quien los había abandonado cuando estaban en Panfilia y no había trabajado con ellos.
15:39 La discusión fue tan viva que terminaron por separarse; Bernabé, llevando consigo a Marcos, se embarcó rumbo a Chipre.
15:40 Pablo, por su parte, eligió por compañero a Silas y partió, encomendado por sus hermanos a la gracia del Señor.
15:41 Así atravesó la Siria y la Cilicia, confirmando a las comunidades
 
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